Samsung ha ido jugando con sus líneas para la alta como si fuesen un chicle especialmente en el último año, y para los Galaxy S de este año ha dejado claro que uno, y sólo uno, es la joya de la corona por muy empatados que estén en algunas características. Lo hemos comprobado en el análisis del Samsung Galaxy S20 Ultra, un móvil que estrena un apellido que es toda una declaración de intenciones.
Es el más grande de los (de momento) tres S20 y el que integra un set de fotografía más completo, alcanzando configuraciones de RAM más altas que el resto como también el mismo terminal es más alto y más grande que éstos y otros Galaxy S. Os contamos en detalle qué tal con la última joya de la corona de Samsung.
Ficha técnica del Samsung Galaxy S20 Ultra
| Samsung Galaxy S20 Ultra |
Pantalla | Dynamic AMOLED 6,9"
QHD+, 511 ppp
HDR10+, 120 Hz |
Procesador | Exynos 990
7nm, 64 bits
Octa-core (2,73 + 2,6 + 2 GHz) |
Memoria RAM | 12 / 16 GB LPDDR5 |
Almacenamiento | 128 / 512 GB + MicroSD 1 TB |
Batería | 5.000 mAh |
Resistencia | Protección IP68 |
Biometría | Sensor de huellas bajo pantalla
Reconocimiento facial |
Software | Android 10 + OneUI |
Cámaras traseras |
Ultra angular: 12 MP, 1,4µm, f/2.2
Angular: 108 MP, 0,8µm (12 MP, 2,4µm), f/1.8, OIS
Telefoto: 48 MP, 0,8µm (12 MP, 1,6µm), f/3.5, OIS
Zoom: óptico híbrido 10x, digital 100x
Sensor ToF
|
Cámara frontal | 40 MP, 0,7µm (10 MP, 1,4µm), f/2.2 |
Dimensiones y peso | 166,9 x 76 x 8,8 mm
220 g |
Conectividad | 5G, SA/NSA, sub-6
LTE Cat20 hasta 2 Gbps
WiFi ac 4x4 MIMO NFC |
Precio | S20 Ultra 128 / 12GB: 1.359 euros S20 Ultra 512 / 16GB: 1.549 euros |
Samsung Galaxy S20 Ultra 5G - Smartphone 6.9" Dynamic AMOLED (12GB RAM, 128GB ROM ampiables, cámara 108MP gran angular, Octa-core Exynos 990, 5000mAh batería), Cosmic Gray [Versión española]
Diseño: adiós módulo horizontal y hola módulo enorme
El Samsung Galaxy S10 Lite no vino como buque insignia pero sí como aviso de algo: el módulo de cámaras traseras horizontal se despedía definitivamente, y con él casi el último reducto de rasgo propio de los Galaxy S. Ese móvil Lite adoptaba una forma que ya habíamos visto en gamas medias anteriores como el Samsung Galaxy A51 y es lo que vemos en todos los Galaxy S20, y teniendo en cuenta que en los últimos Galaxy Note ya era vertical todo apunta a que se impone esta orientación, ya sea por la fotografía o por estética (o ambas).
Y si empezamos a hablar por esta parte no es casualidad: como ya vimos por las imágenes oficiales y las primeras impresiones, el mayor de los S20 no sólo es más grande, sino que dispone de un notorio módulo para sus cuatro cámaras. El teleobjetivo, cuadrado y en la parte inferior, queda solo al lado de una inscripción que recuerda el zoom digital de hasta 100x que tanto se destacó en su presentación.
El módulo sobresale bastante, lo cual suele facilitar que se acumule polvo y suciedad con más facilidad que soluciones más integradas. Tiene acabado en brillo como el resto de la trasera, quedando las huellas dactilares y grasilla de los dedos con bastante facilidad, aunque sin ser algo fuera de lo esperado en una trasera de cristal.
Eso sí, se trata de un móvil que aúna tres propiedades que juntan facilita que se resbale mucho: es alargado, grande y el acabado no tiene grip o rozamiento alguno. Casi obliga a usar funda continuamente, la cual por cierto se entrega con el móvil (a diferencia de lo que ocurre con los de menor gama).
No en vano, es el Samsung Galaxy S más pesado y voluminoso hasta la fecha, aunque también integra la batería con mayor capacidad. En este caso además es más alto, más alargado que los previos aunque sin llegar a los 21:9 de ratio de los Sony (queda en 20:9, cuando hasta el Galaxy S10+ habían quedado en 19:9 como mucho)).
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Altura (milímetros) |
Anchura (milímetros) |
Grosor (milímetros) |
Peso (gramos) |
Pantalla (pulgadas) |
Batería |
Superficie (cm2) |
Volumen (cc) |
Samsung Galaxy S10 |
149,9 |
70,4 |
7,8 |
157 |
6,1 |
3.400 |
105,52 |
82,31 |
Samsung Galaxy S20 |
151,1 |
69,1 |
7,9 |
163 |
6,2 |
4.000 |
104,41 |
82,48 |
Samsung Galaxy S10+ |
157,6 |
74,1 |
7,8 |
175 |
6,4 |
4.100 |
116,78 |
91,089 |
Samsung Galaxy S20+ |
161,9 |
73,7 |
7,8 |
186 |
6,9 |
4.000 |
104,41 |
82,48 |
Samsung Galaxy S10 5G |
163,3 |
77,1 |
7,9 |
198 |
6,7 |
4.500 |
125,06 |
98,79 |
Samsung Galaxy S20 Ultra |
166,9 |
76 |
8,8 |
220 |
6,9 |
5.000 |
126,84 |
111,62 |
Son 220 gramos de móvil, algo que quizás sorprenda menos que hace un par de años cuando la diagonal media era menor, pero que a efectos prácticos sigue siendo un peso alto para un smartphone. Hay que tener en cuenta que lleva una pantalla de prácticamente 7 pulgadas, media más que muchos gama alta grandes, y que integra una batería de 5.000 mAh, pero aunque logre en cierto modo ser compacto no quita que sea pesado y pueda llegar a cansar si lo sostenemos un rato (jugando, viendo vídeos, etc.)
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Altura (milímetros) |
Anchura (milímetros) |
Grosor (milímetros) |
Peso (gramos) |
Pantalla (pulgadas) |
Batería |
Superficie (cm2) |
Volumen (cc) |
Samsung Galaxy S20 Ultra |
166,9 |
76 |
8,8 |
220 |
6,9 |
5.000 |
126,84 |
111,62 |
Samsung Galaxy S10 Lite |
163,7 |
76,1 |
8,7 |
199 |
6,7 |
4.500 |
124,58 |
108,38 |
Samsung Galaxy Note+ |
162,3 |
77,1 |
7,9 |
196 |
6,8 |
4.300 |
125,295 |
98,98 |
OnePlus 7 Pro |
162,6 |
75,9 |
8,8 |
206 |
6,67 |
4.000 |
123,41 |
108,603 |
Huawei Mate 30 Pro |
158,1 |
73,1 |
8,8 |
198 |
6,53 |
4.500 |
115,57 |
101,7 |
iPhone 11 Pro Max |
158 |
77,8 |
8,1 |
226 |
6,5 |
3.969 |
122,92 |
99,57 |
Pixel 4 XL |
160 |
75,1 |
8,2 |
193 |
6,3 |
3.700 |
120,46 |
98,78 |
LG V60 ThinQ |
169,4 |
77,7 |
8,9 |
219 |
6,8 |
5.000 |
131,62 |
117,15 |
OPPO Reno 10x Zoom |
162 |
77,2 |
9,3 |
210 |
6,6 |
4.065 |
125,07 |
116,31 |
Sony Xperia 1 II |
165,1 |
71,1 |
7,6 |
181,4 |
6,5 |
4.000 |
117,39 |
89,,21 |
Xiaomi Mi Note 10 |
157,8 |
74,2 |
9,67 |
208 |
6,47 |
5.600 |
117,09 |
113,22 |
En comparación a otros móviles de diagonal aproximada (sobre todo de gama alta), el iPhone 11 Pro Max le gana a pesado por 6 gramos, pero el más voluminoso es el reciente LG V60 ThinQ cuya batería es de 5.000 mAh como la del S20 Ultra. De este modo, no gana a "grandote" viendo las cifras, siendo más compacto que el V60 incluyendo una pantalla casi de igual diagonal, pero el Xiaomi Mi Note 10 incluye una batería de mayor capacidad con algo menos de peso y casi el mismo volumen. Es, por tanto, uno de los móviles más grandes del momento en la alta gama.
Habiendo hablado ya de la comodidad y el peso, es interesante abordar las líneas de diseño. Líneas literales que ahora se curvan menos en la parte frontal, algo que se agradece dado que la curvatura más pronunciada en la pantalla normalmente da más problemas en la interpretación de los gestos por parte del dispositivo y el software. Habrá quien lo vea quizás menos atractivo y realmente es "el Galaxy S menos Galaxy S" que probamos desde los Galaxy S6, pero esta menor curvatura se agradece en la experiencia.
La decisión de hacer menos exageradas las curvas de la pantalla se agradece a nivel de uso, aunque pueda haber a quien no le guste estéticamente
De este modo, el móvil no es simétrico hablando de un plano coronal (si partiésemos el smartphone por la mitad para dividirlo en su trasera y su frontal), lo cual no es ni mucho menos un reproche. Al contrario, la curvatura casi circular que dibuja la trasera ayuda al agarre en conjunto con el marco metálico, delgado y plano, con lo cual la construcción está bien acabada y es ergonómica.
Este marco metálico integra la bandeja para la/s SIM/s en la parte superior y los botones físicos a la derecha mirando la pantalla. Volumen e inicio, configurado para que sea la llave física para llamar a Bixby y sin botón específico (gracias) como estamos viendo últimamente en los smartphones de esta marca. En la base, el altavoz principal y el USB tipo-C, sin minijack de audio pero, oh, sorpresa, todo alineado en el centro.
Hablando del frontal, Samsung parece haber abandonado de momento la doble cámara frontal y haber relegado el notch para gamas inferiores. En estos nuevos Galaxy vemos la pantalla agujereada con una única cámara frontal al centro, tal cual se hereda de los Galaxy Note 10. Los marcos son bastante delgados, manteniendo la barbilla y logrando según GSM Arena un 89,9% de aprovechamiento del frontal por parte de la pantalla.
Algo que también destaca pero a lo que no parece habérsele dado mucha importancia es a la integración del un auricular entre la pantalla y el borde metálico. La hendidura es tan discreta que cuesta verlo a simple vista, logrando aún así que el sonido salga sin problemas como veremos en el correspondiente apartado.
La integración del auricular en el frontal es flipante.
Pantalla: un fuerte aplauso a los 120 hercios y a la curvatura mínima
Novedades hablando del panel de estos Samsung Galaxy S20, aunque algo entrecomilladas. Toda la familia mantiene el WQHD+ que caracteriza a los buques insignia de la marca desde hace años (con las excepciones de los Lite, el Galaxy S10e y el menor de los Note 10), y además se incorporan los 120 hercios de tasa de refresco.
Aunque disfrutar de esta frecuencia implica pagar precisamente con la moneda de la resolución, dado que con WQHD+ sólo podremos quedarnos en 60 Hz (lo que viene a ser la frecuencia estándar). Así, hablamos de una pantalla Dynamic AMOLED de 6,9 pulgadas con resolución de 1.440 x 3.200 píxeles (511 píxeles por pulgada), soportando HDR10+ y, como ya hemos comentado, perforada para la cámara frontal.
El panel da una muy buena experiencia a nivel de visualización de contenidos de cualquier tipo, sobre todo cuando lo tenemos en WQHD+. La densidad de la pantalla casi supera lo esperado en un teléfono de estas características y el contenido de alta definición se disfruta especialmente, además de la lectura.
A favor está esa curva reducida de la que hablábamos antes. El hecho de que sea menos pronunciada hace que el sombreado natural que provoca el cristal sea mucho menor de lo que vimos en el S10+, con lo que mejora a nivel de los ángulos de visión.
La sombra en el borde es ahora más discreta gracias a la menor curvatura de la pantalla.
Muy buen contraste y calibración de fábrica, aunque puede que nos parezca que viene algo sobresaturada y sí es cierto que más bien es cálida. Esto tiene cierto arreglo yendo a los ajustes de pantalla, dado que viene seleccionado el modo de color intenso de inicio y éste acentúa demasiado este parámetro, comprometiendo la mejor experiencia que da con menos saturación. No obstante, el modo natural sigue siendo algo sobresaturado.
Eso sí, si deseamos ajustar la temperatura o el matiz de blancos tendremos que seleccionar el modo intenso de color para poder seleccionar uno de los grados de temperatura (si queremos menos saturación, tendremos que conformarnos con un panel algo más cálido). De nuevo Samsung sigue sin facilitar un ajuste detallado y progresivo, teniéndonos que conformar con uno de los cinco puntos del deslizador (algunos más para el rojo, verde y azul).
Entre los ajustes de pantalla encontramos también la Pantalla Edge, de la cual hemos hablado en otros análisis al ser algo característico de One UI que además se ha ido generalizando más allá de las pantallas curvas y la gama alta de la marca. Se trata de una pestaña de accesos rápidos, pudiendo navegar entre varias opciones con swipes laterales, la cual podemos personalizar para integrar los iconos que deseemos.
Nos puede suponer un aliciente si nos acostumbramos, pero que en general enlentece algo más el flujo de trabajo si no necesitamos acceder a más de tres o cuatro tareas alternas, dado que la multitarea es más fluida. Si no nos interesa, podemos desactivarla o moverla a otro lado (si tenemos el gesto de Atrás activado puede interferir), y lo que sí que compensa tener activada es la Iluminación Edge, ya que visibiliza más las notificaciones.
Hablando de gestos, la navegación del sistema también puede personalizarse desde los ajustes. Viene con los botones virtuales tradicionales, pero podemos reordenarlos o elegir los gestos de pantalla completa. En este segundo caso, podremos elegir entre tres o un tirador junto a los deslizamientos para atrás y multitarea, lo cual es la manera en la que se aprovecha mejor la pantalla.
Los gestos funcionan muy bien y puede ajustarse la sensibilidad del gesto Atrás, también en cuanto a si lo deseamos cuando está el teclado desplegado. Este gesto se realiza tirando desde uno de los bordes hacia dentro, de manera similar a la que hemos visto previamente en otras capas, lo cual es una mejor solución que la de tirar hacia arriba desde uno de los lados (algo por lo que optó OnePlus entre otras).
Hay una serie de ajustes de pantalla que quedan en otro apartado referido a la pantalla de bloqueo, donde encontramos las opciones para Always On, o lo que solemos llamar pantalla ambiente. One UI 2.0 no ha traído muchos cambios a la misma en cuanto a funciones, permitiendo que veamos de qué tenemos notificaciones pendientes y la hora, lo que hay son más modelos de reloj a elegir.
De brillo máximo va sobrado, viéndose bien el contenido a pleno día y cuanto más incide la luz. El brillo automático sí requiere algo más de entrenamiento, dado que en ocasiones queda demasiado alto y hay que corregir manualmente.
Sin problemas tampoco a nivel de sensibilidad táctil, ni siquiera en las proximidades a la curvatura del panel. Se agradece también que la pantalla se pueda despertar con un doble toque o al levantarla, aunque esto segundo no funciona lo bien que debería y a veces se hace de rogar, lo cual interfiere en el funcionamiento del desbloqueo por detección facial.
¿Y qué hay de la llegada de los 120 Hz a esta pantalla? Que nos llevamos una alegría y un jarro de agua fría, como con el OnePlus 7 Pro pero por otros motivos.
En el OnePlus 7 Pro dimos puntos positivos por los 90 Hz, pero éstos se desactivaban automáticamente para ciertas tareas como los juegos (donde la mayor tasa de refresco es un verdadero aliciente). En el caso del S20 Ultra esto no ocurre, notándose mucho en la fluidez, pero tendremos que quedarnos con resolución FullHD+ si elegimos esta tasa.
Esta resolución no es mala ni mucho menos, pero hace que la calidad de la pantalla baje por momentos en cierto modo tomando un valor que es más propio de la gama media. Dejando a un lado esto (que quizás haya usuarios que tampoco valoren o aprecien), este mayor refresco se nota bastante en los scrolls y beneficia principalmente a la pesada One UI y sus transiciones, viendo además que los cargados menús de juegos como 'SonicDash' se mueven mucho más ligeros.
Arriba el Samsung Galaxy S20 Ultra y abajo el OnePlus 7 Pro. En el segundo se logra aprovechar más el frontal por el módulo para la cámara y la ausencia de barra de navegación, pero su barbilla es mayor y su tasa de refresco es de hasta 90 Hz.
Así, en general es una buena pantalla que da la experiencia esperada, es decir, calidad a todos los niveles (lástima esa sobresaturación). En cuanto al agujero del frontal para la cámara, el software se adapta al mismo de modo que nunca interfiere en ningún elemento (pese a no añadir una barra que lo "esconda" en juegos como 'PUBG'), y deja una barra de unos 4,58 milímetros.
Así quedan las interfaces de 'PUBG' y 'Asphalt 9', al agujero no interfiere en los elementos.
Esto es algo menos de lo que vimos en el S10 Lite y en móviles como el Honor View30 Pro y su isleta para la doble cámara frontal, incluso menos que la barra del OnePlus 7 Pro (6,17 milímetros) que no ha de incluir ningún agujero. Esto habla bien del trabajo en diseño de Samsung, logrando así una barra de altura normal, sin exagerar y sin que los elementos "se pierdan en ella", y mirando más de tú a tú al aprovechamiento que se logra con los módulos extraíbles.
Con unos gestos sin elementos en la interfaz, este S20 Ultra estaría dando una estupenda lección de cómo aprovechar de la mejor manera posible un panel
Una lástima que la navegación por gestos incluya una barra y por tanto quite algún milímetro a la pantalla. Que es muy poco, pero de no ser así y de tener gestos sin objetos en la interfaz este S20 Ultra estaría dando una estupenda lección de cómo aprovechar de la mejor manera posible un panel.
Rendimiento: 12 GB de RAM y un nuevo procesador que pueden con todo "sin acalorarse"
El Samsung Galaxy S20 Ultra es el encargado, como los otros dos S20, de estrenar procesador en un nuevo año. La configuración para el mercado EMEA integra este Exynos 990, acompañado de 12 ó 16 GB de RAM (nosotros hemos probado el modelo de 12 GB). El tipo de RAM es LPDDR5, la cual en teoría implica un menor consumo que la LPDDR4, y en cuanto al almacenamiento se mantiene el UFS 3.0 que estrenó en su momento el Samsung Galaxy Fold.
12 GB no son una novedad per sé pero sigue siendo una cantidad considerable de RAM que no es algo habitual. En breve hablaremos de más números y pruebas de rendimiento, pero está claro que cuando 6 y 8 GB nos dan buena experiencia con tareas exigentes los 12 GB tampoco iban a ser menos.
Y et voilà, con la resolución más alta y abriendo tareas exigentes como juegos, el hardware responde bien y no hemos visto lag ni nada que indique que no basta para un modo de uso exigente. De hecho, One UI es una capa exigente a nivel de recursos, y una vez más vemos que cuando se le da un motor suficiente, la capa fluye (no pasaba lo mismo con el A51).
De hecho, vemos que además se ha hecho un buen trabajo a nivel de diseño y disipación del calor. El teléfono apenas aumenta de temperatura cuando jugamos o estamos horas usándolo con la cámara, de modo que no se nota ningún aumento de temperatura llamativo ni hay cierres de apps relacionados. Curiosamente, cuando más hemos notado el calentamiento ha sido compartiendo red, y no tanto con un uso multimedia.
A la derecha la temperatura en reposo o con un uso bajo, a la izquierda tras compartir red durante un rato.
En relación a esto, para quien tenga curiosidad Samsung desmontó el S20 Ultra en un vídeo, en el cual se ve la cámara de vapor que se utiliza para disipar el calor. Vemos también mucha antena para que esté bien preparado para el 5G, pero curiosamente los últimos Galaxy que hemos probado tiene un alcance algo menor que otros móviles para la wifi (unos 8 metros).
Turno pues para hablar de cifras. El némesis (y al mismo tiempo compañero de fatigas) del Exynos 990 es el Snapdragon 865, el cual aún no hemos podido probar en un smartphone lo suficiente para hacer los benchmarks habituales (sí lo hemos probado a nivel de uso en la toma de contacto con el Realme X50 Pro 5G, pero por los que pudimos sacar del procesador tras su presentación vemos que puede que la cosa esté esta vez más reñida. Lo que de momento podemos hacer es comparar los del Exynos 990 y los 12 GB de RAM con la de otros smartphones, y sobre el papel no queda nada mal.
|
Samsung Galaxy S20 Ultra |
Nubia Z20 |
Samsung Galaxy Note 10+ |
LG V50 ThinQ |
OPPO Reno 10x Zoom |
OnePlus 7 Pro |
Honor View30 Pro |
iPhone 11 Pro |
Procesador |
Exynos 990 |
Snapdragon 855+ |
Exynos 9825 |
Snapdragon 855 |
Snapdragon 855 |
Snapdragon 855 |
Kirin 990 |
Apple A13 Bionic |
RAM |
12 GB |
8 GB |
12 GB |
8 GB |
8 GB |
12 GB |
8 GB |
4 GB |
AnTuTu |
522.873 |
361.365 |
340.698 |
315.066 |
361.293 |
376.968 |
463.513 |
409.070 |
Geekbench 4.4/5.0 (single/multi) |
943 / 2.527 (5.0) |
753 / 2.539 (5.0) |
819 / 2.315 (5.0) |
3.507 / 10.948 (4.4) |
3.153 / 11.143 (4.4) |
720 / 2.698 (5.0) |
758 / 2.894 (5.0) |
5.475 / 13.232 (4.4) |
PCMark Work |
10.426 |
8.948 |
8.361 |
9.364 |
8.649 |
9.991 |
8.712 |
- |
Software: la personalización por bandera (y la salvación por el hardware)
Samsung sigue estoico con su apuesta por un software tan propio como incisivo. One UI 2.0 se asienta sobre Android 10 en este S20 Ultra, iniciándose con su habitual cascada de notificaciones, con su interfaz característica y dándonos a elegir qué apps queremos que se pre-instalen dentro de las propias y alguna de terceros.
Al iniciarlos, los Samsung empiezan cargados de descargas y puesta a punto.
Así viene el escritorio de fábrica.
Es por ello que podemos empezar con un cajón de apps bastante ajustado si no seleccionamos ninguna de esas apps, teniéndose que instalar las de Google. Éstas podrán desinstalarse como también podremos desactivar algunas de Samsung o las de terceros que tendremos (Facebook y Netflix), pero aún así quedará algún componente de raíz que hará que se nos sigan actualizando (y notificando incluso), por lo que esto habría que corregirse para evitarlo y que el usuario tenga más control de lo que hay en su móvil.
Las apps de Samsung no se podrán desinstalar ni desactivar, las de Google y las de terceros sí (aunque quedará algún remanente que permitirá su actualización automática).
Todas estas apps nos aparecen distribuidas en cajón y escritorio, pero esto podremos cambiarlo a un sólo espacio si lo deseamos. Lo encontraremos en el apartado de Pantalla de inicio de los ajustes, pudiendo así lograr una mejor gestión del espacio en la interfaz.
Hablando de los ajustes, los encontramos distribuidos en secciones más o menos habituales y comunes a lo que vemos en Android stock y muchas capas de personalización, siendo así bastante intuitivos y claros. Si no encontramos alguna opción podremos tirar del buscador, que funciona realmente bien.
De los de pantalla ya hemos hablado, viendo que se reparten en tres secciones según se trate de posibilidades para el panel en general o la pantalla de bloqueo. Es donde podremos ajustar el tema oscuro si lo preferimos, el cual cambia el fondo blanco a uno oscuro, con lo cual la vista descansa algo más (afectando a las apps de terceros compatibles).
Hablando de descanso, está el apartado de Salud digital, que como hemos comentado en los móviles Samsung que hemos analizado ya con One UI 2.0 se ha completado con bastantes opciones, entre ellas modos que restringen el uso a ciertas apps y que podremos configurar a nuestro gusto, pudiendo incluso añadir un toggle en la cortinilla de notificaciones.
Encontramos también las herramientas de mantenimiento, destinadas a mejorar el rendimiento, memorias y la autonomía con acciones como eliminar tareas en segundo plano o archivos prescindibles como caché. Como es habitual no suele notarse mucho y menos en móviles con este hardware, pero puede ayudar a ver apps que no restringen demasiado la demanda de recursos.
En el Game Launcher encontramos algunas opciones para evitar notificaciones y priorizar el juego sobre el resto de tareas. No cambia nada en relación al que vemos en móviles inferiores, sin que haya opciones extra relativas al hardware (RAM o tasa de refresco). Como veremos en los ajustes de audio, hay un Dolby Atmos específico para juegos, y la verdad es que da un toque bastante chulo y ayuda a que el juego sea una experiencia más satisfactoria.
Durante el juego podremos abrir este menú si tenemos activado el Game Booster.
En cuanto a Bixby, encontramos la posibilidad de configurar Bixby Home como un escritorio accesorio para información o accesos rápidos. Sigue siendo algo escueto en tarjetas, preestableciendo muchas de cuestionable utilidad pero que podremos eliminar si no nos interesan.
Bixby Home.
En la práctica resultan bastante más útiles tanto Bixby Voice como las rutinas, las cuales permiten encadenar acciones de modo que al ordenar una frase corta como “buenas noches” se sucedan automáticamente (abrir una app, activar un modo de sonido, etc.). Bixby además permite cada vez más peticiones y entiende la sintaxis mejor, aunque le cuesta un poco oír la llamada.
Los comandos de Bixby. Algunos vienen pregonfigurados, pero podemos editarlos y se sincronizan entre dispositivos si tenemos cuenta de Samsung.
Bixby va progresando y nos oye muy bien (siempre y cuando no estemos escuchando música). Hay algunos comandos que aún fallan (curiosamente, nos entiende al pedir el modo oscuro pero no con el tema claro) y hay acciones que siguen restringidas a apps propias, pero en general se nota evolución con respecto al año pasado.
En resumen, One UI cada vez es más completa y las posibilidades de personalización facilitan que la interfaz pueda aprovecharse más en ciertos aspectos, pero sigue siendo una capa muy exigente. El hecho de que los 120 Hz le sienten tan bien no es casualidad (ni que la experiencia sea tan distinta entre móviles con distinto procesador y RAM), que la multitarea tenga cierto lag al cargarse en ocasiones (y decidir qué tarea se coloca antes o después) o el que no haya modo horizontal para el escritorio/cajón de apps (cuando lo hay para los ajustes) no dejan que este software propio brille lo que debería.
Biometría
Los S20 están al día en cuanto a lo que se refiere a métodos de desbloqueo, incluyendo los de lectura de huellas en pantalla y reconocimiento facial que son tendencia desde hace un tiempo. No vemos que haya una maquinaria como la del Face ID u otros métodos de reconocimiento facial avanzados en el pequeño agujero, pero lo que sí han mantenido es el recurrir a un sensor de huellas ultrasónico.
Esto favorece mucho la experiencia con respecto a los lectores ópticos que hemos probado en otros modelos de la compañía. La tasa de error es mínima, sin que se exija demasiado a nivel de superficie de huella necesaria para la lectura, siendo rápido y permitiendo registrar cuatro huellas (así sí, Samsung, sin chapuzas).
La experiencia por tanto es muy buena, mejor si desactivamos que haya un efecto de transición de pantalla al desbloquear (una opción dentro de las preferencias de datos biométricos en los ajustes de la pantalla de bloqueo). Sería interesante hacer un tú a tú con un S10 para ver si hay mejora y si ésta es perceptible, pero lo que queda patente es que este sensor y su implementación cumplen con creces las expectativas.
Hablando del reconocimiento facial, el registro del rostro se produce muy rápidamente. Lo interesante sigue siendo que hay muchas opciones de cara a registrar más de un perfil, pero no funciona en la oscuridad o si le da directamente la luz y tiene algún fallo si alternamos el uso de gafas aunque hayamos registrado un aspecto alternativo con ellas.
En general funciona bien salvando estas situaciones, siendo además muy rápido, pero aunque se añade el poder activar pantalla al levantar el móvil esto no funciona demasiado bien, teniendo que exagerar el gesto en ocasiones (parece algo relacionado con el acelerómetro y/o el giroscopio). Nos da opción para que una vez se desbloquee el teléfono aparezca la pantalla de bloqueo o la que esté en activo en ese momento, siendo más cómodo normalmente lo segundo.
Cámaras: un hardware prometedor que aún no brilla como debería
Al fabricante surcoreano parecen gustarle más los titulares sobre aspectos de la cámara que a un niño un caramelo y, aunque este año por fin han desistido con la apertura dual, pareció que mostraron cierto regocizo con su sensor de 108 megapíxeles y el zoom digital de hasta 100x. Esto es cosa del S20 Ultra, dado que la configuración que integra el mayor de los Galaxy S20 es superior a la de los otros dos, componiéndose del triplete de moda junto con un sensor ToF:
- Cámara principal con sensor de 108 megapíxeles (píxeles de 0,8µm) con una lente angular con apertura f/1.8 y estabilización óptica.
- Cámara ultra gran angular con sensor de 12 megapíxeles (píxeles de 1,4µm) y lente con apertura f/2.2.
- Teleobjetivo con apertura f/3.5 y estabilización óptica de imagen con un sensor de 48 megapíxeles (píxeles de 0,8µm).
- Sensor de profundidad.
Sobre el papel, más interesante casi que el número de megapíxeles es que este sensor es unas 1,7 veces más grande que el que integraba la cámara principal del S10+. También cabe recalcar que las cámaras recurren al pixel binning, llamado en esta ocasión Nonacell al fusionar grupos de 9 píxeles (3x3) para obtener fotos de 12 megapíxeles, buscando dar más iluminación y detalle (con píxeles que pasan de ser de 0,8 µm a 2,4 µm).
Hablando de la fusión de píxeles, es algo que por cierto también se hace en la cámara frontal. Ésta integra un sensor de 40 megapíxeles (con píxeles de 0,7µm) y lente con apertura f/2.2, y en este caso se fusionan cuatro píxeles en uno para obtener fotografías de 10 megapíxeles con píxeles de 1,4µm.
Como ya desarrollamos en su momento, Samsung habla de “zoom híbrido óptico”, un término bastante confuso que no deja claro en un primer momento de que tipo de zoom se habla. A falta de tener las distancias focales, lo que vimos es que el tele de este S20 Ultra debería dar algo menos de 4x, si bien lo que destacaban es ese zoom de 100x que claramente es digital y que se obtiene con el trabajo conjunto del sensor de 108 megapíxeles y el de 64, según detalló la marca.
Lo que destaca también de las capacidades de estas cámaras y su software es que además de tener dos estabilizadores, el gran angular sigue siendo de 123 grados (teniendo uno de los campos más amplios en grandes angulares de móviles) y que podemos grabar en 8K. Pero para ver qué podemos hacer con cada lente, mejor darnos el habitual paseo por esta app, ya conocida pero readaptada para este terminal y sus nuevas funciones.
App de cámara
El software de Samsung es una de las máximas representaciones de la personalización y es también muy evidente en la app de cámara como llevamos viendo hace tiempo. En este móvil se parte de ese mismo esquema con secciones con pestañas y accesos directos que abunda en Android y caracteriza desde hace tiempo la app, con esa particularidad tan bienvenida de poder editar dichas secciones (salvo los modos básicos) yendo a la de Más.
Vemos que en el Samsung Galaxy S20 Ultra no hay accesos rápidos específicos para los 108 megapíxeles o alguna función específica, pero sí hay un modo Pro completo (a diferencia de los Lite) y un modo Noche que ha evolucionado como veremos al hablar de los resultados. No permite ajustes manuales, pero sí dispone de larga exposición cuando el sistema lo cree conveniente, muy similar a lo que vimos en iOS 13 y los iPhone 11 Pro.
Hay algo que siempre comentamos en el lado de los aspectos a corregir es el hecho de que no haya un acceso directo para el HDR y activarlo manualmente sea algo tedioso al requerir ir cada vez a los ajustes. Aquí ha habido un gran cambio, pero [redoble]... No a mejor en cuanto a que el usuario lleve el timón del HDR: su activación será automática y como mucho podremos desactivarlo, pero si el sistema no considera adecuado activarlo en determinada escena no habrá manera de forzarlo.
Más allá de esto, en los ajustes tenemos la opción de elegir la resolución de los vídeos tanto frontal como trasero, así como elegir el tipo de guardado permitiéndose el RAW. Encontramos también otros añadidos como la identificación de escenas, que el escáner de códigos QR sea automático u opciones para los botones y el disparo.
El cambio de lentes dispone de accesos directos en la interfaz para el ultra gran angular (0,5x) y el teleobjetivo (5x), así como del zoom gradual o botones para 0,5x, 1x, 2x, 4x, 10x, 30x y 100x. Es un cambio que funciona bastante rápido en el modo foto y que veremos qué ocurre con el del vídeo posteriormente, avanzando ya que en no todas las resoluciones o fps podremos hacerlo.
Luego hablaremos del desempeño de los zoom, pero hay algo que nos ha gustado bastante de la app: al llegar a 20 aumentos la interfaz nos muestra una miniatura de dónde estamos encuadrando, lo cual es una guía muy visual y útil cuando el zoom digital es tan cercano que a veces cuesta adivinar dónde estamos enfocando.
Vemos que uno de los modos es el de Captura única, lo cual fue uno de los destacados en la presentación del terminal y que al activarse simula que hace un pequeño clip, aunque como veremos luego el resultado son varias fotos y clips según la escena y el tiempo que dejemos. Interesante comentar que tanto este modo, como los de enfoque dinámico (retrato, en vídeo y foto) como el modo noche funcionan también en la cámara frontal.
Ésta vendrá por defecto con el efecto de belleza activado, por lo que si no lo deseamos tendremos que ir al icono de la varita mágica en los accesos rápidos (que aparecerá en amarillo) para desactivarlo. Los ajustes, que cambian según qué cámara estemos usando, permiten que dejemos que el móvil active el gran angular para fotografías con esta cámara si hay más de una persona en el encuadre, además de que al activar el temporizador hay una animación que rodea la cámara frontal y es algo que se agradece al recordar al fotografiado dónde ha de mirar (si quiere).
Comentar que el modo de enfoque dinámico sigue funcionando para cualquier ítem, sea o no persona, en ambas cámaras salvo que activemos alguno de los efectos de desenfoque. Y aunque su activación es automática y depende del móvil, podremos regular manualmente el grado de nitidez (en el modo estándar).
En cuanto al editor propio, es bastante completo y se adapta a los tipos de fotografía o vídeo que hemos obtenido. La galería muestra cuándo se trata de una “captura única”, seleccionando el clip o foto favorita, y con el editor podremos cambiar el efecto de desenfoque en el modo retrato, además de las ediciones habituales.
En general la app va bastante bien, no se nos ha bloqueado o cerrado y funciona con fluidez salvo cuando vamos a los ajustes. Este paso sigue siendo algo lento con respecto a cualquier otra activación, algo que puede ser relativamente frecuente por la batalla con el HDR o si se cambia de resolución de vídeo con frecuencia.
Cámaras traseras
Hay cierta evolución el desempeño global de las cámaras de los Galaxy S y vemos unos colores bastante más realistas que anteriormente con muy buen rango dinámico en general, aunque esperábamos que la dependencia de buenas condiciones de luz fuese algo menor para obtener un resultado claramente alto al tener esos grandes píxeles (virtuales) que se prometían. En cuanto pasamos a un ambiente de interiores con iluminación menos intensa, un atardecer o sobre todo la noche veremos cómo se nota cierta bajada de nivel.
De arriba a abajo, lente ultra gran angular, lente angular y teleobjetivo.
Al final nos ha quedado más la sensación de altibajos que teníamos con el S10 Lite, con disparos geniales y otros que dejan que desear, sobre todo en un ultra gran angular que podría haber batido a la competencia y que a falta de una comparativa no parece haberlo logrado con lo ya visto. Sí hay mejoras en el zoom y en el vídeo, y veremos que hay escenarios en los que destaca claramente, pero nos ha sabido a poco en comparación a lo que esperábamos tras la teoría.
Nos ha quedado la sensación de altibajos que teníamos con el S10 Lite, con unos disparos geniales y otros que dejan que desear
Fotografía en automático.
Hablando de la cámara principal, vemos imágenes que como decíamos logran una colorimetría realista y normalmente hay buen rango dinámico, con buen trabajo a la hora de interpretar iluminaciones y sombras. Con la lupa es fácil que veamos falta de detalle en los planos más alejados, aún con buena luz, siguiendo siendo el talón de Aquiles más importante de Samsung: la nitidez. Pero aún así en exteriores e interiores bien iluminados defiende muy bien.
Fotografía en automático.
Fotografía en automático.
La excepción: la fotografía macro. La casa sigue logrando un excelente resultado en este tipo de disparo sobre todo con buena luz, que además es cuando el enfoque automático trabaja mejor. En interiores lo cuesta algo más de lo esperado centrarse, como os mostramos en un pequeño clip.
Fotografía en HDR.
El HDR es bastante sutil y su activación es bastante curiosa, sin poderlo activar en situaciones donde normalmente suelen saltar los automáticos como un primer plano con cielo detrás o un contraluz. Veremos que no hay muchos cambios con luz abundante, viendo que hay un mejor trabajo con las sombras sobre todo, pero de noche podrá sacarnos algo más de definición en algunos contornos que el automático no defiende.
Eso sí, es un disparo lento y más aún si hablamos de la fotografía nocturna. Aquí es donde más se echa de menos un control manual, dado que nos puede convenir un disparo sin HDR para lograr algo más de detalle en los fondos (sobre todo en escenas de luz abundante artificial, donde el enfoque parece trabajar mejor también).
Aquí el HDR ayuda a definir contornos y no hay pérdida de nitidez, logrando una mejor interpretación de las sombras.
En el ultra gran angular puede penalizar el uso del HDR a nivel de definición en los planos más alejados.
Hilando con esto podemos hablar precisamente de la fotografía en interiores y de noche. Aquí es donde más se echa de menos ese plus de nitidez que se nos prometía con el nuevo sensor, si bien con iluminación algo más favorable se obtienen muy buenas instantáneas hablando de la lente principal, manteniendo los colores fieles a la realidad y sin los extras de contraste que se ven en el ultra gran angular en interiores.
Fotografía en automático.
Por la noche salva bastante bien la situación hablando del angular, con una pérdida de nitidez quizás algo más alta de lo esperado pero sin que sea nada preocupante sobre todo con escenas bien iluminadas. Cuando la luz escasea el modo noche es una buena ayuda, dado que rescata mucha información de las iluminaciones disparando con menor ISO y obteniendo así mayor definición en muchos casos.
Este modo noche logra pasar a la liga de los de la larga exposición con estabilización, aunque a falta de comparar quizás aún no logre alcanzar los resultados del disparo (en auto) de los Huawei o del modo noche de los Pixel. El tiempo de exposición es siempre automático y en nuestra experiencia la máxima exposición que hemos logrado son 10 segundos, en completa oscuridad (y cabe decir que para “el milagro” de recuperar algunas formas necesita al menos un pequeño halo de luz).
En cuanto al ultra gran angular, a éste le damos un minipunto positivo y uno negativo. Hablando en general de este tipo de lentes en móviles, normalmente sufre más con la exposición y no es raro ver que hay cambios en el balance de blancos, en los colores y en el rango dinámico.
Esto no es algo que notemos en este S20 (y sí notábamos en sus predecesores), manteniendo bastante los ajustes automáticos para el estándar, sin deformar en exceso y con colores muy realistas. Sí es cierto que en iluminación media y/o interiores veremos que el contraste es excesivo y las fotos deslucen un poco con respecto al automático, pero todo lo demás se mantiene y la deformación por la lente está bastante bien corregida y no es excesiva teniendo en cuenta el campo de visión.
Fotografía con el ultra gran angular.
Fotografía con el ultra gran angular.
El minipunto negativo es la nitidez. Bien es cierto que no nos hemos encontrado neblina como en anteriores móviles de la marca, pero el detalle decae bastante con respecto a la lente estándar incluso de día hablando sobre todo de planos alejados.
Las olas se mantienen, pero las dunas no se dibujan en el ultra gran angular.
Con el zoom también tenemos de todo un poco. Aunque tenemos la posibilidad de saltar automáticamente a los 2x o bien gradualmente a donde queramos, el telefoto se activa a partir de 4x. De ahí que veamos que en los planos alejados el detalle es mayor con el teleobjetivo a 4x que con la lente estándar a 2x.
En general vemos fotos con poca pérdida hablando del telefoto (sobre todo hasta 5x). El zoom híbrido (o como quieran llamarlo en Samsung) se defiende y también tiene poca pérdida de día, pero el digital es algo casi testimonial: los disparos a 100x son borrones y requiere tal estabilización que rara vez recurrimos a él esperando algo mínimamente definido.
El zoom aplicado en las fotos de la derecha es de 4x.
El modo de enfoque selectivo tiene bastante buen resultado hablando del recorte y de mantener la nitidez. El enfoque trabaja bien en este caso y normalmente no exige mucho para su activación, que depende de la distancia al sujeto pero que podremos “engañar” algunas veces para que aún no respetándola se active.
Fotografía con el modo de enfoque selectivo.
Cabe comentar que por defecto siempre se nos activará a 2x, por lo que para tener el encuadre a 1x tendremos que pulsar el icono del gran angular en la interfaz. El sensor de profundidad hace un buen trabajo habiendo logrado un bokeh más natural que el de anteriores ocasiones, el recorte es bastante acertado, sin borrones y lidiando muy bien con ese temido y afamado enemigo para los modos retrato de móviles: el pelo.
Arriba una foto hecha a 2x, abajo a 1x (ambas con el modo de enfoque selectivo).
En cuanto a la captura única, se trata de una función más de entretenimiento que de valor fotográfico por decirlo de algún modo. Es bastante divertido probar y ver qué considera el sistema lo mejor de una determinada escena, obteniendo entre ocho y diez elementos los cuales varían en encuadre, procesado y tipo (vídeo o foto), pero por esto mismo es mejor hacerlo si no buscamos un disparo específico.
Además de estas fotos hay un par de clips, tanto estándar como tipo "Boomerang" o GIF.
Además, debido al consistente procesado de algunas tomas éstas pierden algo de calidad (hablando lo más objetivamente posible, dado que quizás encaje en lo que ciertos usuarios puedan buscar para compartir en redes sociales).
Una foto de un set de Captura única.
Cámara frontal
Curioso el desempeño de esta lente y los píxeles de su sensor, también cogidos de la mano por software. El resultado es muy natural, con colores realistas y buen balance de blancos en general.
Fotografía en automático.
El que falla sigue siendo en ocasiones el enfoque, haciendo que el rostro no salga del todo nítido disparando en automático. Curiosamente es algo que cambia con el modo de enfoque dinámico o retrato, logrando disparos con un alto grado de nitidez, interpretando bien las luces y sombras y sin exceso de contraste o exageración de contornos ni siquiera a contraluz.
Este modo de enfoque dinámico funciona pues bastante bien, pudiendo realizar los mismos cambios y ajustes que con el de las cámaras traseras. El recorte es algo menos discreto y a veces sí veremos borrones en el pelo, con un bokeh algo plano pero salvando muy bien la situación en general.
Fotografía con enfoque dinámico.
El modo noche para la cámara frontal es un excelente aliciente. Veremos que logra obtener una autofoto relativamente definida en condiciones de casi oscuridad, logrando un extra considerable de detalle si lo probamos con luz tenue.
Aquí quizás el modo de Captura única tiene algo más de sentido mirando lo que suele compartirse en redes sociales. Da para capturar momentos divertidos con los clips de vídeo y habrá quien agradezca que ya dé fotos con filtro y en proporción 1:1.
Las fotos en un momento de Captura única en la cámara frontal.
Vídeo
Normalmente las virtudes y pecados de la fotografía se trasladan al vídeo y en las tres (cuatro) cámaras del S20 no vemos una excepción. Las tomas van a estar muy favorecidas si se realizan en exteriores y a pleno día, que será cuando el 4K y el 8K se disfruten especialmente dando muy buena definición.
El balance de blancos suele ser correcto aunque podemos ver que en ocasiones es demasiado cálido (no en exceso). Pero lo que está muy logrado es la estabilización, hablando de la que puede activarse por defecto y es independiente de la resolución.
La superestabilización da muy buen resultado, dando vídeos más próximos a lo que se obtiene con un gimbal (salvando las distancias). Con buena iluminación compensará activarla si queremos la máxima estabilización, dado que a 1080p o a pantalla completa (2.400 x 1.080 píxeles) el S20 Ultra resuelve muy bien a nivel de definición.
Esto cambia cuando anochece o en el atardecer, es decir, cuando la luz es más escasa. Hay más ruido y pérdida de nitidez de lo esperado, incluso hablando del 4K.
Hablando del cambio de lentes, en las tomas con 8K sólo podremos grabar con el objetivo principal, pudiendo hacer zoom hasta 4x (sin el teleobjetivo). En las resoluciones 1080p y 4K podremos usar las tres lentes, ya sea a 30 o a 60 fps, y la superestabilización recurre al objetivo de ultra gran angular (aunque optemos por el 1x).
Lo que quizás nos pueda interesar más es cómo lo hace. En la interfaz se disponen los mismo tres botones para gran angular/estándar/zoom que con la fotografía, correspondiéndose a 0,5x, 1x y 5x, de modo que al pulsarse va gradualmente hasta los aumentos que indiquemos.
Puede ser relativamente suave si el salto es corto: de 1x a 0,x o a 2x es algo más fluido y natural, pero si pulsamos el botón zoom el salto a 5x es demasiado repentino aunque sea progresivo.
La captura de audio es muy buena y hay un buen trabajo con la función audio zoom. La entrada no queda obstaculizada con el agarre y hay buena captura aunque haya viento.
Si recurrimos a la función de Captura única veremos que hay distintos tipos de clips, tanto estándar como pequeños GIFs o estilo Boomerang. Por su parte, la cámara superlenta graba a 1.280 x 720 píxeles y sólo permite hacer pequeños clips automáticos, con un resultado muy dependiente de la luz (en interiores es bastante mejorable).
La cámara frontal da muy buen resultado. De hecho, el fabricante no sólo permite hacer vídeos en 4K, sino que también podemos optar por grabaciones a 60 fps y al vídeo dinámiico.
Los colores son muy realistas y hay muy buena interpretación de iluminaciones y sombras. El detalle se conserva muy bien y hay también muy buen trabajo de la estabilización (electrónica), y el efecto de desenfoque del vídeo dinámico se aplica con mucho acierto aunque nos movamos.
Sonido: así debe sonar un buque insignia
En los Galaxy de gama alta esperamos un sonido cuidado y de calidad, al malacostumbrarnos con esto en los sucesivos modelos desde hace años. Sobre el papel lo prometen con audio estéreo y la firma de AKG y Dolby, el primero en los auriculares USB tipo C que se entregan con el terminal y que permiten recurrir a la fuente analógica si el usuario no tiene un adaptador a este puerto, ya que no dispone de jack de 3,5 milímetros como ya habíamos introducido.
¿Se lleva el viento las palabras en este caso? No, lo que se lleva es un alud de potencia con estos altavoces estéreo que con su máximo de 112,8 decibelios a la salida del altavoz principal (80 decibelios ambientales) tengamos que tenerlo más o menos al 50% si lo usamos de centro multimedia y lo tenemos cerca. Una potencia que no exime de la pérdida calidad que esto suele propiciar, de modo que siempre tendremos mejor experiencia con los altavoces si al menos bajamos a un 75% del volumen total.
La calidad es alta, es un sonido con matiz y muy buen rango dinámico emitido por estos altavoces y tal cual viene de fábrica. El diseño favorece que la salida dual dé un sonido envolvente y muy bien repartido y compensado que se agradece especialmente con los videojuegos, si bien notaremos que el móvil vibra bastante al usar los altavoces (algo “maraca edition” como aquel iPhone 7).
Hablando de las modificaciones que podemos aplicar para intentar mejorar la experiencia auditiva, el sistema añade como hemos comentado el Dolby Atmos, que junto con el ecualizador es lo único que podemos ajustar en el caso de los altavoces. Ahora hablaremos de las posibilidades con auriculares, pero el Dolby Atmos da un extra de volumen y de sonido envolvente que se agradece mucho y proporciona una experiencia más satisfactoria, la cual podemos afinar si nos acordamos de seleccionar si se trata de música, voz o vídeo cada vez en el menú del Dolby, pero que también trabaja bien en automático.
Hablando de auriculares (y probando con estos AKG incluidos), los extras que encontramos son el optimizador UHQ y el Adapt Sound. En el primero podemos dejar la mejora de bits que viene seleccionada por defecto, o bien ampliar con el ancho de banda que trata de dar más nitidez, notándose muy levemente (el sonido es algo más envolvente).
El Adapt Sound nos permite seleccionar un perfil de sonido basado en nuestra edad o bien en nuestra audición. Pasando un sencillo test con pitidos el sistema ve qué compensar con algo más de amplificación según se necesite, y en este caso la verdad es que nos da una mejor experiencia que los predefinidos. Así, nos hemos quedado con el Dolby Atmos, el optmizador UHQ en ancho de banda y el perfil de sonido personalizado.
Autonomía: unos 5.000 mAh que pueden lucirse o no
La exigencia a las baterías es cada vez mayor por parte de ciertos componentes, pero también lo es el volumen disponible para las mismas ahora que la diagonal media de pantalla se acomoda en torno a las 6,5 pulgadas, En este caso, el voluminoso chasis del Galaxy S20 Ultra alberga una pila de 5.000 mAh, una cifra que sobre el papel sigue siendo destacable aunque no sea de récord.
Lo que nos dure una carga dependerá en primer lugar de cómo tengamos configurado el móvil a nivel de tasa de refresco
Lo que nos dure una carga dependerá en primer lugar de cómo tengamos configurado el móvil a nivel de tasa de refresco; la marca ya lo advierte en la propia configuración, dado que el consumo energético con 120 Hz es mayor. La diferencia puede llegar a ser de más o menos tres horas, dependiendo mucho del uso que hagamos (sobre todo de las horas de pantalla).
Con el test de batería de PC Mark se ve que la cifra que da con 120 hercios es baja para dicha batería (los 5.620 mAh del Xiaomi Mi Note 10 daban más de 19 horas).
Con esto, la autonomía media del S20 Ultra no da unas cifras brillantes o lo que a priori podamos esperar de una batería de 5.000 mAh, pero teniendo en cuenta que son 6,9 pulgadas de panel y dicha tasa de refresco tampoco está mal. La autonomía media son unas 21 horas, con algo menos de 6 horas de pantalla.
Como decimos, no son unas cifras destacables y están bastante por debajo de lo que tuvimos con el Xiaomi Mi Note 10 (6,47 pulgadas, 60 Hz y 5.620 mAh), lo cual indica que aquí puede haber trabajo por hacer para lograr alguna mejora. Pero pese a esto la experiencia en el día a día es buena, pudiendo salir de casa con el 100% o algo menos de la batería cargada sin preocuparnos de llevar una batería externa aguantando sin problemas 17 horas de uso medio-intenso.
En lo que sí destaca es en la carga rápida. Con el cargador que se entrega con el móvil se completa una carga entera desde el 0% (y con el móvil apagado) en 1 hora y 1 minuto, lo cual es bastante llamativo y compensa en parte el hecho de no tener una autonomía mejor o más cercana a la jornada y media que llegan a tener estas pilas en móviles Android.
Samsung Galaxy S20 Ultra, la opinión de Xataka
En la serie Galaxy S de Samsung hemos visto las propuestas que más o menos se han asentado en los gama alta de la marca viendo el efecto en los Note, y también salpicando a la competencia en aspectos como la curvatura en las pantallas. Pero lo que también hemos visto es que en ocasiones la diferenciación con estos rivales ha parecido algo forzado y no tanto un golpe en la mesa, viendo que a nivel de ventas los Galaxy S han ido perdiendo fuelle en los últimos años.
El Samsung Galaxy Ultra nos da sensaciones varias en este sentido. No nos ha convencido de una manera absoluta ni nos ha parecido que cumple al 100% esa sensación de “bestia parda” que trae su apellido y su ficha técnica, pero parece la materialización de que se han tomado ciertas buenas decisiones, de que se han puesto los adoquines de un nuevo camino en lo que parece una mejor dirección.
La pantalla de 120 hercios es un gran aliciente. Una lástima que se tenga que renunciar a la máxima resolución y que repercuta en la autonomía, pero es una fluidez que una capa tan hambrienta como One UI agradece mucho y mejora mucho la experiencia para quienes valoramos ese aspecto en la interacción usuario-interfaz.
La curvatura reducida es también algo muy positivo, mucho. El gesto “atrás” es muy cómodo, la sombra natural de la curvatura es mucho menor y se mantiene una de las señas de identidad de los Galaxy S, con lo que en principio ganamos todos. Además de que, como hemos dicho, pese a tener ese extra de saturación, la pantalla da muy buena experiencia en general.
El audio es otro fuerte de este móvil. Algo que sí es habitual en esta línea de smartphones y que tiene margen de mejora en cuanto a la vibración que se percibe usando los altavoces, pero da la sensación de que será el rival a batir en este aspecto en 2020.
Hablando de vibración, el motor de vibración es bastante basto, algo que sorprende en un alta gama. Quizás podría mejorarse el componente o añadir un control de la vibración como vemos en iOS, con el cual pueda seleccionarse un grado menor.
En relación a las cámaras, vemos algunas mejoras y sobre todo una configuración y unas funciones con mucho más sentido, a excepción de ese cuestionable HDR tan automático. La calidad final no es la esperada, pero puede asentar unos buenos cimientos para que sus sucesores logren el rendimiento esperado quizás con mejor procesado para aprovechar mejor ese gran sensor y con un ultra gran angular que pueda ser una referencia o lo que ha logrado ser Huawei con el zoom.
En general es un móvil completo y competente, con una configuración interesante y un desempeño que cumple expectativas a varios niveles. Veremos cómo queda con respecto a sus futuros oponentes en una comparativa que tras probar este móvil tenemos aún más ganas de hacer.
9.1
Diseño9,25
Pantalla9,5
Rendimiento9,5
Cámara9,25
Software8,75
Autonomía8,25
A favor
- Bienvenidos los 120 hercios: es una mejora perceptible y muy beneficiosa para la interacción con el software (no tanto para la autonomía).
- El audio es de calidad y contribuye a dar una experiencia multimedia muy buena.
- El módulo sobresale mucho, pero el hecho de que la curvatura en la pantalla haya disminuido ha mejorado el diseño en cuanto al uso.
En contra
- Es muy grande, algo tan inevitable como quizás negativo para algunos usuarios (porque cansa), aunque teniendo en cuenta que son casi 7 pulgadas de pantalla tampoco sorprende.
- La autonomía es bastante regular teniendo en cuenta precedentes y competencia, aunque tenga su lógica.
- Las cámaras rinden algo por debajo de lo esperado teniendo en cuenta lo que ofrecen sobre el papel.
Samsung Galaxy S20 Ultra 5G - Smartphone 6.9" Dynamic AMOLED (12GB RAM, 128GB ROM ampiables, cámara 108MP gran angular, Octa-core Exynos 990, 5000mAh batería), Cosmic Gray [Versión española]
El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Samsung. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.