Primero fue el metal y el cristal, luego fue la curva y ahora el agujero en la pantalla. Cuando Samsung estrena novedad en diseño lo hace apostando fuerte y su segunda hornada de buques insignia de 2019 hereda nueva imagen de sus antecesores, y vemos qué tal les sienta esto en el análisis del Samsung Galaxy Note 10+.
Cambios en el frontal y en la parte trasera, pero no en el hecho de que sigue siendo el terminal del S Pen. La diferencia clave en esa especie de convergencia que vemos entre los Galaxy S y los Note, que en este caso se inserta en un terminal de 6,8 pulgadas con triple cámara trasera y 12 GB de RAM. Os contamos en detalle qué tal con él.
Ficha técnica del Samsung Galaxy Note 10+
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Samsung Galaxy Note 10+ |
Pantalla |
6.8” Dynamic AMOLED Infinity O 3.040 x 1.440, 498 ppp, HDR10+ |
Procesador |
Exynos 9825, 7nm |
RAM y almacenamiento |
12 GB RAM256/512 GB |
Cámara frontal |
10 MP, AF, f/2.2, 80º |
Cámaras traseras |
Cuatro cámaras: Ultra gran angular 16 MP, f/2.2, 123º Gran angular: 12 MP, AF, f/1.5-2.4, OIS, 77º Telefoto: 12 MP, f/2.1, OIS, 45º Sensor profundidad: VGA, f/1.4, 72º |
Conectividad |
5G NSA (en algunos mercados), WiFi ac/ax, VHT80 MU-MIMO, Bluetooth 5.0, ANT+, USB-C, NFC, GPS (Galileo, Glonass, Beidou) |
Batería |
4.300 mAh Carga inalámbrica Carga rápida 45W (cargador no incluido) |
Biometría |
Sensor de huellas ultrasónico Reconocimiento facial |
Dimensiones y peso |
162,3 x 77,2 x 7,9 mm, 196 g |
Dimensiones S Pen |
105,08 x 4,35 x 5,8 mm, 3,04 g |
Precio |
Desde 1.109 euros |
Samsung Galaxy Note10+ SM-N975F - Smartphone (Dual SIM, 12 GB RAM, 256 GB Memoria, 10 MP Dual Pixel AF) Blanco (White)
Diseño: un estilo cada vez más diluido y ahora multicolor
Hay señas de identidad que parecen inmortales, pero de alguna manera Samsung logra preservar el espíritu de los Note sin renunciar a evoluciones o novedades en la estética que se transforman en tendencia (o que quieren que eso acaben siendo). De este modo, el Note 10+ mantiene las curvas en los lados, afectando a pantalla y trasera, acabando en un también tradicional borde metálico que en su base guarda un hueco para el S Pen.
En el modelo Aura Glow (lo que viene a ser un reflejo multicolor constante a lo holograma) el borde metálico es plateado, siendo muy fino en los lados izquierdo y derecho y rompiendo lo que normalmente es una curvatura en semiesfera para dejar un borde más “afilado”. Pero esto va entrecomillado porque no es incómodo ni se siente cortante en ningún momento, de hecho aunque no es un smartphone pequeño tampoco se tiene la sensación de sostener un teléfono grande como sí ocurre con el Huawei Mate 20 X o un OnePlus 7 Pro, integrando una pantalla de diagonal de 6,8 pulgadas (que no son pocas).
Los bordes superior e inferior dibujan un ángulo recto con los laterales con una curvatura muy poco pronunciada, al estilo de algunos Xperia como ya dijimos en la comparativa con otros buques insignia del momento. Así logra diferenciarse de otros smartphones en los que se ha optado por esquinas mucho más suavizadas, como el Huawei P30 Pro, el Xiaomi Mi 9T Pro, los Galaxy 10 o el propio Samsung Galaxy Note 9, de hecho estas esquinas sí resultan un tanto puntiagudas cuando nos pasamos un buen rato jugando o sujetando el móvil en horizontal.
Con todo, en mano da la sensación de estar sujetando un móvil compacto y relativamente delgado para ser esa diagonal, sobre todo teniendo en cuenta que aunque no tiene minijack de audio alberga un puntero y una batería de 4.300 miliamperios/hora. Y en este caso no resulta ser una sensación engañosa del todo, viendo que con una pantalla de 6,8 pulgadas logra ser más contenido que el LG V50 ThinQ 5G (con una pantalla de 6,4 pulgadas) o que el OnePlus 7 Pro (con pantalla de 6,67 pulgadas), si bien no es de los más ligeros.
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Altura (mm) |
Anchura (mm) |
Grosor (mm) |
Peso (g) |
Pantalla (pulgadas) |
Superficie frontal (cm2) |
Volumen (cc) |
Batería (mAh) |
Samsung Galaxy Note 10+ |
162 |
77,2 |
7,9 |
196 |
6,8” |
125,3 |
98,98 |
4.300 |
Samsung Galaxy S10+ |
157,6 |
74,1 |
7,8 |
175 |
6,4” |
116,78 |
91,09 |
4.300 |
Huawei P30 Pro |
158 |
73,4 |
8,4 |
192 |
6,47” |
115,91 |
97,42 |
4.200 |
Pixel 3 XL |
158 |
76,7 |
7,9 |
184 |
6,3” |
121,19 |
95,73 |
3.430 |
iPhone XS Max |
157,5 |
77,4 |
7,7 |
208 |
6,5” |
121,91 |
93,87 |
3.174 |
Xiaomi Mi 9 |
157,9 |
74,7 |
7,6 |
173 |
6,3” |
117,95 |
89,64 |
3.300 |
LG V50 5G |
159,2 |
76,1 |
8,3 |
183 |
6,4” |
121,15 |
100,55 |
4.000 |
OnePlus 7 Pro |
162,6 |
75,9 |
8,8 |
206 |
6,67” |
123,41 |
108,6 |
4.000 |
OPPO Reno 10x Zoom |
162 |
77,2 |
9,3 |
210 |
6,6” |
125,06 |
116,31 |
4.065 |
Sony Xperia 1 |
167 |
72 |
8,2 |
180 |
6,5” |
120,24 |
98,6 |
3.330 |
Así, el trabajo de compactación por parte de Samsung vuelve a convencer, dejando un envoltorio algo menos convencional que históricamente gracias a este nuevo acabado tan colorido que pone casi imposible al móvil pasar desapercibido (hablando del Aurora Glow). Es por ello que esa impresión de que todos los componentes de este terminal iban en el frasco más pequeño posible que tuvimos en la toma de contacto se mantiene.
Esa impresión de que todos los componentes de este terminal iban en el frasco más pequeño posible que tuvimos en la toma de contacto se mantiene
Los materiales dan sensación de calidad y robustez, da la impresión de ser resistente a arañazos y golpes suaves (algo que afortunadamente no hemos comprobado) hablando del metal de los bordes y el cristal de la trasera. Eso sí, las huellas y la grasilla de los dedos queda muy fácilmente en la trasera del Note 10+, y es muy resbaladizo, por lo que una funda puede ser una idea conveniente.
Los mil y un colores del acabado "Aura Glow". Si en cada foto veis un matiz es porque eso es lo que ocurre con esta trasera.
En cuanto a los botones físicos, no hay uno exclusivo para Bixby, el asistente virtual propio de Samsung, perdiendo ese resquicio de ADN de su antecesor directo el Galaxy Note 9. Hablaremos de su desempeño en la parte de software, pero lo que sí se mantiene es la ubicación de los ahora tres botones físicos en el lado izquierdo (volumen y encendido), dando la posibilidad igualmente de llamar con ellos a Bixby.
Es bastante habitual que veamos los botones en el lado derecho, aunque no resulta difícil acostumbrarse a una opción u otra. Aunque en este caso hay un pequeño inconveniente cuando usamos el móvil en horizontal: si estamos acostumbrados a voltearlo de modo que la cámara frontal queda a la izquierda, al sostenerlo así será fácil pulsar estos botones accidentalmente con los dedos de apoyo, aunque todo es cuestión de acostumbrarse o cambiar el hábito).
Como hemos visto, pese a ser compacto no deja de ser pesado. Aunque al ser ergonímico y cómodo rara vez llega a cansarnos, quizás si estamos bastante rato jugando o viendo contenido multimedia.
Pantalla: la resolución y la calidad que merece un buque insignia
Una de las diferencias entre un Note y otro era la diagonal y la resolución de la pantalla. Normalmente llevar el apellido “pro” o “plus” conlleva ventajas y en este caso hablamos de 6,8 pulgadas y 3.040 x 1.440 píxeles de resolución (498 ppp de densidad) con respecto a las 6,3 y 2.280 x 1.080 píxeles del Note 10 estándar. Eso sí, ambos con una nueva pantalla Infinity O que sitúa el agujero para la cámara frontal al centro y no a un lado como vimos en los Galaxy S10.
Se trata de un panel Dynamic AMOLED que viene algo frío de fábrica y con la ligera sobresaturación que parece gustar al fabricante y/o a sus usuarios, pero esto tiene su correspondiente apartado en los ajustes de pantalla. Eso sí, tendremos que ceder si preferimos unos colores menos vívidos porque para poder ajustar la temperatura y el matiz de los blancos tendremos que establecerlo en “Intenso” en lo referente a la saturación.
Es por ello que si preferimos un nivel de saturación alto (y no muy alto) nos convendrá el modo Natural, si bien lo que también debería corregirse es que el ajuste de temperatura no diese saltos tan grandes y fuese más gradual. Lo que también podremos ajustar es la resolución, aunque lo suyo es mantener el WQHD+ porque el nivel de nitidez es una delicia (y que no muchos móviles de 2019 alcanzan o superan esta resolución).
Bien también a nivel de contraste y de brillo máximo, que según la marca llega a los 1.200 nits. De día, cuando la luz incide más intensa y directamente, el nivel de brillo máximo es suficiente, aunque el ajuste de brillo automático tiene algunos problemas cuando se pasa de un entorno más iluminado a uno menos oscuro reaccionando con lentitud (y en alguna ocasión quedándose corto y requiriendo que lo subamos manualmente un poco).
Algo que One UI (la capa propia de software de Samsung) sigue haciendo es establecer un ajuste automático de brillo cuando la batería llega al 5%, de manera similar a LG. Esto se hace en beneficio de preservar la autonomía con ese bajo nivel de batería, pero siempre es demasiado bajo (incluso en entornos de iluminación tenue) y no estará de más que pudiese desactivarse o ajustarse.
Como casi no podía ser de otra manera y hemos comentado, se trata de una pantalla curvada a ambos lados. Esto tiene consecuencias estéticas y funcionales por las que el fabricante apuesta desde un primer anticipo con el Samsung Galaxy Note Edge y el asentamiento con el Samsung Galaxy S6 Edge en 2015, dando un toque ya no tan distinto al diseño y añadiendo algunas funciones de software con las que se procura dar alguna baza a nivel de uso.
Las funciones no son nuevas, quedando en la Pantalla Edge y la Iluminación Edge. En primer lugar se trata de la pestaña de accesos y funciones rápidas que podemos configurar bastante a nuestro gusto, colocando la discreta lengüeta en el lado que queramos (por defecto queda en el derecho, pero al iniciar el S Pen pasará automáticamente al derecho para no interferir con el software del puntero) y estableciendo qué apps y funciones preferimos tener ahí.
Obviamente la curvatura no es necesaria para esta función y hemos visto aproximaciones previamente en forma de pestaña o globo flotante, pero lo cierto es que resulta bastante útil si acostumbramos a pasar de una tarea a otra de manera habitual siendo algo más rápido que la multitarea, o bien si queremos tener los contactos o el portapapeles más a mano. Como ocurre con Bixby Home (de lo que luego hablaremos), puede desactivarse en cualquier momento.
La iluminación Edge es la que se habilita para ciertas notificaciones, como llamadas o apps de mensajería. Han añadido más opciones de personalizacion y podemos configurarlo para que se produzca en apps de terceros además de las de Samsung. Es más bien un adorno que una utilidad, salvo por el caso de las llamadas cuya iluminación es más intensa y sí se ve con el móvil boca abajo.
Aquí se ve cómo es la iluminación Edge cuando hay una notificación (Slack).
Por lo demás, la curvatura es un recurso como hemos dicho estético y depende más que nada de nuestras preferencias y gustos. Tratando de ser lo más asépticos posibles, hay que comentar que no suelen darse toques fantasma (alguno cuando el pulgar de apoyo toca mucho la pantalla al sujetarlo en modo apaisado) y que lo único que igual no nos gusta es que en fondos blancos aún se ve ese sombreado grisáceo en la parte de la curva (como vimos en los S10, aunque quizás más discreto).
Algo que actúa muy a favor de que en un primer vistazo el frontal y su pantalla nos puedan resultar atractivos es lo despejada que está. Algo favorecido por ese diseño de las Infinity O, cuya ventana a la cámara es bastante más discreta que en otros diseños.
Haciendo números, el aprovechamiento del frontal por parte de la pantalla es del 91% según GSMArena (92,2% según la marca). Una buena cifra que además viene acompañada de otras con respecto a lo que ocupan los marcos y la altura que queda para la barra de herramientas por la presencia del agujero.
El agujero tiene un diámetro aproximado de 4,14 milímetros contando el reborde negro, con lo cual la barra de herramientas mide unos 6,3 milímetros (7,27 si contamos el marco). Para que esto no sea tan abstracto, tenemos las referencias del HONOR View20, también con agujero, cuya barra quedaba en 6,74 milímetros o las del nuevo Motorola One Action, cuyo agujero es bastante más grande quedando una barra de 9,96 milímetros (sin marcos).
De ahí que, aunque aún sea algo más alta que las barras que quedan con soluciones como el notch o con un marco estándar (teniendo como referencia la del OnePlus 6T de 4,72 milímetros o la de 5,94 milímetros del Xiaomi Mi MIX 3), en este caso hayan logrado hacer un trabajo aceptable y no dé tanto la sensación de que se está desperdiciando espacio. Esta barra, además, tiene su apartado en la configuración, que aunque no integra un gran abanico de opciones algo tiene.
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Tipo de pantalla |
Diagonal |
Resolución |
Densidad |
Aspecto ratio |
Porcentaje p/f |
Samsung Galaxy Note 10+ |
Dynamic AMOLED Infinity O |
6,8” |
3.040 x 1.440 px |
498 ppp |
19:9 |
91 |
Samsung Galaxy S10+ |
Dynamic AMOLED Infinity O |
6,4” |
3.040 x 1.440 px |
526 ppp |
18,5:9 |
87,5 |
Huawei P30 Pro |
OLED (*notch*) |
6,47” |
2.340 x 1.080 px |
398 ppp |
19,5:9 |
88,6 |
Pixel 3 XL |
P-OLED (*notch*) |
6,3” |
2.560 x 1.440 px |
532 ppp |
18,5:9 |
82,4 |
iPhone XS Max |
Super AMOLED (*notch*) |
6,5” |
2.688 x 1.242 px |
458 ppp |
19,5:9 |
84,4 |
Xiaomi Mi 9 |
Super AMOLED (*notch*) |
6,3” |
2.340 x 1.080 px |
403 ppp |
19,5:9 |
85,2 |
LG V50 ThinQ 5G |
P-OLED |
6,4” |
3.120 x 1.440 px |
537 ppp |
19,5:9 |
83 |
OnePlus 7 Pro |
OLED (módulo) |
6,67” |
3.120 x 1.440 px |
516 ppp |
19,5:9 |
87,6 |
OPPO Reno 10x Zoom |
AMOLED (módulo) |
6,6” |
2.340 x 1.080 px |
387 ppp |
19,5:9 |
86,8 |
Sony Xperia 1 |
OLED |
6,5” |
3.840 x 1.664 px |
643 ppp |
21:9 |
82 |
Hablando del espacio disponible en la práctica, comentar para los más maniáticos detallistas que no se mantiene la simetría horizontal ya que el borde inferior es algo más grueso que el superior, que mantiene la equidad con los laterales. Pero al final es eso: lo ves, lo sostienes y piensas: “qué frontal tan despejado” (en parte “culpa” de las curvas).
Al final es eso: lo ves, lo sostienes y piensas: “qué frontal tan despejado”
La pantalla también soporta HDR10+, algo que estrenaron sus primos mayores los Galaxy S10. Como siempre, aquí dependeremos en última instancia del contenido y que encontremos lo que los interese, pero sí se aprecia una diferencia sobre todo a nivel de colores y contraste, teniendo mejor experiencia con los contenidos de este tipo.
Así, además de esos ajustes de pantalla podemos también modificar la navegación y algunos aspectos de la iluminación, como aplicar un filtro de luz azul (lo cual se agradece de noche, cuando el brillo automático puede quedar algo alto) o el modo oscuro, que como suele ocurrir únicamente afecta a las pantallas de ajustes de las interfaces propias de One UI (ajustes generales, cámara, Bixby, etc.), así como a la cortinilla de notificaciones.
Las opciones de navegación permiten reordenar los botones habituales o bien sustituirlos por los tiradores que ya vimos en anteriores móviles. Siguen sin ser los gestos carentes de elementos visuales como los de Apple o los de muchas capas de Andrioid como EMUI, MIUI u OxygenOS, pero al menos dan algo más de sentido a la reducción de marcos y funcionan muy bien.
Atendiendo precisamente a este borde inferior, veremos que automáticamente se coloca una pestaña para tener un acceso directo a Samsung Pay. Si vamos a recurrir a deslizar de abajo a arriba para el tirador que lleva a la pantalla de inicio o para llamar a Google Assistant y no vamos a usar el método de pago de Samsung, convendrá desinstalar la app para que desaparezca esto.
Podremos configurar también que la pantalla se active con un doble toque o levantándola, así como activar o temporizar la Always On Display (es decir, la pantalla ambiente). Podemos personalizar bastante la estética así como activar algún widget y seleccionar de qué apps queremos ver notificaciones, pero en este aspecto no hay cambios con respecto a lo que vimos en los S10.
Rendimiento: un hardware puntero que no acaba de lucirse siempre
Samsung ocupa un lugar importante en los escaparates de muchos países pero su verdadero fuerte son los componentes o semiconductores. Quizás por ello el fabricante siga con su jugada a dos manos a nivel de procesadores, lanzando en sus buques insignia versiones con los chips de Qualcomm y con los propios dependiendo del mercado.
Reparto también en el caso de los Galaxy Note, con lo que a EMEA nos toca la variante con el Exynos 9825, sin modem 5G en este caso dado que éste sólo se encuentra en el modelo Note 10 5G. El último procesador de Samsung que se traduce en una ligera evolución con respecto al Exynos 9820 que integran los Galaxy S10 y el Samsung Galaxy Fold (de Schrödinger).
Lo que acompaña a este modelo son 12 GB de RAM, lo máximo que estamos viendo en móviles Android, si bien en la práctica la diferencia con 8 ó 10 GB es casi imperceptible. Con todo esto no hemos visto que haya signos de que los componentes no sean lo suficientemente potentes para tirar con todo tipo de tareas, soportando bien tanto las más ligeras como aquellas que tiran más de recursos.
No hemos notado parones o cierres relacionados con un rendimiento insuficiente, lanzando bien la multitarea y sin problemas al reproducir dos tareas simultáneamente con la pantalla dividida. Eso sí, la capa aún mantiene cierto lag en transiciones y al voltear el móvil que no deja que esos 12 GB de RAM luzcan tanto.
Aunque lo realmente llamativo es el calentamiento, dado que aparece de manera relativamente habitual en el uso del móvil y sin estar precisamente con apps exigentes. Notaremos que la trasera empieza a calentarse al hacer unas pocas fotos o jugar, también si estamos unos minutos viendo vídeos en streaming.
A la izquierda un valor térmico cuando no notamos nada en la superficie (en este caso estábamos con reproducción de música en segundo plano y el móvil en reposo), a la derecha durante el juego tras unos minutos.
De hecho, en el manual de usuario se especifica que esto ocurre cuando se usa “extendidos periodos de tiempo” debido al incremento del consumo energético y que se cierren apps y deje de usarse el terminal (y lo dicho, cuando es streaming o cualquier cosa que tire de pantalla y gráficos con unos minutos basta). No ocurre por ejemplo con reproducción de música en segundo plano, aunque estemos con la pantalla activa con alguna tarea poco exigente.
Quienes os baséis en los benchmarks quizás veáis algo interesante al tratarse de un procesador nuevo. Los números parecen mostrar que los Exynos siguen por debajo de los Qualcomm a nivel de rendimiento, si bien en la práctica no se nota diferencia entre uno y otro por ejemplo al jugar.
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Samsung Galaxy Note 10+ |
Samsung Galaxy S10+ |
Xiaomi Mi 9T Pro |
LG V50 ThinQ |
OPPO Reno 10x Zoom |
OnePlus 7 |
Huawei P30 Pro |
OPPO Find X |
iPhone XS |
Procesador |
Exynos 9825 |
Exynos 9820 |
Snapdragon 855 |
Snapdragon 855 |
Snapdragon 855 |
Snapdragon 855 |
Kirin 980 |
Snapdragon 845 |
Apple A12 Bionic |
RAM |
12 |
6 GB |
6 GB |
8 GB |
8 GB |
8 GB |
8 GB |
6 GB |
4 GB |
AnTuTu |
340.698 |
331.707 |
361.727 |
315.066 |
361.293 |
369.741 |
261.115 |
282.324 |
313.341 |
Geekbench 4.0 (single/multi) |
1.582 / 5.564 |
4.459 / 10.195 |
3.496 / 10.855 |
3.507 / 10.948 |
3.153 / 11.143 |
3.526 / 11.323 |
3.251 / 9.670 |
3.308 / 7.915 |
4.803 / 11.178 |
PCMark Work |
8.361 |
7.620 |
9.358 |
9.364 |
8.649 |
9.282 |
7.644 |
9.803 |
- |
3DMark (Ice Storm Unlimited) |
32.923 |
56.351 |
63.913 |
69.212 |
58.399 |
41.865 |
36.003 |
63.702 |
- |
Software: cada vez más opciones, pero echamos en falta fluidez
De manera histórica, Samsung ha apostado por su propio software para engalanar a Android, aprovechando así para vitaminar al sistema de Google con utilidades, opciones y herramientas propias de los surcoreanos que de otro modo no estarían tan presentes. De este modo, en los Note 10 seguimos viendo One UI en todo su esplendor, con su interfaz de grandes títulos (o “zona para ver”) y elementos grandes.
Al iniciar el Note 10+ vemos las apps distribuidas en cajón y escritorio, lo cual puede cambiarse así como el tamaño de la parrilla. Como ya hemos comentado, es posible también modificar la parrilla de los toggles de la cortinilla de notificaciones, así como el tamaño y la tipografía de la fuente, y con todo eso dejar una interfaz más aprovechada y con elementos no tan grandes si lo preferimos.
La de Samsung es una capa relativamente cargada de sus servicios, si bien algunos pueden desinstalarse como ya hemos visto con Samsung Pay. Incluso podemos eliminar el navegador de One UI, siendo esto una utilidad que no todas las capas permiten eliminar. Las de terceros y de Google también pueden desinstalarse.
Las apps de fábrica en el Samsung Galaxy Note 10+ en el cajón de apps a la izquierda. A la derecha el nutrido surtido de notificaciones y globos con el que One UI nos da la bienvenida mientras se acaba de cargar todo.
Dependiendo del caso podremos desinstalar o desactivar lo que viene de fábrica (o tendremos que conservarlo, como la tienda de apps de Samsung).
Podemos desactivar las apps de terceros, pero se van a seguir actualizando y reaparecerán en nuestro cajón cuando esto ocurra.
Los ajustes se distribuyen con el orden que solemos ver, similar al de Android stock, lo cual permite que las búsquedas sean bastante deductivas. Hay diferencias con los de pantalla, al haber más opciones que en el sistema de Google per sé, y además encontramos apartados como el de Funciones avanzadas o Mantenimiento que son propias de la capa.
El apartado de Mantenimiento engloba, como es habitual, herramientas opcionalmente automáticas de limpieza de memorias y gestión del consumo energético, así como un antimalware opcional. Nos indica un cálculo de la optimización del dispositivo, dando opción a liberar algo de memoria o consumo de recursos que consiste en cerrar tareas (sorprendentemente no cierra la reproducción de música en segundo plano, lo cual suele ser víctima de estas herramientas. Y ya hablaremos de qué puede hacerse con el gasto de batería en la correspondiente sección.
Normalmente solemos decir que está bien hacer cierta vuelta de reconocimiento por una capa (sobre todo si es nueva para nosotros) y así ir viendo qué ofrece, pero One UI nos lleva algo más de la mano que otras. Desde un primer momento tendremos un buen surtido de notificaciones recordándonos las apps y servicios propios para que empecemos a usarlos (o bien los eliminemos), como Samsung Pay o Samsung Health, siendo útil (o necesario) para muchos de ellos tener cuenta en Samsung.
En esta capa encontramos un Game Launcher que detecta automáticamente el juego y se lanza cuando abrimos éste, si bien también podemos incluirlos a posteriori). Se trata del habitual sistema que muestra opciones automáticas para que se detengan las notificaciones, se prime en cierto modo el juego con respecto a los recursos del sistema y tengamos algún acceso directo, pero no hay diferencias en la práctica al ejecutarlo o no hablando de la fluidez del juego.
Lo que también tiene One UI es un apartado de bienestar digital llamado Salud digital. Como solemos ver en estas suites nos muestra un gráfico de sectores con las tareas y el tiempo que hemos ocupado con ellas del día, así como el número de notificaciones y desbloqueos. También podremos establecer restricciones de uso de apps (con un temporizador) y activar el tiempo de descanso (una manera de automatizar el modo no molestar y/o la escala de grises para desconectar un poco más).
La navegación es bastante intuitiva por los menús y secciones. Como hemos dicho, podemos personalizar el tamaño y distribución de las parrillas de iconos así como las páginas de escritorio, así como activar las opciones "smart" que ayudan a tener un uso más cómodo, y al final adaptarlo a nuestro gusto bastante.
Da la impresión también de que falta por pulir a nivel de fluidez y funcionamiento. Los volteos a horizontal y vertical son lentos, así como las transiciones y la app de cámara (lo puntualizaremos después).
De hecho, también le cuesta bastante arrancar al encender el móvil, como ya nos pasaba en móviles Samsung con hardware inferior (incluso hay una notificación que avisa de que el sistema está iniciando). En general se nota menos fluido que otras capas más ligeras como MIUI o un móvil sin capa de personalización, y percibirlo en un móvil con un procesador de alta gama y 12 GB de RAM es ya signo de que hay margen de mejora en este sentido.
Bixby en 2019
Como hemos comentado, la apuesta de Samsung por su propio asistente virtual sigue siendo fuerte. Dejando a un lado los misterios con su Galaxy Home, lo que sí es una realidad es Bixby Home en los móviles Samsung. Esto es, la pestaña de tarjetas que muchos fabricantes disponen al deslizar a la derecha desde el escritorio como un centro de accesos rápidos a información y funciones.
Bixby Home.
Su aparición es opcional y podemos desactivarla, pero si decidimos mantenerla podemos personalizarla añadiendo las tarjetas que prefiramos. Eso sí, esta organización no es la más intuitiva y veremos que algunas tarjetas pueden eliminarse desde la misma pantalla de Bixby Home y para otras (sobre todo las de servicios propios) tendremos que ir al apartado Tarjetas de los ajustes.
Lo que da algo más de juego es Bixby (Voice), aunque más o menos conservamos la experiencia con respecto a los S10. Cada vez nos entiende mejor ya no sólo a nivel de dicción, sino también en lo que son órdenes o comandos largos.
Hay que pillarle el truco y tiene ciertas limitaciones, similares a las que nos encontramos en otros asistentes. A la hora de pedire música no siempre nos pone el contenido que queremos, sobre todo si lo que pedimos es una lista, y para pedirle las indicaciones para ir a algún destino hay que ser claro en el comando, si no nos lo buscará en el navegador (pero cuando nos entiende abre la navegación directamente).
Hay que aprender a dirigirse a Bixby para que entienda qué queremos. Como otros asistentes, tiene programadas respuestas simpáticas si no acierta.
Así, Bixby nos oye con el móvil bloqueado incluso inactivo, aunque según qué le pidamos y como lo tengamos configurado nos pedirá que desbloqueemos. Y eso sí, no nos oirá si tenemos una reproducción multimedia en marcha, tendremos que pararla para que oiga el “Hi, bixby”.
Cuando establecemos una rutina se va indicando (y nos lo dice) cada acción encadenada que hace de esta manera.
Por cierto, el proceso de registro de la voz funciona mucho mejor. Aquí han hecho los deberes y se nos entiende a la primera, sin tener que acercarnos el teléfono a la boca y pudiendo registrar los cinco “Hi, Bixby” requeridos para que el software sin problemas.
Samsung DeX: el Note 10+ en nuestro ordenador
Hace un tiempo pudimos probar Samsung DeX, la solución que dibuja con trazos más fuertes esa convergencia entre PC y móvil que muchos usuarios desean. En un principio se requería un dock, pero con las sucesivas actualizaciones esto ya no es necesario y además soporta tanto Windows como Mac.
Lo conveniente si lo probamos en un ordenador es tener la app preparada sea un sistema u otro (disponible en la web de DeX) y así ya tenerla instalada antes de conectar el móvil. Así, tirando con el cable USB tipo-C (en los dos extremos) que incluye el Note 10+ en el pack pudimos conectarlo sin problemas a un MacBook Pro con este tipo de puertos y lo primero que nos adviertió el móvil es que seleccionásemos la opción de conexión para transferencia de archivos (que es la que se activa por defecto).
Los ajustes del Note 10+ en la pantalla del ordenador mediante DeX (por cierto, en modo oscuro).
No se requiere nada más. Cierto es que en Mac no nos funcionó a la primera al dar algún error poco claro con el software de transferencia de archivos para Android, pero al volverlo a intentar sin instalar nada más el ordenador reconoció el móvil desde el principio y ya funcionó sin problemas. Nos apareció la ventana de escritorio del Note 10+ como una más de una app en macOS.
Lo que hemos visto con respecto a la última vez es que ya hay más apps compatibles, que funcionan bien y permiten redimensionarse (la de Xataka funciona como una campeona, por cierto), otras como Instagram siguen sin ni siquiera poder moverse (app que de hecho aún no permite ejecutarse en pantalla dividida, en 2019). De este modo, podemos llevar algo más allá la multitarea del móvil al poder abrir las apps que queramos y trabajar con ellas con ventanas independientes.
Aún hay algunas funciones en fase de prueba, como la de redimensionar.
El 'PUBG' se ejecuta a pantalla completa en DeX, pero lo complicado es ajustar los controles para jugar (no pudimos).
El escritorio se mimetiza con el entorno y la interfaz pasa a ser algo más parecida a la que presenta Windows, sin inicio tal cual pero con los botones del cajón de apps, la multitarea o atrás en la esquina inferior izquierda. Algunas apps disponen de un acceso directo por defecto, como Archivos o Game Launcher, quedando una pantalla bastante despejada y muy intuitiva.
La galería del Note 10+. Cada app que abrimos es una ventana.
Sigue habiendo algo de lag (hablando de equipos bastante nuevos, el Note 10+ y un MacBook Pro de 2018), pero no es algo que moleste o impida trabajar. La utilidad dependerá del usuario, pero si nuestro móvil es nuestra herramienta de trabajo es una manera de poder teclear más cómodamente. Lo que aún tiene mucho margen de mejora son los juegos, diseñados para pantallas táctiles y bastante imposibles de jugar con ratón/touchpad y teclado.
Así queda la multitarea con DeX.
Si la app tiene restricciones de contenido quizás no la veamos en DeX, como ocurre con Netflix.
Ahora que es posible usarlo sin la base se convierte en un añadido de los Note y los móviles compatibles, sin ser algo rompedor. Pero parece que van por el buen camino a nivel de mejorar el funcionamiento y la compatibilidad, y el Note 10+ no incrementa demasiado la temperatura durante este uso.
El S Pen del Note 10+
El año pasado el S Pen daba un salto a nivel de funciones, recuperando un poco ese foco que a su vez es un aspecto diferencial clave en los Note. Adquiría funciones de mando a distancia que este año se han incrementado y especializado, siendo algo más completo en este uso.
La sensibilidad del puntero es acertada y la precisión es bastante alta, con una latencia poco apreciable y nada molesta al dibujar y pintar (sí es algo más notable al escribir a mano alzada). El botón físico, ahora más protagonista, también tiene una sensibilidad correcta a nuestra pulsación, ya sea puntual o mantenida.
Lo que más útil hemos visto es su función como disparador en la cámara y el control multimedia, el cual funciona incluso con el móvil el reposo
En las primeras impresiones ya comentamos que cuesta un poco pillar el truco a los gestos en el aire y lo mantenemos: el S Pen parece bastante sensible pero hay que aprender a dibujarlos tal cual lo entiendo él, sobre todo los círculos (para el zoom en cámara, por ejemplo). Lo que más útil hemos visto es su función como disparador en la cámara y el control multimedia, el cual funciona incluso con el móvil el reposo.
Ejemplos de lo que vemos en la pantalla con los gestos aéreos. A la izquierda estamos subiendo el volumen, al centro pasando de canción y a la derecha un ejemplo de una app que no tiene acciones asociadas (Flamingo).
Los gestos han de hacerse siempre según nuestra perspectiva y no sobre el terminal. Es decir, si queremos subir el volumen (movimiento hacia arriba) y tenemos el móvil en la mesa, habrá que hacerlo en el aire de abajo a arriba frente a nosotros, no con respecto a la horizontal del smartphone.
Para el resto de usos la experiencia es similar, si bien la autonomía ha mejorado bastante y podemos tenerlo fuera del terminal funcionando durante más de 8 horas. El software también es algo distinto, con un botón para los accesos rápidos que podemos colocar donde queramos, así como personalizar qué apps queremos ver en esta pestaña (que también tendremos que abrir para ver la batería restante del S Pen y un recordatorio de los gestos).
A la izquierda dos ejemplos de la pantalla que aparece con el S Pen. El cuadro de acciones varía según qué contenido esté activo. A la derecha las opciones para personalizar esta pantalla.
Hay algunas apps propias para el S Pen como PENUP, para colorear, y otras como la de crear mensajes animados en vídeos y fotografías o la escritura en pantalla. También hay una de traducción que funciona bastante bien y resulta útil si queremos traducir instantánteamente alguna palabra (no tanto un texto).
A la izquierda una muestra de la función de traductor del S Pen, a la derecha cómo va "entendiendo" nuestra escritura a mano alzada y de manera simultánea insertándola en el cuadro de texto.
Quizás el futuro del S Pen sea algo similar a lo que intenta hacer LG con el sensor TOF y que aún no está tan logrado. Por el momento los gestos aéreos están disponibles para ciertos entornos o apps (cámara, multimedia, etc.), así que si lo extienden para que funcionen por ejemplo para navegar por el sistema el S Pen logrará ser más útil, sobre todo para trabajar con varios equipos a la vez.
La app PENUP permite colorear con muchas herramientas, a diferencia del editor de serie.
Biometría
Poco a poco las pantallas van conquistando el frontal y dejan menos espacio para otros elementos, quedando incluso relegadas las cámaras frontales. No es tanto el caso de los Note de 2019, que la conservan en el frontal, pero lo que sí vemos en este caso es que el lector de huellas está en la pantalla como ya hemos visto desde los Galaxy S10.
Tenemos pues, además de los métodos tradicionales de bloqueo de pantalla, el desbloqueo por huella dactilar y el reconocimiento facial mediante la cámara subjetiva. Un escáner de huellas que es ultrasónico, diferenciándose así de muchos de los que vemos ahora mismo integrados en el panel, si bien no hay nada a destacar con respecto al reconocimiento facial, alejándose de sistemas como el Face ID o los más avanzados.
La experiencia con este último es, no obstante, bastante correcta. Va a tener problemas en entornos oscuros (si no tenemos un fondo de pantalla que proyecte la luz suficiente como para que nos reconozca el rostro), con lecturas a contraluz y si llevamos gafas de sol, de hecho el propio móvil recomienda que si llevamos gafas hagamos el registro de la cara con ellas puestas (aunque con las de vista no hay problema, hagamos esto o no).
De hecho, aunque no es el más rápido que hemos probado funciona muy bien y sin retrasos, incluso sin tener el móvil exactamente en frente, pudiendo sostenerlo con algo más de ángulo. Lo que sí necesita es la pantalla activada, valiendo tanto la de bloqueo como la pantalla Always On, por lo que viene muy bien tener ésta o alguna de las opciones de activación automática (como la de levantar para activar) para que sea todo más cómodo. Podemos elegir además que al desbloquear siga la pantalla de bloqueo o nos muestre ya la de inicio.
El lector de huellas ultrasónico da muy buena experiencia. No requiere per se que esté la pantalla activada y si acertamos a colocar el dedo justo sobre la superficie de lectura funcionará perfectamente, aunque al menos los primeros momentos sí nos servirá activar al menos la pantalla ambiente para no estar probando hasta acertar.
No es demasiado exigente a nivel de superficie, por lo que no tenemos que hacer presión excesiva ni preocuparnos de apoyar la huella en una dirección determinada o sin lateralizar un poco. Es bastante rápido y eficaz, y una buena ayuda si el reconocimiento facial no actúa bien.
Cámaras: unos resultados familiares con unas cámaras conocidas
Una de las pocas diferencias entre un modelo de Note 10 y el otro está en el esquema fotográfico, hablando de las cámaras traseras. A modo de recordatorio, esto es lo que presenta el Samsung Galaxy Note 10+ en cuanto a cámaras:
- Traseras:
- Lente ultra gran angular con apertura f/2.2, campo de 123 grados y sensor de 16 megapíxeles
- Lente gran angular con apertura dual f/1.5-2.4, 77 grados, OIS y sensor de 12 megapíxeles
- Telefoto con apertura f/2.1, OIS, 45 grados y sensor de 12 megapíxeles (zoom óptico 2x)
- Sensor profundidad VGA con lente con apertura f/1.4 y 72 grados
- Frontal
- Sensor de 10 megapíxeles con lente con apertura f/2.2 y 80 grados.
De este modo, el modelo 10+ integra cuatro cámaras traseras (una más que el estándar), y ambos quedan en una cámara frontal y no dos como vimos en el Samsung Galaxy S10+. El sensor TOF queda en la parte trasera para encargarse de los efectos 3D de los que luego hablaremos y enseñaremos.
Es una configuración muy similar a la del Galaxy S10+ en cuanto a las lentes y sensores, con algunos cambios en éstas últimas. Se conserva la doble estabilización óptica que asiste al telefoto y al ultra gran angular y todo el hardware se acompaña de funciones que se mantienen en su mayoría con respecto a lo que vimos salvando el Audio Zoom (la localización del sonido durante la grabación), la súper estabilización y esos fotos y vídeos animados con 3D, en parte gracias al S Pen.
App de cámara
Como no podía ser de otra manera, la personalización de One UI afecta también a la app de cámara y en el caso de la de Samsung mantiene unas líneas estéticas y estructurales que mantiene desde hace años, aunque añadiendo todas las novedades que respaldan las del hardware. De este modo, a los modos automático, pro, panorámico y los más genéricos se fueron añadiendo el de enfoque dinámico (modo retrato) o más recientemente el modo noche, viendo ahora también una pestaña para el vídeo dinámico (modo retrato en vídeo).
El HDR sigue siendo una opción de los ajustes y por ello bastante incómodo si nos gusta controlarlo manualmente, pero al menos tenemos la opción de gestionar y eliminar las pestañas de los modos para hacer la app algo más cómoda, lo cual es poco frecuente y se agradece. En los ajustes vemos también varias opciones propias activadas por defecto, como la detección automática de escenas o la realización de fotos animadas (consejo personal: si no somos unos fanáticos de este tipo de fotografías, mejor caer en esto y desactivarlo antes).
La interfaz en modo automático presenta los accesos directos a Bixby Vision (tendremos que activar permisos) y los AR Emoji, así como a los ajustes, el flash, el temporizador, el ratio y los efectos de belleza. Al otro lado vemos los botones para cambiar de lente y disparar con el ultra gran angular o el zoom (a 2x directamente), si bien podemos acercarnos o alejarnos gradualmente. Como guinda, el botón que activa las sugerencias según la escena (que permite activar o desactivarlo rápidamente).
El modo de enfoque dinámico permite añadir algunos efectos, los cuales salvo uno no exigen que haya una persona (en ocasiones veremos que busca caras pero acaban funcionando igualmente en objetos), además de ofrecer modificar el grado de bokeh. El modo noche por su parte no permite modificar nada, y el modo Pro dispone los ajustes para la ISO, velocidad de obturación, apertura dual, exposición, balance de blancos y enfoque.
Lo que podría mejorar es la disposición de los controles del desenfoque y la exposición, ya que en ocasiones en fácil modificar uno queriendo ajustar el otro. Quizás reubicando el ajuste del desenfoque o poniéndolo a modo de pop-up a un lado.
Es una app completa que permite sacar partido de lo que permite el hardware, pero va bastante lenta. Los cambios de modo, lente o modificar algún ajuste como el HDR o la calidad del vídeo no son fluidos, y a la hora de disparar esta lentitud se percibe en el HDR o las fotos en entornos menos iluminados.
Por ello parece que pueda hacerse bastante por mejorar en este sentido, además de colocar de manera más directa el HDR. Lo que sí dispone es la posibilidad de conservar los archivos en formato RAW (disparando en manual), así como elegir el formato para el vídeo.
Cámaras traseras
La versatilidad de la cuádruple cámara se mantiene en el Samsung Galaxy Note 10+, y su rendimiento es satisfactorio en la mayoría de situaciones. Mucho más cómoda en disparos macro que en otros casos, incluso a contraluz, normalmente da un buen rango dinámico y una ligera sobresaturación que tampoco estropea el resultado.
El balance de blancos tiende a ser algo más cálido y al final tiende más al matiz fucsia, pero son efectos derivados procesado (así que tienen posible mejora y/o solución por parte del usuario). Mantiene bien el detalle con luz abundante, hablando tanto de la lente estándar como de los zoom y gran angular, pero en cuanto disminuye la iluminación se lleva la nitidez de la mano.
El HDR no es muy agresivo porque el rango dinámico es correcto ya en el disparo automático, y no hay cambios notables ni siquiera en contraluces o foto nocturna. Podemos dejarlo en automático, si bien es cierto que con los contraluces con iluminación media-baja (atardeceres, etc.) en ocasiones no hay una interpretación correcta de las sombras y puede dejar resultados algo sobreexpuestos.
El zoom 2x mantiene bastante bien el detalle, aunque veremos que el balance de blancos y la exposición pueden variar sobre todo con luz abundante. Cumple bastante bien en general, ayudando a conservar el detalle un poco más en aquellos elementos más alejados.
El ultra gran angular resulta interesante por el campo que abarca y lo corregida que está la distorsión que se produce de manera natural por la lente. De hecho, no cambia mucho al activar o desactivar la corrección que se ofrece por software, con lo cual vemos que tampoco es que la requiera demasiado.
El detalle se pierde un poco más en este tipo de disparos, pero en general los parámetros se mantienen con respecto a la fotografía con el estándar (veremos que en vídeo sí se nota un poco más el cambio).
Foto con el ultra gran angular (auto).
Como decíamos, se luce especialmente en la fotografía macro (algo que ya ocurría en su antecesor directo), bien sea en modo automático o en el manual apurando la distancia mínima de enfoque. El desenfoque natural es muy acertado, natural y equilibrado.
Fotografía con el modo Pro.
No ocurre lo mismo con el bokeh que queda en el modo de enfoque dinámico. El recorte ha mejorado ligeramente pero sigue siendo bastante agresivo, aunque en general el efecto es más tolerante y es capaz de distinguir mejor el objeto principal mejor que anteriormente (sin milagros), pero el desenfoque es muy plano y puede quedar un resultado muy artificial (aunque con esto para gustos, colores).
Modo de enfoque dinámico.
Los efectos del modo retrato al final son algo anecdótico hablando de los más agresivos. El que mejor suele quedar es el que añade blanco y negro al bokeh de fondo.
Efecto de fondo en blanco y negro.
Hay que tener en cuenta que tanto en la cámara frontal como en las traseras al activar el enfoque dinámico saltará directamente a la perspectiva subjetiva o al zoom 2x, además de activar los efectos de belleza. Veremos que donde peor funciona es en baja luz, si bien sí se activa en contraluces y aunque nos exija 1,5-2 metros de distancia podemos forzarlo a que actúe más cerca.
El modo noche permite obtener fotos más expuestas, siendo más útil en escenas oscuras y sin apenas iluminación. Dispara a ISO normalmente más bajas que el modo automático y evita que las fotos salgan movidas, pudiendo sacar incluso las estrellas en el cielo de fondo, aunque el precio a pagar puede ser ruido y neblina especialmente en escenas bien iluminadas (y puede usarse con las tres lentes, ojo).
Está la posibilidad de activar las sugerencias según la escena que detecte. Resulta útil para sacar algo más de partido de tanta cámara si no es un campo que dominemos, si bien tampoco hay mucha diferencia entre un disparo y otro cuando se activa una determinada escena.
Cámara frontal
Resultados algo más dispares con la cámara frontal, variando mucho según las situaciones. Con luz directa y abundante la fidelidad alcanza su punto máximo en cuanto a colorimetría, detalle y exposición, pero la nitidez se va pronto si vamos a interiores o la luz empieza a disminuir y en interiores también vemos fotos demasiado cálidas y magenta.
Foto en automático.
El HDR mantiene su suavidad también en esta cámara y es muy equilibrado. No vemos que haya exageración de contornos como suele ocurrir en este disparo y los procesados menos acertados y, aunque el rango dinámico es correcto en automático, con HDR tendremos más garantías de salvar cielos y fondos del quemado sobre todo en contraluces.
Sí veremos que en baja luz el HDR puede dar un balance algo agresivo de luces y sombras quedando un resultado algo dramático, pero si esto no nos conviene siempre podemos desactivarlo. El modo de enfoque selectivo por su parte tiene también efectos como en las cámaras traseras y mantiene el detalle en el plano principal, pero el recorte es demasiado agresivo y suelen quedar fotos muy artificiales.
Hay que tener en cuenta que para que el modo de enfoque selectivo actúe ha de detectar caras, de otro modo no se realizará el desenfoque y por eso si posamos de perfil no se aplica. Y como ocurre en la cámara trasera puede ajustarse el grado de bokeh y los efectos tanto antes de realizar la foto como a posteriori.
El modo noche también incluye a esta cámara, pero el efecto es aún más exagerado. Es una alternativa si no nos gusta usar el flash (es flash simulado con la pantalla), con un resultado más artificial y menos definido.
Vídeo
La calidad del vídeo en general es más que aceptable, sobre todo si activamos la estabilización (en los ajustes). Ésta actúa en cualquier resolución, pero el modo de súper estabilización sólo permite realizar grabaciones a 1080p.
Hay algo de sobresaturación por defecto y la fidelidad del color se pierde ligeramente con esto, pero no son malas tomas y la nitidez se conserva especialmente hablando de los vídeos en 4K. Además, la estabilización suele dar buen resultado, sin ser demasiado agresiva o enlenteciendo los cambios de encuadre.
La super estabilización sí es más agresiva, sin dar tampoco mal resultado. Dependerá de qué valoremos más el que nos compense activarla o no.
Una de las novedades en el vídeo era la posibilidad de crear efectos 3D tanto en vídeos con cámaras traseras como con la subjetiva. Los objetos quedan fijados donde se añaden como los stickers en Snapchat o Instagram.
Veremos cuándo actúa el Audio Zoom con un icono de un micrófono. Es automático y no podemos dirigir la captura con un tap, pero de todos modos la captura de audio es acertada y la localización del sonido funciona muy bien.
Aunque estrictamente no es una novedad en los móviles de Samsung porque pudimos probarlo ya en el Samsung Galaxy A80, otro de los últimos añadidos es el vídeo dinámico. Sin ser perfecto funciona bastante bien para ser un bokeh postizo a tiempo real, creando un efecto llamativo sobre todo en la cámara frontal.
Hablando de la cámara subjetiva, con ésta tenemos tomas de calidad a nivel de detalle y contraste, con una ligera sobreexposición y colores algo lavados con luz abundante. La estabilización no es óptica pero da un buen resultado.
Autonomía: sin sorpresas y cumpliendo más bien justo
Batería de igual capacidad que el Galaxy S10+ a mayor volumen y peso, 4.300 mAh, si bien en este caso el terminal ha de añadir un espacio para albergar el S Pen y su punto de carga. Se trata de una pantalla más grande y cambian componentes, así que aunque los miliamperios/hora sean los mismos la experiencia puede ser muy distinta.
En general hemos tenido autonomías en torno a las 24 horas, algo por debajo si el uso ha sido más intensivo y si ha habido menos horas de wifi con respecto a la conexión de datos. Las medias del sistema y de GSam Battery no coinciden y en este caso hay que decir que parece más fiel a la realidad la del sistema, estando la media entre unas 18 y 24 horas de autonomía, con unas 7 horas de pantalla.
No es una duración espectacular ni mucho menos, casi es lo mínimo que esperas de un smartphone actual. Pero cierto es que cunde bastante y que normalmente ha sido un uso bastante intenso con horas de fotografía y reproducción de vídeo.
Lo que ayuda compensando bastante en este sentido es la carga rápida, que permite obtener una carga completa de 0 a 100% (con el móvil apagado) en 1 hora y 16 minutos. Con unos 30 minutos de carga se obtiene ya el 50% de la misma, lo cual está también muy bien.
El sistema dispone de bastante información con respecto al consumo, facilitando así al usuario saber qué apps están consumiendo más energía en segundo plano. Nos aparecerá una notificación por parte de la suite de Mantenimiento, algo que puede desactivarse (lo que podría añadirse es la posibilidad de descartar el aviso una vez lo leemos, lo cual no es posible), y podemos establecer también el modo de consumo que más nos convenga.
Audio: así si se disfruta de la experiencia multimedia
El sonido es una parte que en ocasiones recibe menos mejoras e inversión, quizás en parte porque en numerosas ocasiones optamos por dispositivos externos. No obstante, los componentes responsables así como el ajuste del propio software son importantes aunque recurramos a auriculares o altavoces externos.
El sonido emitido por sus altavoces propios en estéreo es de calidad, con un buen rango dinámico y bien compensado
Y parece que en Samsung han hecho los deberes porque el audio del Note 10+ cumple con buena nota. El sonido emitido por sus altavoces propios en estéreo es de calidad, con un buen rango dinámico y bien compensado tal cual viene ajustado de fábrica, porque como a continuación veremos hay bastantes opciones.
Podemos de hecho subir bastante el volumen sin que esto acabe penalizando o restar demasiada calidad, registrando un tope de unos 107 decibelios a la salida del altavoz principal (al máximo de volumen), unos 70 ambientales midiendo en torno al móvil. Lo cual se traduce en que da para tenerlo como centro multimedia o para tener un buen audio si nos gusta ver series o contenido sin auriculares.
Decíamos que hay opciones de software y éstas sirven sobre todo para el sonido por auriculares. No hay minijack de 3,5 milímetros pero se entregan con el terminal unos auriculares in-ear AKG, con botones físicos y cable tipo cuerda. Son sencillos pero dan una buena experiencia, sobre todo porque no caen y no molestan tras un rato con ellos.
Hablando de estos ajustes de audio encontramos en primer lugar los Dolby Atmos, teniendo un ajuste para el sonido en general y una opción exclusiva para los juegos. Éste segundo no se nota demasiado, sobre todo porque en muchos juegos se trata de efectos de sonido y no hay siquiera melodía, pero el Dolby Atmos general sí se nota dando algo más de profundidad.
Podemos ir un poco más al detalle entrando al Dolby Atmos y seleccionando una de las opciones, estando Música, Vídeo, Voz o Automático. Hay poca diferencia, teniendo un poco más de reverberación la opción de vídeo pensando quizás más en películas y contenidos similares, pero si no lo notamos o no nos importa el ajuste automático trabaja bien dando ese plus de profundidad y ligera amplificación del rango dinámico que permite este ajuste.
La capa dispone de ecualizador para quien prefiera configurar a la carta o según el estilo de música y el optimizador UHQ, que mantiene sus opciones con respecto a versiones pasadas de mejora de bits y/o ancho de banda. La segunda es algo más perceptible dando algo más de nitidez y profundidad, y por último podemos optar por el Adapt Sound, que nos hace un test auditivo para tratar de crear un perfil personalizado (y que podemos combinar con todo lo anterior).
De todo esto, lo que sirve para los altavoces externos son los Dolby Atmos, el ecualizador y el sonido adaptado, pero en este caso el Dolby Atmos automático es algo más agresivo y si estamos escuchando música conviene seleccionar la opción para este uso. En todo caso, lo que ofrece es muy variado para el que prefiera adaptar el audio y muy correcto para quien recurra a los ajustes automáticos, chapeau, Samsung.
Samsung Galaxy Note 10+, la opinión de Xataka
El reclamo del Note ha variado con los años y quizás también su cometido: tener motivo de existencia se pone más difícil si una de tus características insignia es moda y el tamaño medio de las pantallas es cada vez mayor. El Note, ni los Mate, ni ninguna línea “extra” de móviles grandes tiene sentido si es sólo por eso porque todos, todos lo son.
El estándar de hecho nos fuerza a que dejemos de llamarlos móviles grandes (aunque a un puñado aún nos cueste) y los Note han ido fortaleciendo otras señas de identidad, como el S Pen o una posterior: DeX. Y este Note 10+ supone precisamente estos dos añadidos con respecto a la experiencia Galaxy S.
Son complementos que supondrán un acierto para algunos usuarios y algo prescindible para otros, pero que al fin y al cabo son característicos de estos dos terminales. Acompañando a un conjunto de características que al final dan la experiencia de tener un móvil puntero y de alta gama, con un diseño que no pasa desapercibido sin dejar a un lado la sensación de robustez y calidad.
Eso sí, nos ha sabido a poco la fluidez teniendo en cuenta el hardware. Quizás haya más margen de mejora a nivel de depuración y aligeramiento hablando de One UI, que aunque tiene añadidos muy interesantes y es cada vez más personalizable no deja de ser densa y muy agresiva a nivel estético.
En apartados como cámara y batería cumple sin aspiración ni pretensión, destacando eso sí en el audio proporcionando así un estupendo compañero a una pantalla que cumple con creces en lo que se le exige a un tope de gama actual. A un móvil de más de 1.000 euros que en cierto modo tiene a los rivales en casa, con más competencia interna que nunca (Samsung pasa de tres buques insignia en 2018 a siete en 2019).
9.1
Diseño9,25
Pantalla9,5
Rendimiento9,5
Cámara9,5
Software8,5
Autonomía8,5
A favor
- Son 6,8 pulgadas de panel WQHD+ donde en otros casos hay menos pantalla (y menos densidad): buenos construcción y diseño.
- El audio con altavoces propios es de calidad, incluso más de la esperada, y aunque no hay jack de 3,5 mm entregan auriculares USB tipo-C que dan buena experiencia.
- El S Pen como mando a distancia ha mejorado y es fácil acostumbrarse (y echarlo en falta).
En contra
- La batería queda algo justa. Da la impresión de que cunde por lo que hemos probado, pero suele no llegar al día sin hacer un uso fuera de lo normal.
- Las oferta de cámaras es muy atractiva, pero puede mejorarse mucho el resultado a nivel de procesado y nitidez.
- Se calienta con relativa facilidad. No molesta, pero tampoco es algo corriente.
El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Samsung. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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