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Xiaomi Black Shark, análisis: Xiaomi intenta un más por menos también entre los smartphones para jugar

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Xiaomi Black Shark, análisis: Xiaomi intenta un más por menos también entre los smartphones para jugar

Hoy llega a los mercados europeos un de los terminales más llamativos del año y al que teníamos muchas ganas de poner a prueba en Xataka.

El Xiaomi Black Shark, teléfono centrado en la potencia y experiencia para jugar, ha pasado por la mesa de pruebas de Xataka para comprobar si la máxima de Xiaomi de ofrecer lo máximo posible al mejor precio también se traslada a este sector en auge dentro del mercado de los smartphones.

Xiaomi Black Shark, ficha técnica

Anunciado en el primer trimestre de 2018, la cercanía de las Navidades y la época de compras ha traído al mercado europeo uno de los teléfonos que más se esperaban por aquí. El Xiaomi Black Shark ya se puede comprar en España de manera oficial con un precio de partida de 499 euros. La compañía advierte de que el único canal en el que ahora mismo distribuirán el terminal es su web, en la que ofrecerán soporte y la correspondiente garantía.

Al tiempo que acaba de presentarse el modelo de segunda generación, ahora llega al mercado europeo de manera oficial el primer Xiaomi Black Shark

Curiosamente el momento elegido por Xiaomi para la internacionalización de este terminal es acertado por la época, pero nos deja con sabor agridulce toda vez que hace un par de semanas conocimos ya a su sucesor, el Black Shark Helo.

Procesador

Qualcomm Snapdragon 845

RAM

6 / 8 GB LPDDR4X

Almacenamiento

64 / 128 GB UFS 2.1

Dimensiones

161,6 x 75,4 x 9,25 mm

Peso

190 gramos

Pantalla

5,99 pulgadas
Resolución 2.160 x 1.080 píxeles
550 nits, DCI-P3

Versión de Android

Android 8.1 Oreo

Cámara trasera

Dual 12 MP (1,25 nm de tamaño de píxel) f/1.75 + 20 MP (1 nm de tamaño de píxel) f/1.75

Cámara frontal

20 MP 1 nm de tamaño de píxel), f/2.2

Batería

4.000 mAh, Quick Charge 3.0

Conectividad

4G LTE, Wi-Fi a/b/g/n/ac, NFC y Bluetooth 5.0

Otros

Sistema de refrigeración líquida, lector de huellas, altavoces estéreo, USB-C, sin puerto auriculares, DualSIM

Precio

499 / 549 euros

En la ficha técnica apreciamos que, como es habitual en la marca china, la elección de componentes es de las máximas que podemos obtener en el mercado y encima a un buen precio. Ahí tenemos por ejemplo una buena cantidad de memoria RAM, batería y el Snapdragon 845. Todo ello viene aderezado con Android 8.1 prácticamente nativo. Aquí no hay MIUI que valga.

Como extra a nivel técnico, en esta ocasión hay que hablar de que el Xiaomi Black Shark puede presumir de un sistema de refrigeración líquida para tratar de mantener bajo control la temperatura del dispositivo en las largas sesiones de juego con las que se supone que vamos a querer disfrutar en este teléfono.

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En el paquete de serie no falta casi de nada para la experiencia gaming que nos quiere trasladar Xiaomi. Además del terminal, en la caja encontramos un cargador de 18 W y una carcasa para el marco y necesaria para acoplar el GamePad de este terminal, el cual también viene incluido de serie junto con una protector de pantalla y un adaptador para auriculares.

Diseño gaming indiscutible

Aunque ya lo analizaremos en su correspondiente sección, no contar con pantalla de 120 Hz le resta empaque gaming a este modelo de smartphone de Xiaomi, al menos sobre el papel y teniendo en cuenta que la pantalla es un elemento fundamental. La solución para tratar de compensarlo ha recaído en parte en el diseño.

El Xiaomi Black Shark no pretende en absoluto ocultar que es un teléfono de corte gaming, al menos en el diseño nada convencional de su parte trasera

Si bien de frente no encontramos una apariencia extraña salvo porque estamos ante uno de los pocos terminales importantes de gama media/alta de este año que mantiene el lector de huellas en la parte delantera, nada más darle la vuelta es muy evidente que este Xiaomi Black Shark no es un teléfono cualquiera.

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La parte trasera está fabricada en metal pero con toques de plástico en forma de equis para darle zonas de relieve, evitar problemas de conectividad al agarrarlo en modo apaisado y en teoría un mejor agarre. Lo tiene efectivamente cuando cogemos el terminal en modo horizontal, pero en el día a día más clásico, el Black Shark me ha parecido algo escurridizo.

En mano y pese a esa apariencia robusta, no es un terminal que nos haya transmitido la sensación de peso excesivo (190 gramos) ni mucho menos. Es cómodo, manejable dentro de los límites de sus dimensiones físicas y agradable al tacto.

En el diseño de la parte trasera no falta el toque de color, verde, tanto en líneas distribuidas para darle personalidad, especialmente en el borde, como en el logo, el cual se ilumina según lo hayamos configurado. Lo podemos hacer para que resalte en verde tanto con llamadas como con notificaciones o por supuesto jugando.

Captura De Pantalla 2018 11 16 A Las 8 11 33

Lector de huellas que hace algo más

Habrá que comprobar pronto qué tal es el paso del lector de huellas a la parte trasera en el nuevo Black Shark Helio, pero en este modelo de primera generación que hemos probado en Xataka, el lector se mantiene en su sitio clásico: en el marco inferior.

Su funcionamiento es rápido (no tanto en la configuración, algo pesada) y bastante preciso. Al ser un lector algo ovalado, el tacto no es completo cuando tratamos de identificarnos, pero el sistema no tiene problemas de ningún tipo con nuestra huella, ya le presentemos nuestro dedo bien orientado o completamente horizontal, como ocurre cuando estamos jugando en modo apaisado.

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Precisamente con esa orientación el lector de huellas adopta cierto rol de touchpad. Con él podemos por ejemplo deslizar un panel de controles directos y configuración rápida de aspectos del terminal que pueden tener sentido cuando estamos jugando y no queremos interferencias ni menús de apariencia clásica o que entorpezcan mucho nuestras partidas.

Ese añadido de funcionalidad lo obtenemos cuando hemos entrado en el modo juego. Para ello hay incluso un botón dedicado en la parte izquierda del Black Shark. El deslizador, que alguna vez hemos activado sin querer, pone el terminal en modo juego.

Black Shark De Xiaomi Boton Dedicado Ese botón deslizando activa el modo Gaming del Xiaomi Black Shark

Ese modo específico sale de la interfaz de Android para presentarnos un lanzador de juegos rápido.

Pantalla brillante pero no a 120 Hz

Además de en la potencia bruta, los fabricantes son conscientes de que en la pantalla se juegan gran parte del éxito y atractivo de sus terminales gaming. Sin embargo, pese a su calidad global, en este Black Shark no hay panel de 120 Hz para mejorar la experiencia. ¿Cumplirá en otros aspectos visuales?

La pantalla del Xiaomi Black Shark está compuesta por un panel de 5,99 pulgadas, con relación de aspecto 18:9 y donde destacamos el brillo de 550 nits, el contraste 1500:1 y el espacio de color DCI-P3 al 97%.

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El resto de datos técnicos nos hablan de una resolución de 1080x2160 para conseguir una densidad de 403 puntos por pulgada.

En el día a día la pantalla del Xiaomi Black Shark se disfruta mucho. Es precisa, nítida y en exteriores, tanto contraste como especialmente el brillo alto hace que sea perfectamente visible, aunque peca algo de reflejos.

Captura De Pantalla 2018 11 16 A Las 8 10 27

Otro inconveniente que nos hemos encontrado es que por la polarización de la pantalla, con algunas gafas de sol la pantalla queda completamente anulada, lo que es un incordio en zonas soleadas. No es la primera vez que nos pasa con un terminal de Xiaomi.

Opciones Pantalla

De las opciones que da Xiaomi para personalizar esta buena experiencia encontramos 3 modos con variación de temperatura de color para cada uno de ellos. El que nos ha resultado más adecuado ha sido el Natural, mientras que el de cuidado de la vista es inviable por la excesiva calidad que introduce.

Xiaomi también pasa de largo con la pantalla ambiente, que solo se activa cuando recibimos notificaciones. No hay más opciones ni tampoco posibilidad de activar la pantalla con doble toque.

Dos altavoces, pero no te dejes engañar

El sonido en el Xiaomi Black Sark cumple sin más. Es potente, justo de graves, pero el Black Shark insiste en el engaño al ojo y a pesar de tener dos zonas con orificios en la parte inferior del terminal, en realidad solo el de la derecha es el altavoz. Si lo tapamos, perdemos la práctica totalidad del sonido y no hay en ningún caso mucha sensación de sonido estéreo completo.

Los smartphones para jugar son de los pocos smartphones en los que prescindir del puerto de auriculares clásico es más decepcionante

El Xiaomi Black Shark es otro de los terminales que acaba con el puerto de auriculares clásico, algo que en equipos para gaming no me parece buena idea. Si quieres usar los tuyos propios, hay que recurrir al adaptador que viene incluido en la caja para conectarlos al puerto USB-C si no dispones de unos con dicha conexión. Por cierto, Xiaomi no incluye auricular alguno en el pack a la venta.

Captura De Pantalla 2018 11 16 A Las 8 09 41

Potencia de sobra para jugar

Sin Snapdragon 845 no hay terminal gaming que valga. Es una máxima que Razer y ahora Xiaomi llevan a la práctica con determinación.

En el Xiaomi Black Shark el procesador más potente de Qualcomm se vale de 6 y 8 GB de memoria RAM LPDDR4x, además de la GPU Adreno 630 y un procesador de imagen que firma PixelWorks.

Esas dos posibilidades de memoria RAM se complementan en dos configuraciones asociadas a una memoria interna de 64 y 128 GB (UFS2.1 y sin posibilidad de ampliar con memoria microSD) respectivamente. Por la poca diferencia de precio, apenas 50 euros, parece más sensato atacar la versión más completa.

Captura De Pantalla 2018 11 16 A Las 8 10 13

Con esos argumentos, el apartado de rendimiento de este Xiaomi Black Shark queda plenamente resuelto. En los benchmarks ofrece cifras acordes con sus entrañas, como los 8207 en el test de PCMark o los 4542 del test Sling Shot OpenGL.

En el día a día el traspaso de esos datos a la experiencia se nota y mucho. El terminal va completamente fluido, veremos que el sistema operativo tiene mucho que decir a este respecto, y no hay demora en la ejecución de ninguna aplicación o tarea.

Lo mismo ocurre con los juegos. Aquí ya hemos indicado que no hay pantalla de 120 Hz, por lo que nos tenemos que conformar con estar en todos los juegos que hemos probado acaparando el máximo de fps posible con este terminal, alrededor de los 60 fps (hay una opción para que el terminal use el chip DSP para mejorar la tasa nativa de manera artificial)

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Los títulos son completamente "jugables" sin tirones, pero habiendo probado recientemente el Razer Phone 2, considero que ese extra de la pantalla le da más empaque como terminal para jugar al modelo de Razer.

El modo Shark Space

El Xiaomi Black Shark apuesta también por un centro o modo especial dedicado a los juegos. En este caso y como hemos visto, contamos con un botón exclusivo para, estemos donde estemos del sistema operativo (no desde el terminal bloqueado), podamos entrar directamente en el llamado Shark Space. Por defecto aparecen los juegos mejor adaptados, pero podemos incluir los que nosotros queramos.

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Cuando lo hacemos, el terminal permite adoptar directamente decisiones como cerrar las aplicaciones en uso para liberar todos los recursos posibles, desactivar las notificaciones/interrupciones (podemos configurarlo por separado) y dejar que configuremos el gamepad, un pequeño pero bien pensado accesorio para ofrecer "más" en el juego con el Black Shark.

Este accesorio, que viene incluido en el pack que hemos probado, no se coloca directamente en el terminal. Para acoplarlo necesitamos una especie de marco plástico extra y que lógicamente también va incluido con el terminal. El agarre es fuerte y seguro, se retira con la ayuda de un pequeño toque en un botón, y cuenta con su propia batería que debemos cargar vía USB-C.

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Para usar el GamePad hay que enlazarlo primero vía bluetooth con el teléfono, previo encendido del accesorio (cuenta con su botón para ello). Una vez colocado ya disponemos de un stick que "mapea" automáticamente el botón respectivo que en los juegos que cuentan con él muestran habitualmente en pantalla, así como otros botones L y LT, los cuales podemos configurar según el juego desde su propio apartado en el modo Shark Space.

Si bien la ergonomía del accesorio es muy buena, el tacto de los controles físicos de este GamePad se queda en correcto, no esperes nada especialmente preciso ni suave, pero aporta de manera sencilla y rápida un extra de mucho valor para un teléfono para jugar. Conducción, primera persona, simulación deportiva, MOBA ... muchos son los géneros con los que agradecemos tener este accesorio a mano, así que punto extra importante para el Xiaomi Black Shark.

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Estando en este modo, si queremos modificar algo de la configuración, basta con deslizar en lector de huellas y aparecerá en la parte superior de la pantalla un abanico con las opciones para por ejemplo dejar entrar llamada o activar el modo de lectura de la pantalla. Es sencillo de usar, pero en nuestras pruebas nos ha aparecido alguna vez mal configurado estando fuera de este modo y con el terminal en vertical.

Un extra del terminal de Xiaomi está en el sistema de refrigeración líquida para mantener controlada la temperatura del terminal si queremos jugar durante largos periodos de tiempo. En nuestras pruebas no hemos apreciado excesiva diferencia con otros terminales para jugar, así que tendremos el calentamiento típico, en este caso en la zona cercana a la cámara, en la parte superior del terminal.

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La buena noticia es que esa zona es justo la que queda cubierta por parte del Gamepad cuando lo tenemos puesto, que será muchas de las veces en que estamos jugando.

Sin MIUI a la vista

El Xiaomi Black Shark no viene con MIUI. En la versión que nosotros hemos probado la interfaz era la básica de Android, sin nada de bloatware pero sí con los servicios y apps de Google instalados y disponibles.

Pese a esta pureza del sistema operativo, que solo está disponible en inglés (al menos antes del lanzamiento, que es cuando hemos estado probándolo nosotros), la versión instalada y con la que llega al mercado es Android 8.1, así que nada de la última por ahora.

Buena autonomía que aprovecha los 4000 mAh

En un terminal que quiere ser usado durante mucho tiempo con juegos es esencial el tema de la batería. Xiaomi no se ha olvidado de este punto y cuida bastante la batería de su Black Shark.

La capacidad de la batería es de 4000 mAh, y en nuestras pruebas el Xiaomi Black Shark se ha mostrado como un terminal con el que poder alcanzar el día y medio de uso sin problema alguno según nuestras baterías de pruebas habituales. Hablamos de un 35% de batería restante de media al acabar la primera jornada de uso a un nivel intensivo.

En horas de pantalla activa, la media de esta semana de uso ha estado en el margen de las 5-5,5 horas.

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Respecto a los tiempos de carga en nuestros test, con el cargador de serie, compatible con QC 3.0, el Xiaomi Black Shark alcanzaba el 25% de carga (desde el 5% y con conectividad encendida) en 24 minutos, mientras que para la carga completa necesitamos de media 110 minutos.

Una cámara correcta en lo esencial

Nos lo temíamos y así ha sido. Parece una leyenda pero asociar teléfono con juego de manera muy contundente suele hacer que el fabricante se olvide del apartado de la cámara. No lo hacen de manera física pero sí en el cuidado y mimo que requiere hoy en día una cámara de fotos en un smartphone importante.

Con la cámara del Xiaomi Black Shark nos encontramos con buenas fotos pero inconsistencia respecto a cuándo podremos sacar la foto que queremos, ya sea por el enfoque o por poco rango dinámico

La ficha técnica de la cámara del Xiaomi Black Shark nos dice que estamos ante un terminal con una cámara trasera doble compuesta por un sensor principal de 12 MP con apertura f1.8 que se apoya en un segundo elemento de 20 MP f1.8 para las tareas relacionadas con el desenfoque de fondo. No hay posibilidad de usarlo como un zoom 2X.

En ninguno de los dos casos hay sistema de estabilización alguno. Para la cámara secundaria Xiaomi ha dejado un sensor de 20 MP con apertura f2.2.

Interfaz

El módulo principal de la cámara ofrece diferentes modos de disparo, entre ellos uno manual y otro de retrato. La interfaz es correcta, no muy rápida cambiando entre modos ni tampoco realizando las fotografías. De hecho esa pereza a la hora de funcionar la hemos notado especialmente en el enfoque, que tarda bastante en acertar pero que además no admite acercarse mucho en los primeros planos y da algunos errores en escenas en que no debería.

Este comportamiento lo sufrimos especialmente en la grabación de video, que puede ser hasta 4K. Incluso con buena luz y en un escenario en que otros terminales no habían cometido fallo alguno, el Xiaomi Black Shark pierde el enfoque con facilidad . Y no contar con estabilización también se nota mucho en el resultado final.

Si nos centramos en las fotografías, el Xiaomi Black Shark nos ofrece fotos correctamente resueltas en escenarios controlados de luz, aunque vemos que con el rango dinámico tiene algunos problemas, especialmente en los cielos ocasionales.

Img 20181113 233514

El modo HDR es un buen aliado en muchas situaciones, y sin ser nuestro preferido, nos puede salvar de alguna situación compleja.

Hdr Ejemplo

En las fotos con suficiente luz los resultados muestran buena reproducción del color y nivel de detalle algo justo, especialmente en escenas generales donde a veces parece que el procesamiento de la imagen se queda a medias en las zonas que requieren más trabajo.

Foto Detalle

Respecto al modo retrato, no queda mal resuelto en general pero no es inmediato conseguir buenos resultados y además el bokeh que obtenemos nos parece algo forzado.

Img 20181113 234005
Modo Retrato Dos Escenas Modo retrato aplicado a una persona

Cuando nos enfrentamos a escenas donde La Luz ya escasea, sin fijarnos en los detalles los resultados son correctos pero al no contar con OIS, el sistema necesita subir la sensibilidad de manera automática y ello nos trae excesivo ruido cuando nos acercamos a los detalles.

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Detalle Ruido

Xiaomi Black Shark, la opinión y nota de Xataka

Xiaomi no quiere dejar ningún segmento del mercado de los smartphones sin abarcar y este Black Shark es su intento por convencer a los que buscan un modelo de teléfono diferente en apariencia y con extras centrados ante todo en el juego.

Su baza global vuelve a ser la misma: más por menos dinero. Aquí lo consigue en apartados clave como la pantalla y por supuesto el rendimiento. Son facetas donde basta con ser un gran ensamblador. En este modelo aporta además una experiencia limpia bajo Android, contando además con el extra del modo de juego bien acompañado de un accesorio como el GamePad.

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A falta de una pantalla de 120 Hz que hubiera marcado diferencias pero también elevado el precio del terminal, el conjunto funciona, aunque nos queda siempre el lunar de una cámara descuidada en algunos aspectos que requieren más de cariño y dedicación que de elementos físicos.

8,5

Diseño8,5
Pantalla 8,5
Rendimiento9,5
Cámara7,25
Software8,25
Autonomía8,75

A favor

  • Buena pantalla en términos generales
  • Android limpio con un toque solo en la parte gaming
  • Buena autonomía con carga rápida y potencia de sobra
  • Viene con GamePad para sacarle partido desde cero

En contra

  • El acabado de la parte trasera lo hace algo resbaladizo
  • No cuenta con pantalla de 120 Hz
  • La cámara sigue siendo el gran punto débil
  • No sale directamente con Android 9.0


Huawei Mate 20 Pro, análisis tras un mes de uso: el zoom engancha, la autonomía enamora

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Huawei Mate 20 Pro, análisis tras un mes de uso: el zoom engancha, la autonomía enamora

Llegar el último no significa llegar tarde. Huawei lo ha demostrado de sobra con el Huawei Mate 20 Pro. Su segundo buque insignia para este 2018 llegó el pasado mes de octubre con un objetivo claro: mejorar la marca dejada con el Huawei P20 Pro ¿lo habrá conseguido?

En el análisis a fondo, nuestra compañera Anna Martí ya desgranó al detalle todas sus capacidades, desde el diseño hasta el rendimiento, pasando por la cámara o sus opciones de seguridad. Mi misión ahora ver si las sensaciones se mantienen con un uso más prolongado.

Un diseño (casi) impecable

Huawei Mate 20 Pro

Pocas pegas le puedo poner al diseño del Mate 20 Pro tras convivir con él durante un tiempo. En primer lugar, destacar el excelente trabajo de compactación realizado. No es un móvil pequeño, de hecho me cuesta manejarlo con una mano, pero teniendo en cuenta que su pantalla tiene una diagonal de 6,3 pulgadas resulta sorprendentemente cómodo y su peso, aunque no puedo calificarlo de ligero, no resulta molesto.

No es un móvil pequeño, pero teniendo en cuenta que su pantalla tiene una diagonal de 6,3 pulgadas resulta sorprendentemente cómodo en mano.

Con respecto a materiales y acabados, haber optado por el cristal tiene sus ventajas e inconvenientes. En el lado de las ventajas tenemos carga inalámbrica, que por cierto va genial (hablaremos de esto más en profundidad en su correspondiente apartado) y un acabado muy elegante. Me ha tocado el modelo más "aburrido" de todos, el negro, pero a pesar de no tener degradados o texturas, esa trasera reflectante transmite calidad y distinción, siempre que esté limpia, claro.

Huawei Mate 20 Pro

En las desventajas tenemos que el cristal es un imán para las huellas, nada nuevo bajo el sol. Por otro lado, aunque no resulta más resbaladizo que otros móviles con este material, personalmente he usado la funda de silicona transparente que venía en la caja. El motivo principal es para protegerlo de posibles arañazos o golpes (no se me ha caído, pero ¿y si..?), pero en este caso también para minimizar la joroba de la cámara. No es una barbaridad, pero está ahí y a mí eso de que se apoye directamente sobre la mesa me da un poco de cosa.

Y hablando de cámara, la disposición de su cámara triple es quizás el único pero que puedo sacarle al diseño tanto por la joroba que mencionaba como por su aspecto. Es una apreciación puramente estética, pero en mi opinión ese módulo cuadrado queda demasiado pegote y se podía haber implementado de una forma más discreta. A menos, claro, que la intención fuera justo la contraria.

La reconciliación con el notch

Huawei Mate 20 Pro

Lo confieso, no me gusta el notch. Creo firmemente que es un fallo de diseño y tiene más inconvenientes (mala implementación a nivel software, poco estético) que ventajas (crear efecto de "todo pantalla", y no siempre), pero reconozco que tras pasar un mes con el Huawei Mate 20 Pro ya no soy tan 'hater' de la muesca, ceja o como queramos llamarla.

El notch no es muy profundo, está bien implementado a nivel software y "justifica" su presencia con un sistema de desbloqueo facial avanzado.

Preferiría que no estuviera, para qué mentir, pero aquí Huawei ha conseguido que su notch sea muy poco intrusivo. En primer lugar no es muy profundo, por lo que la barra de estado conserva su altura habitual, está bien implementado a nivel software y además justifica su presencia con un sistema de desbloqueo facial avanzado. Huawei da la opción de ocultarlo por software pero no me ha hecho falta. ¿Me he reconciliado con el notch? Parece que sí.

Huawei Mate 20 Pro

Muescas a parte, hablemos de la experiencia con su pantalla, protagonista absoluta del diseño. Como decía, Huawei apuesta por un panel AMOLED de 6,3 pulgadas y en este caso sí llegamos a la resolución QHD, no como con otros gama alta de la firma que se quedan en FullHD.

Aquí se mantienen las mismas sensaciones que en el análisis; sobresaliente en nitidez, nivel de brillo y contraste alto para buena lectura en exteriores y una tonalidad correcta, aunque algo fría. Lo bueno es que Huawei ofrece muchas opciones de configuración entre la que se encuentra 'Tono natural' que es la que he acabado manteniendo.

Seguridad al servicio del 'todo pantalla'

Huawei Mate 20 Pro

Normalmente no dedicamos un apartado para los métodos de seguridad biométrica, pero en el caso del Mate 20 Pro merece mención especial. El nuevo flagship de Huawei se apunta a dos tendencias fruto de la carrera por reducir marcos, una es el desbloqueo facial y la otra el lector de huellas bajo la pantalla.

Aunque es una tecnología que ya se ha integrado en otros móviles (sobre todo modelos provenientes de China como el Vivo NEX o el OPPO RX17 Pro), Huawei es la primera marca puramente internacional en integrar el lector de huellas bajo la pantalla y lo hacen con buen resultado, pero no excelente.

El lector de huellas bajo la pantalla no siempre funciona bien, pero es el complemento perfecto de un desbloqueo facial muy rápido y preciso.

Registrar la huella es relativamente rápido, pero el proceso de desbloqueo no siempre es satisfactorio. Por un lado, el área de escaneo es bastante pequeña, de forma que si ponemos el dedo un poco desplazado no lo lee.. Además hay que presionar un poco para que reconozca la huella. Estos dos problemas combinados hacen que no resulte tan intuitivo como los lectores de huella tradicionales donde tenemos esa sensación de "tocar y desbloquear". Con todo, es una ventaja desde el punto de vista del diseño ya que conservamos este método de desbloqueo sin penalizar el aprovechamiento del frontal o recargar la trasera.

Huawei Mate 20 Pro

El desbloqueo facial es la otra novedad del Mate 20 Pro y aquí la experiencia ha sido bastante mejor. El reconocimiento de la cara es rápido y generalmente no tiene problemas en autenticarnos, incluso llevando gafas de sol. Los fallos suceden pero son más bien anecdóticos y normalmente fruto de un mal ángulo o un contraluz fuerte. Además siempre se puede recurrir a la huella que es lo que he hecho en este tiempo.

Buen rendimiento, mejor autonomía

Huawei Mate 20 Pro

El desempeño es otro de los puntos a destacar, claro que aquí al tratarse de un gama alta no podíamos esperar menos. Durante este mes de uso no he detectado ningún signo de lentitud o bloqueos. Sólo la app Google Fotos me ha dado problemas con algún cierre súbito pero lo relaciono a momentos en los que hacía copias de seguridad muy grandes. Tampoco hay calentamiento notable tras periodos de uso prolongado, incluyendo al jugar a títulos más exigentes como 'Asphalt 9' o 'Last Day On Earth'.

Con respecto al software, EMUI no es una de mis capas favoritas pero hace tiempo que no usaba a fondo un Huawei y reconozco que ha mejorado mucho, tanto en la cantidad de bloatware como en la optimización general del sistema. La personalización es notable y al principio me costó un poco acostumbrarme pero al margen de eso la experiencia ha sido buena.

La autonomía sorprende y estar dos días sin visitar el enchufe es lo habitual. En días de uso intensivo llegamos al final de la jornada sin problema.

Donde sí me ha sorprendido es en la autonomía. Sí, tiene una batería de 4.200 mAh, pero es un tope de gama y el consumo siempre es mayor. A pesar de todo la autonomía brilla como en ningún gama alta que haya probado hasta la fecha. Un ejemplo: vacaciones, París, usando Google Maps para orientarme, haciendo fotos sin parar, subiendo stories a Instagram, enviando mensajes por WhatsApp, alguna llamada... Llevaba una batería externa y no sólo no la tuve que usar ni un solo día, sino que además llegaba al hotel por la noche con alrededor del 30% de batería.

La carga también es un punto a destacar. Aquí el cargador normal es el que más brilla al conseguir cargar la batería al completo en poco menos de una hora y también viene genial si necesitamos un 'chute' rápido. El cargador inalámbrico no lo he usado tanto ya que tarda bastante más (el doble, más o menos), pero viene muy bien para tenerlo sobre el escritorio.

La versatilidad del zoom y la falta de inmediatez de la IA

Huawei Mate 20 Pro

Este año han sido varios los fabricantes que han apostado por una evolución más bien discreta en el apartado fotográfico, por ejemplo Samsung con los Galaxy S9 y Note 9 o Google con los Pixel 3, pero no es el caso de Huawei. Si 2017 fue el año de las cámaras dobles, en 2017 Huawei ha abierto la veda de las cámaras triples, primero con el P20 Pro y ahora con un Mate 20 Pro que hace del zoom su principal arma, aunque esta vez apostando también por el gran angular.

El zoom es lo mejor de la cámara del Huawei Mate 20 Pro. Podemos conseguir una variedad de encuadres enorme, y todo sin movernos del sitio.

Lo corroboro, el zoom es lo mejor de la cámara del Huawei Mate 20 Pro. Tuve la ocasión de ponerla a prueba muy a fondo durante mis vacaciones en París y la versatilidad que ofrece está a años luz de cualquier otra función fotográfica que se me pueda ocurrir. La variedad de encuadres que se consigue con ese rango que va desde el gran angular (0.6x) hasta el tele (5x) es enorme, y todo sin tener que movernos del sitio.

Huawei Mate 20 Pro Disparo en angular o normal.

No obstante, todo es mejorable y aquí he notado que llevar el zoom a esos cinco aumentos penaliza la calidad. También se nota diferencia de calidad con el gran angular así como deformaciones muy notables en según que escenas, pero es una gozada a la hora de fotografiar en interiores o monumentos muy grandes sin tener que alejarnos para que nos entre en el cuadre. Aquí he tratado de buscar niveles de zoom intermedios y evitar los extremos en la medida de lo posible, pero sin renunciar a todo el rango que ofrece.

Huawei Mate 20 Pro

Antes de hablar de resultados quiero mencionar los modos de disparo. Huawei propone una aplicación de cámara plagada de opciones, tantas que puede resultar un poco abrumadora. Durante este mes he usado principalmente el modo automático, variando entre el automático normal y con la detección de escenas mediante IA, una opción que tiene su lado bueno y su lado malo. En según que escenas viene bien ya que nos ofrece el ajuste adecuado (por ejemplo al fotografiar paisajes activa el modo cielo azul, cuando hacemos fotos de comida activa el modo comida y así en muchas situaciones) y generalmente suele acertar.

Huawei Mate 20 Pro 15 Si fotografiamos flores o comida, lo detecta y ajusta los parámetros para ese tipo de escenas.

Con los retratos no siempre viene bien esa IA ya que lo activa en cuanto detecta caras en la escena y no siempre queremos este efecto. Lo bueno es que podemos desactivarlo fácilmente, pero no deja de ser un poco incordio en algunos casos. Por cierto, hablando del modo retrato, incluye varios modos de iluminación al estilo Apple, pero por mi experiencia lo mejor es evitarlos ya que el resultado es nefasto en la mayoría de casos. Otro detalle a destacar de los retratos es que sólo funcionará si hay una cara, para todo lo demás, si queremos desenfoque hay que recurrir al modo apertura.

Lo que más penaliza la experiencia es el mensaje "Mejorando la foto, no mueva el dispositivo" que siempre aparece en los momentos más inoportunos. El modo automático es muy rico en opciones, pero le falta rapidez.

Pero lo que para mí más penaliza la experiencia a nivel software es el mensaje de "Mejorando la foto, no mueva el dispositivo" que aparece en algunas tomas (spoiler: siempre en los momentos más inoportunos). Sí, se puede mover el dispositivo y no pasa nada, pero cada vez que sale es un incordio. Cuando activo un modo automático con IA espero que lo haga todo por mí, y en esto cumple, pero también espero inmediatez y aquí tiene mucho que mejorar.

Huawei Mate 20 Pro El contraste de la escena no era tan alto. En el resultado final, las filigranas de la escalera quedan mucho más marcadas.

Y ahora sí, comentemos los resultados. En la misma línea de modelos anteriores, el procesado que aplica Huawei es bastante agresivo, especialmente con la detección IA activada. A menudo las imágenes tienen un contraste más alto y los colores aparecen más saturados. Me recuerda un poco a algunas tiendas de teles donde suben la saturación a tope para conseguir ese efecto wow; no es fiel a la realidad, pero hay que reconocerle que el resultado final es muy llamativo a la vista.

Huawei Mate 20 Pro En fotos nocturnas el resultado es espectacular, pero al ampliar se ve ese procesado tan agresivo para minimizar ruido.

Donde sí sorprende ese procesado es en el modo nocturno, aunque se pasa un poco en su afán por minimizar el ruido. De nuevo, no destaca precisamente por su inmediatez (tarda hasta cinco segundos en disparar) pero sí por los resultados. En escenas de oscuridad casi total consigue rescatar la imagen casi como si pudiera ver en la oscuridad. El detalle no es el mejor, pero con esas condiciones ya hace bastante.

Por último, la cámara delantera también viene cargada de opciones, incluyendo el modo retrato con los mencionados modos de iluminación, el modo belleza, apertura y hasta modo noche. Aquí la calidad no brilla tanto como en las cámaras traseras, pero ofrece un rendimiento correcto aunque eso sí, mejor no usar el modo belleza al máximo.

En general la experiencia fotográfica con el Mate 20 Pro ha sido buena a pesar de que no soy demasiado fan del procesado de Huawei, el cual encuentro demasiado agresivo sobre todo en escenas complejas. También preferiría una app de cámara más clara y sintética, pero la versatilidad que ofrecen tanto sus distintos modos de disparo como el zoom compensan esos detalles con creces.

Un mes con el Huawei Mate 20 Pro

Huawei Mate 20 Pro

Al abordar un análisis de un dispositivo siempre lo hago con la mente lo más abierta posible, pero es inevitable tener ideas preconcebidas fruto de experiencias anteriores. El Mate 20 Pro me ha hecho cambiar de opinión en varios puntos, el primero es que el notch no está tan mal. No es el primer móvil con muesca que pruebo, pero sí es el que la implementa con más sentido y de forma más discreta. El diseño se acerca a ese 'todo pantalla' soñado y resulta sorprendentemente cómodo para su tamaño, además de que cuenta con unos acabados excelentes.

Con EMUI me ha pasado algo parecido. La experiencia ha sido mucho mejor de lo que recordaba por versiones anteriores y me ha quedado claro que la capa ha madurado muchísimo. En cuanto a optimización, con esta configuración el sistema vuela y la personalización, aunque notable, no penaliza la experiencia.

El Huawei Mate 20 Pro ha conseguido que vea el notch con buenos ojos, que me reconcilie con EMUI y que me enganche a la versatilidad de su cámara. Pero lo que enamora es su autonomía.

Con la cámara tengo algunos sentimientos encontrados. Es cierto que el procesado es agresivo, aunque he acabado cogiéndole el punto. La app de cámara es mejorable por la saturación de opciones, pero la versatilidad que ofrece todo el conjunto fotográfico no ha pasado desapercibida en este tiempo y estoy segura de que la voy a echar mucho de menos, principalmente por ese zoom que combina tele y gran angular. También voy a echar en falta el desbloqueo facial y el lector de huellas, dos sistemas que sin ser perfectos, se complementan de maravilla.

Pero el apartado que más voy a echar de menos es la autonomía. Igual que dijo Anna en su análisis, yo también me he olvidado de cargar el móvil muchas veces y volver a la dinámica de cargar el teléfono a diario (a veces antes de acabar la jornada) va a ser lo más duro de todo. Concluye este mes de uso del Mate 20 Pro y lo hace con un balance muy positivo. Creo que no cabe duda de que estamos ante uno de los móviles del año y, personalmente, ha conseguido colocarse entre mis favoritos.

ASUS ZenBook Pro 15 análisis: una mezcla de workstation y portátil gaming que sorprende por su ScreenPad

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ASUS ZenBook Pro 15 análisis: una mezcla de workstation y portátil gaming que sorprende por su ScreenPad

Es difícil innovar en al ámbito de los portátiles, y de hecho quizás no haya que hacerlo demasiado con un formato que ha funcionado desde hace décadas. Sin embargo en ASUS creen que hay al menos un elemento que puede ir a más, y ese no es otro que el ScreenPad de su nuevo ASUS ZenBook Pro 15.

El portátil de 15,6 pulgadas cuenta con una hoja de especificaciones notable pero no especialmente distinta de otros competidores en esta gama de precios: lo diferencial aquí es precisamente ese touchpad rebautizado como ScreenPad que quiere convertirse en una segunda pantalla para diversos tipos de escenario.

Ficha técnica del ASUS ZenBook Pro 15

El ASUS ZenBook Pro 15 engaña ligeramente por su aspecto sobrio, porque en su interior tenemos una configuración destacable por la potencia de dos de sus componentes principales: tanto el procesador (un Core i7-8750H Hexa-core) como la gráfica, una NVIDIA GeForce GTX 1050 armada con 4 GB de memoria GDDR5.

ASUS ZenBook Pro 15 (UX580G)

Pantalla

15,6" LED 1080p

Procesador

Intel Core i7-8750H (8ª Gen Coffee Lake)
6 núcleos a 2,2 GHz (4,1 GHz con modo Turbo), 14 nm, 45 W TDP

Tarjeta gráfica

NVIDIA GeForce GTX 1050
4 GB GDDR5 / Intel UHD 630

Memoria

16 GB DDR4

Disco duro

512 GB SSD M.2 NVMe

Touchpad

ScreenPad táctil de 5,5 pulgadas 1080p

Sonido

2 altavoces estéreo ASUS SonicMaster Premium y certificación Harman Kardon

Conectividad

WiFi 802.11a/b/g/n/ac, Bluetooth 5.0

Batería

71 Wh LiPo

Dimensiones y peso

365 x 251 x 18,9 mm
1,86 kg

Sistema operativo

Windows 10 Home
Huawei Share

Otros

Cámara frontal VGA, lector de huellas, 2 x USB tipo C (Thunderbolt 3), 2 x USB (USB 3.1 Gen.2), toma de auriculares, HDMI, lector MicroSD, toma de corriente

Precio

1.499 euros

A esa buena base le acompaña la pantalla de 15,6 pulgadas no táctil que en este caso cuenta con resolución 1080p aunque hay variante 4K (no disponible en España). No es un panel especialmente destacable, algo que quizás debería haberse cuidado más en un equipo perfecto para tareas creativas y bien preparado para sesiones de gaming decentes. Los 16 GB de memoria DDR4 y la unidad SSD de 512 GB son también fantásticos acompañantes de una configuración con pocas fisuras.

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Probablemente una de ellas sea la webcam VGA, que quizás no parece acorde con el resto de la configuración, completa tanto a nivel de potencia como de conectividad salvo por un elemento: echamos en falta un conector de red, aunque es posible añadirlo con un adaptador de USB a RJ45.

Un diseño sin estridencias

Nada destaca especialmente en el diseño del ZenBook Pro 15 hasta que no lo enciendes. El aluminio de color azul oscuro domina todo el chasis, que a pesar de estar hecho con ese material cuenta con algunos puntos "huecos", nada demasiado preocupante, pero que no deja la sensación de solidez que esperaríamos.

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Entre las pocas notas diferenciales en el diseño exterior está la del pequeño biselado cobrizo que rodea la base del portátil. El equipo se ve condicionado por esas 15,6 pulgadas de su diagonal, y no esconde sus dimensiones ni siquiera con el uso de marcos reducidos.

De hecho nos encontramos con que al abrir la pantalla esos marcos son decentes en los laterales pero especialmente pronunciados en la parte superior (donde encontramos la webcam) y sobre todo en la inferior, en la que se destaca cómo el equipo pertenece a la familia ASUS ZenBook. A pesar de ello ASUS consigue un aprovechamiento del frontal del 83%, una cifra que parece anormalmente alta dada la presencia de esos marcos.

La apuesta hardware ciertamente condiciona apartados como el grosor (18,9 mm) o el peso (1,86 kg), que son los que podemos esperar de un equipo de 15,6 pulgadas, pero es que además componentes como el procesador o la potente GeForce GTX 1050 y sus requisitos en cuanto a ventilación también imponen aquí ese coste en dimensiones para que las temperaturas internas se pueden tener bajo control.

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En el lateral izquierdo es donde encontramos la toma de corriente, el conector HDMI de tamaño completo y dos puertos USB-C con interfaz Thunderbolt 3 que lamentablemente no se pueden usar para cargar el portátil. Aún así casi todo son buenas noticas en este sentido, sobre todo teniendo en cuenta que en el otro lateral ASUS ha tenido el buen criterio de mantener los puertos USB convencionales (2 x USB-A con interfaz USB 3.1 Gen. 2) al otro lado para que podamos conectar nuestros actuales periféricos sin adaptadores.

En ese mismo lateral derecho tenemos además un lector de tarjetas MicroSD, y la toma de auriculares, lo que completa la dotación de un equipo al que por pedir quizás le hubiéramos pedido un puerto RJ-45 para conexiones de red dada su orientación parcial al gaming gracias a su gráfica dedicada. Sea como fuere, pocas quejas en este sentido.

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El teclado del equipo es de tamaño completo y hace uso de una columna adicional a la derecha de la tecla Intro para dar cabida allí a los atajos de teclado del Inicio/Fin/RePág/AvPág tradicionales, algo que otros fabricantes solucionan con combinaciones con la tecla Fn que en este caso no tiene dicha capacidad en el ZenBook Pro 15.

Las notas destacadas del diseño interior vienen por el ScreenPad, ese curioso touchpad que dobla como segunda pantalla de la que hablaremos en detalle más adelante, y el lector de huella dactilar situado a su derecha, justo debajo de la tecla Fn de la esquina inferior derecha. Dicho lector se comportó de forma perfecta en nuestras pruebas, y resulta una forma estupenda de evitar la introducción de contraseñas al iniciar sesión por ejemplo.

El sorprendente ScreenPad como característica diferencial

ASUS ha querido darle una vuelta a uno de los componentes fundamentales de cualquier portátil: el touchpad tradicional. Para ello ha creado el llamado ScreenPad, que es una mezcla de un Windows Precisión Touchpad (PTP) -ya muy popular entre fabricantes de portátiles-, y una pantalla táctil e interactiva de 5,5 pulgadas con resolución 1080p.

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Esa pantalla siempre actúa por defecto como un touchpad convencional, pero en su parte superior encontramos una pequeña barra blanca que nos indica que está "preparado" para funcionar en modo ScreenPad. Al deslizar el dedo de arriba hacia abajo nos encontraremos con una barra de iconos con aplicaciones específicamente desarrolladas para funcionar en esta segunda pantalla.

Entre ellas están la calculadora, el calendario que nos permite consultar la agenda o incluso un reproductor de música integrado que permite tener listas de reproducción preparadas para ser disfrutadas directamente desde esta interfaz. Quizás la más llamativa a día de hoy sea la aplicación de Spotify, que permite tener un "mini reproductor" disponible en esa segunda pantalla para controlar desde ella esa reproducción del popular servicio de streaming musical.

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También tenemos un lanzador para poder acceder (y editar su aparición allí) a nuestras aplicaciones Windows favoritas, algunas de las cuales están especialmente adaptadas para aprovechar esta segunda pantalla. Microsoft Office es un buen ejemplo, ya que al usarlo aparecerán opciones de edición y modificación de elementos directamente en esta pequeña pantalla además de en "La Cinta" que caracteriza a la suite Office desde hace años.

Hay además algunas extensiones especiales para servicios web como YouTube que añaden controles de reproducción en esa segunda pantalla, aunque más llamativa es la posibilidad de utilizar esta segunda pantalla precisamente como eso: la tecla F6 permite que podamos cambiar entre modos de funcionamiento del ScreenPad, y uno de ellos es la llamada "Pantalla de extensión", que funciona de forma idéntica a si conectásemos el equipo a un monitor externo.

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Ese monitor externo es, en nuestro caso, el ScreenPad de 5,5 pulgadas, en el cual de repente nos encontraremos con un "mini escritorio" Windows 10 que obviamente será difícil manejar por esa diagonal pero que por lo demás es completamente funcional. Podremos tener varias ventanas abiertas en él, o controlar totalmente cualquier aplicación en esa pantalla.

En este modo de funcionamiento podremos usar el teclado e incluso el propio touchpad, que tendrá dos modos de funcionamiento (táctil o cursor). Ninguno de ellos es especialmente recomendable a la hora de operar con esa segunda pantalla, y lo más adecuado es usar simplemente un ratón externo para experimentar con una opción singular y que puede dar más juego del que parece.

Asus Zenbook Pro 15 14 Jugar a Fortnite u otros juegos en esta pequeña pantalla secundaria es posible. Lo que no es es muy recomendable.

Hasta es posible utilizar esa pantalla como primera pantalla si queremos a través del tradicional menú de Windows "Proyectar" que obtenemos al pulsar Windows+P, aunque quizás manejar todo un escritorio Windows 10 en esas dimensiones durante un intervalo de tiempo prolongado no parece muy buena idea.

De momento las aplicaciones nativas para el ScreenPad se pueden contar con los dedos de las dos manos, y no parece que ASUS ofrezca ningún tipo de SDK para desarrolladores que quieran impulsar ese catálogo.

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Afortunadamente se puede aprovechar esa función de "Pantalla de extensión" con la que podremos tener una aplicación en segundo plano siempre a nuestra disposición, algo que puede dar bastante juego.

Más allá de eso, lo cierto es que durante nuestras pruebas ScreenPad no ha pasado de una curiosidad a la que hemos dado poco uso, en parte porque estamos acostumbrados al uso de atajos de teclado o el ratón y a menudo la propuesta de esas aplicaciones en segunda pantalla no son especialmente más rápidas que acceder a aplicaciones nativas en Windows para esas tareas.

Un rendimiento al que es difícil pedirle más

Ya lo adelantábamos al hablar de la configuración y las pruebas han demostrado que esa hoja de especificaciones no está ahí por nada: la capacidad de proceso de la CPU y la GPU dedicada le dan alas al ASUS ZenBook Pro 15, que no desfalleció en ningún momento.

Pruebas

Eso se notó por ejemplo en las pruebas sintéticas con PCMark 8 y 3DMark, a las que hay que sumar por ejemplo los 4.659 puntos que obtuvimos en PCMark 10. En la gráfica se puede ver cómo su rendimiento no está entre los más altos de la tabla, pero es que todos esos equipos cuentan con gráficas bastante más potentes que obviamente ofrecen mayor rendimiento en el comportamiento gráfico.

A pesar de ello la GeForce GTX 1050 de este equipo parece una buena opción para mantener un buen equilibrio entre precio y prestaciones, y el comportamiento en videojuegos siempre fue decente. Es cierto que con títulos exigentes una GTX 1050 puede quedarse algo corta, claro, y el ejemplo lo tenemos en las pruebas con 'Shadow of The Tomb Rider'. En este exigente juego probamos con nivel de detalla bajo, sin AA y con resolución 1080p y rozamos los 40 fps de media, lo que hace que el juego sea jugable pero no "brille" como quizás algunos querrían.

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Con otros títulos menos exigentes esa experiencia mejora —ya hemos hablado de Fortnite— y la conclusión es idéntica: podremos jugar sin problemas si somos capaces de sacrificar el nivel de detalle en títulos exigentes, aunque los más exigentes quizás querrían ir un paso más allá e ir a una configuración más de portátil para gamers.

Su comportamiento como estación de trabajo tampoco defrauda: obtuvimos 110,31 fps y 1187 cm en Cinenebch R15, y ahí el procesador hexa-core hace maravilas. En GeekBench esa CPU también brilla con 4.917 puntos en Single-Core y 22.085 en Multi-Core, mientras que la unidad SSD (de Toshiba en este caso) no defraudó tampoco: 2.555 MB/s en lectura y 1.384 en escritura fueron los resultados de la prueba con CrystalDiskMark.

Así pues, brillo especial del procesador y margen de maniobra suficiente con su tarjeta gráfica, que quizás deja ganas de más en un equipo que por lo demás tiene difícil defraudar a sus usuarios por esos 1.500 euros que cuesta.

El ASUS ZenBook Pro 15 en el día a día

Es evidente que ante nosotros tenemos un equipo que da mucho que hablar por su ScreenPad, pero lo cierto es que el potencial de este componente es limitado, y es probable que la inmensa mayor parte del tiempo lo utilicemos como un touchpad convencional.

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Tanto si lo hacemos como si no, no hay que descuidar el comportamiento global de este portátil, que desde luego destaca por un teclado con un recorrido de 1,5 mm y con un tacto fantástico. Me costó un poco acostumbrarme a la distribución con esa columna extra que me hace colocar las manos erróneamente los primeros momentos, pero una vez te haces con la posición adecuada la respuesta del teclado es estupenda.

No aprovechamos toda su conectividad, pero aquí contar con dos puertos con Thunderbolt 3 y el conector HDMI permite que teóricamente conectemos hasta tres monitores externos, o bien aprovechemos esos puertos TB3 para maximizar el rendimiento gráfico con alguna eGPU. No es que aquí el equipo se ande con chiquitas: la GTX 1050 es como hemos visto en el apartado del rendimiento capaz de dar muchas alegrías si no somos demasiado exigentes con el nivel de detalle gráfico.

El procesador también se ha comportado de forma notable en todo momento, y esos 16 GB de memoria hacen que sea difícil que el equipo se encuentre en problemas en sesiones de trabajo normales con decenas de pestañas del navegador, programas ofimáticos o de edición de imágenes y de vídeo: puede que ASUS no llame a este equipo estación de trabajo portátil, pero no le falta mucho para poder llegar a ese nivel. Los seis núcleos (y 12 hilos gracias al soporte de la tecnología Hyper Threading) del Core i7-8750H son perfectos para programas creativos en los que esa característica favorece a estas aplicaciones en las que se da soporte a un alto grado de paralelismo.

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La ventilación corre a cargo de dos ventiladores y de un sistema de heatpipes que gracias a las dimensiones del equipo puede funcionar con holgura. En situaciones convencionales no notaremos esa ventilación, pero la cosa cambia cuando cargamos algún videojuego, lo que lleva casi inevitablemente al bufido de esos ventiladores. Ocurría incluso con Fortnite, que no es especialmente exigente, por ejemplo.

Esa potencia tiene una contrapartida: la batería, que a pesar de contar con una capacidad de 71 Wh no es capaz de batir ningún récord sobre todo si jugamos con el equipo o utilizamos aplicaciones exigentes como las citadas herramientas creativas con las que exprimir todo el potencial del procesador.

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En reproducción multimedia el equipo se comporta de forma correcta, pero no especialmente destacable. A ello contribuye esa pantalla de la que hablábamos anteriormente y unos altavoces Harman Kardon que están situados en la parte inferior y tienen, como en la mayoría de los portátiles, poco margen de maniobra. Eso no significa que suenen mal, pero una vez más lo ideal es utilizar auriculares si queremos disfrutar de un audio más llamativo.

En nuestras pruebas obtuvimos algo más de 7 horas de uso continuado con un uso diverso (pequeña sesión de pruebas con Fortnite incluido), una cifra que sin ser especialmente baja tampoco es destacable. Lo que sí lo es es el tiempo de carga, que gracias al soporte de carga rápida y del adaptador incluido (de 150 W) permite cargar el 60% de la batería en apenas 50 minutos, tal y como promete el fabricante en su página oficial.

ASUS ZenBook Pro 15 (UX580U), la opinión y nota de Xataka

La propuesta de ASUS no se llevará ningún premio por un diseño osado o unas dimensiones compactas, pero desde luego sí llama la atención por una construcción muy decente para todo lo que lleva en su interior y desde luego por el ScreenPad que es la característica diferencial del equipo.

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Esa opción, insistimos, no debería tener demasiado peso en la decisión de compra: en el tiempo que hemos tenido el equipo no hemos tenido muchas oportunidades para sacarle todo el jugo, pero es que las aplicaciones disponibles son limitadas y aquí la sensación es de que puede dar para más sin que quede del todo claro para qué exactamente. Probablemente la verdadera virtuda de esta segunda pantalla es que Windows 10 la ve como tal, y configurar un segundo escritorio con aplicaciones maximizadas en ella que saquen partido de ese área parece llamativo.

Aún así el verdadero potencial del equipo está en esa propuesta hardware que es notable aunque tras las pruebas nos haya dejado con ganas de más en el apartado gráfico. La GeForce GTX 1050 es una buena alternativa, pero si sois gamers es probable que queráis optar a portátiles con más enjundia en ese ámbito, porque las opciones con una 1060 o una 1070, aun siendo más caras, son claramente mucho más interesantes para aprovechar el potencial de los videojuegos en el portátil.

Eso también se nota en el panel, que sin ser malo tampoco está orientado a equipos de videojuegos. Donde más brilla el equipo es en el ámbito de las aplicaciones creativas que pueden sacar partido de esos seis núcleos y doce hilos de ejecución del procesador. Los 16 GB de memoria son un excelente acompañamiento, aunque la batería pueda resultar algo escasa para usuarios que necesiten más horas con el equipo desconectado de la toma de corriente.

En general nos encontramos con una propuesta que no tiene un precio desorbitado y que además cuida muchos de sus detalles con acierto. Quienes necesiten rendimiento no se verán defraudados, aunque el formato, la autonomía o la potencia gráfica puedan condicionar su éxito.

8

Diseño8,0
Pantalla8,0
Rendimiento9
Teclado/trackpad8,5
Software8,25
Autonomía6,5

A favor

  • El rendimiento de su procesador es fantástico
  • Su ScreenPad es interesante y funcional en ciertos escenarios
  • La tarjeta gráfica permite jugar sin problemas si no eres muy exigente con los gráficos
  • El precio es equilibrado
  • El sensor de huella funciona a la perfección

En contra

  • Quienes quieran un portátil gaming quizás deberían mirar a otro lado
  • La batería cumple, pero se puede quedar corta si usamos el equipo de forma intensiva
  • Pantalla de calidad algo decepcionante
  • Echamos de menos un conector de red y una webcam de mayor calidad

El ordenador ha sido cedido para la prueba por parte de ASUS. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas

Lenovo X1 Extreme, análisis: robustez, nostalgia y un teclado casi perfecto como complemento de la GTX 1050 Ti

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Lenovo X1 Extreme, análisis: robustez, nostalgia y un teclado casi perfecto como complemento de la GTX 1050 Ti

Apple con su Macbook Pro, Dell con su XPS o HP con su Spectre x360, todos ellos en sus versiones de 15 pulgadas y corte profesional, tienen un nuevo rival frente a ellos. El Lenovo X1 Extreme se vale de una marca de leyenda como Thinkpad para, con ayuda de una ficha técnica prometedora, convencer a quien no quiere un ultrabook al uso sino una potente máquina para trabajar.

Ya tienes en Xataka la review completa del nuevo Lenovo X1 Extreme.

Lenovo X1 Extreme, ficha técnica

Tras años siendo fiel a unos tamaños de pantalla, diseño y configuraciones clásicas para su gama profesional, Lenovo se ha atrevido a ir un poco más allá y fruto de esa valentía nos deja en el mercado el nuevo portátil X1 Extreme.

Lenovo X1 Xtreme Analisis Espanol Portada Clasicismo en el diseño pero con un acabado y ficha técnica de primerísimo nivel

Su rasgo más característico es doble pero firmemente asociado a la pantalla. Por un lado tenemos una diagonal de 15,6 pulgadas que lo deja fuera de los ultrabooks que acaparan catálogos de todas las marcas. Como complemento, una gráfica dedicada como la GTX 1050 Ti, a nuestro parecer más enfocada en hacer un guiño a jugadores ocasionales que a creativos.

Lenovo X1 Extreme
Pantalla - 15,6 pulgadas Full HD LCD IPS antirreflejos (1.920 x 1.080 puntos) de 300 nits y gama de colores al 72%
- 15,6 pulgadas multitáctil LCD IPS 4K UHD con HDR antirreflejos y antimanchas, 400 nits, profundidad de color de 8 + 2 bits de Adobe al 100% con Dolby Vision y compatibilidad con lápiz externo
Procesador - Intel Core i5/i7 vPro Serie H de octava generación (con hasta 6 núcleos)
- Intel Core i5/i7 Serie H de octava generación (con hasta 6 núcleos)
Gráfica NVIDIA GeForce GTX 1050 Ti (4 GB GDDR5)
RAM Hasta 64 GB DDR4 2.666 MHz
Almacenamiento Hasta 2 unidades (2 TLC PCIe M.2 2280) para un máximo de 2 TB
Sonido Dolby Audio Premium y Dolby Atmos para auriculares
Sistema operativo Windows 10 Pro
Conectividad WiFi 802.11ac 2 x 2 y Bluetooth 5.0
2 x USB 3.1 1ª gen, 2 x USB 3.1 Tipo C 2ª generación, 1 x HDMI 2.0, lector de tarjetas SD 4 en 1, 1 x RJ-45 y 1 x jack micrófono/auriculares
Dimensiones Full HD: 361 x 245 x 18,4 mm
4K táctil: 361 x 245 x 18,7 mm
Peso Full HD: 1,7 Kg
4K táctil: 1,8 Kg
Batería 4 celdas, 80 Wh con tecnología de carga rápida
Precio Desde 1.749 euros

Con unas posibilidades de configuración muy amplias, la versión que hemos podido probar es una de las más altas, con 16 GB de RAM, procesador Core i7 Coffee Lake (con soporte Intel vPro en algunos modelos) y una pantalla con resolución 4K y además táctil.

La configuración más completa del Lenovo X1 Extreme, con pantalla 4K táctil, puede alcanzar los 4000 euros

El precio de este portátil va de los 1749 euros que cuesta la versión básica con Core i5, pantalla FullHD, 8 GB de RAM y SSD de 256 GB, a los 4000 euros que costaría el modelo más completo con Core i7-8850H, pantalla 4K, 64 GB de memoria RAM y SSD de 1 TB.

Nadie podrá decir que no es un ThinkPad

Teniendo una gama innovadora y hasta cierto punto rompedora respecto al diseño clásico de los portátiles como es la Yoga, Lenovo se permite mantener la esencia y personalidad de la gama ThinkPad año tras año.

Thinkpad Identidad Algunas marcas juegan con la nostalgia para vendernos muy bien un producto y que sea para nosotros algo más que un gadget

Nadie podrá decir que este Lenovo X1 Extreme, incluso antes de abrir su tapa de fibra de carbono, en impecable negro, como el resto de la carcasa de este portátil, se merece estar en la gama alta de los portátiles.

Ese material usado para la carcasa, además de resistencia como pocos equipos pueden presumir en el mercado, le otorga al Lenovo X1 Xtreme licencias a nivel de peso aunque también tendencia a que el acabado mate tienda a ensuciarse con la grasa de los dedos, costando bastante que las huellas acaben por irse completamente.

Lenovo X1 Extreme Diseno El acabado impoluto de la carcasa mate de fibra de carbono no permanece mucho tiempo así

No estamos ante un portátil a dieta extrema ni que vaya a presumir de unas líneas delgadas, aunque nos quedamos por debajo de los 2 kg (no olvidemos que es un modelo de 15 pulgadas), con su peso repartido de manera muy equilibrada. Ese equilibro se nota en detalles que entran en juego cuando vamos a a abrir la tapa del portátil (hasta 180 grados admite), cobrando entonces más importancia de la que le damos visualmente o en mano.

A cambio de ese peso nos podemos permitir una configuración potente y mucho más que iremos desgranando a lo largo de esta review en Xataka.

Lenovo Principal

Con líneas rectas y serias, el exterior del Lenovo X1 Extreme tiene un aire inconfundible a la gama ThinkPad, con logo bien grande y claramente anacrónico donde destaca la iluminación de la letra i al tener el equipo encendido.

Un profesional que se nota en la conectividad

El corte profesional al que debemos asociar este Lenovo X1 Extreme no defrauda en un punto clave: la conectividad.

En este portátil encontramos un buen arsenal de puertos, tanto en variedad como en número de ellos. Tenemos a un lado dos puertos USB-C Thunderbolt 3, salida/entrada de auriculares y conector HDMI 2.0, además de un puerto para colocar un adaptador Ethernet propietario de Lenovo.

Diseno

Al otro lado de su carcasa hallamos la ranura para tarjetas SD, dos puertos USB-A 3.1 y casi un anacronismo como SmartCard si no fuera porque estamos hablando de un modelo de corte eminentemente profesional.

A nivel de puertos la única pega que le pondría es que para conseguir un tiempo de carga decente hay que pasar por el cargador de serie y propietario de Lenovo (135 W), mientras que la carga por USB-C la dejaría para casa y poco más, salvo que no queramos llevar con nosotros el adaptador de Lenovo, que no es ni ligero ni de reducido tamaño.

Thinkpad X1 Extreme Con Cargador

De este Lenovo X1 Extreme hay que hablar también del lector de huellas disponible en la parte derecha del teclado pero bien separado del mismo. Nos permite identificarnos de manera sencilla en el sistema, y funciona bastante bien. Un extra al que no hay que decir no a estas alturas.

Sí que habría que decirlo curiosamente a una funcionalidad también habitual de los portátiles de empresa como es la red móvil integrada. Aquí no existe esa opción aunque con la facilidad de hacer tethering que tenemos hoy en día, es un mal menor pero un detalle al fin y al cabo.

Lector Huellas

15 pulgadas para disfrutar y tocar

15,6 pulgadas de panel con resolución 4K y un brillo de 400 nits son la base de la experiencia visual con este portátil Lenovo X1 Extreme. Es además un panel HDR Dolby Vision, algo curioso en un modelo más de corte profesional, con una cobertura 100% del espacio AdobeRGB.

El panel, con contraste y viveza de alto nivel, no es de tipo mate, así que no podremos evitar reflejos según la incidencia de la luz. Pero la experiencia visual global es bastante satisfactoria, con nitidez alta muy agradecida para trabajar largos periodos de tiempo o con mucho contenido en pantalla.

Lenovo X1 Extreme Pantalla Review Xataka Espanol La pantalla, colorida y brillante, es una delicia de usar en la configuración 4K y 400 nits

Aunque no estamos ante un convertible (la pantalla se abate hasta los 180 grados pero no más), este Lenovo X1 Extreme cuenta con una pantalla táctil que admite también el uso de los stylus de la compañía para tomar notas o interacción directa con la interfaz.

En cuanto al sonido, Lenovo presume en la ficha de especificaciones de tener Dolby Audio Premium así como Atmos, pero éste último solo para el uso con auriculares. Tanto por potencia como por precisión, el sonido de los altavoces te servirá de manera ocasional, pero no estamos ante un portátil que destaque en este campo precisamente.

Potencia de sobremesa potenciada por una gráfica dedicada

Con un precio de salida alto y aspiraciones claramente profesionales, el Lenovo X1 Extreme no podría pecar de falta de potencia. El equipo está disponible con configuraciones basadas en procesadores Coffee Lake tanto Core i5 como Core i7, contando con dos ranuras para tarjeta RAM en las que podemos albergar hasta 32 GB.

El interior viene preparado para instalar hasta dos unidades SSD NVMe (M.2). Y la parte gráfica queda cubierta de serie con la dedicada Nvidia GTX 1050 Ti. Su presencia, algo extraña en este tipo de equipos, hace posible pensar en el juego como una manera de pasar alguna hora, pero mejor cerca de la alimentación y no con batería.

En cuanto a las pruebas de más empaque gráfico, el Lenovo X1 Extreme nos deja en 3DMark más 13000 puntos, mientras que en TimeSpy y en Fire Strike, los datos medios obtenidos fueron de 1994 y 6855 puntos respectivamente.

El almacenamiento interno es uno de los puntos fuertes de este Lenovo X1 Extreme: dos ranuras NVMe accesibles y que destaca especialmente en velocidades de escritura

En las pruebas con CinBench R15 obtuvimos 1065 puntos, con más de 100 fps en la prueba OpenGL. En cuanto a la unidad SSD instalada, también muy buenas noticias, con datos en CrystaldiskMark de 2287 y 2312 MB/s en escritura y lectura secuencial respectivamente.

Estas cifras en test unidas a los argumentos técnicos nos dejaban un punto de partida muy prometedor en cuanto a comportamiento del equipo en el día a día. Y así fue. El Lenovo X1 Extreme admite trabajo ofimático y de navegación intensa y con muchas pestañas con plena fluidez, sensación en todo momento de instantaneidad y gran trabajo también en tareas más exigentes y creativas.

Lenovo Teclado Con Pantalla

Un aspecto que no nos acabó de convencer respecto al trabajo con el Lenovo X1 Extreme tiene que ver con la refrigeración y el calor. Los ventiladores, no muy ruidosos pero de cuya presencia uno se da claramente cuenta trabajando en entornos silenciosos, se activaban de manera algo caótica sin que ni tareas ni tiempo de uso del equipo tuvieran mucho que ver. Abrir una simple pestaña del navegador nada más arrancar el equipo (y en entorno no caluroso) activaba unos segundos los ventiladores a toda potencia para luego detenerse.

La activación de los ventiladores no sigue un patrón lógico y es un defecto que a algunos usuarios puede marcarles la experiencia de uso

En este tiempo de prueba no logramos establecer una regla de funcionamiento clara, pero sí que llegamos a la conclusión de que nos resultaba molesto y con sensación continua de descontrol.

Respecto al uso de este Lenovo X1 Extreme para juegos, buenas noticias. Aunque nos tenemos que olvidar de sacar partido de toda la resolución de su pantalla 4K, sí que estamos ante un equipo preparado para que, con títulos actuales y exigentes, podamos establecer un juego fluido a 1080p y con nivel de detalle alto.

En la parte de software nos encontramos con Windows 10 Pro con la identificación Hello gracias a la cámara de infrarrojos integrada, y un arsenal de seguridad (dTPM) tanto a nivel de sistema operativo como de BIOS muy valorados en el mundo profesional. La configuración de varios de esos elementos, así como actualizaciones importantes, las encontramos en el software Vantage incluido en este Lenovo X1 Extreme.

La mejor configuración no es la recomendable por autonomía

En un equipo que puede configurarse con tantas opciones, entre ellas muchas relacionadas con la pantalla (resolución, si táctil o no ...), la autonomía está directamente asociada a qué versión hayamos querido adquirir en la tienda. Y aquí lamentamos tener que advertir que la más apetecible no es la recomendada si piensas trabajar mucho sin alimentación cerca.

Nuestra experiencia está basada en el uso diario y durante una semana con el Lenovo X1 Extreme con pantalla táctil 4K con un Core i7-8750H, tarjeta gráfica Nvidia GTX 1050 Ti y una batería con capacidad de 80 Wh.

Refrigeracion

Con esta premisa y con un uso mixto de entretenimiento y trabajo, hemos promedidado unas 3 / 3.5 horas de trabajo efectivo, autonomía que podemos estirar hasta las 5 / 5.5 horas si optamos por la reproducción de vídeo a mitad de intensidad de brillo de la pantalla.

Esa pobre autonomía para un equipo de aspiraciones profesionales queda algo matizado por la carga, que se completa en menos de una hora y donde hay que destacar la carga rápida propietaria de Lenovo que nos deja un 50% de batería en poco más de 15 minutos.

El teclado es su arma más poderosa

Pantalla, potencia y diseño, pero mi parte preferida del Lenovo X1 Extreme es su teclado. Sí, es algo bastante personal, pero en este modelo Thinkpad hay argumentos sólidos.

El teclado del Lenovo X1 Extreme tiene un recorrido más que correcto para resultar muy cómodo sin que canse en absoluto. El tamaño de las teclas es grande (aunque sin teclado numérico) y transmite sensación de robustez como ningún teclado de portátil ofrece en la actualidad. Una vez superado el periodo de transición y adaptación para sacarle todo el partido, no se quiere volver a otro teclado en portátil.

Detalle Teclado

Lógicamente y hablando de esta gama alta, en el teclado no falta la retroiluminación, la cual admite dos niveles de iluminación pero que debemos regular de manera manual nosotros. También viene protegido contra salpicaduras.

Curiosamente, en ese afán por mantener señas de identidad de los clásicos ThnkPad, este Lenovo X1 Extreme no renuncia trackpoint, que a estas alturas y con la suavidad, tamaño y precisión del touchpad, no tiene apenas más rol que la anécdota o que toque lo sentimental. En mi caso hubiera preferido más tamaño en el touchpad y eliminar los botones físicos.

Lenovo X1 Extreme, la opinión y nota de Xataka

Lenovo no se conforma con estar presente en la gama profesional sino que quiere convencer a quienes buscan un equipo seguro, robusto, potente y que, como extra, apela a nuestra nostalgia.

El Lenovo X1 Extreme entra de lleno en la lucha por el mercado de los portátiles de más de 15 pulgadas ya fuera de la gama de consumo y con una clientela que es capaz de estirar su presupuesto por encima de los 2000 euros a la hora de comprar un portátil. A quien se anime, el Lenovo X1 Extreme le da rendimiento, diseño y un teclado fabuloso por su dinero.

Lenovo X1 Teclado

Por si esos argumentos fueran pocos, el Lenovo X1 Extreme refuerza su valor como portátil de entretenimiento y con escarceos gaming gracias a una pantalla brillante 4K y una gráfica como la GTX 1050 Ti, aunque precisamente esa pantalla es una de las culpables de su punto más flojo: la escasa autonomía en un entorno profesional.

8,75

Diseño9
Pantalla9,25
Rendimiento9,25
Teclado/trackpad9,5
Software8,75
Autonomía6,5

A favor

  • La pantalla 4K con brillo de 400 nits es fantástica
  • La tarjeta gráfica permite jugar sin problemas si no eres muy exigente con los gráficos
  • Uno de los mejores teclados que nos hemos encontrado en un portátil
  • Medidas de seguridad contrastadas tanto a nivel de software como de hardware

En contra

  • La batería ofrece escasa autonomía para un entorno productivo
  • El trackpad, con más tamaño, redondearía la parte de interacción
  • Sonido no está a la altura del resto del apartado multimedia
  • Encendido de los ventiladores caótico y molesto

El ordenador ha sido cedido para la prueba por parte de Lenovo. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas

Samsung Galaxy Watch, análisis: Samsung hace los deberes y nos trae su smartwatch más versátil hasta la fecha

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Samsung Galaxy Watch, análisis: Samsung hace los deberes y nos trae su smartwatch más versátil hasta la fecha

¿Un smartwatch que parezca un reloj tradicional o que se distinga? ¿Estilo clásico o deportivo? Parece que Samsung apuesta por la neutralidad en estos aspectos y lo vemos en el análisis del Samsung Galaxy Watch, su último reloj inteligente.

La compañía actualizaba y renombraba su línea de relojes inteligentes (de Gear a Watch) con dos nuevos modelos distintos en tamaño y batería, y compartiendo todo lo demás. Nosotros hemos analizado el de la esfera de 42 milímetros, tanto en iOS como en Android, os contamos la experiencia.

Ficha técnica del Samsung Galaxy Watch

Galaxy Watch 46 mm plata Galaxy Watch 42 mm negro Galaxy Watch 42 mm oro rosa
Pantalla 1.3” (33mm), Circular Super AMOLED (360 x 360) Full Color Always On Display Corning® Gorilla® DX+ 1.2” (30mm), Circular Super AMOLED (360 x 360) Full Color Always On Display Corning Gorilla DX+
Tamaño y peso 46 x 49 x 13 63 g (sin correa) 41.9 x 45.7 x 12.7 49g (sin correa)
Correa 22mm (Intercambiable) Colores: Negro Ónix, Azul Marino Profundo, Gris Basalto 20mm (Intercambiable) Colores: Negro Ónix, Gris Lunar, Rojo Terracota, Amarillo Lima, Violeta Cosmo, Rosa, Beige, Gris Nube, Marrón
Batería 472 mAh 270 mAh
Procesador Exynos 9110 Dual core 1.15GHz
Sistema operativo Tizen basado en wearable OS 4.0
Memoria LTE: 1,5 GB RAM + 4 GB Memoria interna Bluetooth: 768 MB RAM + 4 GB Memoria interna
Conectividad 3G/LTE, Bluetooth 4.2, Wi-Fi b/g/n, NFC, A-GPS/Glonass
Sensores Acelerómetro, giroscopio, barómetro, HRM, luz ambiental
Carga Carga inalámbrica basada en WPC
Durabilidad 5 ATM + IP68 / MIL-STD-810G
Compatibilidad Android 5.0 o posterior iPhone 5 o superior, iOS 9.0 o superior
Precio Desde 309 euros

Un smartwatch más para todos los públicos em estilo y uso

Hasta ahora los smartwatches de Samsung han optado por esferas circulares y esto sigue sin cambiar en el Samsung Galaxy Watch, dejando el cuadrado para el Apple Watch y más al estilo de un reloj convencional. Hay tres colores disponibles de caja, pero las líneas de diseño son las mismas: un acabado plano, mate y sencillo, coronado por una corona (valga la redundancia) que servirá para interactuar con él.

Hablando al menos del modelo de 42 milímetros tiene un tamaño aceptable hablando de un smartwatch. No gana en compactación porque ese oro de momento se lo lleva Apple entre los principales fabricantes, pero sí es una caja menos voluminosa en el caso de la de 42 milímetros en comparación al Huawei Watch 2 o el LG Watch W7.

Alto (milímetros) Ancho (milímetros) Grosor (milímetros) Peso (gramos) Volumen (cc)
Samsung Galaxy Watch 41,9 46 45,7 49 12,7 13 49 63 24,32 29,3
Apple Watch Series 4 40 44 34 38 10,7 10,7 30,1 36,7 14,55 17,89
Huawei Watch 2 48,9 48,9 45 45 12,6 12,6 40 47 27,72 27,72
LG Watch W7 44,5 45,4 12,9 79,5 26,06187

No es tampoco el más ligero, pero no resulta pesado a lo largo del día. Sí se nota un poco al correr con él si lo comparamos con otros relojes y pulseras deportivas, que suelen pesar algo menos (aunque ocupen más), pero en todo caso no es molesto y salvo esta circunstancia no se nota más que un reloj de pulsera de un tamaño similar.

No es el smartwatch más ligero y compacto, pero no se nota más que un reloj de pulsera de un tamaño similar

Los materiales transmiten sensación de calidad y resistencia, y sin que haya sufrido ninguna caída sí podemos decir que no se araña con facilidad. Al menos no con los pequeños golpes que en alguna ocasión se lleva un reloj o pulsera por accidente, y también aguanta bien bajo el agua (después hablaremos algo más de esto).

Samsung Galaxy Watch Esfera

Así, para gustos, colores (y en este caso hay tres), pero sobre todo en los tonos más discretos es bastante "para todos los públicos", con una estética que queda más o menos intermedia entre lo sport y lo convencional. Aquí también influirá la correa y la esfera que pongamos, si bien el rosa sí tiene un aire más chic y no tan de deporte, sobre todo con la esfera que viene de serie.

La pantalla es de 1,2 pulgadas en el de 42 milímetros (1,3 pulgadas en el modelo de 46 milímetros), tamaños que hemos visto en anteriores Galaxy Gear, de tipo super AMOLED y con una resolución de 360 x 360 píxeles. En cuanto a visualización y sensibilidad táctil bien, tanto cuando más directamente incide la luz como de noche, y pese a no ser la resolución más alta que encontramos en un smartwatch (el Huawei Watch 2 tiene algo más, por ejemplo) el nivel de detalle es más que suficiente (y el aprovechamiento dependerá de cada interfaz).

Un manejo sencillo cuando le pillamos el truco

Hablando del manejo del reloj, el Galaxy Wear ofrece varias alternativas y combinaciones para la navegación entremezclando botones, corona y taps. Se parte de los botones físicos, con el inferior para encender, apagar e inicio/menú (y capturar pantalla junto con un swipe) y el superior para “atrás” o activar pantalla, aunque podemos activar el encendido de pantalla al levantar que al final es lo más cómodo para ver la hora en cualquier momento.

La navegación por el sistema parte de la pantalla de inicio (la esfera que tengamos) y va a izquierda o derecha según queramos consultar notificaciones o widgets, o bien ir al cajón de apps pulsando el botón inferior. Podemos desplazarnos con swipes a un lado y a otro o bien girar la corona, lo cual es lo más cómodo y eficaz al no depender de la sensibilidad táctil y ser mecánico.

Samsung Galaxy Watch

Vale la pena ir quedándose con los consejos que da tras el pre-load en los que indica justamente esto, así como algunos añadidos como el hacer capturas de pantalla (aunque luego no van a poder salir del reloj), porque no es una navegación muy intuitiva. Una vez ya hemos almacenado estas nociones ya se tiene una navegación ágil, la curva de aprendizaje de este Tizen sobre Wearable OS no es pronunciada ni mucho menos.

Una vez familiarizados con el software lo interesante (y pertinente) es conectar el Watch con el smartphone. Como hemos comentado al inicio, es compatible tanto con Android como con iOS, y en ambos casos el requisito para conectarlos es habilitar el Bluetooth y descargar la app Galaxy Wear.

La conexión va bien en ambos casos, sin problemas ni incompatibilidades, y además de hacer del reloj el espejo notificador del smartphone lo interesante de la app es poder tener un panel de control centralizado de lo que acontece en el reloj, pudiendo editar menús, apps y parte del contenido, además de poder hacer una copia de seguridad (habrá que registrarse en Samsung para poder tener el pedacito propio de la nube surcoreana).

Samsung Galaxy Watch App Android 01 Desde la app podemos ordenar las apps y descargar otras, también las esferas y los widgets.
Samsung Galaxy Watch App Ios 01

La principal diferencia entre plataformas no es tanto la app sino las posibilidades de respuesta desde el Watch, ya que en el caso de sincronizar con Android podremos hacerlo con una respuesta rápida preestablecida, un Emoji o escribiendo. En iOS sólo podremos borrar la notificación, sin posibilidad de responder desde el reloj.

Así, en cuanto al software propio tendremos bastantes apps preinstaladas, tanto las propias de Samsung como algunas de terceros como Flipboard, siendo posible desinstalar sólo éstas últimas. Algo que choca con una de las primeras realidades no deseadas con la que nos encontramos al poco de intentar personalizar y sacar partido al Galaxy Watch: hay muy pocas apps conocidas o habituales disponibles para esta plataforma.

Hay muy pocas apps conocidas o habituales disponibles para esta plataforma

Encontramos Spotify y alguna relativamente familiar como Endomondo, pero el uso de ésta última y otras se verá limitado casi obligatoriamente a estar conectados al terminal al ser más o menos apps espejos, no tanto apps propias. De este modo, no hay apps de redes sociales como Instagram o Twitter, y las que hemos encontrado suelen verse limitadas en el Watch en modo autónomo (no conectados al teléfono).

Samsung Galaxy Watch Pulsando

Las apps propias son pues nuestras amigas: a la hora de realizar un entrenamiento, de medir nuestro ritmo cardíaco o para ver el tiempo, entre otras cosas. Las hay que sí tienen que ver con el teléfono, como la lectura del informe diario de Samsung Health (lo cual no tiene mucho sentido porque podría leerse en el propio reloj), pero podemos por ejemplo registrar una sesión de natación o carrera sin disponer de conectividad a la red.

Las apps y watchfaces pueden instalarse desde el reloj o desde la app del smartphone. Lo más cómodo es hacerlo desde la app del teléfono porque se ve todo mejor, más grande y más cómodamente, pero instalarlas desde el reloj es sencillo y fácil, tardando bastante poco.

Samsung Galaxy Watch App Android Esferas
Samsung Galaxy Watch Esfera 02 Una de las esferas de terceros (círculo de colores).

Si no buscamos determinadas apps, sino utilidades, hay bastante para elegir tanto de pago como gratuito. Y también está el que para notificar e interactuar con dichas notificaciones no es necesario tener las apps en algunos casos, como ocurre con Telegram o Slack, aunque hacerlo es algo incómodo por el poco espacio en la interfaz y el tipo de teclado (T9), que da lugar a envíos por error.

Más allá de las utilidades está el funcionamiento y la fluidez del sistema, y aquí sí que cabe puntualizar algunos aspectos. En general no va mal, no hemos tenido reinicios, bloqueos o comportamientos anómalos, pero si hay algo de lag ocasionalmente sobre todo si navegamos por swipes y no con la corona, o algún enganchón cuando la tarea es algo más exigente o “se lo ha de pensar” más.

Samsung Galaxy Watch Actividad 01

Las notificaciones aparecen sin problemas, casi al mismo tiempo que en el teléfono, y pueden gestionarse por separado o borrarse en conjunto. La multitarea es accesible desde el cajón de apps y también carga sin problemas, y los widgets sí pueden experimentar algo de lag (aunque dado que ocurre sólo con algunos de terceros quizás se deba al propio desarrollo más que al sistema).

Nuestra agenda a golpe de muñeca

La parte que también se ve ampliada es la organizativa, que el smartwatch de Samsung sea lo suficientemente "smart" para no depender de otro dispositivo para conocer nuestra agenda del días. Lo más destacado es la esfera propia para el diario, que muestra sobre un minimalista reloj los eventos que hemos registrado previamente.

Para hacerlo podemos usar el teléfono, que siempre será más cómodo, y aparecerá en el momento sobre la esfera si se trata del día actual. También podemos introducirlo con la app propia de calendario del reloj, de ahí que en esencia esto sea posible sin depender de otros dispositivos.

Samsung Galaxy Watch Así se muestra la esfera del diario si pulsamos sobre uno de los eventos próximos.

El evento aparece cubriendo las horas que indiquemos (por ejemplo, una reunión de 9:00 a 11:00 aparecerá iluminando el arco que va del 9 al 11 en la esfera, indicando el título que hayamos puesto). Nos avisará antes con una notificación y podemos consultar la información del evento con un tap sobre éste.

Esto resulta bastante útil si por nuestra rutina solemos intercalar distintos eventos ya que así los consultamos de un vistazo y nos ayuda a saber cómo tendremos el día, sobre todo viendo de manera clara también el tiempo real disponible entre cada uno. Quizás la única pega es que el minimalismo del reloj puede hacer que nos confundamos un poco con las horas en un primer vistazo, pero quizás más adelante haya más esferas propias que dispongan esta interfaz de agenda a tiempo real.

El Galaxy Watch como vigilante de salud y forma física

En esta última edición de relojes inteligentes de Samsung no hay varios modelo encarados a ciertos perfiles de usuario. No hay una versión sport dirigida a quien busca algo más orientado al tracking y a la monitorización de constantes, pero algo de esto sí queda bien cubierto igualmente.

La resistencia al agua del reloj permite nadar con él como ya ocurría con alguno de sus predecesores, pero lo que se agradece realmente es que haya respaldo de software para registrar unos cuantos tipos de actividad. Hay alguna app de terceros orientada a registrar algunos deportes concretos como la natación o las carreras, pero está bien que ya de buenas a primeras tengamos de serie servicio a nivel de app y widgets.

Samsung Galaxy Watch Natacion

Podemos establecer un widget para registrar cierto tipo de entrenamiento, como una sesión de sentadillas o bicicleta, o también poner cuatro actividades en un mismo widget (bastante útil si lo que hacemos es fitness, combinando los distintos ejercicios que ofrece registrar). Ambas acciones partiendo del software preinstalado, sin recurrir a apps de terceros.

Una vez iniciamos la actividad podremos ver algunos datos a tiempo real, como la distancia o las pulsaciones, aunque podría mejorarse la navegación en este panel (no queda claro si hemos pausado actividad o no). El registro empieza automáticamente si lo que hacemos es andar, aunque también tiene margen de mejora a nivel de sensibilidad, al menos en cuanto a contabilizar sentadillas y otros ejercicios estáticos o el número de piscinas (al menos nos regaló unas pocas en vez de omitirlas).

Samsung Galaxy Watch App Entrenos

Ningún problema al mojar el reloj ni sumergirlo dentro de lo que indica que soporta. De serie hay configurado un modo de bloqueo por agua, el cual se desactiva con el botón físico y funciona muy bien, aunque es inevitable que al desactivarlo el agua dificulte la sensibilidad táctil y será mejor secar la pantalla para evitar taps accidentales.

También hay soporte para la monitorización del sueño y los típicos avisos configurables para que quienes tenemos rutinas más sedentarias y estáticas no olvidemos movernos de vez en cuando. Podemos elegir el ejercicio (estiramientos o sentadillas), aunque la sensibilidad tampoco es la mejor aquí y en ocasiones nos toca hacer más sentadillas o estiramientos de los que pide para que las contabilice.

Samsung Galaxy Watch Pulsaciones Ok

El registro de sueño sí es bastante fiel en cuanto a la detección de cuándo nos dormimos. Muestra la eficacia y algunas fases como el sueño R.E.M. o el sueño ligero, haciendo la media de la semana y mostrando los datos en el mismo reloj, sin tener que consultar el smartphone como ocurre con el reporte de Samsung Health y otros.

La autonomía relativa del Galaxy Watch

En su lanzamiento, una de las características que se enfatizó en relación a lo que mejoraba con respecto a sus antecesores era la autonomía. La promesa: entre 80 y 168 horas de autonomía para el modelo de 46 milímetros y entre 40 y 120 en el de 42 milímetros (según el uso sea habitual o reducido, en palabras de la compañía).

En nuestra experiencia la media ha cumplido estas expectativas, durando unas 48-50 horas de media en función de si eran jornadas más o menos intensas. El Watch dispone de algunas opciones para prolongar la autonomía como la escala en grises o el modo de ahorro de batería que pueden prolongar algo más este valor, como también bajar un poco el brillo ya que el automático suele quedar por encima de lo suficiente en situaciones de luz media-baja.

Samsung Galaxy Watch Pulsaciones

La carga se realiza en su base propia, la cual se conecta a la corriente con un adaptador con conexión micro-USB. Tarda unas dos horas y 35 minutos en completar una carga entera desde 0 hasta 100% con el reloj apagado.

Otras funciones que se destacaron fueron el modo autónomo, del que ya hemos hablado un poco, y la posibilidad de reproducir música independientemente o responder a llamadas. El modo autónomo es una solución bastante aceptable a la dependencia que en cierto modo aún tienen todos estos relojes del móvil, si bien se tratará en todo caso de funciones no relacionadas con recibir notificaciones, como registrar un entrenamiento o notificarnos sobre los datos del día, el sueño o animarnos a movernos.

La escucha de música con Spotify funciona bien (con algo de lag, pero sin errores ni cierres), pero la potencia de los altavoces propios del reloj es muy baja y lo mejor será usarlo de simple mando a distancia para escucharlo desde otra fuente de sonido mejor. Las llamadas pueden responderse, pero sólo lo que es descolgar, ya que al hacerlo nos envía al teléfono para atenderla, y el widget de llamada a un contacto no nos ha funcionado bien en iOS (aunque estén ambos dispositivos bien conectados nos da un aviso como si no lo estuviesen).

Samsung Galaxy Watch, la opinión de Xataka

No cargar un reloj cada noche se agradece y parece que los smartwatches cada vez dejan más atrás esos tiempos. Eso, junto con la cada vez mayor independencia que tienen a medida que soportan LTE y el software la permite hace que el producto no caiga en el olvido que algunos apuntaron y que por ahora no se da.

El Samsung Galaxy es un buen producto si buscamos un algo semi-independiente, que nos valga para tener un seguimiento básico y eficaz de nuestra actividad física y con lo que poder responder rápido a las notificaciones sin tener que coger el terminal

El Samsung Galaxy es un buen producto si buscamos un algo semi-independiente, que nos valga para tener un seguimiento básico y eficaz de nuestra actividad física y con lo que poder responder rápido a las notificaciones sin tener que coger el terminal, aunque en este sentido podría mejorar algo más la interfaz. La autonomía no es rompedora, pero al menos da para pasar algo más de dos jornadas tranquilos sin tener que estar pensando dónde enchufar la base o llevarla detrás.

No es demasiado voluminoso (al menos el de 42 milímetros) ni pesa, y aunque lo notemos algo más al correr o realizar ciertas actividades no es incómodo ni molesta al hacer deporte. Con la ventaja de que el software está bien ideado en este sentido y podemos tener accesos rápidos al registro de nuestras actividades más habituales, además de poder realizarlo con el modo autónomo.

Samsung Galaxy Watch Ajustes 01

La estética también es quizás más para más tipos de usuarios en los colores más neutros (algo menos en el rosa, más llamativo y con un toque más elegante), y los materiales parecen resistentes. Lo que también podría mejorar el rendimiento y/o el software, ya que hay algo de lag y algunas tareas le cuestan, pero no penaliza de manera determinante el uso.

8.3

Diseño8,5
Pantalla8,5
Software8
Autonomía8,5
Interfaz8

A favor

  • La estética queda en un plano intermedio entre lo estándar y lo "sport", encajando en más perfiles.
  • Las apps propias satisfacen la mayoría de necesidades habituales (notificaciones, registro de actividades y sueño, etc.).
  • La autonomía es satisfactoria, suele aguantar dos días.

En contra

  • Hay algo de "lag", que no llega a ser molesto pero que probablemente pueda corregirse.
  • La sensibilidad al movimiento tiene también margen de mejora en cuanto al despertar al levantar, contabilizar movimientos y algún otro aspecto.
  • Hay poco software de terceros disponible y se echan en falta apps bastante habituales, como las de redes sociales.

Google Chromecast (2018), análisis: tan rápido y barato como siempre pero cada vez lo tiene más difícil para destacar

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Google Chromecast (2018), análisis: tan rápido y barato como siempre pero cada vez lo tiene más difícil para destacar

Google presentó el primer Chromecast en 2013. Desde entonces han pasado cinco años y diversos modelos, pero todos ellos han sido muy parecidos. Un accesorio que se conecta por HDMI y sirve para enviar contenido a cualquier televisor utilizando el móvil como mando a distancia. Hemos estado durante las últimas semanas probando el último dispositivo de streaming de Google y aquí os traemos nuestro análisis del nuevo Chromecast (2018) de 3ª generación.

El nuevo Chromecast mantiene prácticamente el mismo diseño que el modelo de segunda generación, así como su económico precio. Vamos a repasar todas sus características, contaros como es la experiencia de uso con el nuevo modelo y cuáles son los puntos fuertes y débiles de este dispositivo de streaming que permite tener en la tele todo tipo de contenidos. Un sencillo aparato con miles de aplicaciones compatibles, un rendimiento excelente y un importante rol dentro del ecosistema de Google para el hogar.

Ficha técnica del Google Chromecast 3

Google Chromecast (2018) 3ª gen

Dimensiones

51,8 x 51,8 x 13,8 mm
162mm (con cable)

Cable alimentación

1,52 metros, 5V/1A

Peso

40 gramos

Wi-Fi

802.11 b/g/n/ac (2,4GHz/5GHz), WEP y WPA/WPA2

Audio

Dolby Digital 5.1 / Plus 7.1

Vídeo

Hasta 1080p / 60 fps

Puertos y conectores

HDMI, microUSB

Precio

39 euros

Diseño conservador: cuerpo de plástico y todo el protagonismo para el conector HDMI

Botones Chromecast

El Chromecast 3 está construido en plástico y es tremendamente ligero. Su diseño es básicamente una parte principal circular donde se encuentra la circuitería y van los conectores, una parte alargada y un conector HDMI en la punta. Al conectarse en la tele queda colgando y al ser bastante flexible no es complicado encajarlo. La idea de esa forma es precisamente que no choque con los USB u otros cables que tengamos conectados a la tele.

Tiene un grosor de 13,8 milímetros, lo que es bastante fino en comparación con el tamaño del televisor. Esto será útil si el hueco entre la pared y la tele es reducido y necesitamos colocarlo pegado a la parte trasera. Por otro lado, el Chromecast necesita estar conectado a la corriente.

Tenemos un puerto microUSB y un cable de poco más de metro y medio que o bien va directamente a la luz o puede ir conectado a la propia tele para alimentarse a través de ella. En nuestra experiencia, se hubiera agradecido un cable más largo. También la incorporación de USB C. Aquí la conexión y el tiempo de carga no son factores clave, pero todo lo que sea apostar por el nuevo conector es un paso en la buena dirección.

Chromecast 2018 Conectado Tv
El diseño del Chromecast 3 es muy similar a los anteriores, pero se ha mejorado el acabado para no rayarse tanto y sigue adaptándose bien a la mayoría de televisores.

No es un producto que vayamos a tener en la mano. Básicamente lo dejaremos conectado y nos olvidaremos que está ahí. Aún así el tacto de este año ha cambiado ligeramente. El plástico es más mate y con un acabado más suave. El logo de Google también se ha disimulado. ¿Cuál es la ventaja? Principalmente que se raya menos al golpear con la pared o la propia televisión.

Más allá de los conectores no tenemos muchas más incorporaciones. Únicamente se complementa con una pequeña luz LED para indicar que está encendido y un botón físico que servirá para resetear el Chromecast.

Cargador

Al contrario que en los modelos anteriores, el Chromecast de tercera generación no incorpora ningún tipo de magnetismo entre el HDMI y el cuerpo principal. Era un añadido que servía para que se sujetase solo al estar desconectado, pero de nula utilidad cuando está conectado a la tele.

No contamos con conexión Ethernet, aunque sí se venden de manera separada accesorios compatibles para incorporarla. No es una falta importante ya que como ahora veremos, el nuevo Chromecast sigue quedándose corto en comparación.

¿Dónde está el 4K?

Google promete un 15% de mejor rendimiento sobre el modelo del año pasado, pero la diferencia es difícil de apreciar.

El renovado Chromecast 3 promete una velocidad hasta un 15% más rápido. El anterior modelo contaba con un chipset Marvell Armada 1500 Plus y 512MB, desconocemos las características técnicas de esta tercera generación pero seguramente se hayan igualado a las del Chromecast Ultra, un modelo que a diferencia de este sí ofrece compatibilidad con streaming en 4K.

Y es que aquí es donde radica la principal limitación del Chromecast 2018. Más allá de ese 15% que difícilmente se aprecia en la experiencia de uso diaria, la falta de 4K hace que la vida útil del Chromecast se reduzca. De hecho, tenemos la sensación que es un producto más pensado para el pasado y teles antiguas que no mirando hacia el futuro. Lo cierto es que la mayoría de televisiones 4K ya ofrecen compatibilidad con algún sistema similar al Chromecast o incluso en el caso de las Android TV se incorpora uno de manera integrada.

Detalle Logo Chromecast

Pese a todo, el Chromecast sigue ofreciendo una experiencia muy rápida, sencilla y agradable. Estamos ante un producto conservador pero que sigue funcionando igual de bien y por tanto Google puede permitirse simplemente renovar el dispositivo con pocos cambios. En caso que queramos enviar vídeos en 4K HDR y tengamos un televisor compatible, deberíamos optar por el Chromecast Ultra.

Sí se ha mejorado la tasa admitida, donde antes teníamos vídeo a 720p y 60fps, ahora podremos enviar contenido a 1080p y 60fps. No es habitual ver este tipo de vídeos, aunque sí encontraremos muchos en Youtube relacionados principalmente con juegos. Necesitaremos una buena conexión para poder enviar este tipo de vídeos con fluidez, a poder ser directamente con cable. No es un añadido que vaya a cambiar la experiencia de usuario, pero sí encaja dentro del protagonismo que Google quiere darle al streaming de juegos.

El Chromecast (2018) permite hasta 1080p y 60fps, una calidad para la que necesitaremos una buena conexión y está bastante enfocada en poder reproducir retransmisiones de juegos.
Foto Trasera Chrome 2

A nivel de conectividad, el Chromecast 3 incorpora WiFi ac de doble banda con seguridad WEP y WPA/WPA2. No hemos tenido problemas de conectividad, aunque también es cierto que para los vídeos más pesados necesitamos de esa buena conexión. Aquí recomendamos disponer de un buen router que sea capaz de ofrecer buena cobertura en el lugar donde vayamos a conectar el Chromecast.

Otra de las incorporaciones que Google podría haber incorporado pero no ha hecho es la implementación de WiFi Direct o algún sistema para poder enviar contenido directamente sin necesidad de internet. Sin embargo rompería la filosofía de un producto para acceder directamente a la nube como es el Chromecast.

Google Home ha evolucionado para bien

Chromecast App 1

Como hemos visto, el nuevo Chromecast no ofrece nada nuevo a nivel de hardware. Es una dinámica que viene repitiéndose los últimos años y en la que Google parece acomodarse. Pero lo verdaderamente importante es su aplicación Google Home y en este aspecto sí tenemos novedades y un diseño mejorado. Algo que eso sí no está estrictamente ligado al Chromecast ya que la app también se utiliza para controlar los nuevos altavoces inteligente de Google Home.

Google Home es sencilla de utilizar y cada vez tiene más opciones, aunque sigue faltándole una mejor pestaña de búsqueda de contenidos y aplicaciones compatibles.

La aplicación tiene un aspecto muy limpio, es fácil de utilizar y cuenta con muchas opciones. Es imprescindible que la descarguemos ya la necesitaremos para configurar el dispositivo. Desde ella además podemos cambiar el nombre del dispositivo, controlar la reproducción, detener el envío, encontrar aplicaciones compatibles o hacer mirroring de la pantalla del móvil. Esta última opción está reservada para móviles Android pero es muy útil para poder enviar a la tele cualquier tipo de contenido que tengamos en el móvil, sin necesidad de pasar por las aplicaciones compatibles.

Para enviar vídeos a la tele tendremos que hacerlo a través del icono de Cast que encontraremos en todas las aplicaciones compatibles. Afortunadamente es fácil de encontrar y lo cierto es que Google ha fortalecido el soporte a Chromecast con el paso de los años. Cada vez hay menos errores y la experiencia es muy agradable.

Cuenta Ajustes

Entre las aplicaciones compatibles tenemos las clásicas como Youtube, Google Fotos, Play Movies, Spotify o Netflix pero también centenares de aplicaciones menos conocidas entre las que destacan las de enviar contenido guardado en el propio móvil. Echamos en falta Amazon Vídeo, pero al ser un rival directo de Google se entiende que por pura estrategia todavía no hayan añadido el soporte.

La sincronización entre el Chromecast y el televisor es muy buena, pero también hemos podido probarlo junto a un Google Home Mini y se han entendido a la primera. La aplicación de Google permite gestionar todos estos dispositivos de forma fácil y no nos extrañaría que en un futuro los Chromecast puedan tener un uso todavía inexplorado.

Ambient Mode

Si dejamos el Chromecast conectado pero sin ningún tipo de contenido podemos activar el modo ambiente que actuará como si fuese un salvapantallas. Aquí la aplicación nos deja elegir entre imágenes predefinidas, fotos de nuestra galería de imágenes y fondos de pantalla experimentales donde nos deja enlazar con Facebook, Flickr e imágenes de baja resolución.

Un último truco que ofrece el Chromecast es el modo invitado. Gracias a él podremos invitar a que otros amigos puedan enviar contenido pese a no estar conectados a la misma WiFi. Es un método muy interesante sobre todo cuando estamos reunidos con los amigos viendo vídeos todos en la tele y de repente alguien tiene en su móvil un contenido que quiere compartir con el resto.

El smartphone sigue siendo el mando pero ahora con mayor relevancia para la voz

Diseno Trasero

La principal característica del Chromecast es que todo se realiza a través del smartphone, al contrario que en el Apple TV o el Fire TV Stick, donde sí tenemos un pequeño mando. Entorno a esto gira toda la experiencia de usuario. Para los usuarios menos acostumbrados al teléfono puede ser un incordio, pero lo cierto es que el móvil tiene todo lo que podemos necesitar; desde micrófono para dar órdenes con la voz hasta una pantalla donde ver fácilmente los distintos controles. Además, es importante señalar que una vez enviamos la orden a la tele, ya no necesitamos que el teléfono esté encendido.

Un aspecto que no nos gusta del Chromecast es que nos obliga a activar manualmente el canal del HDMI donde esté conectado. Es decir, de nada sirve enviar el vídeo si la tele está en la configuración errónea. Ocurre lo mismo con las videoconsolas y con cualquier dispositivo de streaming, pero no con las Android TV, ya que al tenerlo integrado el sistema puede acceder instantáneamente.

La filosofía de Google con el Chromecast es no utilizar mando y apostarlo todo al móvil. Pero gracias al avance de Google Home nos hemos encontrado más veces utilizando la voz para controlarlo, lo que es muy agradable.

Dónde sí hemos disfrutado más es con la sincronización con Google Home. Como comentábamos arriba, es precisamente en el software donde tenemos un salto de calidad. Si tenemos uno de estos altavoces inteligentes podemos enviar vídeos a la tele mediante la voz. "OK, Google, reproduce La Maldición de Hill House de Netflix en Comedor". Funciona muy bien y da una sensación de "domótica inalámbrica" genial.

Chromecast

Entre las novedades de Google están las rutinas de Assistant. Con ellas podemos configurar para que a determinada hora del día se envíe un vídeo o cuando decimos al Asistente un determinado comando también active el Chromecast. La voz cobra mucha relevancia en este nuevo Chromecast y al contrario que en los anteriores años, nos hemos visto más veces diciéndole a Google lo que queremos ver en la tele.

Finalmente, desde esta reciente semana hemos podido probar el audio multi-room. Se trata de una función que hasta ahora estaba reservada para el Chromecast Audio, pero que con la tercera generación también llega al modelo estándar. Gracias a esta función podemos crear un grupo de altavoces donde la tele sea solo uno de ellos. Lamentablemente, únicamente funciona con música y no nos servirá para ver los tráilers o las series desde cualquier parte de la casa.

Nuevo Chromecast (2018), la opinión de Xataka

Google Chromecast Analisis 2018

¿Sigue siendo el Chromecast una opción recomendable en 2018? Sí, pero con matices. Depende mucho del tipo de usuarios que seas y de qué tipo de productos dispongas. Si ya tienes un televisor Smart TV de última generación, el Chromecast no es para ti.

El Chromecast sigue siendo un producto muy recomendable para todo aquel que tenga un televisor antiguo. Es barato y la experiencia es muy buena, aunque por algo más ya tenemos opciones con 4K, mando físico y un rendimiento a la misma altura.

Tampoco ofrece algo diferencial si tienes un Chromecast antiguo o si tienes un Apple TV. Por el contrario, si tienes una tele antigua y quieres poder ver vídeos de Youtube o Netflix funciona genial. También es interesante si el rendimiento de tu dispositivo de streaming o Smart TV no te parece suficiente bueno. Aquí el Chromecast no tiene casi rival, ya que la inmediatez y experiencia que ofrece es difícil de igualar.

Este Chromecast 3 queda por debajo del modelo Ultra en cuanto a características, aunque lo recomendaremos por delante de aquel ya que es más barato. La falta de 4K es una lástima, pero muchos usuarios no lo notarán ya que su televisor no alcanza esa resolución.

Nos hubiera gustado encontrar una evolución más importante del Chromecast, pero todos los cambios de uso vienen a raíz de las mejoras de Google Home. Y la mayoría también irán llegando a los modelos antiguos. Al final estamos ante el mismo Chromecast de siempre pero adaptado a los nuevos tiempos, un dispositivo muy sencillo de utilizar y donde pese a no ofrecer mejoras sí sigue teniendo una utilidad muy concreta.

El modelo de este año se ha renovado ligeramente, pero deja entrever un futuro donde todos los elementos del hogar estarán conectados y se podrán controlar ya sea desde el móvil o mediante la voz.

Google continúa mejorando el ecosistema alrededor del Chromecast. Cada vez tenemos más aplicaciones compatibles, la experiencia sigue siendo muy fluida y este año se añade la voz como protagonista. Si a eso le sumamos un diseño ligeramente mejorado y un precio igual de económico, tenemos un producto que sin destacar seguirá siendo una buena compra para aquel que busque conectar su televisor a internet.

El equipo ha sido cedido para la prueba por parte de Google. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas

J.K. Rowling contra el fandom: Cómo el universo de Harry Potter perdió la magia

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J.K. Rowling contra el fandom: Cómo el universo de Harry Potter perdió la magia

La expansión del universo del niño mago dio comienzo la noche del 20 de octubre de 2007. Tras leer unos cuantos capítulos de ‘Las Reliquias de la Muerte’, séptima entrega de la saga de ‘Harry Potter’, en el Carnegie Hall de Nueva York, uno de los fans le preguntó a J.K. Rowling si Albus Dumbledore, que siempre creyó en el poder del amor, había estado enamorado alguna vez. “Si he de serte sincera”, contestó Rowling, “siempre pensé que Dumbledore era gay”. Entonces se hizo el silencio, y todos empezaron a aplaudir.

Han pasado más de diez años desde esa noche, y el entusiasmo de quienes aplaudieron esta revelación ha mermado bastante. El universo de Harry Potter ha experimentado casi tantas revisiones como varapalos sufridos por la figura de su autora, antes admirada y ahora una presencia ante la que el fandom se siente incómodo. El estreno de ‘Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald’ ha reforzado este extrañamiento, ofreciéndose como el punto más bajo de la franquicia de Warner Bros., y la constatación de que algo grave ha sucedido por el camino.

¿Qué ha pasado? ¿Por qué la angustia con la que los potterheads afrontábamos el supuesto final de la saga en 2007 se ha transformado en hastío ante su incesante prolongación? ¿Cómo ha pasado Rowling de ser una autora visionaria a un meme de Twitter? Para averiguarlo lo mejor es volver a ‘Las Reliquias de la Muerte’ y al momento en el que todo empezó, con un fanfiction que aseguraba no serlo.

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¿A qué vino ese epílogo?

La relación de J.K. Rowling con los fanfictions siempre ha sido complicada. Ya en 2004, tras terminar ‘Harry Potter y la Orden del Fénix’, la escritora manifestó preocupación ante la afluencia de historias escritas por fans ambientadas de uno u otro modo en el universo de los libros.

Teóricamente, dichos inconvenientes se adscribían al componente sexual de muchas de estas ficciones, donde los seguidores combinaban a todos los personajes en relaciones imposibles y se esmeraban más de la cuenta en las descripciones de sus intercambios de fluidos, pero en cualquier caso la medida para hacerles frente fue la más sencilla, y acaso la más diplomática: la autora no emprendería acciones legales contra estos alocados productos mientras fueran realizados sin ánimo de lucro.

Dicha decisión acabaría permitiendo la aparición de obras tan dignas y sorprendentes como ‘Voldemort: Los orígenes del heredero’, un mediometraje dirigido por Gianmaria Pezzato estrenado este mismo año en YouTube. Desvinculado totalmente de Warner Bros., recrea el pasado del famoso villano con la falta de complejos y desinterés en evitar las tentaciones propios de los mejores fanfictions. Recurriendo a una acción constante, y a la aparición intempestiva de personajes a los que no les importa desafiar la cronología oficial, como ese catálogo de herederos de Gryffindor, Hufflepuff y Ravenclaw con los que ha de lidiar el de Slytherin.

Es algo anecdótico, pero muy interesante a la hora de valorar los primeros esfuerzos de J.K. Rowling por gestionar el nombre de Harry Potter más allá de los libros oficiales. De hecho, esta gestión fue clave a la hora de, como no podía ser de otra forma, darle punto y final a la saga, y Rowling debió de pensar que ‘Las Reliquias de la Muerte’ tenía que ofrecer un espacio controlado ante la aparición de fanfics con la que forzosamente los seguidores iban a querer consolarse de que no hubiera más historias del Niño Mago. Sólo así se entiende la inclusión en el séptimo libro de algo tan extraño como su epílogo, titulado ‘Diecinueve años después’.

Rowling siempre ha mantenido que escribió el último capítulo de la saga antes siquiera de ponerse con ‘La piedra filosofal’, pero es evidente que no se refiere al epílogo de marras, sino a ‘El fallo del plan’, que acababa con Potter utilizando la legendaria Varita de Sáuco para reparar su propia varita. Una escena que cerraba inmejorablemente la historia y además lo hacía con un gesto que no podía ajustarse más a la personalidad del héroe, pero cuyo impacto era diluido en páginas posteriores, donde Harry Potter y sus amigos se habían convertido en adultos y llevaban a sus hijos a King’s Cross para que vivieran sus propias aventuras.

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Son muchas cosas las que están mal en este epílogo. Más allá de los detalles más irritantes, como esa Ginny sin voz ni voto en la elección de los nombres de sus hijos, o ese Ron que ha involucionado al planísimo alivio cómico que preconizaban las películas, estos ‘Diecinueve años después’ desafiaban la coherencia interna de la saga.

No había necesidad de que Harry utilizase Severus como segundo nombre para su hijo, ni que se refiriera como “el hombre más valiente que había conocido” al tipo que le había amargado la vida escolar, pero, sobre todo, no había necesidad del epílogo en sí. La historia ya había sido cerrada, y cosas tan superfluas como la elección de los nombres de los hijos o los trabajos de los héroes eran, o debían haber sido, responsabilidad de los fans.

Un posible inicio de la expansión del universo de Harry Potter se encuentra en el mismo epílogo de 'Las Reliquias de la Muerte', donde Rowling ya empieza a pensar en términos de fenómeno de masas, y no de simple literatura

‘Diecinueve años después’ fue algo que Rowling se impuso a sí misma. Una decisión extraliteraria tomada no en base a las necesidades de su historia, sino al fenómeno popular que había provocado. Es cierto que seis años antes Rowling había publicado ‘Quidditch a través de los tiempos’ y el célebre ‘Animales fantásticos y dónde encontrarlos’, pero fueron circunstancias distintas. Los ensayos supuestamente redactados por Kennilworthy Whisp y Newt Scamander respondían a una campaña de recaudación de fondos para la organización benéfica Comic Relief, sin más interés que enriquecer el universo de forma juguetona. Ese epílogo, sin embargo, era Rowling sudando la gota gorda para mantener el control de su legado en el momento más decisivo.

Y ‘Las Reliquias de la Muerte’ fue publicada, y se reveló la homosexualidad de Dumbledore, y Rowling afirmó que con este libro ya había acabado para siempre con Harry Potter, dejando caer no obstante que no descartaba escribir una enciclopedia en profundidad sobre el mundo mágico. En 2018 aún no ha habido ni rastro de la enciclopedia, pero, desde luego, tampoco se puede decir que J.K. Rowling haya acabado con Harry Potter. Ojalá.

Bienvenidos a Pottermore

Ni siquiera en los primeros años tras el fin de la saga cumplió Rowling su promesa. Desde 2001 la autora estaba vinculada a la producción de las adaptaciones de Warner Bros., y aunque a lo largo de sus rodajes se limitó a supervisar los guiones y a tener cierto peso en las decisiones creativas —ella descartó a Steven Spielberg como director de ‘La piedra filosofal’, y consiguió que la mayor parte del elenco fuera de nacionalidad británica—, no es menos cierto que estas películas supusieron, en varias ocasiones, una nueva vía para expandir su universo.

En ‘Harry Potter y el misterio del príncipe’ encontrábamos una escena muy llamativa que no estaba el libro, y que encontraba al profesor Slughorn recordando a la madre de Harry con un emotivo episodio del pasado que involucraba un pez llamado Francis. Este diálogo, como antes en ‘Harry Potter y el prisionero de Azkaban’ conseguían ciertas (y magníficas) escenas del protagonista y Remus Lupin, añadía profundidad a los personajes, y la posterior designación de Rowling como productora ejecutiva de ‘Las Reliquias de la Muerte Parte I y II’ no hizo sino reforzar la idea de que, para ella, no se trataba sólo de adaptaciones, sino de oportunidades para enriquecer la historia original.

Que luego las ocho películas de Warner Bros. se fueran haciendo más ininteligibles para los desconocedores del material literario es otro tema que en cualquier caso ayuda a considerar estos films como expansiones por derecho propio, pero más allá de ellas tampoco es que Rowling se estuviera quieta.

Apenas un año después de la publicación de ‘Las Reliquias de la Muerte’ fue lanzado ‘Los cuentos de Beedle el Bardo’ en una operación similar a lo obrado anteriormente con ‘Quidditch a través de los tiempos’ y ‘Animales fantásticos’. Este libro era vital en la séptima entrega de Harry Potter, y con su manufacturación Rowling lograba que los lectores se sintieran más cercanos a ese mundo mágico que ya echaban de menos.

La anunciada enciclopedia habría sido la mejor forma de darle continuidad, pero la publicación de ésta fue aplazándose mientras a Rowling le daba por escribir un relato de 800 palabras con James Potter y Sirius Black como protagonistas —cuyo manuscrito, por cierto, fue robado en 2017— y comenzaba a pensar en una carrera literaria alejada de Hogwarts. Pero antes siquiera de que finalizara ‘Una vacante imprevista’ y, con el seudónimo de Robert Galbraith, inaugurara la saga de Cormoran Strike, ya se había empezado a hablar de Pottermore. Este sitio web fue lanzado un 14 de abril de 2012, suponiendo el comienzo oficial del universo expandido de Harry Potter.

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Sí, no deja de ser chocante que la encargada de ahondar en los secretos del mundo mágico fuera una página donde lo primero que tenían que hacer los usuarios era saber a qué casa de Hogwarts pertenecían, pero Pottermore tardó poco en ofrecerse como la plataforma perfecta para que Rowling siguiera trabajando en su universo y se hiciera cargo de los deseos de los potterheads por saber más. Apenas dos años después de que los usuarios se pusieran el Sombrero Seleccionador, visitaran el Callejón Diagon, y demás chorradillas del estilo, Rowling publicó en la web un relato titulado ‘Dumbledore’s Army Reunites at Quidditch World Cup’. Venía firmado por Rita Skeeter.

Utilizando la voz de esta malévola periodista, Rowling nos daba el primer testimonio directo de qué había ocurrido con los protagonistas luego de ‘Las Reliquias de la Muerte’, y ante su calurosa acogida Pottermore se convirtió en el anfitrión de nuevos textos cuya intención, inicialmente, era dotar de un mayor background a ciertos aspectos del mundo mágico que no habían sido explorados en los libros. De ahí las biografías revisadas de personajes como Dolores Umbridge o Minerva McGonagall, pero también publicaciones más inesperadas como la referente a Celestina Warbeck, de quien antes sólo sabíamos que era la cantante favorita de Molly Weasley y ahora Pottermore nos brindaba la oportunidad de conocer su vida y milagros.

Esta serie de decisiones, que no serían muy diferentes a comercializar los cromos de magos y brujas famosos en el mundo real —algo que, por otro lado, ya ha sucedido—, no tardaron en ser apoyadas por la propia cuenta de Twitter de la autora, que a partir de sus interacciones con los fans también acabó dando más detalles sobre el universo. En 2014 Rowling desveló que Anthony Goldstein, un alumno de Hogwarts sin ninguna importancia en los libros, era judío, e insinuó que en este colegio siempre había habido una gran diversidad tanto de religiones como de razas y sexualidades. La jugada era similar a la revelación de un Dumbledore gay, si bien menos espectacular.

Ya fuera porque antes se hubieran alzado voces criticando la escasa diversidad que hallábamos entre los personajes de Harry Potter, o porque Rowling intuía que pronto iban a alzarse, la jugada de Goldstein pretendía no sólo expandir el universo, sino actualizarlo a las sensibilidades contemporáneas y las demandas de inclusión. El nuevo contrato con Warner Bros., por el que la autora se comprometía a escribir los guiones de una nueva saga cinematográfica, ofrecía un escenario idóneo para seguir haciéndolo con la ayuda de Twitter y Pottermore, y fue justo entonces cuando las cosas empezaron a torcerse.

Desde su lanzamiento en 2012, Pottermore sirvió como plataforma para que Rowling siguiera dando detalles del mundo de los magos, aunque algunas de estas ampliaciones no estuvieron exentas de polémica

Según se iban revelando nuevos detalles del argumento de ‘Animales fantásticos y dónde encontrarlos’, Rowling empezó a utilizar Pottermore para dar información que aclararan su contexto. Como las aventuras de Newt Scamander tendrían lugar en el Nueva York de 1926, la autora quiso aclarar que había más escuelas de magia alrededor del mundo y así, además de Hogwarts, Durmstrang y Beauxbatons, en Pottermore pudimos leer que existían Ilvermorny, Mahoukotoro, Castelobruxo y Uagadou. ¿Cuál fue el problema? Que la cachonda de Rowling había bautizado como Castelobruxo (“castillo del brujo” en portugués) a la escuela de Brasil, y que Uagadou, mientras que de los otros centros se hablaba claramente del país en el que se encontraban, aparecía situado “en África”.

Los intentos de la escritora por introducir diversidad y expandir el mundo mágico se vieron obstaculizados por una visión tan vaga como irrespetuosa hacia los territorios más allá de Europa, algo a lo que no ayudó nada, posteriormente, su utilización de la cultura nativoamericana para hacer un seguimiento de la magia en Norteamérica. Con un atolondramiento similar al empleado para erigir a Castelobruxo como el novamás de los centros educativos brasileños, Rowling se apropió de cierta historia popular de los navajos para apuntalar la existencia de esos animagos que ya se habían asomado de forma breve a la heptalogía original y, con razón, fue duramente criticada.

Por entonces la autora seguía tuiteando sin parar —su improvisado psicoanálisis de Severus Snape hubo de causar un gran fervor entre sus seguidores—, y pronto tuvo la oportunidad de anotarse un tanto ante esos primeros comentarios que denunciaban un supuesto racismo. En diciembre de 2015 estalló la polémica de la Hermione negra.

El salto a las tablas

Como al parecer los jueguecitos de Pottermore y las nuevas películas de Warner Bros. eran insuficientes, Rowling no pudo evitar verse envuelta en una secuela directa de ‘Harry Potter y las Reliquias de la Muerte’ menos de diez años después de su publicación. ‘Harry Potter y el legado maldito’ no era exactamente un libro, sino una obra de teatro cuya historia fue ideada por la escritora pero de cuyo guión se encargó Jack Thorne, y acabó estrenándose el 30 de julio de 2016 en el West End londinense.

Antes de eso, la designación de Noma Dumezweni para interpretar a Hermione motivó un gran desconcierto en cierto sector del fandom, que tras ver a Emma Watson en las películas de Warner Bros. no entendían por qué este personaje de repente era negro. Rowling, que ya se había imaginado los efectos de esta decisión, salió a contestar de carrerilla diciendo que en los libros nunca había especificado de qué color era la piel de Hermione. Dando a entender que este personaje podría haber sido siempre negro del mismo modo que Dumbledore y Goldstein resultaron ser homosexuales y judíos: afirmándolo por omisión, y volviendo a conseguir aplausos por ello.

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Es decir. Por supuesto que nadie obligaba a Rowling a describir explícitamente en sus páginas a Hermione como una persona negra, pero el hecho de que a lo largo de la saga sí identificara la raza de otros personajes, y no de forma muy afortunada —ahí está el infame ejemplo de Kingsley Shacklebolt, que en cada aparición la escritora se apresuraba a aclarar el color de su tez e insistir en que tenía un aro muy grande y brillante en la oreja—, indica que aquí había más oportunismo que un esfuerzo honesto por ampliar la diversidad. Los potterheads no fuimos ajenos a la sensación de que algo no andaba bien, pero quisimos valorar lo importante que era que una persona negra encabezara una producción de estas características por encima de otros factores.

Además de que, vaya, ‘Harry Potter y el legado maldito’ nos dio que pensar. Esta historia empezaba allí donde acabó ‘Las Reliquias de la Muerte’, se centraba en las aventuras del desdichado Albus Severus y su punto de partida, desde luego, era de lo más sugerente: el protagonista era un estudiante mediocre y acomplejado ante los logros pasados de su heroico progenitor, cuyas ansias de apartarse de este legado provocaba no sólo que descubriéramos que Harry era un padre de mierda, sino que también arrojaban al mundo mágico a una nueva crisis.

Es tentador utilizar este argumento como metáfora de cómo J.K. Rowling ha tenido que lidiar con un fenómeno que llegó a su cumbre hace muchos años y desde entonces ha vivido una eterna y no demasiado mágica resaca, pero más tentador aún es relacionar esta asunción de un pasado glorioso e inigualable con la propia narrativa de la obra. Y es que ‘El legado maldito’ acababa recurriendo a los viajes en el tiempo para darnos la oportunidad de disfrutar de lo que de verdad era bueno, de lo que de verdad queríamos: las escenas más memorables de la saga original.

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Este pedestre recurso, facilitado por un giratiempo que desde ‘El prisionero de Azkaban’ no había vuelto a aparecer, provocó que al poco de su estreno —y la publicación del guión como un libro más— se alzaran ciertas voces asociando la obra de Rowling y Thorne con ‘My Inmortal’, comúnmente considerado como el peor fanfiction de la historia, donde la protagonista no sólo era una vampiresa que se enrollaba con Draco Malfoy, sino que eventualmente también se lanzaba a jugar con las líneas temporales para conocer a Voldemort cuando era joven y trataba de cambiar el pasado.

Vale, es verdad que ahí también aparecía Marty McFly en un DeLorean, pero aunque se trate de un ejemplo tan desnortado, su relación con ‘El legado maldito’ tiene sentido. Los viajes temporales que permitían reencontrarse con un Snape “bueno”, así como descubrir que Voldemort tuvo una hija con Bellatrix Lestrange, son ideas tan facilonas que podrían figurar en cualquier fanfiction mediocre, y debemos relacionar la obra con el epílogo de ‘Diecinueve años después’. Además de ir sentenciando que, desde ‘Las Reliquias de la Muerte’, Rowling no ha hecho sino rendirse a las dinámicas del fanfiction, aprovechándose de que es la autora original y nadie le va a denunciar por ello.

Y así es como llegamos a ‘Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald’. Que ya iba siendo hora.

Problemas en el ‘Wizarding World’

J.K. Rowling anunció a finales de 2013 que se encargaría de escribir los guiones de otra saga cinematográfica como precuela de la serie original, y esta vez parecía enfrentarse a la decisión más arriesgada de todas. Ambientando estas nuevas tramas más de medio siglo antes de las aventuras de Potter había cierto límite para que ambas historias compartieran personajes, y la jugada se planteó como una forma de acercar el mundo mágico a nuevos potterheads.

Nada que reprochar a esto, en principio. De hecho, la decisión de “adaptar” ese librito publicado en 2001, ‘Animales fantásticos y dónde encontrarlos’, se saldó con una primera película muy sólida, o resultona cuanto menos. El film de David Yates —impersonal artesano que entre peli y peli de ‘The Wizarding World’ dirigió la horrenda ‘La leyenda de Tarzán’, y esto ya es de por sí ilustrativo de quién quería Warner Bros. desde un principio que llevara el control creativo de la franquicia— contaba en su haber con el estupendo hallazgo de hacer que un muggle, Jacob Kowalski (Dan Fogler) tuviera un considerable peso en la acción.

De esta forma, ‘Animales fantásticos’ lograba que el espectador empatizara con la trama, viéndose a sí mismo como el bueno de Jacob e identificando sus ojos maravillados y sus frases catárticas — “Me encanta la magia”, decía— con sus propios ojos y su forma de afrontar una situación así. Daba igual, en ese sentido, que todos los personajes tuvieran un comportamiento tan infantil y hubiera cierta confusión en el guión a la hora de conciliar una aventura ligera sacada del ‘Pokémon GO’ con dos subtramas bastante siniestras: el ascenso de un anterior Señor Tenebroso, Grindelwald, por un lado, y por otro una terrible situación de maltrato infantil que provocaba que el joven Credence desarrollara un álter ego malvado e incontrolable. O algo así.

La primera de estas dos subtramas, protagonizada por Johnny Depp, iba a ser la que más quebraderos de cabeza le diera a Warner Bros. Por si no fuera suficiente su aparición al final de ‘Animales fantásticos y dónde encontrarlos’ —con un look esperpéntico y unos ademanes que demostraban que había llovido demasiado desde ‘Eduardo Manostijeras’ como para que el tipo este siguiera interpretando a todos sus personajes igual—, las acusaciones de malos tratos que acabaron con su matrimonio con Amber Heard cuestionaron la idoneidad de su presencia en la siguiente película, que además se iba a llamar ‘Los crímenes de Grindelwald’ y, evidentemente, iba a aumentar su protagonismo.

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J.K. Rowling y Warner Bros. defendieron la permanencia de Johnny Depp para disgusto de los fans, mientras que poco después se hacía público que la secuela no trataría explícitamente la homosexualidad de Dumbledore, por mucho que su aparición como Jude Law y su renuencia a enfrentarse a Grindelwald fueran esenciales para la trama. Cuando, más cercano el estreno de ‘Los crímenes de Grindelwald’, se anunció que Nagini también iba a aparecer, interpretada por una actriz asiática (Claudia Kim), se terminó de constatar que nos hallábamos ante una película maldita.

Rowling volvió a ser acusada de racismo y se puso en duda lo adecuado de darle a Nagini —la serpiente de Voldemort en la saga original— un pasado humano, ya que dicha ocurrencia se revestía de una enorme crueldad al pensar en todos esos años de la joven como mascota del Señor Tenebroso, y en el pobre Neville cometiendo sin saberlo el asesinato de una inocente. Nuevamente, los intentos de la autora por expandir el universo eran rechazados y ya, a estas alturas, con franca hostilidad.

Una vez vista la película de David Yates es posible decir que estos recelos se quedaban cortos, pues tampoco es que presagiaran el desastre que ha resultado ser ‘Los crímenes de Grindelwald’. Más allá de que Jude Law sea un total acierto de cásting, la confusión de tonos de la que hacía gala la entrega anterior aquí da paso a un guión extraordinariamente caótico donde Rowling intenta, sin éxito, dotar de complejidad a la trama y tender unos puentes cada vez más endebles con la saga original.

'Los crímenes de Grindelwald' ha resultado ser un auténtico desastre, echando a perder los aciertos de la anterior entrega y consolidando la desilusión de los fans con respecto a la saga y su autora

Es lógico por ello que lo que mejor del film sea un extenso ‘flashback’ que tiene lugar en Hogwarts, ya que el resto de la narración ha de aglutinar una cantidad de información pobremente expuesta y de giros locos que consiguen en primer lugar destruir todos los logros de la primera entrega —al convertir a sus protagonistas en meros personajes secundarios que deambulan de un lado a otro o, en el caso de Queenie, en siluetas cuyo devenir dramático no tiene ningún sentido—, y en segundo contradecir la cronología de la saga.

En el citado flashback, Rowling no tiene reparos en poner a Dumbledore de profesor de Defensa contra las Artes Oscuras, aunque según el canon impartía Transformaciones antes de ser director: era demasiado tentador visualizarlo junto a un boggart y que el público recordara lo buena que era ‘El prisionero de Azkaban’. Como tampoco le importa colocar a una joven profesora McGonagall al fondo, pese a que según los cálculos esta mujer ni siquiera había nacido en el año en que transcurre la película.

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El que la gran revelación de ‘Los crímenes de Grindelwald’ sea que Dumbledore tiene un hermano secreto llamado Aurelius —contened la pedorreta, por favor—, acaba de diagnosticar esa conversión de Rowling en escritora de fanfictions de su propia obra, cayendo en unas incoherencias que no serían tan insultantes si, al menos, su ambición fuera más allá de seguir homenajeando ese pasado. Ese legado maldito con el que Rowling ya no sabe cómo lidiar.

Ahora bien, el caso del universo de Harry Potter, y cómo ha conseguido que los fans se aparten de él, es más complejo que el que percibiríamos en, pongamos por caso, ‘Star Wars’. No sólo se trata de una mala continuación o de un mero sacacuartos. El fandom de Harry Potter no tiene nada que ver con esos garrulos que, tras ‘Los últimos Jedi’, rugían que la agenda feminista se estaba cargando el universo de George Lucas. El fandom de Harry Potter estaba llamado a cambiar el mundo, y ser consciente de esto es lo que ha provocado la caída de su autora.

J.K. Rowling contra la Generación Harry Potter

La saga del niño mago se limitó a ser, durante sus primeros años, un monumental éxito de ventas. Sus libros eran consumidos por millones de personas a lo largo del mundo, y el consiguiente backlash no fue mucho más allá de quienes criticaron el estilo de la autora y la pobre literatura que emanaba de sus páginas. Poco a poco fue apagándose, hasta el hecho notorio de que hoy hacer crítica literaria de los libros de Potter es tan estéril para iniciar una conversación como decir que las descripciones de J.R.R. Tolkien son interminables.

Otra cosa, claro, fuero lo que empezó a publicarse transcurrida la primera década del siglo XXI estudiando a esos lectores que crecieron con Harry Potter. De pronto, resultaba que J.K. Rowling había logrado que Obama llegara a la Casa Blanca gracias a jóvenes que, inspirados por sus libros, quisieron abanderar los cambios sociales, criticar las desigualdades y luchar contra las injusticias del mundo. Las historias de Potter, con su discurso sobre el bien, el mal y el rechazo a los prejuicios, había alumbrado a una generación de pronunciada conciencia política y férreo idealismo. La Generación Harry Potter, para más señas.

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Esto no sólo ha conseguido que los potterheads nos consideremos mejor que el resto de mortales —porque, a ver, lo somos—, sino que ha arrojado a su responsable a una situación complicada. Su fortalecimiento de los principios de una generación, que la autora ya debió intuir cuando antes de ‘El cáliz de fuego’ Harry Potter logró unas ventas históricas, abocaba a que eventualmente la saga fuera percibida como todos los fenómenos pop: meros productos de su tiempo. Y eso parecía suponer un problema cuando se exhibía una falta de diversidad que no se ajustaba a estos ideales. Como casi cualquier otra obra escrita en los noventa.

Era cuestión de tiempo que los libros de Rowling fueran reexaminados por la generación Harry Potter —o, ampliando más el tiro, por esos millenials que lo estropean todo— y quedaran al descubierto como esa saga millonaria donde no había negros y el único personaje asiático tenía un nombre tan de chiste como Cho Chang. Ese control de daños, junto al coqueteo con el fanfiction, ha sido lo que ha caracterizado la expansión del universo de Harry Potter.

Antes hablábamos de ‘Star Wars’. Es muy curioso comparar ambas sagas ya que tanto George Lucas como Rowling han ido modificándolas para disgusto de los fans, divergiendo el motivo de estos cambios. Donde Lucas quiso retocar hasta lo denunciable su trilogía original queriendo aprovechar los avances digitales, Rowling ha hecho lo propio con la inclusión forzada y en retrospectiva de diversidad. Y lo ha hecho para que Harry Potter siga siendo intocable. Para poder estar a la altura de su legado.

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Y ha sido un error. Una serie como ‘Friends’ fue enormemente criticada por su homofobia, transfobia y demás, pero sus creadores no quisieron salir a hacer ninguna ridícula defensa. Eso le ha venido bien a la serie. Todos asumimos que ‘Friends’ estuvo guay en su momento, que puede seguir siendo guay, y no hay ningún problema en comentar sus carencias a la luz de lo que hemos ido aprendiendo desde que terminó. No va a ser menos buena, ni vamos a tener por qué recordarla peor.

Rowling, por el contrario, sí que ha querido seguir toqueteando la saga para nutrirla de estos aspectos, y ahí es cuando la improvisación desesperada se ha ido notando más, llegando a un punto de no retorno en esa forzada identificación de Grindelwald con Donald Trump que no funciona en ningún momento de la nueva película. Tras su transformación en la voz de una generación, Rowling no ha sabido seguir siendo ese oráculo que, por otro lado, nadie esperó nunca que fuera —sólo necesitábamos que terminara la saga, caray—, y, en su desesperado intento por seguir siendo relevante, ha recurrido al método que más odiamos los miembros de la generación Harry Potter: el cinismo.

Aquella noche de 2007, una vez enmudecieron esos aplausos que habían seguido a la revelación de Dumbledore como hombre gay, lo único que a J.K. Rowling le salió decir, tras una risotada, fue “Vaya, si llego a saber que os gustaría tanto, lo habría revelado antes”. Lamentablemente estamos seguros de que sí, lo hubiera hecho.

Google Pixel 3 XL, análisis tras un mes de uso: da una lección en fotografía, la necesita en diseño

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Google Pixel 3 XL, análisis tras un mes de uso: da una lección en fotografía, la necesita en diseño

Tras un Pixel 2 que por una parte quedó de los más alabados en fotografía del 2017 y por otra su expediente quedaba marcado por un fallo en las pantallas, había bastantes ganas de ver qué había preparado Google en cuanto a sus propios móviles este año. La cita de nuevo fue en la segunda mitad del año y ya pudimos probarlo en profundidad en su primer análisis, pero ahora toca contar qué tal ha sido un mes de uso del Pixel 3 XL.

Lo de XL lo dejó patente Google con una iteración de gran volumen teniendo en cuenta otras propuestas de la competencia, con un diseño continuísta y rompedor a la vez con respecto al Google Pixel 2 XL y manteniéndose en sus trece en cuanto a fotografía. Así, en la parte delantera de los Pixel de 2018 hay** un gran notch y en la parte trasera una sola cámara**, y esto es lo que nos ha parecido tras pasar unas semanas con él.

El caballo grande de Google y su controvertido diseño

De los smartphones de 6,3 o más pulgadas de diagonal en lo que llevamos de gamas altas este año el Pixel 3 XL no es el campeón a más grande. Ese título se lo arrebata el OPPO Find X, algo más voluminoso que el Samsung Galaxy Note 9 y el Huawei Mate 20 Pro que también quedan por encima, aunque en el caso de Samsung hablamos de 0,1 pulgadas más y en ambos de una batería bastante mayor que el de Google.

Altura (mm) Anchura (mm) Grosor (mm) Peso (gramos) Pantalla (pulgadas) Batería (mAh) Volumen (cc)
Pixel 3 XL 158 76,7 7,9 184 6,3 3.430 95,74
Samsung Galaxy Note 9 161,9 76,4 8,8 201 6,4 4000 108,848608
One Plus 6T 157,5 74,8 8,2 185 6,41 3.700 96,60
LG V40 ThinQ 158,8 75,7 7,6 169 6,4 3300 91,360816
OPPO Find X 156,7 74,2 9,6 186 6,4 3.400 111,62
iPhone XS Max 157,5 77,4 7,7 208 6,5 3.174 93,87
Huawei Mate 20 Pro 157,8 72,5 8,8 190 6,3 4.200 100,68

Es por eso que la sensación de teléfono grande se ha mantenido, sin tampoco ser algo exagerado o molesto y yendo a menos si no usamos la funda, pero en todo caso es un terminal cómodo y con un peso dentro de lo esperado que tampoco cansa. Eso sí, lo que no resulta nada es la posición de los botones, probablemente porque al contrario que la mayoría de smartphones que ubican los de volumen junto al de encendido/bloqueo en un mismo lado, Google ha decidido colocar el de bloqueo arriba.

Con esto lo que ocurre es que tardaremos más a acostumbrarnos según de qué teléfonos vengamos y que puede que estemos unos días pulsando el botón de bajar volumen cuando queremos desbloquear o activar pantalla, aunque quizás lo que tenga menos sentido es que (al menos para un usuario diestro) este botón sea menos accesible cuando probablemente se use más que los de volumen. Por lo demás, la disposición de los elementos no tiene ninguna salvedad, estando el lector de huellas en la parte trasera y bien ubicado.

Google Pixel 3 XL

Hilando con el lector de huellas quizás podamos abordar dos asuntos llamativos en cuanto a interacción: los métodos de desbloqueo y la interacción con el Pixel y Android 9. En cuanto al primero, hemos echado bastante en falta que el que es el buque insignia de Google de 2018 no cuente con desbloqueo facial, cuando es una de las tendencias de los últimos años y ya son muchos de sus rivales los que integran un sistema que además es avanzado, como Face ID en los iPhone o el homólogo en los Xiaomi (que probamos recientemente en el Xiaomi Mi 8 Pro e iba francamente bien).

En cuanto a lo segundo, lo que también hemos visto este año y el anterior es que varios fabricantes han optado por implementar la navegación por gestos para poder ocultar la tradicional barra de botones y aprovechar algo más la pantalla. Algo que suele resultar cómodo si la sensibilidad y eficacia de los gestos es la correcta, pero que no vemos tal cual en el Pixel 3 XL.

Google Pixel 3 XL

Como ya dijimos en el análisis inicial, Google no da opción, sino que obliga a que la navegación sea por gestos. Pero con los suyos, que no son los que casi han quedado como habituales y que vimos más a partir de ser los de serie en el iPhone X (swipe hacia arriba para minimizar, swipe mantenido para la multitarea, swipe lateral para "atrás" como hace Xiaomi, etc.), y que median con una pequeña barra inferior permanente a modo de tirador.

Google tiene su propia navegación por gestos. No vemos nada práctico que un primer tirón de esa barra sea para la multitarea, y que siempre tengamos que pasar por ella para acceder al menú de aplicaciones

Y lo que nos sigue ocurriendo es que no vemos nada práctico que un primer tirón de esa barra sea para la multitarea, y que siempre tengamos que pasar por ella para acceder al menú de aplicaciones. No hay tampoco gesto para "atrás" (sino un botón), de modo que tampoco acaba de haber ese aprovechamiento extra de pantalla que vemos en los gestos estándar, si bien es bastante cómodo cambiar a la app anterior con un ligero tirón a la izquierda de la barra flotante.

Pixel 3 XL Empezamos en el escritorio (izquierda), tiramos de la pequeña barra blanca en la parte inferior hacia arriba y nos aparece la multitarea (derecha), y si tiramos del todo el cajón de aplicaciones (centro).

No acaba de ser por esto cómoda la interacción con el Pixel 3 XL, y sin tampoco ninguna otra opción nos tenemos que acostumbrar a la fuerza a esta navegación. A todo se le coge práctica y tampoco es algo grave, pero es una lástima **que no haya al menos otras opciones****** o algo de personalización.

Esta pantalla sí, ese notch no tanto

El aprovechamiento del frontal por parte de la pantalla es de aproximadamente un 82,4%, aunque nos queda la duda de si este porcentaje podría ser mayor si el altavoz principal estuviese en el borde inferior (como la mayoría de terminales de alta gama) y si el notch fuese algo más fino (y más largo que ancho). Ya comentamos en detalle en el primer análisis las consecuencias de la excesiva profundidad de la muesca y que ocultarlo era casi peor (ya que la barra de estado queda fuera, desaprovechando el espacio sí o sí).

Pixel 3 Xl Notch Comparacion Esto (y mucho más) lo mostraba Amparo Babiloni en el análisis inicial: se desaprovecha mucho espacio con la solución de Google.

Hay pues bastante mejora en cuanto a lo que las interfaces aprovechan el panel y también en cuanto a diseño, sobre todo cuando vemos frontales con marcos igualados como los iPhones u opciones sin notch como las de los Galaxy, pero en lo referente al panel al menos no hay ningún tipo de problema o degradado. El nivel de brillo máximo es suficiente para su visualización y el ajuste automático para el brillo suele funcionar bien, salvo muy puntualmente al pasar a una situación de menos luz y queda un poco bajo.

Google Pixel 3 XL

Buena sensibilidad táctil y bastante bien calibrada, con blancos quizás con un matiz algo más verdoso si lo dejamos en la configuración automática para los colores y más magenta si optamos por colores naturales o mejorados. Al menos ya hay más de opciones para ajustar la pantalla, aunque aún está lejos de la personalización que nos dan otras capas como EMUI o Samsung Experience.

Pixel 3 XL

Además de estas opciones se echa en falta alguna más para la pantalla ambiente, cuya utilidad sigue siendo algo limitada por esto mismo. Pero en todo caso se nota que ha habido una mejora en la calidad del panel y durante estas semanas no hemos apreciado problemas.

Google Pixel 3 XL

Sobresaliente en fluidez, notable en rendimiento y bien alto en autonomía

Google se ha subido al carro del notch, pero con lo demás se muestra algo más conservador. El motor de los Pixel 3 XL no queda atrás con respecto a la competencia si hablamos de procesador, con el último Snapdragon de Qualcomm para la alta gama, pero tenemos 4 GB de RAM, lo cual es más que suficiente para tener fluidez con el sistema casi desnudo de Google y al mismo tiempo lo hace nacer ya "muy 2017".

El móvil ejecuta las apps sin problemas, no hemos experimentado *lag* o problemas en ningún momento durante estas semanas con él

El móvil ejecuta las apps sin problemas, no hemos experimentado lag o problemas en ningún momento durante estas semanas con él (ni cuando se trata de apps pesadas), pero viendo que la mayoría de sus rivales directos ya integran un mínimo de 6 GB quizás lo suyo, como buque insignia de Google, hubiese sido partir también de esa memoria.

Google Pixel 3 XL

Del software hablamos a fondo ya en el análisis inicial y la experiencia sigue siendo buena a nivel de fluidez. Google aún es parco en opciones si tenemos en cuenta lo que ofrecen otras capas de terceros en cuanto a personalización, sobre todo en audio ahora que en pantalla empezamos a tener algo, pero encontramos añadidos interesantes como el de Bienestar digital (el cual probamos aún en beta) o el Está sonando.

Pixel 3 XL El "Está sonando" lo oye todo, todo. Si nos preocupa esto podemos desactivarlo o directamente no activarlo. El Bienestar digital nos da una información bastante acertada de nuestro uso, de manera que quizás seamos algo más conscientes del mismo (muy similar al Tiempo de uso en iOS). Y aunque está en fase beta funciona bastante bien.

¿Y qué ocurre con la autonomía? Que no está mal, pero que en comparación a smartphones que con un volumen aproximado queda algo justa. Podemos pasar el día con una carga si no hacemos un uso excesivo, pero si por ejemplo pasamos más horas en conexión de datos y jugando o haciendo fotos (tareas que impliquen más actividad de los procesadores y más tiempo de pantalla encendida) será complicado que no necesite una carga antes.

Pixel 3 XL

De media nos quedan unas 23 horas de autonomía con algo más de 4 horas de pantalla, y son alicientes la disponibilidad de carga rápida y de carga inalámbrica (por comodidad ésta última, no por rapidez precisamente ya que tardará bastante más que la carga con cable). Pero este aspecto tiene margen de mejora, quizás con una batería mayor, dado que Google proporciona herramientas en su software que dan para tener un buen control del consumo en segundo plano de las apps.

En cuanto al audio, Google ha apostado por el altavoz frontal, una ubicación que como hemos comentado no solemos ver ya en la mayoría de diseños y que como ventaja tiene que no suele quedar tapado ni al apoyar el móvil ni al agarrarlo en horizontal. Mejor siempre si nos quedamos en un 80 o 75% del volumen máximo (unos 112 decibelios) para preservar la calidad y nitidez, dando buena experiencia aunque con margen de mejora en cuanto al rango dinámico.

Google Pixel 3 XL

Añadir que se agradece que el fabricante entregue unos auriculares y más si así se facilita una transición que no tenemos por qué haber hecho previamente (del minijack de 3,5 milímetros al USB tipo C o a los inalámbricos). Los Pixel Buds dan una buena experiencia (sobre todo si somos asiduos a usar Google Assistant) y son cómodos, aunque lo que más llama la atención es la posibilidad de adaptarlos a nuestro pabellón auditivo, logrando también algo más de aislamiento.

La cámara única para intentar vencerlos a todos

En otro aspecto en el que los de Mountain View se han mostrado más conservadores (o más tercos, según se mire) es en el aspecto fotográfico al integrar solamente una cámara, si bien en el software sí hemos visto (y seguimos viendo) algunos añadidos. Esto no significa que sea peor; de hecho no hacemos más que compararlos y compararlos y desde el Pixel 2 XL los smartphones de Google vencen o quedan cerca de hacerlo en [los combates fotográficos frente a sus rivales](https://www.xataka.com/moviles/comparativa-camara-samsung-galaxy-s9-vs-pixel-2-xl-vs-iphone-x-vs-lg-v30s-thinq-vs-huawei-mate-10].

Tras semanas con él siendo básicamente nuestra cámara personal no nos queda otra que confirmar lo que dijimos ya en el primer análisis: salir a hacer fotos con el Pixel 3 XL es una delicia, es saber que va a ser una sesión cómoda y eficaz a cualquier hora del día, incluyendo la noche (e incluyéndola mucho, mucho) o los contraluces. Pero nada es perfecto y también echamos en falta ciertos aspectos, claro.

Google Pixel 3 XL Foto en automático.
Google Pixel 3 XL Foto en modo automático.
Google Pixel 3 XL Foto en modo automático.
Google Pixel 3 XL Foto en modo automático.

El modo automático tiene un rendimiento más que aceptable, pero casi nos compensaba más quedarnos en HDR+ porque el rango dinámico ampliado se nota bastante, sobre todo en cielos y con la compensación en la exposición que este disparo múltiple suele tener. También de noche, donde el modo automático queda bastante por detrás que el hecho con HDR+ al sacar mucho más ruido y menos definición, aunque el rey ahí es el modo noche (que por fin nos llegó vía actualización).

Pixel 3 Xl Modo Noche El modo noche aparece en la pestaña "Más", donde podemos activarlo cuando queramos. Si el propio móvil detecta que la escena puede mejorar con él nos lo indica, como el aviso de lente sucia.
Google Pixel 3 XL

El HDR+ mejorado no lo hemos percibido como tal siempre, ya que tiende a variar el balance de blancos en situaciones de luz media (como días nublados) y subexponer ligeramente. Es además un disparo más lento (tampoco exagerado, pero al menos segundo y medio), que puede darnos disparos movidos si no gozamos de estabilidad o si somos algo impacientes.

Los colores son realistas, añadiendo algo más de saturación y calidez en algunas situaciones pero sin desvirtuar el resultado ni que éste quede postizo (si sacamos el RAW veremos que en general lo que hace es corregir exposición y saturación de manera muy acertada). A destacar el detalle, el cual conserva bien en la mayoría de escenarios sin recurrir al resalte de bordes y contornos del que pecan algunos procesados.

El modo noche es magia como la que ya vimos en modos como el de Huawei o LG, que sacan luz de donde no la hay sin tirar de ISO descomunales. En el caso del de Google no limita el uso en cuanto a la iluminación (es decir, lo podemos activar siempre que queramos) y lo que hace es sacar disparos mucho más iluminados sin aumentar demasiado el tiempo de exposición ni la ISO, de modo que suele haber poco ruido (mucho menos que en automático).

Google Pixel 3 XL

El modo retrato no discrimina entre personas y demás seres u objetos (como sí ocurre en el iPhone XR o con la app de Huawei en el Huawei Mate 20 Pro) y está presente tanto en la cámara trasera como en las frontales. El recorte suele ser muy fiel, con algunas excepciones cuando escasea la luz, tendiendo a un desenfoque más "plano" como vimos en la comparativa frente al iPhone XR y el Sony Xperia XZ3 y salvando bien en la mayoría de ocasiones ese pelo que suele ser un enemigo en este campo.

Google Pixel 3 XL Modo retrato.
Google Pixel 3 XL Modo retrato.

Donde destaca es en las cámaras frontales hablando tanto del retrato como del disparo automático, sobre todo en cuanto a la conservación del nivel de detalle. Sin milagros y con poco progreso aparente con respecto al año pasado (la doble lente es para el gran angular, no para la profundidad de campo), pero da bastante buen resultado incluso en baja luz (donde ya pierde más detalle y recorta peor).

Pixel 3 XL

La app de serie además ha dado un pequeño salto, cambiando la interfaz para adoptar la clásica disposición con pestañas, añadiendo una última para "Más" en la que tenemos ese modo noche y algunas novedades como el Fotomatón, Google Lens o algo de realidad aumentada. A falta de modo manual, buenas son opciones como el guardado en RAW (sólo para los HDR) o éstas otras que sacan algo más de jugo a la cámara, funcionando todo con estabilidad y sin tener ninguno de los fallos de los que se han hablado últimamente en algunos medios estadounidenses.

Una actualización correcta que nos deja con ganas de cambio

Así, tras unas cuantas semanas con este terminal concluimos en que la experiencia es muy buena con el Google Pixel 3 XL, sobre todo si estamos cómodos con las dimensiones y volúmenes mayores que estamos viendo en la gama alta de este año y si nuestro principal uso es el fotográfico. Eso sí, el diseño no nos parece el más acertado por cómo ha quedado la pantalla y por la comodidad, así como esa navegación que nos parece menos práctica y cómoda que los gestos más habituales.

Google Pixel 3 XL

Al final ha quedado como una renovación justa y pertinente de los Pixel del año pasado, actualizando ligeramente el aspecto y corrigiendo el problema con los paneles. Sin apostar aún por la doble o triple cámara trasera, en este aspecto sigue rindiendo, aunque tampoco se distancia de manera determinante con otros rivales saliendo por 949 euros (aunque hay un descuento de 100 euros también para el "pequeño" por el Black Friday en la web de Google).

Google Pixel 3 XL

Veremos si para el siguiente modelo Google cambia su planteamiento fotográfico y opta por un notch menos evidente, así como la integración de un reconocimiento facial que también hemos echado de menos. Por lo demás hemos experimentado lo que cabría esperar en el móvil del creador de Android: fluidez, fluidez y fluidez. Sólo queda además salpimentar a nivel de RAM y completar algo más las opciones a nivel de ajustes.


Panasonic TX-65FZ950, análisis: un televisor OLED decidido a someter a sus competidores con su espectacular calibración de fábrica

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Panasonic TX-65FZ950, análisis: un televisor OLED decidido a someter a sus competidores con su espectacular calibración de fábrica

Este televisor de Panasonic ha llegado al mercado con un propósito muy claro: medirse de tú a tú con los modelos OLED de gama alta de marcas como LG, Sony o Philips. Curiosamente, los paneles con diodos orgánicos a los que recurren estas cuatro marcas (y alguna otra que no he mencionado) los fabrica LG Display, la filial de LG especializada en la puesta a punto de paneles de imagen.

Dadas las circunstancias parece razonable pensar que si los televisores OLED de estos fabricantes utilizan paneles muy similares, o, incluso, idénticos, su calidad de imagen debería ser muy parecida. Pero, en realidad, no lo es. Y no lo es porque cada uno de ellos implementa su propia tecnología de procesado y calibra sus televisores de acuerdo con un acabado visual diferente. Y estos dos elementos pueden marcar la diferencia. De hecho, estas son las dos características que pueden ayudar a este televisor OLED de Panasonic a desmarcarse de sus competidores. Os propongo que descubramos juntos si esta es «solo» una tele OLED más o si realmente merece la pena que la tengamos en cuenta.

Panasonic TX-65FZ950: especificaciones técnicas

El corazón de este televisor de Panasonic es su panel OLED de 10 bits capaz, según la marca japonesa, de alcanzar picos de brillo máximo de hasta 1.000 nits. Esta característica es, precisamente, la que lo hace compatible con las especificaciones HDR10 y HDR10+ (esta última permite al televisor ajustar la iluminación de cada secuencia durante la reproducción de los contenidos recurriendo a metadatos dinámicos).

No obstante, como os he adelantado en la introducción de este artículo, el rendimiento del panel está claramente condicionado por el procesado de imagen y la calibración vigente durante la reproducción, por lo que merece la pena que profundicemos en estas características. Lo haremos un poco más adelante, en la sección dedicada a la calidad de imagen.

Una característica muy interesante de este televisor es que incorpora los asistentes de voz Alexa, de Amazon, y Assistant, de Google, por lo que podemos utilizarlos para llevar a cabo algunas funciones básicas, como modificar el volumen, encender la tele o apagarla, cambiar de canal, etc.

La experiencia que nos propone Panasonic al permitirnos controlar este televisor con nuestra voz es similar a la que nos ofrecen los smartphones con Android o los altavoces inteligentes de Amazon y Google, con los que debería poder comunicarse sin problema siempre y cuando todos los dispositivos de estos ecosistemas estén conectados a la misma red doméstica.

Este televisor incorpora una barra de sonido con cuatro altavoces y una potencia total de 80 vatios cuyo audio ha sido afinado por Technics

Aunque profundizaremos en lo que nos ofrece más adelante creo que es un buen momento para que os anticipe que junto a este televisor la marca japonesa incluye una barra de sonido ecualizada por Technics, una firma que pertenece al grupo empresarial Matsushita, que es el mismo que posee la propiedad de la marca Panasonic.

Lo interesante es que Technics es una compañía especializada en audio de alto nivel que parece haber recuperado la forma después de colocar en el mercado desde su regreso en 2014 varios productos muy bien recibidos por los aficionados, como, por ejemplo, la séptima revisión, si no incluimos las ediciones especiales, de su reputado giradiscos de tracción directa SL-1200. En la sección dedicada a la calidad de sonido de este análisis veremos si se nota la mano de Technics en el audio de este televisor. O si, por el contrario, no es una característica diferencial.

En lo que concierne a la conectividad los usuarios tenemos derecho a exigir que todas las entradas HDMI de un televisor de gama alta que cuesta 4.000 euros implementen la especificación 2.0. Y, acertadamente, las cuatro entradas de este modelo (tiene dos conectores laterales y otros dos traseros) son HDMI 2.0. Hoy en día esta característica puede parecer básica, pero, sorprendentemente, muchos televisores aún incorporan uno o dos puertos HDMI 1.4, que son sensiblemente más limitados.

Solo los puertos HDMI 1 y 2 soportan las codificaciones de color de más calidad, 4:4:4 y 4:2:2; los HDMI 3 y 4 se conforman con la compresión 4:2:0

Aun así, en este terreno Panasonic no ha hecho del todo bien los deberes. Y es que, aunque podemos enviar a los cuatro puertos HDMI de este televisor señales 4K UHD a 50 y 60 Hz, solo los puertos 1 y 2 soportan las codificaciones de color 4:4:4 y 4:2:2, que son las que nos ofrecen la menor compresión, y, por tanto, la mayor calidad. Si recurrimos a las entradas HDMI 3 y 4 la codificación de color hábil es 4:2:0, que tiene una calidad inferior a las anteriores. No es nada dramático en absoluto, pero es algo que a los frikis de la imagen suele importarnos. En cualquier caso, nos viene bien tener en cuenta que no todos sus puertos HDMI son iguales.

Además de las conexiones HDMI de las que acabo de hablaros este televisor cuenta con tres puertos USB (dos de tipo 2.0 y el otro 3.0) que podemos utilizar tanto para conectar discos duros u otros periféricos como para alimentar algunos dispositivos de bajo consumo, como, por ejemplo, las consolas en formato mini de Nintendo o Sony. También tiene la pertinente toma Ethernet, dos ranuras para tarjetas CI 1.4 (Common Interface) y una ranura más para leer tarjetas SD, entre otras conexiones.

PANASONIC TX-65FZ950 Características
TECNOLOGÍA DEL PANEL OLED (10 bits) / Ultra Bright Panel
TAMAÑO 65 pulgadas
RESOLUCIÓN 4K UHD (3.840 x 2.160 puntos)
CERTIFICACIONES HDR HDR10, HDR10+ y HLG (picos de brillo máximo de 1.000 nits)
PROCESADOR DE IMAGEN Panasonic HCX (Hollywood Cinema Experience de 4 núcleos)
CERTIFICACIÓN THX
MODO DE CALIBRACIÓN ISF
SINTONIZADOR DIGITAL DVB-T/T2/DVB-S2/DVB-C
SONIDO Barra integrada con una potencia total de 80 vatios (20 vatios x 2 + 20 vatios x 2)
COMPATIBILIDAD CON ASISTENTES DE VOZ Amazon Alexa y Google Assistant
SINTONIZADOR TRIPLE HD
SISTEMA OPERATIVO Panasonic My Home Screen 3.0 / Panasonic Media Center
DLNA Sí (DTCP-IP/DMP/DMR/DMS)
BLUETOOTH Sí (teclado/ratón/dispositivo de audio)
FORMATOS DE VÍDEO SOPORTADOS AVCHD/Progressive, AVI/HEVC/MKV/WMV/MP4/M4v/FLV/3GPP/VRO/VOB/TS/PS, MP3/AAC/WMA Pro/FLAC/Apple Lossless/WAV y JPEG
CONEXIONES HDMI 4 x HDMI 2.0 (2 laterales y 2 traseras) con HDCP 2.2
USB 3 (2 x USB 2.0 y 1 x USB 3.0)
CONEXIONES ADICIONALES 1 x RJ-45, 2 x CI Plus 1.4, 1 x ranura para tarjetas SD, 1 x entrada de vídeo por componentes/compuesto, 1 x salida audio EIAJ/TosLink y 1 x salida auriculares
ETIQUETA ENERGÉTICA Clase A
DIMENSIONES 1.449 x 909 x 330 mm (con soporte)
PESO 36 kg (con soporte)
PRECIO 3.999 euros

Diseño y experiencia de usuario: la fluidez es una de las bazas de este televisor

Si observáis las fotografías que ilustran este artículo podéis ver que el diseño de este televisor de Panasonic está en consonancia con lo que podemos esperar de un modelo de alta gama: sus marcos son finos, la peana es estilizada y la barra de sonido incluida en el paquete encaja bastante bien con la estética del televisor.

Por detrás, como la mayor parte de los televisores de las grandes marcas de electrónica de consumo, no resulta tan atractivo como por delante, algo que no tiene por qué ser un problema si lo colocamos cerca de una pared. Curiosamente, el fabricante que más cuida la estética del panel trasero de sus televisores es Bang & Olufsen, pero también es una de las marcas más caras del mercado.

Panasonicbladerunner

En la fotografía que tenéis debajo de estas líneas podéis intuir lo fino que es el panel OLED de este televisor. De hecho, el tercio superior del dispositivo tiene un grosor de solo unos 5 mm porque la electrónica reside en la parte inferior, que es sensiblemente más gruesa, aunque no me parece nada exagerado (tiene un fondo de 62 mm si no tenemos en cuenta el soporte).

El panel trasero del televisor está fabricado con un policarbonato de cierta calidad (el policarbonato es un polímero industrial utilizado para producir plásticos), pero el marco que rodea el panel es metálico, lo que, además de protegerlo de posibles golpes fortuitos, lo hace más atractivo desde un punto de vista estético.

Panasonicgrosor

La toma de antena, varias entradas HDMI, algunos de los puertos USB y las demás conexiones residen en el extremo derecho del panel posterior (si observamos el televisor desde detrás), pero no quedan a la vista porque están ocultos por una gran tapa de plástico. No me parece una mala idea recurrir a esta tapa porque esconde las conexiones y una parte de la longitud de los cables, pero si utilizamos varios HDMI y USB simultáneamente, sobre todo si los primeros son de alta calidad y tienen una sección importante, podríamos vernos obligados a prescindir de la tapa para no forzar los cables con un doblez demasiado pronunciado.

Panasonictrasera

Vamos ahora con la que sin duda es una de las virtudes de este televisor: la fluidez con la que nos permite movernos a través de la interfaz y ejecutar las aplicaciones. El modelo OLED tope de gama que Panasonic presentó el año pasado, el TX-EZ950E, nos sorprendió cuando lo analizamos por la agilidad con la que ejecuta My Home Screen 2.0, que es el sistema operativo derivado de Firefox OS implementado por los ingenieros de esta marca.

El modelo que estamos analizando incorpora My Home Screen 3.0, que es la última iteración del sistema operativo que Panasonic ha puesto a punto para sus televisores. La buena noticia es que sigue corriendo con mucha fluidez, una cualidad que permite a este televisor ofrecernos una experiencia más satisfactoria que la que nos propone la mayor parte de los televisores con Android TV, que es una solución software más pesada.

My Home Screen 3.0, que es el sistema operativo derivado de Firefox OS de este televisor, es más rápido que Android TV, pero también menos resultón que Tizen OS, el sistema operativo de las teles de Samsung

Pero, desafortunadamente, no todo son buenas noticias. My Home Screen 3.0 es una capa de software ligera, pero también es más espartana y menos atractiva desde un punto de vista visual que las interfaces de los televisores de otras marcas, como, por ejemplo, los de Samsung, que cuentan con una interfaz con un diseño sofisticado y más resultón.

Lo que me parece un acierto es la inclusión de un segundo mando a distancia junto al mando principal que está equipado con un pequeño panel táctil que nos facilita mucho el desplazamiento a través de las apps y las opciones de la interfaz. Incorpora muchos menos botones que el mando a distancia principal, pero, aun así, no echaremos en falta ninguna opción importante cuando lo utilicemos de forma cotidiana. De hecho, este fue el mando a distancia que más usé durante las horas que invertí en el análisis de este televisor.

Panasonicmando

Otra opción de interacción con esta tele que tenemos a nuestra disposición es el control por voz, que funciona, y lo hace bastante bien. Aun así, en la práctica esta solución me parece más lenta que el control a través del mando a distancia, sobre todo si utilizamos el mando reducido que podéis ver en la fotografía que tenéis encima de estas líneas. No obstante, esto no significa en absoluto que no me parezca buena idea la integración en este televisor de Alexa y Google Assistant. Contar con estos asistentes es una ventaja, pero su valor real surge al manipular el televisor de forma remota o al interactuar con él a través de otros dispositivos, y no tanto, en mi opinión, durante un uso convencional.

Calidad de imagen: este es uno de los modelos OLED mejor calibrados de fábrica

Para poner a prueba la calidad de imagen de este televisor de Panasonic recurrí a mi batería de películas habitual: 'La llegada', 'El renacido' y 'Blade Runner 2049', todas ellas tanto en versión 1080p (Blu-ray Disc) como 4K Ultra HD (Blu-ray 4K), así como las dos primeras en DVD para poner a prueba el algoritmo de escalado. Estas cintas destacan por su estupenda fotografía y gran calidad de imagen. Durante las pruebas de colorimetría, contraste y brillo también recurrí a las herramientas White Screen Page y Lagom LCD Test.

Desde una perspectiva global este televisor nos ofrece la calidad de imagen que podemos esperar encontrar en un dispositivo OLED de gama alta: unos negros profundos, un nivel de detalle en zonas oscuras fantástico y una colorimetría amplia y fidedigna. Además, en el apartado en el que otros televisores OLED se quedan cortos, sobre todo si los comparamos con las soluciones LCD LED más avanzadas, que no es otro que la entrega de picos de brillo elevados, este modelo sale bien parado. Y es que alcanza picos de 1.000 nits, que es lo que le permite reproducir contenidos compatibles con la especificación HDR10+.

Una prueba bastante contundente de lo bien que le sienta el HDR a esta tele es la segunda secuencia de 'El renacido', esa en la que Leonardo DiCaprio atraviesa una zona pantanosa en el seno de un bosque que nos permite ver el brillo del sol entre las copas de los árboles. La extraordinaria fotografía de Emmanuel Lubezki luce de maravilla en este televisor. Por supuesto, el buen rendimiento del HDR se apoya no solo en la capacidad de entrega de luminosidad del panel OLED, sino, sobre todo, en la profundidad de los negros, que son todo lo intensos que podemos exigir a un panel que recurre a esta tecnología.

Panasonicrenacido

Todo esto está muy bien, pero ya lo hemos visto en otros televisores OLED. Lo que realmente hace diferente a este modelo de Panasonic, y le permite superar a muchos de sus competidores, es su excelente calibración de fábrica. La marca japonesa presume de haber recurrido a algunos profesionales del sector de la masterización digital para cine y televisión con el objetivo de conseguir que sus televisores, y este es el más sofisticado de todos, recreen las imágenes de las películas de la forma más respetuosa posible con la visión original de los cineastas (especialmente del director de la cinta y el director de fotografía, que son los que tienen la última palabra en lo que concierne al estilo visual).

La calibración que incorpora este televisor de fábrica nos propone un acabado visual muy cinematográfico

Dejando a un lado los argumentos de marketing utilizados por Panasonic para que nos fijemos en su televisor, lo cierto es que la calibración por defecto es estupenda. El modo de imagen que me parece más convincente para cine es THX Cinema por una razón: nos ofrece una estética muy cinematográfica, con unos colores no excesivamente saturados, que luce asombrosamente bien cuando la fotografía de las películas acompaña, que es lo que sucede en los tres títulos que he mencionado al principio de esta sección.

No obstante, el mérito no recae únicamente en la minuciosa calibración que ha llevado a cabo Panasonic, sino también en el eficaz procesado de las imágenes que ejecuta el procesador HCX con el que cuenta este televisor. Con total honestidad, esta es la única tele hasta la fecha con la que no me he visto obligado a manipular ni los parámetros de imagen ni los algoritmos de procesado con el objetivo de adecuar su rendimiento a mis preferencias. Quizás con más días de uso habría decidido ajustar algún parámetro ligeramente, pero os aseguro que este televisor luce espectacular tal y como lo sacamos de su embalaje.

Panasonicajustes

En lo que concierne al escalado este televisor juega en la misma liga en la que compiten los modelos de gama alta de Sony, LG o Samsung, entre otras marcas. El escalado desde 1080p, sobre todo si la fuente es un Blu-ray Disc, lo lleva a cabo con mucha precisión, tanta que en ocasiones podemos creer que estamos viendo contenido 4K nativo. Sin embargo, cuando el televisor escala una fuente de vídeo con resolución 720p o estándar, el resultado no es ni mucho menos tan convincente. Y es lógico que sea así debido a que el algoritmo de escalado dispone de mucha menos información cuando debe enfrentarse al reto de asignar un color preciso a cada uno de los píxeles que no forman parte de la fuente original.

Un último apunte antes de dar por concluida esta sección: en la fotografía que tenéis debajo de estas líneas podéis ver cuáles son los modos de imagen predefinidos con los que cuenta este televisor. Por supuesto, los usuarios podemos manipularlos, y también crear nuestro propio modo personalizado, pero en un televisor con una calibración tan bien afinada no es ni mucho menos necesario que invirtamos nuestro tiempo en estos ajustes. Si os hacéis con él os sugiero que, eso sí, dediquéis un poco de tiempo a los modos disponibles para que podáis elegir los que mejor encajan con vuestras preferencias.

Panasonicmodos

Así es la experiencia que nos ofrece con juegos

Todo lo que he defendido en lo que concierne a la calidad de imagen de este televisor cuando lo utilizamos para reproducir contenidos cinematográficos es perfectamente aplicable a los videojuegos. Su contraste nativo, nivel de detalle en zonas oscuras, gama dinámica y colorimetría consiguen que los juegos luzcan a las mil maravillas. Nosotros lo conectamos a nuestra Xbox One X y con títulos como 'Gears of War 4' o 'Forza Horizon 4' este televisor te deja petrificado.

Al margen de su calidad de imagen, una de las ventajas que nos ofrecen los televisores OLED cuando los usamos para jugar frente a los modelos LCD LED consiste en que el tiempo de respuesta de los paneles OLED es prácticamente inapreciable. De hecho, son incluso más rápidos que los paneles LCD TN usados en algunos monitores para gaming (muchos paneles OLED fabricados por LG Display tienen un tiempo de respuesta de unos 0,1 ms).

Panasonicgaming

Eso sí, si queremos que su latencia de entrada sea reducida es imprescindible que activemos el modo 'Juego', que deshabilita buena parte del procesado de imagen. Al hacerlo la latencia se sitúa tanto en 1080p como a resolución 4K UHD entre 20 y 25 ms, una cifra que está realmente bien si la comparamos con los televisores OLED de otras marcas, que suelen superar claramente los 30 ms, pero que no resulta tan atractiva como los 15 a 20 ms de latencia en torno a la que orbitan los televisores QLED más avanzados de Samsung.

Jugar con este televisor de Panasonic es una auténtica gozada. La única pega que puedo ponerle en este terreno, y más que una desventaja es una duda razonable, deriva de la posibilidad de que a largo plazo se produzca retención permanente en el panel provocada por los elementos estáticos de las imágenes de los videojuegos. Los fabricantes de televisores OLED aseguran que es un problema que tienen controlado y que sus algoritmos previenen con eficacia, pero me parece razonable poner esta duda sobre la mesa. Si tenéis curiosidad y queréis saber qué técnicas utilizan para evitar la retención de imágenes podéis leer el artículo en el que lo explicamos con todo lujo de detalles.

Calidad de sonido: Panasonic ha hecho los deberes

El estilizado chasis de los televisores OLED y LCD LED modernos no da para muchas alegrías en materia de sonido. Para reproducir las frecuencias medias y los agudos no necesitamos altavoces con un diafragma muy grande, y tampoco es necesario aplicar presión sobre grandes volúmenes de aire. Pero unos graves contundentes y con pegada requieren un woofer con un diámetro respetable y capaz de mover mucho aire. Junto a este televisor Panasonic incluye una barra de sonido diseñada específicamente para ofrecernos un conjunto con un acabado visual atractivo que, debo reconocerlo, me ha sorprendido gratamente.

Y es que esta barra suena realmente bien. Reproduce las frecuencias medias y los agudos con un nivel de detalle alto, tiene una dinámica convincente y durante nuestras pruebas fue capaz de llenar de sonido con suficiencia la sala de más de 40 metros cuadrados en la que analicé este televisor. Sin duda, esta es una buena carta de presentación. Pero, como esperaba, su rendimiento no resulta tan convincente cuando debe enfrentarse a la reproducción del extremo grave.

Panasonicbarra

Para reproducir un grave con extensión y pegada es imprescindible que el diafragma del woofer aplique presión sobre un volumen de aire importante, y las evidentes limitaciones físicas impuestas por el tamaño de la barra de sonido lo impiden. Aquellos usuarios que quieren obtener un grave pletórico, o bien sonido multicanal real, se verán obligados a apostar por un equipo de audio dedicado. Pero todos los demás es probable que estén satisfechos con el sonido que nos ofrece la barra que acompaña a este televisor.

Como os adelanté en los primeros párrafos de este análisis, Panasonic ha recurrido a los ingenieros de Technics para afinar el sonido de esta tele. Y parece que la maniobra les ha salido bien porque su rendimiento global en este apartado es superior al de otros televisores OLED y LCD LED de gama alta que he tenido la ocasión de probar. Aun así creo que habría sido una buena idea que un modelo de 4.000 euros incluyese también un subwoofer capaz de reproducir sin inmutarse el extremo grave del espectro de frecuencias.

Panasonictechnics

Un último apunte para concluir este epígrafe del artículo: desde la sección 'Sonido' del menú de ajustes del televisor podemos actuar sobre la ecualización del audio para adecuarlo a nuestro gusto. No está de más dar un poco de energía a los graves, aunque lo ideal es ajustar este parámetro dependiendo de la proximidad del televisor a la pared trasera. Si la pared está muy próxima no hará falta que enfaticemos mucho los graves, y si está alejada podremos dar a estas frecuencias más energía. En cualquier caso, por mucha «caña» que demos a los graves desde el menú de ajustes no lograremos un rendimiento equiparable al de un subwoofer. Y es preferible que no nos propasemos porque, de lo contrario, podría incrementarse sensiblemente la distorsión.

Panasonicsonido

Panasonic TX-65FZ950: la opinión y nota de Xataka

Este televisor OLED es de los que calan hondo. Como hemos visto a lo largo del artículo tiene a su favor un diseño bastante cuidado, un sonido superior al de buena parte de sus competidores, y, sobre todo, una calidad de imagen global sobresaliente. Pero la baza que le permite mirar a algunos modelos de gama alta de otras marcas por encima del hombro es su atinada calibración de fábrica, que es en gran medida la responsable de su estupenda calidad de imagen.

También me ha dejado un buen sabor de boca la fluidez con la que mueve la interfaz y ejecuta las apps, aunque, como he explicado unos párrafos más arriba, en lo que concierne a su diseño My Home Screen 3.0 me gusta menos que otras opciones rivales, como, por ejemplo, Tizen OS, el sistema operativo utilizado por Samsung en sus televisores.

¿Lo mejor de este televisor? La fluidez con la que ejecuta el sistema operativo, su cuidado sonido, y, sobre todo, lo bien calibrado que sale de la fábrica

Una carencia que no puedo pasar por alto en un producto de su precio es la ausencia de compatibilidad con el estándar Dolby Vision, que actualmente nos ofrece el HDR más espectacular, y con el que cuentan los televisores del mismo segmento de, por ejemplo, LG y Sony. No obstante, estas dos «pegas» no empañan el buen trabajo que ha realizado Panasonic durante la puesta a punto de este modelo. En mi opinión este es uno de los mejores televisores OLED de gama alta que podemos encontrar actualmente en el mercado, por lo que, si encaja en nuestro presupuesto, merece la pena tenerlo en cuenta.

9

Diseño9
Calidad de imagen9,75
Sonido8,75
Interfaz y Software8,75

A favor

  • Su calidad de imagen global es sobresaliente
  • Viene muy bien calibrado de fábrica
  • Ejecuta el sistema operativo y las aplicaciones con fluidez
  • Su sonido está a la altura del que podemos exigir a un televisor de gama alta

En contra

  • A diferencia de algunos de sus competidores, este televisor carece de soporte Dolby Vision
  • La interfaz My Home Screen 3.0 es un poco espartana. Sería deseable que fuese más estilizada
  • En el mercado hay otros televisores OLED de prestaciones similares con un precio más bajo

El equipo ha sido cedido para la prueba por parte de Panasonic. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas

Más información | Panasonic

Pokemon Let's GO, análisis: la evolución del videojuego al juguete de Nintendo

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Pokemon Let's GO, análisis: la evolución del videojuego al juguete de Nintendo

Nintendo tiene un don para llevar un paso más allá todo lo que toca. Desconozco que comen, beben o respiran sus creativos para llegar del ‘Pokémon Amarillo’ de Game Boy a ‘Pokémon Let’s Go’. De una excusa con 20 años para aprovechar el tirón de los primeros juegos y vender la versión Color de la máquina, a la última revolución de la franquicia.

Esa vuelta de tuerca reciente no es otra que ‘Pokémon GO’, el ya archiconocido juego para móviles que, dos años después de su lanzamiento, aún sigue congregando a críos y abuelos en parques de todo el mundo. Todos en busca de ese último bicho que haga honor a la frase “Hazte con todos” que, por fin, ha aterrizado en Switch.

Una historia con más de 20 años a sus espaldas

‘Pokémon Let’s GO’ no era la entrega que pedía la comunidad. Ni cuenta con el esquema clásico que hemos visto durante más de una veintena de años en las portátiles de Nintendo, ni ofrece el mayor número de Pokémon, y ni siquiera es lo suficientemente original como para entregar una nueva historia, se agarra a la que muchos de nosotros ya vivimos de niños hace una eternidad.

Para más inri, el juego se presentaba con una nueva mecánica que, con la aparente intención de llevar a los usuarios de ‘Pokémon GO’ del móvil a Nintendo Switch, aniquilaba una de las principales premisas de la franquicia. En vez de debilitar al Pokémon en combate para poder cazarlo, nos basta con apuntar con la Pokéball al bicho y lanzarla.

Lo que en los móviles de casi 380 millones de usuarios funciona como un deslizamiento del dedo por la pantalla, aquí se traduce en el acto de tirar la bola con el mando, haciendo uso del sistema de detección de movimientos de Switch y, con mayor sutileza pero la misma fuerza, la vibración háptica del controlador.

Nintendo convierte lo que recordábamos como un videojuego en un juguete. De pulsar un botón al acto de lanzar. Del imaginario de un niño de 9 años a un despliegue visual que se siente más vivo y tangible que nunca. Es en ese punto, con el jugador nuevo y el de antaño ponen sus manos sobre lo que realmente significa ‘Pokémon Let’s GO’, cuando se descubre que Nintendo sabe mejor qué quiere la comunidad que nosotros mismos.

El auténtico nuevo Pokémon

Con el salto de la saga a las 3D de sobremesa, un paso adelante que se llevaba pidiendo desde hace más de una década, la gran N no sólo entrega un nuevo ‘Pokémon’, también el cambio de paradigma que probablemente le sirva para lo que vendrá en 2019 con la nueva secuela canónica de la franquicia.

La jugada es magistral. Es mucho más fácil tragar con los cambios que propone ‘Pokémon Let’s GO’ porque, de cara al nuevo usuario o el que llega de ‘Pokémon GO’, se limita a hacer crecer lo vivido en la pantalla del móvil con una fórmula más que demostrada. Y de cara al jugador de toda la vida, el chute de nostalgia de ‘Pokémon Amarillo’ es lo suficientemente apetecible para que trague con todo lo demás.

Pero no sólo del remake vive ese caramelo que tan bien se ha hecho venir Nintendo. Le acompañan una sartenada de mejoras con la que, de forma más o menos directa, la comunidad venía soñando desde hace una barbaridad de tiempo:

  • Que los movimientos especiales destinados a hacernos avanzar en la historia no ocupen un hueco clave entre los ataques de nuestros bichos.
  • Poder cambiar nuestro equipo de Pokémon sin tener que visitar un Centro Pokémon.
  • La posibilidad de ahorrarte combates al ver a los animales corriendo por el mapa y poder esquivarlos.
  • Incluir la opción de un modo cooperativo.
Pokemon2

Cambios que podrían haber introducido hace eones pero que, fruto de ser más listos que el hambre o la pura casualidad, han ido guardando en un cajón hasta que llegase el momento de querer contentar a la comunidad. De hacer que demandas que ya creíamos olvidadas se conviertan en esa cuchara haciendo el avión que nos mete el puré de verduras hasta el gaznate.

Un chute de nostalgia y amor por la saga

Pero de nada serviría todo ese festival de amigables novedades de no ser porque, en esencia, ‘Pokémon Let’s GO’ es un gran juego apoyado sobre unos pilares muy sólidos. Con la región de Kanto y los primeros Pokémon como protagonistas, la historia de la que luego partirían serie, películas y merchandising para convertirse en la franquicia que más dinero genera en el mundo (más aún que Mickey Mouse, Star Wars o Harry Potter), es un paso muy inteligente que es imposible no querer aplaudir.

Con el carisma de sus dos Pokémon principales, un Pikachu o un Eevee que nos acompañan en todo momento dándonos la opción de personalizarlos o acariciarlos, el jugador se embarca en una vieja aventura que sigue teniendo la misma fuerza que antaño. El camino de un héroe en el que, más que nunca, la principal premisa es capturar a cuantos más Pokémon mejor.

Como viejo niño y padre he tenido la suerte de vivir ese renacimiento de una de las sagas estrella de mi niñez junto a mi hijo, lanzando bolas a la vez que se combinaban en el aire con un espectáculo de luces y sonido. Pero no han sido esos artificios los que me han ganado, sino el brillo en sus ojos al decir “lo hemos cazado juntos”, que me han transportado por un viaje de más de 20 años con el que es muy difícil no emocionarse.

Con una frase que ya parece más un eslogan que un comentario ocurrente, Nintendo lo ha vuelto a hacer. Con una franquicia que, a base de repetir fórmulas y mostrar una aparente falta de originalidad, parecía condenada a la decadencia, ha rebuscado en el lodo y ha sacado oro. ‘Pokémon Let’s GO’ es el juego que no sabías que querías hasta que te pones a jugarlo.

PlayStation Classic, análisis: cuando la nostalgia es condición necesaria pero no suficiente para vender un producto

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PlayStation Classic, análisis: cuando la nostalgia es condición necesaria pero no suficiente para vender un producto

El pasado mes de septiembre Sony daba la sorpresa y se unía a la tendencia iniciada por Nintendo. Anunciaba la PlayStation Classic, una miniconsola que nacía con el objetivo de rescatar las alegrías que en su día trajo la PlayStation original. Ya tuvimos la oportunidad de ofrecer unas primeras impresiones, pero ahora hemos podido ir más allá con este análisis.

De hecho hemos tenido esta consola en durante unos días para analizarla, y había especiales ganas por descubrir si aquella mágica experiencia había logrado superar el paso del tiempo. En cierto modo lo ha hecho, pero yo diría que Sony ha perdido aquí una oportunidad clara de recuperar toda la magia de aquella consola legendaria.

Un diseño fiel al original en casi todo

Más de dos décadas han pasado desde que Sony lanzara la PlayStation original -fui propietario de una de ellas, así que este análisis tiene un componente personal especial-, y lógicamente en todo este tiempo la tecnología ha evolucionado de forma tan notable que aquella potente consola hoy se puede emular sin problemas desde cualquier móvil medio decente.

Playstation Classic 23

Eso hace que las necesidades de espacio para integrar los componentes necesarios para completar el producto sean mucho menores, y de hecho la PlayStation Classic es prácticamente la mitad de lo que era el modelo original en cuanto a tamaño. Es además mucho más ligera, y de hecho cogiéndola en la mano casi parece una consola de mentira por lo liviana que es.

El aspecto exterior es prácticamente idéntico, aunque en esta edición hay varias "mentiras piadosas". La tapa superior que se abría para dar acceso al lector de CDs no es tal, está "pegada" a la cubierta superior, y el botón "Open" que en la original permitía abrir esa tapa aquí no lo hace, sino que permite cambiar la "unidad virtual" si los juegos necesitaban varios CDs durante su desarrollo.

Playstation Classic 21

El botón "Power" sí funciona como es de esperar y solo sirve para encender o apagar la consola, mientras que el botón "Reset" es probablemente el más importante ya que permite reiniciar la consola para cambiar el juego del que queremos disfrutar, aparte de otra función relevante de la que hablaremos más adelante.

Mención especial merecen los mandos de la PlayStation Classic, que son una reproducción totalmente fiel de los mandos originales en cuanto a su diseño y materiales: esa cruceta tan característica, esos gatillos y esos botones gomosos de 'Start' y 'Select' realmente ayudan a devolverle a uno a aquella experiencia del pasado.

Playstation Classic 1

Siguen siendo mandos con cable -no hay aquí un paso al mundo inalámbrico que hubiera sido interesante-, pero la longitud del mismo es suficiente para jugar cómodamente. Lo que sí cambia es el conector, que pasa a ser un USB convencional en lugar del conector propietario que utilizaban los mandos originales de la PS1.

Algunos quizás echarán en falta los mandos DualShock con los sticks analógicos que se añadieron a a cruceta, pero lo cierto es que aunque en algunos juegos esos controles ayudaban (y mucho), la consola parece ser un homenaje específico a aquella versión original, mandos incluidos.

La experiencia: ¿quizás demasiado fiel a la original?

Al encender la PlayStation Classic nos encontramos con una interfaz simple y funcional que en primer lugar muestra la lista de juegos en rotación -podremos movernos a uno u otro con el mando fácilmente- y que además permite acceder a un menú de opciones muy básico.

Playstation Classic 24

En ese carrusel se muestra una captura en miniatura de la portada del juego, el título y desarrolladora, el año de lanzamiento y el número de jugadores que soporta. No hay grandes alardes en esa presentación de los títulos, aunque al menos esa interfaz sí aprovecha el formato panorámico de los televisores o monitores a los que conectamos la consola: hay que recordar que la resolución máxima ofrecida es de 720p.

Ese soporte de los formatos panorámicos desaparece al ejecutar los juegos: Sony no ha adaptado esos títulos a los tiempos modernos y no hay prácticamente escalado alguno, porque el formato 4:3 con el que fueron programados se mantiene para conservar así ese ratio de aspecto original.

Playstation Classic 8

Hasta cierto punto sorprende ver cómo grandes bandas negras aparecen a ambos lados de los juegos, y a menudo también lo hacen bandas negras en la parte superior e inferior para "encajonar" esa experiencia de juego que además tiene otro hándicap: que los gráficos han evolucionado mucho en todo ese tiempo.

Eso es quizás más fácil de aceptar para juegos de las viejas plataformas de 8 bits, pero al menos en mi caso el recuerdo que tengo de la PlayStation original era el de una máquina que dio un salto gráfico brutal. Recuerdo ver por primera vez 'Gran Turismo' y pensar entonces que parecía imposible que un juego de coches pareciera mucho más real que aquello.

Playstation Classic 9

En muchos de los juegos incluidos en la PlayStation Classic el tortazo de realidad es notable, y por ejemplo 'Grand Theft Auto', 'Cool Boarders 2', 'Resident Evil Director's Cut', 'Tom Clancy's Rainbow Six' o 'Destruction Derby' tienen unos gráficos y un desarrollo horrendos ahora que los miro desde la distancia. Pueden tener su encanto, pero en jugabilidad y en el apartado visual el resultado final acaba haciendo polvo los recuerdos que tenía de aquellos títulos.

Con otros la experiencia es afortunadamente distinta: 'Metar Gear Solid' muestra a las claras sus píxeles y su falta de resolución, pero la propia perspectiva del juego y su desarrollo ha demostrado que algunos títulos ganan con el tiempo: que ese juego fuera así hace 20 años deja claro que se trata de una joya de aquella época.

Playstation Classic 6

También lo es probablemente el 'Tekken 3', una verdadera maravilla en gráficos y jugabilidad que sigue conservando toda la magia de antaño. Jugué mucho a este título y a otros de lucha que echo muy en falta (como 'Soul Blade' (también conocido como 'Soul Edge'), y evidentemente las preferencias pesan aquí, porque mi reacción frente a otros títulos como 'Final Fantasy VII' es bastante neutra: no lo jugué entonces porque no me llamaba la atención, pero probablemente es uno de los grandes protagonistas de esta selección oficial de Sony.

Más allá de lo bien (o mal) que han madurado, nos sorprendieron los tiempos de carga, que esperábamos más rápidos teniendo en cuenta que los sistemas de almacenamiento actuales quizás ofrecerían ventajas más visibles en este caso. En esa experiencia encontramos además otro pequeño hándicap: los juegos solo están disponibles con audio y textos (si los presentan) en inglés.

Hasta las tarjetas de memoria son virtuales

Como comentábamos anteriormente, hay un botón especialmente útil en esta consola, y es el botón de "Reset" con el que accedemos a la opción de reiniciarla para pasar a otro juego en lugar del que estuviéramos disfrutando en ese momento.

Playstation Classic 4

Al hacerlo, no obstante, aparece una opción especial: la interfaz nos pregunta si queremos guardar la partida que estábamos jugando, una de las funciones más interesantes de esta edición.

En la PlayStation original algunos juegos permitían guardar partidas cuando llegabas a ciertos puntos del desarrollo, pero en esta reedición podremos salvar las partidas allí donde nos apetezca para luego reanudarlas.

Cada juego dispondrá de 15 ranuras de tarjeta de memoria virtual que se podrán gestionar desde la interfaz de la PlayStation. Esa función de la tarjeta de memoria virtual integrada en el dispositivo es algo más avanzada de la que permitían las tarjetas Memory Card en las consolas originales, y desde luego es un pequeño punto a favor de este desarrollo.

Emulando que es gerundio

La palabra clave de esa sección anterior es "emular". Como en otras miniconsolas que ya han aparecido en el mercado, la PlayStaiton Classic no hace uso del mismo hardware de la original, sino que utiliza un pequeño miniPC sobre el que corre el emulador que da acceso a toda esta nostálgica experiencia.

Playstation Classic 10

Ese emulador no ha sido desarrollado por Sony, curiosamente: se trata de un emulador Open Source llamado PCSX-ReARMed precisamente compilado para procesadores ARM y que es una versión derivada del conocido PCSX-Reloaded, en desarrollo desde 2009.

Como comentaban nuestros compañeros de Genbeta, este emulador es el mismo que usa la plataforma RetroArch, pero a diferencia de la versión integrada en esa plataforma en esta no tendremos algunas opciones interesantes como el juego en red o la característica "save rewind" con la que podíamos ir hacia atrás (poco tiempo, eso sí) en nuestras partidas recientes para poder por ejemplo probar nuevos caminos.

La polémica está servida con la lista de juegos incluidos

Todo lo dicho hasta ahora plantea una solución equilibrada en cuanto a diseño, hardware y prestaciones: la PlayStation Classic no brilla especialmente en nada, pero ciertamente facilita el acceso a aquellos juegos del pasado y lo hace con mucha fidelidad incluso en unos tiempos de carga que son más largos de lo que uno podría esperar.

Playstation Classic 7

El problema real llega con la lista de juegos incluidos. Sony ha decidido preinstalar 20 títulos en la PlayStation Classic para que podamos jugar a cualquiera de ellos cuando lo deseemos, y son los siguientes ordenados alfabéticamente:

  • Battle Arena Toshinden
  • Cool Boarders 2
  • Destruction Derby
  • Final Fantasy VII
  • Grand Theft Auto
  • Intelligent Qube
  • Jumping Flash
  • Metal Gear Solid
  • Mr Driller
  • Oddworld: Abe's Oddysee
  • Rayman
  • Resident Evil Director's Cut
  • Revelations: Persona
  • Ridge Racer Type 4
  • Super Puzzle Fighter II Turbo
  • Syphon Filter
  • Tekken 3
  • Tom Clancy's Rainbow Six
  • Twisted Metal
  • Wild Arms

Las listas nunca acaban siendo certeras en todo para todos, y esta no es una excepción. Sony la dio a conocer hace semanas, y desde entonces el debate entre la comunidad de usuarios ha sido enorme: muchos antiguos propietarios de la consola protestan por la falta de títulos que no están y por la inclusión de otros que Sony sí ha decidido integrar en este pack.

Mi sensación es la misma, y es el problema de querer ofrecer una lista que trate de contentar a todos los públicos. Entiendo que juegos como 'Final Fantasy VII' hayan formado parte de la selección aunque no sea una preferencia personal mía, pero por ejemplo otros como 'Jumping Flash', 'Mr Driller' o 'Super Puzzle Fighter II Turbo' no son precisamente títulos míticos de la consola y casi parecen juegos de relleno que podían haber sido sustituidos por otros mucho más populares.

Playstation Classic 25

Aquí es imposible acertar con todos, pero quizás no hubiera sido mala idea incluir un 'Tomb Raider', un 'Crash Bandicoot', un 'Gran Turismo 2' o un 'Driver'. Y como estos, decenas y decenas de títulos que seguramente muchos compradores potenciales echarán tanto en falta que podrían decidir no adquirir la consola.

El problema real no es tanto ese como el hecho de que Sony haya indicado que no habrá opción para actualizar y ampliar esa lista de juegos disponibles en el futuro. Estos 20 títulos serán los que se podrán jugar ahora y, a priori, para siempre, algo que representa una enorme oportunidad perdida para Sony.

Creemos que haber integrado alguna solución de expansión de esa lista hubiera sido una decisión muy acertada para que cada jugador hubiera podido "adaptarse" su consola a sus preferencias en cuanto a la lista de juegos, pero esta decisión unilateral de Sony podría salirle muy cara a la empresa y a este nostálgico proyecto.

Sony PlayStation Classic, la opinión de Xataka

El encanto de la PlayStation Classic es innegable: como otros productos de esta categoría, la posibilidad de volver atrás en el tiempo y disfrutar de algunos títulos míticos es realmente tentador.

Playstation Classic 13

El problema es que la nostalgia es traicionera, y aunque puede ser un ingrediente importante para el éxito de soluciones como la de Sony, es clave no condicionar esa experiencia como lo ha hecho Sony. Hay aquí aciertos claros, pero también errores que creemos que lastran un producto que podría haber dado mucho más de sí.

Entre esos aciertos están ese diseño que es todo un homenaje (en pequeño) de la consola original y la adopción de puertos como el HDMI o los USB que "adaptan" la experiencia a los nuevos tiempos. La inclusión de los cables HDMI y USB a Micro USB es de agradecer, pero es una pena que el adaptador de corriente no se incluya aunque Sony entienda que todos los usuarios cuentan ya con uno en casa.

Sin embargo, hay puntos en contra que van haciendo más y más difícil la recomendación de compra a medida que los vamos metiendo en la ecuación. No hay conectividad a internet -imaginad un modo online para algunos de estos juegos hubiera sido grandioso- y la representación de los juegos es quizás demasiado fiel al pasado.

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De hecho los tiempos de carga son sensibles, no hay escalado y las bandas negras laterales, superior e inferior hacen que al final se desaproveche gran parte del área de visión de las pantallas modernas. Es bueno que Sony quiera mantener la experiencia original, pero una opción que diera acceso a un escalado (y quizás suavizado) de los gráficos hubiera sido sin duda interesante.

Esa pega en realidad se queda corta frente a las dos principales. El primero es la lista de juegos no ampliable. No poder ir más allá de la selección de juegos por defecto es un problema claro que impone un sacrificio evidente a los jugadores de esta consola, y aunque quizás aparezcan firmwwares no oficiales que inventen métodos para superar esa barrera, lo ideal hubiera sido que Sony abriese la puerta a dicha opción.

Playstation Classic 19 8

La segunda es el precio: otras consolas retro han aparecido en el mercado con menor precio y con una propuesta muy similar, y aquí los 100 euros que Sony pide por esta consola se nos antojan excesivos.

Es cierto que la presencia de dos mandos ayuda desde el primer momento a disfrutar la consola con amigos y familiares, pero con todo y con eso resulta complicado no compararla con esos otros modelos de la competencia o incluso con modelos actuales: una Xbox One S sale por 200 euros por ejemplo en muchas ofertas actuales.

Las opciones son tantas -puedes conseguir una PS original en mercados de segunda mano sin demasiados problemas- que aquí la propuesta de Sony se enfrenta a barreras importantes. Demasiadas sombras en un producto que quizás da demasiado protagonismo a nuestra nostalgia y no al hecho de que se le podía haber hecho un homenaje aún mejor a una consola que es ya legendaria.

Kobo Forma, análisis: los lectores 'flagship' se cogen con una sola mano

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Kobo Forma, análisis: los lectores 'flagship' se cogen con una sola mano

Kobo lleva ya mucho tiempo demostrándonos que no hay un único competidor en el mercado de los lectores de libros electrónicos. Sus eReaders son asequibles, capaces y cuentan con un catálogo que no habría que subestimar. Lo hemos podido ver con el Clara HD y el Aura H2O Edition 2.

Y ahora podemos echarle un buen vistazo al Kobo Forma, el lector de libros electrónicos premium de la marca del que ya os dimos unas primeras impresiones. ¿Conseguirá este Forma calar entre los lectores más ávidos? La estrategia de vender un lector caro lleva aquí desde hace tiempo, así que no estamos ante ningún pionero si no ante un competidor más. Miremos este Kobo Forma al detalle.

Kobo Forma, especificaciones técnicas

KOBO FORMA, PRINCIPALES ESPECIFICACIONES

Dimensiones

160 x 117,7 x 8,5 milímetros

Peso

194 gramos

Pantalla

Tinta electrónica de 8 pulgadas (300ppp) con temperatura de color ajustable

Almacenamiento

8 GB

Resistencia al agua

Sí (especificación IPX8 , resiste profundidades de 2 metros hasta 60 minutos)

Memoria RAM

512 MB

Batería

1200 mAh, "semanas" de duración dependiendo del uso

Compatibilidad con archivos

EPUB, EPUB3, PDF, MOBI, JPEG, GIF, PNG, BMP, TIFF, TXT, HTML, RTF, CBZ, CBR

Conectividad

Wi-Fi 802.11 b/g/n (Wifi 4)

Conexiones

Micro USB para transferencia de datos y carga

Precio

279,99 euros

No quiero que este análisis sea una comparación constante con él, así que vamos a decirlo sólo una vez y bien claro: el Kobo Forma es extremadamente parecido al Kindle Oasis. Es una respuesta clarísima a Amazon para competir en el terreno de los eReaders caros para aquellos lectores intensivos que busquen las mejores características.

Ahora bien: su precio es unos 30 euros más caro que ese Kindle. Por ese dinero de más obtienes ciertas ventajas, pero con algún que otro sacrificio. Es algo que tendrá que decidir el comprador, así que repasaremos las características del Kobo Forma una a una.

Diseño: el lector de libros más grande que hemos visto

Kobo Forma Dimensiones El Kobo Forma es francamente grande, pero aún así conserva la ligereza clave para que pueda ser sostenido con una sola mano.

Si hay algo por lo que destaca el Kobo forma, eso es su tamaño. Es el lector de libros electrónicos más grande que he sostenido nunca en mis manos, quedándose lejos de los tamaños más "de bolsillo" que estamos acostumbrados a ver en un eReader. Si buscas algo que pueda caber en los compartimentos más pequeños de alguna mochila o bolso, el Kobo Forma no es para ti.

Pero ese tamaño no implica un mayor peso. Los 194 gramos del Forma lo hacen muy ligero para esas 8 pulgadas de pantalla, de modo que podemos aprovechar el diseño con una "joroba" lateral para sostenerlo durante horas con una mano sin que lleguemos a cansarnos nunca.

Kobo Forma Amazon Kindle Oasis El Kobo Forma (izquierda) frente al Amazon Kindle Oasis (derecha). Diferente tamaño, pero misma medida.

Ahí donde no tenemos la "joroba" lateral encontramos muchísima delgadez, 8,5 milímetros que le dan al Forma un aspecto muy estilizado. Aquí también podemos decir que Kobo se ha preocupado por aportar resistencia y cierta flexibilidad al dispositivo, de modo que aún con esa delgadez no hay sensación de fragilidad.

Su acabado en plástico le da una textura más bien suave, no tan metalizada como tenemos en otros lectores. Eso no le da una sensación de fragilidad, de hecho da la impresión que el Forma es capaz de resistir golpes y caídas. Otro punto a favor es que ese plástico tiene un buen agarre, no resbala aún sosteniéndolo con una sola mano.

Kobo Forma Puertos

En la parte lateral más gruesa, el Forma tiene dos botones accesibles desde el pulgar para pasar página. Se pulsan fácilmente y no dan problemas para aquellos que prefieran usar esos botones en vez de tocar la pantalla para pasar página. En el lateral tenemos el botón de encendido y apagado del dispositivo, junto con el conector Micro-USB para cargar el lector.

Otra cosa para destacar del Kobo Forma: su resistencia IPX8 al agua y polvo. Perfecto para que el dispositivo resista el agua, la sal y la arena de una playa, o incluso caídas fortuitas al fondo de una piscina donde la profundidad sea de hasta dos metros.

¿Significa eso que puedes bañarte con el Forma? A nivel teórico sí, pero lo mejor es que nos tomemos esta resistencia IPX8 como un seguro a prueba de accidentes y no para que te sumerjas con él o o dejes en el fondo de una bañera sin preocuparte. En nuestras pruebas la pantalla del Forma deja de funcionar intermitentemente cuando está debajo del agua, pero los botones siguen funcionando sin problema.

Autonomía: "semanas" que nos permiten olvidar el cargador en casa

Algunos fabricantes se atreven a prometer hasta un mes de batería con sus lectores de libros electrónicos. En el caso del Forma, Kobo nos dice que la batería de 1.200 mAh puede durarnos "semanas". Podemos intuir que dado el mayor tamaño de la pantalla quizás no tengamos ese mes entero.

De todas formas, no lo contaría en absoluto como algo negativo. Como en todos los eReaders, la ventaja que tenemos es el bajo consumo de la pantalla de tinta electrónica respecto a las LCD u OLED de las tabletas. Seguiremos pudiendo despreocuparnos de la carga, ya que aunque nos dure 3 semanas en vez de 4 sigue siendo una buena cantidad de días en los que leer libros sin parar.

Pantalla: gran superficie con un cambio de temperatura de color más bien estético

Kobo Forma Sofa

Como decíamos antes, lo que más sorprende del Kobo Forma son sus dimensiones. Su pantalla de 8 pulgadas nos permite leer una gran cantidad de texto en cada página, y la densidad de 300 píxeles por pulgada hace que nos sea imposible distinguir los píxeles en ese texto. Como en todos los lectores con esa densidad, parece que estemos leyendo en papel bien impreso.

Aquí es donde podemos encontrar un punto destacable del Kobo Forma que no tiene ningún otro lector: podemos colocar el lector en posición horizontal para leer el texto en apaisado, de modo que la "joroba" queda debajo. Precisamente por ese diseño preparado para sostenerlo con una mano encontramos esta forma de leer texto un tanto extraña para este lector (nos da la sensación de que no se aprovecha tan bien la pantalla como cuando la sostenemos en vertical), aunque no está mal que se ofrezca como una opción más por si alguna persona lo prefiere así. Sostengamos como lo sostengamos, el Kobo Forma reorientará el texto.

Kobo Forma Horizontal Así se leen los eBooks con el Kobo Forma puesto en horizontal

Con este lector Kobo insiste en su tecnología ComfortLight PRO, pudiendo cambiar la temperatura de color de la pantalla para acomodar la vista en ambientes de más oscuridad y/o en horario nocturno. Teóricamente eso te ayuda a reducir la fatiga visual y a mejorar el sueño, aunque como ya dijimos en su momento no vemos demasiada ventaja cuando la pantalla es de tinta electrónica y ya de por sí no cansa tanto la vista como ocurre con los paneles LCD.

Pero aún con esta temperatura de color modificada o no, el Kobo Forma cumple perfectamente con lo básico que le pedimos a un eReader: comodidad para leer texto en ambientes oscuros y un buen contraste para leer directamente a la luz del sol sin problemas.

Software

Kobo Desktop

Ningún cambio respecto al resto de lectores Kobo en el apartado de los servicios y aplicaciones. Podemos instalar la aplicación oficial del lector en macOS, Windows, iOS, Android e incluso BlackBerry 10, de modo que podemos alternar la lectura de nuestros libros desde prácticamente cualquier dispositivo. Desde las versiones de escritorio puedes sincronizar los libros que adquieras, aunque desde el propio Forma esas compras serán automáticamente detectadas y descargadas.

Kobo Rakuten cuenta con un catálogo de 6 millones de libros, aunque si nos reducimos al idioma español nos vamos a los 130.000 libros aproximadamente. Es un catálogo limitado, que va a ir creciendo poco a poco según nos han contado responsables de Kobo.

Kobo Forma: la opinión de Xataka

Kobo Forma Comics

Reunamos todo lo que hemos visto: el Kobo Forma es un lector grande, ligero y cómodo. Pero también es caro. Sabiendo que la gran mayoría de personas tienen más que suficiente con un lector de gama más baja, orientaríamos este Forma para aquellos que realmente expriman un eReader al máximo y le dediquen muchas horas semanales a la lectura. Es entonces cuando pagar el precio más alto de este lector cobra sentido.

Si pasamos a comparar el Forma con otros lectores de libros electrónicos de gama alta, entonces la diferencia pasa a ser la enorme pantalla de 8 pulgadas. Si la prefieres a pesar de los sacrificios que comporta a la hora de transportarlo (quizás necesitas leer el texto a gran tamaño por problemas de vista), entonces el Kobo Forma puede ser un buen dispositivo para ti.

Motorola One, análisis: el salto a Android One de la línea media de Motorola empieza con muy buen pie

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Motorola One, análisis: el salto a Android One de la línea media de Motorola empieza con muy buen pie

Poco a poco, distintos fabricantes han ido sumándose a la apuesta de Google por su software puro, sin aditivos. Con un inicio algo lento, Android One ha ido ganando adeptos y Motorola ha sido uno de los últimos gigantes en incorporarse. La gama de móviles internacionales de Lenovo ha puesto en el mercado varias apuestas sin personalización, algo que prácticamente ya hacía antes, pero ahora llevan el sello de Android One. El Motorola One ha sido uno de ellos.

El Motorola One entró en el catálogo de Motorola como una línea media, para competir de tú a tú con otros modelos ya existentes en el mercado y portadores de Android One, como el Xiaomi Mi A1 el pasado año o el A2 Lite de éste. Un teléfono discreto en especificaciones pero interesante tanto por rendimiento como por estética, y que pasa por nuestra mesa de análisis para mostrarnos de lo que es capaz. ¿Nos acompañas durante el análisis?

Motorola One, las especificaciones técnicas

Motorola One

Pantalla

LTPS LCD de 5,9 pulgadas
Aspecto 19:9
Resolución de 1.520 x 720

Procesador

Snapdragon 625
Ocho núcleos a 2GHz
GPU Adreno 506

RAM

4GB

Almacenamiento

64GB más microSD

Cámaras traseras

13 megapíxeles f/2.0
2 megapíxeles
Flash LED
Vídeo 4K a 30fps

Cámara frontal

8 megapíxeles f/2.2
Flash LED

Batería

3.000 mAh
Carga rápida TurboPower

Sistema

Android 8.1 One

Conectividad

WiFi 4
Bluetooth 4.2
radioFM
USB tipo C
Chip NFC
GPS, GLONASS, Galileo

Dimensiones y peso

150 x 72 x 7,97 milímetros
197 gramos

Precio

299 euros

Cristal por todas partes, salvo en el marco

Análisis del Motorola One

Poco se diferencian los teléfonos en cuando a diseño en los últimos tiempos, y eso se va trasladando también al apartado de los materiales de construcción. Con el plástico casi extinguido, y el metal recibiendo toques de atención al respecto, el cristal invade el mercado, y en el Motorola One lo encontramos por todas partes salvo por el marco del teléfono, como no podía ser de otra forma.

Bien en peso, bien en ergonomía para este Motorola One que llega con un cuerpo mayoritariamente de cristal

Con la llegada de los móviles sin marcos, más aún si les sumamos el ‘notch’ que invade el mercado como si de un virus se tratase, nos estamos encontrando con teléfonos que aumentan su pantalla pero ese cambio no repercute demasiado en el tamaño. Las 5,9 pulgadas de este Motorola One resultan bastante cómodas tanto en anchura, con 72 milímetros, como en peso, pese a que estemos hablando de un modelo que roza los 200 gramos. El teléfono está bastante equilibrado y no llega a ser molesto en ningún momento, aunque tendremos que ayudarnos de ambas manos para manejarlo. Recordemos, nos movemos en la frontera de las 6 pulgadas.

En cuanto a disposición, el Motorola One es bastante clásico. Tenemos la parte lateral derecha reservada para los botones de volumen y de encendido, en la disposición habitual con el sonido por encima de la energía, y el marco derecho queda únicamente para la bandeja de la microSD y las SIMs, pues estamos ante una bandeja triple para poder activar hasta dos líneas telefónicas. En la parte superior tenemos el jack para auriculares, molesto o adecuado en función de gustos, y la carga se sitúa en la parte inferior, con un USB tipo C junto al altavoz principal del teléfono.

Análisis del Motorola One

Hablamos de un teléfono con ‘notch’ y, por tanto, de unos marcos bastante ajustados. La cámara frontal se sitúa sobre esta ceja que recorta la pantalla en la parte superior, y junto a ella tenemos el flash LED que acompaña al equipo fotográfico. El resto del frontal es todo pantalla, salvo por la pequeña barbilla inferior que contiene el nombre de la marca. La trasera, también limpia salvo la cámara dual, junto a su flash, y el lector de huellas dactilares centrado. Estamos ante un Android One, así que tendremos la marca de Google en la parte baja del teléfono.

Cristal más color oscuro es igual a huellas. Y la capa oleófuga de este Motorola One es mejorable.

Hemos comentado que el Motorola One es un modelo cómodo en mano, pero lo que no resulta es demasiado limpio. Un mal endémico de los móviles acristalados es el de las huellas dactilares, y aquí la capa oleófuga no está demasiado bien resuelta. Si a eso le sumamos que es un modelo en color negro, y que llega a parecer un espejo en función de cómo incida la luz, nos encontramos con un imán para nuestros dedos y también para el polvo y otras manchas. Malas noticias para los usuarios compulsivos y deseosos de tener el teléfono siempre limpio, necesitarán mucha paciencia.

Por lo demás, el One está bastante bien resuelto a nivel de cambios de superficie, con un salto suave entre la pantalla y la trasera con los marcos, pese a un ligero reborde que se agradece para ser conscientes de que no es un teléfono con pantalla curva. Tampoco desliza en mano, aunque en superficies lisas es otro cantar. Menos mal que las cámaras traseras, que sobresalen del cuerpo, nos ayudan a mantener cierto agarre, aunque no colaboren en la estabilidad al no estar centradas. Cómodo en mano y en el bolsillo, estéticamente sobrio y no demasiado limpio durante su uso. Es el resumen que podríamos hacer de este Motorola One de Motorola y Lenovo.

LCD y ‘notch’, tradición y tendencia en un mismo lugar

Análisis del Motorola One

Las tendencias son las que son, y quienes van en contra de ellas tienen el problema de que suelen imponerse, ya sea de forma temporal o permanente. En este momento, el mercado móvil se está moviendo hacia el OLED, ya sea plástico o Súper, curvo o plano, y al LCD empiezan a lloverle críticas algo injustificadas, sobre todo las relativas a la profundidad de sus negros. Algo que modelos de alta calidad han desmentido. Por otro lado, tenemos las cejas o ‘notches’ que invaden el sector, y que son casi imposibles de esquivar salvo por determinadas marcas. En el Motorola One nos encontramos con todo esto, comprimido en un solo teléfono.

5,9 pulgadas con 'notch', tal vez demasiadas para jugar en la liga del HD+

Aquí hablamos de un panel LTPS LCD que alcanza las 5,9 pulgadas de diagonal pese a estar ante un teléfono que sólo mide 15 centímetros de alto. La magia de los móviles sin marcos consiste en eso, y además el panel se estira aún más gracias a la mencionada ceja. Colocándola sobre la pantalla, el aspecto se estira hasta los 19:9, y la resolución HD+ viaja un poco más allá, pasando de los 1.440 píxeles de alto de los móviles 18:9 a 1.520 píxeles de alto. El centro de la parte superior del panel es, por supuesto, impracticable. Es terreno para la cámara frontal.

Este Motorola One tiene una buena pantalla. No será la mejor en resolución ni en limpieza, ni tampoco la mejor en representación de colores, pero desde luego es una buena pantalla. Estamos ante un teléfono con Android One por lo que los ajustes son los que son, y hay que conformarse con la configuración que el modelo trae de fábrica. Una configuración que ofrece unos colores ligeramente saturados, y que tiene un buen nivel de brillo, pese a que en ocasiones, como sacándolo a la luz del sol, echemos en falta un chute extra que sí vemos en otros modelos superiores, y por supuesto en no pocos OLED.

El ajuste de color en el Motorola One El ajuste de color en el Motorola One

Aquí lo único que podemos hacer es activar o desactivar el modo de luz nocturna, que puede programarse y que teñirá la pantalla de tonos anaranjados para, en teoría, que nuestra vista descanse, y poco más. Pero tenemos una pantalla que responde bien a nivel táctil, que ofrece una buena experiencia inmersiva en los títulos adaptados a su longitud y que, además, no consume en exceso en comparación con otros aspectos del teléfono.

Si la densidad de píxeles no es capital para nosotros, la pantalla del One vuela alto. Pero si lo es, nos dejará un sabor agridulce.

No obstante, tiene un fallo que conviene recalcar, y es el hecho de que su resolución se queda algo corta, pues nos movemos en unos 285 píxeles por pulgada. Qué menos, hablando de un teléfono con estas características y precio, que haber subido la apuesta al menos al FullHD+, aunque hubiese repercutido sobre la autonomía general del teléfono, y quizá sobre el rendimiento general.

También cuenta con unos buenos ángulos de visión, y hay que inclinar el teléfono bastante para apreciar aberraciones de color y pérdidas de contraste, por lo que podremos trabajar con él sobre la mesa sin muchos problemas, incluso teniéndolo algo alejado. En general, buena pantalla pese a tener sus puntos grises, y si la resolución no es un problema capital para nosotros. El problema, como de costumbre, es el nivel al que se mueve la competencia, y puede que aquí nos encontremos con un panel ligeramente inferior de media. En el día a día, desde luego, no lo aparenta.

El omnipresente Snapdragon 625 vuelve a la carga

Análisis del Motorola One

Los años no pasan en balde, y el Snapdragon 625 ya lleva un tiempo en circulación. Lo suficiente para que Qualcomm lo hubiese reemplazado directamente por un 626 que no ha tenido ni por asomo su tirada, o por modelos de la línea 63X que parecen formar parte de un segundo plano, cuando debería ser al contrario. No obstante, Google sabe a lo que juega, y aunque nos topemos con un Snapdragon 625 en este One, el sistema se encarga de hacerlo fluido en todo momento, tenemos la sensación, navegando por el sistema, que estamos ante un teléfono superior.

Ayuda también el contar con 4GB de RAM, que mantienen no pocas apps abiertas en segundo plano, pese a que haya que afrontar los clásicos cierres inherentes al propio sistema. Usar el teléfono en el día a día es agradable, todo funciona con bastante velocidad, y probablemente también contribuya la baja resolución del equipo. Pero lo cierto es que a nivel de sistema, todo va bien. Desde un manejo normal hasta el uso de la multitarea, e incluso utilizando dos apps a pantalla partida.

Pese a que el sistema funciona de maravilla, los juegos más exigentes sacan los colores a un Snapdragon 625 que ya siente el paso de la edad

Con apps y juegos normales, entendiéndose “normales” como poco exigentes, ocurre también lo mismo. Los títulos abren a buena velocidad, pese a que alguno puede tardar algo más de la cuenta, sobre todo si estamos ante motores gráficos más “tragones” como Unity o Unreal, y una vez abiertos se ejecutan también de forma fluida. Con las aplicaciones, exactamente igual, incluso haciendo scroll en aplicaciones que manejan grandes cantidades de datos. Todo parece ir bien... hasta que tenemos que apretar al sistema, y el sistema nos pone en nuestro sitio.

Hace un año todo era mucho menos exigente a nivel de software. Hace dos años, aún menos. Hoy las cosas han cambiado, como han cambiado siempre, y los títulos más punteros nos piden a gritos que pasemos a un procesador más avanzado. Clash Royale o Hearthstone hacen que el teléfono sufra. El Snapdragon 625 se siente algo envejecido con títulos algo más ‘hardcore’ y aquí no tenemos ayuda de la RAM. La Adreno 506 llega hasta donde llega, y notamos de forma clara que este Motorola One es un teléfono de línea media, e incluso algo menos dados los tiempos que corren. A nivel de benchmarks, como veremos a continuación, las sensaciones son más o menos idénticas.

Análisis del Motorola One

Motorola One

Moto G6 Play

Nokia 6.1

Xiaomi Redmi 5 Plus

Xiaomi Mi A2 Lite

Procesador

Snapdragon 625

Snapdragon 430

Snapdragon 630

Snapdragon 626

Snapdragon 625

RAM

4GB

3GB

3GB

4GB

4GB

AnTuTu

81.147

57.547

87.557

77.221

78.316

Geekbench (mono/multi)

856 / 4.206

632 / 2.282

833 / 4.142

864 / 4.293

864 / 4.304

3DMark (Icestorm)

13.760

9.563

16.522

-

13.794

PCMark (Work 2.0)

4.909

3.687

4.680

-

3.329

Merece la pena detenerse un poco en el lector de huellas dactilares, que Motorola sitúa en la espalda, centrado con respecto al ancho y desplazado hacia arriba. Un lector de huellas que ha evolucionado con respecto a generaciones anteriores, y que responde de forma bastante más veloz y precisa. Sobre todo teniendo en cuenta que lo hemos puesto a prueba con dedos algo húmedos para ver qué es lo que era capaz de ofrecernos.

La posición es bastante natural con respecto al agarre del teléfono, y el desbloqueo del teléfono se produce de forma muy veloz. En menos de medio segundo, el teléfono está libre frente a nuestros ojos. Si a eso le sumamos el chip NFC para autorizar pagos móviles, y que el Motorola One llega con Google Pay preinstalado, tenemos un teléfono bastante competente en materia biométrica, lo que siempre es de agradecer dado el rango de precios en el que se comercializa. Pagos móviles para todos, o para casi todos.

3.000 mAh, ¿son suficientes?

Análisis del Motorola One

Una de las grandes dudas a la hora de elegir un teléfono móvil radica en su autonomía, y para ello solemos mirar la capacidad de la batería y, si tenemos algo de experiencia, la comparamos con el tamaño de la pantalla. Lógicamente, el componente que más consumo genera sobre el teléfono móvil. Aunque hay más factores que juegan un importante papel en cuanto a la autonomía, como la optimización del hardware y el software, e incluso la cobertura móvil de la zona en la que nos estemos moviendo.

En el caso del One, nos encontramos con una pila interna de 3.000 mAh, no extraíble como en la mayoría de teléfonos actuales, y que tiene que alimentar un panel de 5,9 pulgadas. Aunque la resolución del mismo echa una mano para reducir el consumo, pese a estar ante un panel LCD y no ante uno de los OLED que ahora se popularizan más allá de un par de fabricantes.

Los 3.000 mAh parecen cortos sobre el papel, pero resisten en el día a día

El Motorola One de Motorola nos ha ofrecido una experiencia grata pese a que, sobre el papel, prometía una autonomía reducida. Con un uso medio, y manteniéndonos la mayor parte de la jornada bajo una red WiFi, nos hemos movido en torno a las seis horas de uso de pantalla. Suficiente tiempo para resistir toda una jornada de trabajo, e incluso dejar batería restante para el día siguiente.

Ahorro de batería en el Motorola One

Con un test más agresivo, bien dedicando tiempo a juegos y aplicaciones más exigentes, o pasando parte de la jornada lejos de la WiFi y sometiéndonos a las inclemencias de las redes de datos, la autonomía ha bajado hasta ofrecernos algo menos de 5 horas de pantalla. También para aguantar un día pero aquí sin excesos. En caso de que seamos usuarios más activos, podremos tener problemas a la hora de volver a casa con el teléfono aún encendido.

Lo mejor de esta batería lo encontramos en su sistema de carga: Turbo Power.

Por suerte, disponemos de un sistema de carga rápida propio de la compañía, una evolución del Quick Charge 3.0 que nos ofrece el procesador. Con TurboPower de Motorola, podremos devolver la carga completa al teléfono en sólo 1:15 minutos, aunque los primeros serán clave. Con sólo 20 minutos de carga, el teléfono recuperará en torno al 40% de la energía total, permitiéndonos despegarnos del enchufe otras cuantas horas.

El defecto, aunque puede que muchos no lo consideren así, es que estemos ante un teléfono de cristal que, como parece ser costumbre, no se aprovecha de ello para incluir carga inalámbrica. La ausencia de metal debería invitar a colocar este sistema de carga, práctico pese a ser más lento que la carga por cable, pero en el Motorola One no lo encontramos. Algo a valorar por cada usuario, pero para nosotros es un punto gris.

Android One, como le gusta a Google

Análisis del Motorola One

Google ha ido logrando, con el paso de los años, que más y más fabricantes se vayan sumando a su experiencia pura, al montaje de su sistema operativo sin capas ni aditivos, pero su mayor paso adelante lo ha dado con Android One. Un programa al que Motorola ha sumado dos de sus teléfonos, el One y el One Power, pese a que el fabricante chino ya llevaba tiempo sin maquillar el sistema.

El Motorola One nos llega, por tanto, libre de impurezas, entendiéndose por impurezas todo aquello que contribuya a minimizar la experiencia que Google diseñó para su Android. Eso sí, en la versión 8.1 pues aún no se ha dado el salto a Android Pie, aunque el teléfono lo dará próximamente. De hecho, el One Power ya ha comenzado su propia ronda de actualizaciones.

Pocas cosas sientan mejor a un Android como la versión pura de su sistema. Fluidez sin sobrecargas.

Aún así, nos encontramos con algunos detalles "tocados" por Motorola, como el sistema de gestos incluido en el teléfono, que nos permite agitar el teléfono para encender la linterna, o girar el teléfono rápidamente para hacer una captura. También tenemos otras mejoras, como el sistema de Dolby Audio, configurable desde una aplicación propia del teléfono.

Pero en definitiva, el Motorola One nos ofrece una experiencia completamente limpia de Android, y eso siempre es de agradecer, sobre todo en teléfonos con un hardware como éste que presumiblemente deben sentir más el paso del tiempo que otros más actuales. Sin embargo, a este Motorola One le queda mucha vida sin capas que sobrecarguen su uso. Recordemos que debe llegar al menos hasta Android Q y, ¿tal vez Android R?

Veamos, ¿qué tal se portan estas cámaras?

Análisis del Motorola One

A día de hoy, es raro el móvil que no ofrece una cámara dual en la parte trasera, y algunos modelos la llevan ya con naturalidad al frontal. El Motorola One no es una excepción, y aquí las lentes en la espalda se duplican, y obtenemos el efecto que cada vez más usuarios buscan en este tipo de sistemas: desenfoque selectivo. Bokeh. Fondos desenfocados.

El Motorola One lleva, en concreto, un sensor de 13 megapíxeles y otro secundario de 2 megapíxeles, encargado únicamente de la lectura de profundidad. Aquí no tenemos zoom óptico ni otras ventajas asociadas a los sensores secundarios, tan sólo una cámara cuyo fin es la lectura del segundo plano para que el software del teléfono pueda operar con la mayor cantidad de información posible. Y lo cierto es que el trabajo es de bastante buena calidad para tratarse de una gama media. Un modelo que, a nivel fotográfico, es realmente competitivo.

Análisis del Motorola One
Luz Análisis del Motorola One
Análisis del Motorola One
Análisis del Motorola One
Análisis del Motorola One

Con el Motorola One podemos realizar fotografías muy definidas y de colores vivos cuando hay luz abundante. La captura es rápida, los bordes se muestran nítidos y podemos permitirnos cierto grado de aumento, siempre digital, hasta que aparecen los defectos de forzar un sensor de 13 megapíxeles más allá de sus límites normales. Sacar el móvil del bolsillo y disparar se convierte casi en una costumbre, pues el enfoque es veloz y rara vez obtenemos fotografías movidas o desenfocadas. Motorola ha trabajado bien estos pequeños detalles que mejoran la experiencia de uso de una cámara móvil. Además, el teléfono cuenta con una buena gestión del rango dinámico y resiste bien antes de "quemar" las zonas más oscuras o más claras de una fotografía.

Análisis del Motorola One
Análisis del Motorola One
Análisis del Motorola One
Análisis del Motorola One

El desenfoque, fácilmente activable desde la interfaz de cámara del Motorola One, también es de buena calidad y permite ajustarlo con una barra de desplazamiento a tres niveles. Salvo en alguna ocasión en la que, por contar con demasiados planos u objetos demasiado pequeños, ha habido confusiones a la hora de desenfocar, el One nos muestra un primer plano bastante bien identificado. No hay bordes serrados ni tampoco un desenfoque demasiado forzado del fondo. Por supuesto, también tenemos el modo panorámico, cuyos resultados se han estandarizado bastante en el mercado, y la posibilidad de establecer ciertos recortes a la fotografía mientras la tomamos, y no a posteriori. Como hacerlas cuadradas.

Análisis del Motorola One
Análisis del Motorola One
Análisis del Motorola One

Cuando cae la luz ocurre algo que ya esperábamos, la calidad decae. Sin la luz, la auténtica sangre de las fotografías, los teléfonos de presupuestos reducidos flaquean, y también algunos de mayor precio. El enfoque se hace algo más errático y no tarda en aparecer el ruido, las fotografías se capturan a menos velocidad y, por tanto, es más fácil que se desenfoquen. También se nota dificultad a la hora de plasmar fuentes de luz, como locales encendidos, farolas o faros de vehículos. Sin embargo, esperábamos que todo fuese peor con las especificaciones en la mano, y el Motorola One ha estado mejor de lo que en teoría de corresponde.

Llegamos a la cámara frontal, a un sensor de 8 megapíxeles que nos deja jugar algo en cuanto a recortes pero que, gracias al software del teléfono, nos ofrece desenfoque selectivo. Sí, en el Motorola One también tenemos bokeh frontal pese a contar con una única cámara, aunque su procesado es algo más errático que el desenfoque trasero, tal vez por la propia IA del teléfono. Es un desenfoque que podemos activar o desactivar a voluntad, simplemente pasando del modo normal al modo Retrato, y que trabaja bien los bordes, pese a que el fondo se fuerza demasiado y da sensación de artificialidad. Motorola no trabaja igual el desenfoque con una que con dos lentes, y aquí se aprecia con claridad.

Análisis del Motorola One
Análisis del Motorola One

En cuanto al software del teléfono, Motorola no ofrece una app demasiado destacable en materia fotográfica. Tenemos, como comentábamos, distintos modos de fotografía como el Retrato o el panorámico, y podemos cambiar fácilmente de la cámara trasera a la frontal. Sin zoom óptico, la interfaz de la cámara se hace algo más limpia y todo es bastante intuitivo aunque, como decimos, no hay nada realmente destacable. Una app de cámara correcta, sin más, y con casi todas las opciones accesibles.

La cámara de este Motorola One, o equipo de cámaras siendo más correctos, no va a pasar a la historia por su calidad, pero demuestra que los teléfonos de gama media pueden rendir a buen nivel sin hacer sacrificios demasiado notables. Y, siendo sinceros, los responsables de este One no han puesto las cosas nada fáciles a sus competidores. Buena cámara y sin alardes, siempre siendo conscientes del nivel de precio y especificaciones en el que nos movemos.

El sonido y el Dolby

Análisis del Motorola One

Prestamos mucha atención a las pantallas de los teléfonos móviles, y también a las cámaras, pero el apartado de sonido es igualmente importante. Un buen sonido puede subir el nivel de un teléfono cuando vemos vídeo, ya sea propio o series, cine u otros contenidos por streaming. Un mal vídeo puede arruinar la experiencia y hacernos sentir incómodos. En el caso del Motorola One, la experiencia ha sido algo gris.

El sonido Dolby no ayuda a elevar la experiencia del altavoz del teléfono, aunque sí deja a buen nivel la salida de auriculares

Sí, contamos con el sistema de sonido Dolby pero donde más se nota es en la salida de auriculares. El altavoz, aunque suena a buen volumen, tiende a distorsionar cuando acercamos el sonido a su máxima expresión, y eso que las pruebas las hemos realizado con audios de distintas calidades. Sin embargo, como decíamos, la experiencia cambia cuando hablamos de los auriculares.

Sonido Dolby en el Motorola One

Aquí sí tenemos un sonido a buen volumen y de buena calidad, algo que se puede apreciar con auriculares de mayor presupuesto aunque, por supuesto, este jack de 3,5 milímetros no hace maravillas. Pese a todo, una buena experiencia con auriculares, también con alternativas en Bluetooth. En resumen, bastante bien con auriculares, normal en el altavoz. Eso es un bien alto, ¿no?

Motorola One, la opinión de Xataka

Análisis del Motorola One

Llegamos al final de este análisis y toca hacer un repaso por cada una de las secciones y emitir nuestras conclusiones. El Motorola One cuenta con casi todo para triunfar, aunque también tiene algunos grises en todo lo relativo a su funcionamiento. Principalmente, por un procesador que ya nota el paso del tiempo y que, pese a seguir siendo competitivo, ya no es capaz de dar la talla en las situaciones más exigentes.

La construcción es más que correcta, el teléfono es bonito y elegante, y parece bastante resistente, aunque tendremos problemas con la suciedad y las huellas, un problema para los usuarios más quisquillosos. Pero es cómodo en mano y en el bolsillo, y casi no aparenta las 6 pulgadas que luce, en parte gracias a la reducción de marcos y al 'notch'.

Sin ser perfecto, el Motorola One ofrece una buena experiencia, y se convierte en uno de esos teléfonos que uno llega a echar de menos

En cuanto a las cámaras, bien con luz y normal de noche, con un buen desenfoque y también correcto en la gestión de colores. De noche, todos los teléfonos pierden y el Motorola One también, aunque algo menos que buena parte de su competencia. La cámara frontal también juega a buen nivel para tratarse de un teléfono de línea media.

En definitiva, un móvil que nos ha sorprendido para bien y que, pese a sus defectos, pues los tiene, sabe jugar bien sus cartas y destacar sus virtudes. Desde ya, se convierte en uno de los recomendables de su gama pese a su dura competencia. Tal vez el Motorola One no vaya a pasar a la historia por ninguna de sus especificaciones, pero sí es un móvil bastante equilibrado, y a poco que reduzca su precio puede acabar con un buen número de ventas a sus espaldas. Buen trabajo, Motorola.

7.8

Diseño8
Pantalla7.5
Rendimiento7.5
Cámaras7.5
Software8.5
Autonomía8

A favor

  • Android One, sin duda
  • La carga rápida Turbo Power
  • Buen diseño, pese a las huellas
  • NFC y huella, pagos móviles ON

En contra

  • El procesador está algo "mayor"
  • La cámara es mejorable
  • La resolución es corta

El teléfono ha sido cedido para las pruebas por Motorola. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.

Amazon Echo Plus, análisis: así rinde y suena el altavoz inteligente con Alexa que aspira a que nos olvidemos de sus competidores

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Amazon Echo Plus, análisis: así rinde y suena el altavoz inteligente con Alexa que aspira a que nos olvidemos de sus competidores

Quizá su impacto en nuestra vida no sea tan contundente como el que acarreó la llegada de los smartphones hace ya algo más de una década, pero los altavoces inteligentes también han aterrizado con la firme intención de cambiar nuestro día a día. Para bien, claro. Ya hemos podido probar Home, la propuesta de Google, y también HomePod, el altavoz inteligente de Apple, por lo que no podíamos dejar escapar la oportunidad de probar a fondo el tercero en discordia.

Aunque durante los próximos meses llegarán al mercado los altavoces inteligentes de otras marcas de electrónica de consumo, por el momento quienes «parten el bacalao» son, sobre todo, Amazon, Google y Apple. Sus propuestas ya están en las tiendas y, aunque su ambición no es exactamente la misma, sus prestaciones globales, sobre el papel, son similares. De ahí que el objetivo de este análisis sea triple: comprobar qué experiencia de uso nos ofrece este Echo Plus, identificar qué podemos hacer con él y averiguar si suena realmente bien. Al fin y al cabo, ante todo es un altavoz.

Amazon Echo Plus: especificaciones técnicas

En las imágenes que ilustran este artículo podéis ver que el recinto de este altavoz es un cilindro con el conector de alimentación junto a su base y los botones de interacción en la parte superior. A diferencia tanto del HomePod de Apple como del Home de Google, este Echo Plus no incorpora una superficie táctil. En su lugar recurre a los más tradicionales botones mecánicos, un sistema de control algo menos sofisticado pero igualmente eficaz.

Aunque indagaremos a fondo en sus prestaciones sonoras más adelante creo que es interesante que os anticipe que la forma cilíndrica del recinto de este altavoz es beneficiosa desde un punto de vista acústico porque lo dota de una mayor rigidez y previene la aparición en su interior de ondas estacionarias. Esta es una manera simple y eficaz de reducir la coloración del sonido, que es, sencillamente, una forma de distorsión de la que, en la medida de lo posible, es preferible prescindir.

Amazonechoplusconexiones

El asistente inteligente integrado en este altavoz es Alexa, como cabe esperar si tenemos en cuenta que es un producto de Amazon. Esta inteligencia artificial «habla» español desde el pasado mes de octubre y ya la podemos encontrar en al menos seis propuestas de esta marca, entre las que se encuentran los otros altavoces inteligentes y el enchufe Smart Plug, que nos permite controlar cualquier toma de corriente con nuestra voz.

El único conector físico que encontraremos en el recinto de este Echo Plus, más allá de la necesaria toma de alimentación (es un altavoz compacto y fácil de transportar, pero no es portátil, y, por tanto, carece de batería), es un minijack de 3,5 mm que podemos utilizar para extraer audio e introducirlo en esta caja acústica. En lo que concierne a la conectividad inalámbrica cuenta con WiFi 802.11ac y Bluetooth. Esta última interfaz de conexión contempla los perfiles A2DP, que nos permite transmitir audio desde nuestro smartphone al Echo Plus y desde este último a otro altavoz Bluetooth, y AVRCP, que hace posible el control por voz de otros dispositivos desde este altavoz inteligente.

Por otro lado, al igual que los altavoces Home de Google y HomePod de Apple, este Echo Plus ha sido diseñado para actuar como centro de control de domótica desde el que podemos administrar otros dispositivos compatibles con Alexa que tengamos en casa, como enchufes inteligentes, más altavoces, luces o televisores, entre otras opciones posibles. En este contexto juega un papel importante el estándar Zigbee, con el que este Echo Plus es compatible.

Zigbee es un estándar muy utilizado en domótica que hace posible la comunicación inalámbrica y segura entre múltiples dispositivos implementando enlaces de bajo consumo

Zigbee es una especificación muy utilizada en domótica que define un conjunto de protocolos que hacen posible la comunicación inalámbrica y segura entre múltiples dispositivos mediante radiodifusión digital de bajo consumo. Una forma más sencilla de entender qué es Zigbee consiste en imaginarlo como un lenguaje que facilita la comunicación inalámbrica de varios dispositivos, y que, por tanto, se ajusta muy bien a las necesidades de las instalaciones de domótica.

Esta tecnología tiene varias ventajas que la han ayudado a imponerse a otras opciones que también compiten por hacerse un hueco en el mundo de la domótica, como son lo sencilla que es la electrónica necesaria para hacer posible la comunicación (esta es una ventaja crucial en los dispositivos de pequeño tamaño), su bajo consumo y su topología de malla, que permite que la comunicación entre los dispositivos se mantenga incluso cuando uno de ellos, por la razón que sea, se cae.

AMAZON ECHO PLUS Características
ALTAVOZ DE AGUDOS Tweeter de 20 mm
ALTAVOZ DE MEDIOS/GRAVES Woofer de 76 mm
PATRÓN DE DIFUSIÓN DEL SONIDO 360 grados
ECUALIZACIÓN DEL SONIDO Dolby
MICRÓFONO 7 micrófonos con cancelación de ruido
INTELIGENCIA ARTIFICIAL Amazon Alexa
CONTROL DE DOMÓTICA
CONTROLADOR ZIGBEE
CONECTIVIDAD FÍSICA Entrada/salida minijack de 3,5 mm
CONECTIVIDAD INALÁMBRICA WiFi 802.11ac
CONECTIVIDAD BLUETOOTH Perfil de distribución de sonido A2DP y perfil de control remoto AVRCP
SERVICIOS INTEGRADOS Amazon Music, Spotify, TuneIn y otros
DIMENSIONES 148 x 99 x 99 mm
PESO 780 g
PRECIO 149,99 euros

No es lujoso, pero está bien acabado

Amazon se ha esmerado tanto en lo que concierne al diseño como a la construcción de este altavoz. No tiene un acabado lujoso, sobre todo porque el policarbonato utilizado en el plástico de las partes superior e inferior, aunque no está mal, lo hay de mejor calidad. Aun así, no desentona en un producto que aglutina tanta tecnología y tiene un coste razonable (vale 150 euros cuando está fuera de oferta). Por este precio no podemos esperar un acabado ostentoso.

La malla de tela que envuelve el recinto tiene una trama que me recuerda mucho a la del HomePod de Apple, aunque la rejilla del Echo Plus es más tupida. En cualquier caso, lo realmente importante es que es acústicamente transparente, por lo que apenas debería modificar las ondas sonoras que proyecta la caja acústica hacia nuestros oídos. Curiosamente, la base del altavoz no es de plástico; es de goma. Y me parece una buena idea que los diseñadores de Amazon hayan elegido este material porque su rugosidad evita que el altavoz se desplace por la superficie sobre la que lo colocamos si se nos va la mano con el volumen y la excursión del diafragma del woofer transfiere una parte de su energía al recinto.

La forma natural de interacción con este altavoz inteligente nos invita a utilizar nuestra voz de la misma forma en que la usamos cuando nos dirigimos al asistente de voz de nuestro smartphone. Por defecto la palabra clave que provoca que el altavoz despierte e interprete nuestra orden es ‘Alexa’. Podemos decirle, por ejemplo, ‘Alexa, sube el volumen’. Lógicamente, esto es posible porque el altavoz permanece constantemente a la escucha y despierta cuando pronunciamos la palabra clave.

Amazonechoplusacabado

Es comprensible que muchos usuarios se muestren recelosos dado el hecho evidente de que el altavoz nos escucha constantemente y registra todo lo que decimos. Por esta razón me parece una buena idea que Amazon haya incluido en la parte superior del recinto un botón que nos permite deshabilitar los micrófonos en cualquier momento. Al presionarlo se enciente una luz roja en todo el perímetro del altavoz y, en teoría, los micrófonos dejan de recoger lo que decimos hasta que volvamos a pulsarlo.

Los siete micrófonos que tiene este altavoz se responsabilizan de recoger nuestra voz aunque estemos lejos y haya ruido ambiental

Junto al botón de desactivación de los micrófonos tenemos también otros dos que nos permiten subir y bajar el volumen, así como un cuarto botón «de acción» que sirve para activar el asistente sin necesidad de invocarlo expresamente pronunciando la palabra ‘Alexa’. Si os fijáis cada vez que he hablado del micrófono lo he hecho en plural, y no en singular. Y es que este altavoz inteligente no incorpora un único micrófono para capturar nuestra voz. Tiene siete.

¿Son necesarios tantos? Si queremos que sea capaz de recoger nuestra voz con precisión aunque le hablemos a cierta distancia y desde cualquier dirección, sí. Son necesarios. Pero tener más micrófonos no garantiza que el software del altavoz vaya a ser capaz de interpretar correctamente nuestras órdenes. Para hacerlo posible los ingenieros de Amazon han puesto a punto un algoritmo de cancelación del ruido que consigue anular con eficacia tanto el ruido de ambiente como la propia música emitida por el altavoz para hacer viable que la inteligencia artificial interprete correctamente nuestras peticiones.

Amazonechoplusbotones

Lo he probado en varios escenarios de uso diferentes y con mucho ruido de fondo, con eco, con el propio Echo Plus reproduciendo música con un nivel de presión sonora respetable, y ha salido airoso de todos ellos. Los siete micrófonos y el algoritmo de cancelación del ruido forman un tándem muy válido que contribuye de una forma positiva a mejorar nuestra experiencia como usuarios. Sería frustrante invocar al asistente y que nuestra orden no tuviese ningún efecto si hay algo de ruido o estamos escuchando música. Pero, afortunadamente, esto no sucede. Su respuesta en este escenario de uso, que es muy habitual, es estupenda.

Nuestro smartphone es el mejor aliado de este altavoz inteligente

Ha llegado el momento de que comprobemos qué podemos hacer con un Echo Plus. Como acabamos de ver para interactuar con él solo necesitamos utilizar nuestra voz, pero si queremos sacarle el máximo partido tendremos que instalar la app Amazon Alexa, que está disponible para iOS, Android y Fire OS, en nuestro teléfono móvil. Aunque, en realidad, esto es lo primero que debemos hacer porque el proceso de configuración y la conexión del altavoz a nuestra red inalámbrica se llevan a cabo desde esta app.

Una vez que la tenemos instalada en nuestro smartphone un asistente muy sencillo nos guiará a través del proceso de configuración. En apenas unos minutos lo tendremos listo y conectado a nuestra red WiFi porque no hace falta configurar nada debido a que el altavoz hereda la configuración inalámbrica que tenemos habilitada en el móvil. A partir de este momento podemos interactuar con el asistente de voz con naturalidad, por lo que no nos quedará más remedio que enfrentarnos al primer reto: pedir a Alexa que haga algo por nosotros.

Aquí tenéis una forma sencilla de ir entrando en harina: ‘Alexa, ¿qué puedo decir?’. El asistente nos responderá ofreciéndonos algunos ejemplos que pueden ayudarnos a entender a qué servicios podemos acceder y qué información puede proporcionarnos este altavoz inteligente. Podemos pedirle que nos lea un audiolibro de nuestra biblioteca Kindle, que reproduzca una emisora de radio (el servicio que incorpora para reproducir la radio es TuneIn), que active un temporizador, que ponga una alarma, que nos recuerde algo a una hora determinada…

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Por supuesto, también podemos ordenar a Alexa que reproduzca música. Podemos pedirle que ponga canciones de un género determinado, de un grupo o un cantante en particular, o, incluso, que reproduzca un tema concreto. Por defecto lo buscará en Amazon Music y lo reproducirá, pero si tenemos configurada una cuenta de pago en Amazon Music o Spotify recurrirá a estos servicios porque tienen un catálogo mucho más amplio que el que nos ofrece la modalidad gratuita de Amazon Music.

Si queremos escuchar nuestra música en estéreo y con la máxima calidad posible podemos emparejar dos altavoces Echo Plus y respaldarlos con un subwoofer Echo Sub

Si nuestro servicio favorito no es ninguno de estos dos, o si, sencillamente, queremos escuchar en el Echo Plus la música que tenemos almacenada en nuestro smartphone o tableta lo único que tenemos que hacer es enlazar ambos dispositivos a través de Bluetooth desde la sección Dispositivos de la app Amazon Alexa. También tenemos la posibilidad de emparejar dos altavoces idénticos en tándem para escuchar música en riguroso estéreo, e, incluso, de enlazar uno o dos altavoces Echo con el subwoofer Echo Sub para mejorar la reproducción de las bajas frecuencias.

Y si decidimos hacernos con varios altavoces de la familia Echo, aunque sean modelos diferentes, y los repartimos por nuestra casa se comportarán como un sistema de sonido multihabitación en toda regla. Desde cualquiera de ellos podremos interactuar con los demás, escuchar la misma música en toda la casa a modo de hilo musical u oír una fuente distinta en cada habitación, controlar los dispositivos de domótica compatibles con Zigbee que tengamos instalados y un largo etcétera.

Appalexa2

Un recurso que podemos utilizar para sacar el máximo partido posible a este altavoz inteligente son las skills de Alexa, unas aplicaciones que pueden ser administradas por la inteligencia artificial de Amazon y que nos ayudan a ampliar la funcionalidad de los altavoces de esta marca. Se instalan y desinstalan desde la tienda de skills de la app Amazon Alexa y se comportan de una forma muy parecida a las apps que todos instalamos en nuestros smartphones. Las hay de todo tipo: lectores de noticias, recetas de cocina, partes meteorológicos, herramientas educativas, etc. Nosotros también tenemos las nuestras (Xataka Now, Directo al Paladar y Noticias SensaCine), y, cómo no, os invitamos a probarlas si tenéis curiosidad.

Otra funcionalidad interesante que nos ofrecen los altavoces inteligentes de la familia Echo es la creación de listas personalizadas. Podemos crear una lista de la compra, listas de tareas o cualquier otra enumeración de ideas que se nos ocurra. Para añadir y eliminar ítems solo tenemos que pedírselo al asistente más o menos así: ‘Alexa, añade plátanos a la lista de la compra’. Y listo. Lo interesante de las listas es que podemos manipularlas con nuestra voz interactuando con el altavoz, pero, a la par, se mantendrán actualizadas en nuestro teléfono móvil de forma automática dentro de la app Amazon Alexa. Esto nos permite consultarlas cuando queramos aunque no estemos en casa y no tengamos cerca un altavoz Echo.

Una última función atractiva en la que merece la pena que nos detengamos son las rutinas, que nos permiten asociar una o más acciones a una frase de nuestra elección. Desde la app Amazon Alexa de nuestro móvil podemos programar una rutina que, por ejemplo, provoque que el asistente nos informe acerca del parte meteorológico y el estado del tráfico cada vez que digamos ‘Alexa, buenos días’, o cualquier otra frase que nosotros elijamos. Las rutinas son muy similares a las macros que utilizamos en algunas aplicaciones de ofimática y persiguen ahorrarnos tiempo y esfuerzo en aquellas operaciones que llevamos a cabo con regularidad.

Calidad de sonido: se nota la mano de Dolby

A los usuarios que se decantan por un altavoz inteligente de Amazon y deciden pagar el sobreprecio que representa este Echo Plus, que es la propuesta más cara de la familia Echo, frente al Echo Dot, el Echo Spot o el Echo ‘a secas’, les importa la calidad de sonido. A aquellos para los que esta prestación no es demasiado importante y lo que quieren es utilizar Alexa para controlar la domótica de su casa o llevar a cabo cualquier otra de las tareas que hemos repasado en la sección anterior les encajará mejor, por ejemplo, un Echo Dot, que es mucho más barato y permite que Alexa rinda exactamente igual que en el Echo Plus.

Un woofer de 76 mm se encarga de reproducir los medios y los graves, y de los agudos se responsabiliza un tweeter de cúpula de 20 mm

Es evidente que en Amazon saben que los usuarios que compran su altavoz inteligente más caro esperan que su sonido esté a la altura. Antes de entrar en detalles os propongo que repasemos brevemente su arquitectura. De la reproducción de las frecuencias medias y graves se responsabiliza un woofer de 76 mm, y de los agudos un tweeter de 20 mm, ambos excitados por imanes de neodimio similares a los que podemos encontrar en el interior de muchas cajas acústicas para aplicaciones de alta fidelidad.

Amazon no ha hecho públicas las características de los amplificadores que se encargan de excitar estos altavoces, pero podemos estar seguros de que se trata de amplificadores que trabajan en clase D, que son los ideales para dispositivos compactos que deben consumir poco y disipar el mínimo calor posible. Además apostaría que dentro del Echo Plus residen dos amplificadores independientes. Uno para cada altavoz. En cualquier caso, un dato importante que sí ha sido confirmado por Amazon es que del ajuste fino y la ecualización del sonido se ha encargado Dolby, una compañía con mucha experiencia en este terreno.

Echoplusarquitectura2

Al margen de todo esto, ¿suena realmente bien este altavoz? Sí, lo hace. Si la grabación está medianamente cuidada esta caja acústica es capaz de proyectar en todas direcciones (como os adelanté antes tiene un patrón de radiación omnidireccional) un sonido bastante detallado, con una dinámica muy digna y una distorsión relativamente reducida siempre que, eso sí, no se nos vaya la mano con el volumen. Según mis pruebas con un solo altavoz Echo Plus podemos llenar de sonido una habitación de 40 metros cuadrados. Eso sí, si instalamos dos en tándem estéreo obtendremos un sonido aún de más calidad porque podremos reconstruir la imagen estereofónica original.

De este altavoz me gustan especialmente sus medios y sus agudos. No tienen ni la calidez ni el detalle de un monitor de estudio o una caja acústica de alta fidelidad, pero no podemos exigir estas cualidades a un altavoz de 150 euros que, además, incorpora otras tecnologías que van mucho más allá de la reproducción de música. Su «talón de Aquiles» es, en mi opinión, la reproducción del extremo grave, pero es algo comprensible si tenemos presente lo compacto que es su recinto y el comedido tamaño del diafragma de su woofer. Los graves son dignos, pero no tienen la pegada y la resolución que pueden ofrecernos las cajas acústicas con un recinto más voluminoso.

El «talón de Aquiles» de este Echo Plus es la reproducción del extremo grave, de ahí que si queremos mejorar su calidad de sonido sea buena idea comprar el subwoofer Echo Sub

Afortunadamente, esta carencia tiene solución. Si queremos un grave más contundente y con más detalle podemos hacernos con el Echo Sub, el subwoofer que los ingenieros de Amazon han desarrollado para extender la respuesta en frecuencia de sus altavoces inteligentes. Eso sí, tendríamos que incrementar nuestro presupuesto en 130 euros más, que es lo que cuesta este subwoofer. Si aspiramos a obtener el mejor sonido posible y este gasto encaja en nuestro presupuesto, es una buena idea comprarlo. Pero por sí solo un único altavoz Echo Plus nos ofrece una experiencia sonora convincente y alineada con lo que podemos esperar de un altavoz de su precio.

Amazonechoplusalexa

Antes de concluir esta sección me gustaría compartir con vosotros dos apuntes más. Ahí va el primero: la respetable rigidez del recinto cilíndrico de la que os hablé en los primeros párrafos del análisis es en gran medida responsable de que este Echo Plus consiga mantener la distorsión bajo control incluso con un nivel de presión sonora respetable. En estas condiciones si el recinto no es lo suficientemente rígido, vibra. Y, si lo hace, emite sonido, enmascarando así una parte de la música que queremos escuchar. Cuando sucede esto la calidad del sonido se resiente y nuestra experiencia no es tan placentera.

El último apunte en realidad es un pequeño consejo. Si decidís comprar un Echo Plus y queréis que os ofrezca un sonido de la máxima calidad posible os sugiero que lo coloquéis sobre una superficie estable y con cierta masa. Si lo ubicáis sobre una mesa o una balda fina es posible que cuando subáis el volumen por encima de cierto umbral las vibraciones del recinto se propaguen por la superficie sobre la que habéis colocado el altavoz.

Y, cuando sucede esto, esa misma superficie emitirá sonido y nos encontraremos con el problema de enmascaramiento que he descrito dos párrafos más arriba. Una forma sencilla de resolverlo consiste en colocar el altavoz sobre una pequeña base con mucha masa, de mármol o granito, por ejemplo, de manera que su peso evite la propagación de las microvibraciones. No es necesario en absoluto que esta base sea mucho mayor que la superficie de contacto de la caja acústica, pero es interesante que tenga varios centímetros de grosor (al menos un par de ellos) para que su masa consiga absorber las molestas microvibraciones de las que hemos hablado antes.

Amazon Echo Plus: la opinión de Xataka

Mis sensaciones después de haber probado a fondo durante diez días este altavoz inteligente de Amazon son positivas. La interacción con Alexa es muy placentera gracias, en gran medida, a la eficaz tecnología de cancelación del ruido y el eco que incorpora, y que permite que el altavoz escuche nuestras peticiones incluso cuando hay mucho ruido ambiental. Por supuesto, en este contexto también importa la sofisticación de la inteligencia artificial de Amazon, que, en mi opinión, junto a la de Google está un paso claro por delante de las IA con las que cuentan Apple y Microsoft.

También me parece muy positiva la sencillez del proceso de instalación y conexión del altavoz a nuestra red WiFi. Y, cómo no, su capacidad de permitirnos controlar los elementos de domótica compatibles que tengamos instalados en nuestra casa. Además, la posibilidad de incrementar la funcionalidad del altavoz mediante skills me parece una gran idea. Y, por último, su calidad de sonido global creo que es satisfactoria en un producto de su precio.

Amazonechoplusbase

Aun así, en mi opinión este altavoz tiene margen de mejora. En lo que concierne a su calidad de sonido la compra del subwoofer me parece obligada si queremos que sea capaz de entregarnos un grave con pegada y detalle. Por otro lado el control mediante una superficie táctil como la que tienen el HomePod de Apple y el Home de Google es más resultón y sofisticado, algo que encaja perfectamente con la filosofía de los altavoces inteligentes. Y, por último, el abanico de skills disponibles es bastante reducido, pero es probable que poco a poco vayamos teniendo muchas más opciones a nuestra disposición.

Como colofón solo me queda compartir con vosotros que este altavoz de Amazon es un rival muy digno tanto de Google Home, con el que compite de forma clara por prestaciones y precio, como del HomePod de Apple, con el que rivaliza en funcionalidad y por la experiencia que nos ofrece, aunque está un pequeño paso por detrás si nos ceñimos a su calidad de sonido y su acabado. Eso sí, la propuesta de Apple es mucho más cara (cuesta 349 euros), por lo que, en mi opinión, la relación precio/prestaciones de este Echo Plus es notablemente más atractiva. Si buscáis un altavoz inteligente que os ofrezca una experiencia de uso satisfactoria, un sonido equilibrado y que no sea demasiado caro, este Echo Plus merece aparecer en vuestra lista de candidatos.

Este producto ha sido cedido para la prueba por parte de Amazon. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.

Más información | Amazon

Xiaomi Mi Mix 3, análisis: la pantalla deslizante inicia el camino del diseño sin notch y todo pantalla

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Xiaomi Mi Mix 3, análisis: la pantalla deslizante inicia el camino del diseño sin notch y todo pantalla

A punto de cumplirse ya dos años desde que el Mix original pasase de concepto a producto final, Xiaomi está listo para traer a Europa su Mi Mix 3.

Con la gama de entrada consolidada y el Mi Mix 8 Pro como referente más clásico, el Xiaomi Mi Mix 3 que ya hemos probado en Xataka mantiene el estatus de terminal diferente con algún toque de distinción. En este caso hay que hablar de 10 GB de memoria RAM y una cámara deslizante para evitar tener notch en su diseño sin marcos.

Ficha técnica del Xiaomi Mi Mix 3

A estas alturas del año y a la espera de que el MWC 2019 nos deje los primeros terminales con novedades internas relevantes, el Xiaomi Mi Mix 3 junta en su ficha técnica una base sólida que hemos visto numerosas veces este año.

Xiaomi Mi Mix 3

Pantalla

AMOLED 6,39" 2.340 x 1080, 19,5:9

Dimensiones y peso

15.79 x 7.47 x 0.85 cm / 218 gramos

Procesador

Snapdragon 845

Memoria

6 GB, 8 GB o 10 GB

Almacenamiento

128 GB o 256 GB

Cámara frontal

Dual 24 MP + 2 MP

Cámara trasera

Dual 12 MP (f1.8) + 12 MP (f2.4)

Sistema operativo

Android 9 con MIUI 10

Conectividad

Wi-Fi 802.11 a/b/g/n/ac, dual-band, BT 5.0, NFC, USB-C

Batería

3.200 mAh

Otros

Cuerpo deslizable para desplegar la cámara

Precio

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En el caso del Mi Mix 3, Xiaomi apura en la memoria RAM, donde disponemos de serie de 6 GB, los cuales pueden aumenta a hasta 8 e incluso 10 GB en una versión con acabado cerámico. Para 2019 se espera que llegue al mercado una vuelta de tuerca más en forma de Xiaomi Mi Mix 3 compatible con redes 5G.

Mi Mix 3 Contenido Caja

El nuevo Xiaomi Mi Mix 3 todavía no tiene precio oficial en Europa, y solo puede conseguirse mediante importación a partir de 569 dólares. En nuestro caso hemos probado la versión con 8 GB de memoria RAM y ROM china (solo disponible en idiomas chino e inglés, con numerosos servicios locales y sin los servicios de Google ni la tienda Google Play instalados).

Un diseño sin marcos, sin notch y sin cámaras frontales a la vista

El que el Xiaomi Mi Mix 3 no tenga apenas marcos, lector de huellas delantero ni tan siquiera notch como vamos a ver, lo coloca de lleno entre los ganadores de aprovechamiento de pantalla, con más de un 93% según el fabricante.

La siguiente seña de identididad de los smartphones estará en cómo afrontan el diseño sin marcos pero con cámaras secundarias. Este Mi Mix 3 apuesta por ofrecer un diseño "todo pantalla" real

A nivel de diseño, el Xiaomi Mi Mix 3 es un terminal muy atractivo visualmente. El modelo que hemos analizado tiene un acabado con color verde, muy llamativo por ese tono. Está construido en cristal pero esa combinación presenta el inconveniente de que es un auténtico espejo que además atrae bastante las huellas.

Trasera Cristal

Ese atractivo visual choca frontalmente con la ergonomía del Mi Mix 3. En mano, es un terminal grande pero manejable, y aunque es equilibrado, el peso de casi 220 gramos se hace notar con el paso del tiempo. Pero lo que más me ha preocupado en este tiempo usando el Xiaomi Mi Mix 3 como teléfono principal ha sido que la curvatura de la parte trasera y el tipo de acabado en cristal lo convierten en un teléfono muy resbaladizo en mano. Xiaomi no aprende y es algo demasiado recurrente en sus terminales.

Para mi es casi imprescindible llevar funda, y de hecho, en la caja, además del adaptador para auriculares y cargador inalámbrico, viene una funda rígida de plástico con un buen tacto que mejora mucho el agarre y admite el deslizamiento de la pantalla sin problema.

El Xiaomi Mi Mix 3 dispone de los controles físicos de volumen y encendido/apagado en el lateral derecho, a una altura quizás algo elevada para poder alcanzarlos de la manera natural en que uno cogería un terminal de estas dimensiones. Justo en el lado contrario, a la misma altura que el botón de encendido, encontramos el botón físico para el asistente virtual de Xiaomi, el cual, en la versión que hemos probado con ROM local, solo está disponible precisamente en chino.

Diseno Mi Imix 3

En el futuro, y según nos contó Xiaomi, está previsto que llegue en más idiomas y que incluso sea un botón que pueda ser usado con el asistente de Google, algo que le dará bastante más utilidad de la que tiene en la actualidad.

El resto de elementos de los marcos son la ranura para tarjeta nanoSIM (doble) y el puerto USB-C de carga flanqueado por dos altavoces, aunque como pasa más de lo deseado, solo uno de ellos es real.

La cámara selfie escondida

Para muchos potenciales compradores lo más característico del Mi Mix 3 a nivel de diseño es el sistema de apertura y activación del bloque de cámaras secundarias. Aquí no hay notch que valga, ni grande ni pequeño.

En este diseño Xiaomi ha optado por integrar un sistema por el cual las cámaras aparecen al deslizar la parte trasera del Mi Mix 3 hacia arriba. Diferente y cuidadoso con la privacidad. Esto último es lo único que salva al sistema una vez probado en el día a día.

El sistema de cámara deslizante del Mi Mix 3, tal y como está implementado, no me convence a nivel funcional pero sí que me ha ganado por tema de privacidad

El sistema efectivamente es curioso, sí, pero me temo que tal y como está implementado, es más importante precisamente por lo curioso que por el resultado efectivo.

Para empezar, que la trasera de cristal sea resbaladiza hace que el gesto de deslizar con una mano para "despertar" al sistema de cámaras frontales no funcione más que si hacemos una gran fuerza contra el panel. Bastante fuerza de hecho. Y en todo caso tardamos más en tratar de abrir las cámaras con una mano que desistiendo y pasando a ayudarnos con la otra mano, algo que tampoco se ha convertido en algo natural en este tiempo que he pasado con el Mi Mix 3 de Xiaomi.

Apertura Pantalla

Pero incluso acostumbrándonos, los intentos de abrir el sistema con la pantalla activada hace que en algunas ocasiones acabemos pulsando alguna aplicación y al final, tengamos de nuevo que volver al manejo con dos manos.

El sistema deslizante esconde también un altavoz frontal, el cual, al abrir, nos descubre toda la suciedad que puede acumular al llevar el terminal en un bolsillo del pantalón.

Ese altavoz será el que funcione cuando, al recibir una llamada, deslicemos la pantalla para aceptarla. Sí, como en los viejos tiempos de la telefonía, aunque por ahora, en la versión que hemos podido probar en Xataka, esta funcionalidad todavía no está implementada. Si optamos por aceptar la llamada al modo más actual, no hay problema con el sonido porque justo en el borde contamos con un altavoz plenamente funcional. El sonido claro y alto durante las llamadas es una de las características de este Xiaomi que más me han gustado.

El sistema deslizante para las cámaras parece todavía a medio definir. De hecho, cuando ya estábamos acabando la review llegó una actualización que por fin nos permitía configurar otros usos más allá de la toma de selfies

Respecto al funcionamiento, al entrar en el modo cámara directamente desde el terminal bloqueado, no es posible acceder a la galería de imágenes. Lógico. Sin embargo, el sistema no permite que una vez abierta la cámara, usemos el lector de huellas para identificarnos y poder tener acceso a la galería. Este paso solo es posible si deslizamos hacia arriba e la pantalla y metemos el código PIN, patrón que hayamos escogido o directamente nuestra huella.

Pantalla Deslizante

¿Y si recurrimos al sistema de identificación de rostros? Tampoco. En este caso además, cuando lo activamos, la apertura de la cámara frontal deslizando no nos lleva directamente al modo selfie sino que entra al sistema de manera normal. Es la configuración por defecto para cuando tenemos activado el reconocimiento de rostros, el cual, más allá de los propios avisos de Xiaomi, no nos da mucha seguridad precisamente pese a que sea bastante rápida.

El registro de nuestro rostro se hace solo por medio de una foto, nada de escáner movimiento la cabeza como es habitual. Xiaomi al menos nos advierte de que nuestras sospechas sobre lo insegura de esta identificación está justificada, y de hecho, aunque nadie de mi entorno se pudo hacer pasar por mi, sí que fue bastante sencillo que con una foto reciente, el sistema Face ID de Xiaomi nos diera acceso al sistema. Ojo pues con esto.

El Mi Mix 3 incluye sistema de reconocimiento de rostros muy rápido, pero no es complicado engañarlo ni tampoco funciona (lógicamente) si no tenemos el sistema de pantalla "abierto"

En este tiempo usando el sistema de cámaras deslizante no tengo la sensación de que el esfuerzo merezca la pena por mucho que uno pueda odiar las pestañas en la pantalla. Al menos tal y como está implementado. De hecho, durante la review (en realidad ya finalizándola) nos llegó una actualización del sistema para añadir una opción en los menús del terminal que permite configurar el gesto de apertura y que, además para habilitar el modo selfie, nos deje lanzar una aplicación directamente o el acceso a un panel de control con algunos accesos directos a modo de centro de control.

Deslizador Modos

Por último, del funcionamiento del Xiaomi Mi Mix 3 llama poderosamente la atención la vibración, la más potente que he tenido nunca en mis manos. Tanto es así que en mi caso, que suelo mantener la vibración de teclas y algún elemento activa incluso en modo silencioso, he tenido que desactivarla por lo evidente que era para mi, pero también para el entorno, que la apreciaba incluso acústicamente. Ni que decir tiene del peligro que supone esta vibración tan potente en un terminal que tiende a escaparse por deslizamiento de allá donde lo coloques.

Pantalla fiel al AMOLED y al FullHD+

Salvo por la distinción en el modo deslizante de su cámara, el Xiaomi Mi Mix 3 mantiene la estructura de la gama alta del fabricante para este 2018. La pantalla es otro de esos elementos recurrentes pero a la vez seguro.

La única pega de la pantalla AMOLED del Xiaomi Mi Mix 3 está en un modo Always Display casi anecdótico y que la resolución no suba por encima de FullHD+ en un terminal que quiere ser el más destacado y ambicioso de Xiaomi

El panel del Mi Mix 3 es uno de tipo AMOLED con diagonal de 6,4 pulgadas y resolución que no va tampoco en este modelo más allá del FullHD+ al que Xiaomi no es capaz de renunciar. Teniendo ya el Mi 8 Pro en el mercado, ésta era una buena oportunidad para diferenciar y atreverse con algo más a nivel de resolución.

El panel AMOLED está un pequeño escalón por debajo de los mejores del mercado de Samsung tanto en calidad global como en opciones de configuración. Echamos de menos más contraste, aunque el alto brillo de 600 nits hace que la visibilidad de esta pantalla en exteriores sea muy buena, de las mejores de este año.

Mi Mix 3 Pantalla

Entre las opciones de pantalla encontramos el modo de lectura, que hace más cálidos los colores de la misma, así como el doble toque en la pantalla, modo noche regulable en brillo y color de temperatura, y un modo Ambient Display que podemos programar pero sin más opciones ni controles sobre qué o de qué manera queremos que aparezca.

Para un terminal con panel AMOLED y de esta categoría, esperábamos mucho más en este sentido, como mínimo poder configurar la intensidad de la iluminación del Ambient Display. Son detalles, como el nivel bajo de iluminación de la pantalla en modo automático, en los que uno cada vez se fija más para valorar terminales muy igualados en otros aspectos.

Lo mejor de la pantalla del Mi Mix 3 es que, sin cámaras y usando los gestos para la interfaz, todo el frontal es panel útil para el usuario

De los modos de pantalla hay tres posibles elecciones: contraste automático, contraste potenciado y modo estándar. El modo más correcto es el de contraste automático, pero conviene que ajustemos también algo la temperatura, que por defecto viene algo fría.

Modos Pantalla

De la experiencia multimedia con el Mi Mix 3 nos queda la parte dedicada al sonido. Aquí no hay ya puerto de auriculares, hay que tirar del adaptador USB-C incluido en la cuidada caja de este terminal.

De manera general, el Xiaomi Mi Mix 3 ofrece un sonido de calidad pero sin que podamos colocarlo entre los destacados en este aspecto. Mantiene la personalización según el tipo de auricular que le coloquemos, pero demasiado centrado en sus propios modelos, de los cuales por cierto no viene ninguno en la caja. La experiencia de escucha la podemos ajustar con el ecualizador, el cual solo podemos usar con los auriculares conectados.

Puertos Mi Mix 3

Los altavoces, que como hemos indicado son estéreo pero con una rejilla falseada en la parte inferior del terminal, ofrecen volumen y fidelidad correcta.

Hasta 10 GB de RAM para acompañar al Snapdragon 845

En un terminal que va mucho de cifras, empezando por su precio, la ficha técnica no podía quedar nada descuidada. El Xiaomi Mi Mix 3 se aferra al Snapdragon 845 y una gran cantidad de RAM para atraernos.

El modelo que hemos probado disfruta de 8 GB de memoria RAM, pero hay una versión con 10 GB que es muy tentadora por números. El por qué de tales cifras quizás haya que buscarlo en la optimización del sistema, pues con tareas apenas exigentes ni multitarea, el Mi Mix 3 mantenía ocupados 6 GB de RAM.

Pantalla Sin Marcos

Esta versión de 8 GB de memoria RAM, al igual que la de 10 GB, viene emparejada con una memoria interna de 256 GB (sin posibilidad de ampliar con microSD) que nos da mucho margen de mejora. A priori no deberíamos tener problemas de capacidad por muchas aplicaciones o contenido que almacenemos en nuestro Mi Mix 3.

En el rendimiento del Xiaomi Mi Mix 3, ninguna sorpresa. El terminal cumple de sobra en los test sintéticos y se muestra dispuesto a todo en el día a día. Multitarea, streaming, apps de edición, juegos ... todo es fluido en el Mi Mix 3.

Siendo Xiaomi un experimentado ensamblador, no hay problema alguno en cuanto a temperatura de funcionamiento de los componentes ni zonas problemáticas ni molestas por calor excesivo. Todo dentro de lo normal.

Android 9 con MIUI 10 a los mandos

Con un par de actualizaciones en la semana de uso de este terminal para la review, el Xiaomi Mi Mix 3 me ha demostrado que su llegada al mercado europeo vaya a ser quizás algo precipitada. Para nuestra review hemos contado con un terminal con ROM local, lo que se traduce en una interfaz en inglés pero con muchísima carga de la interfaz y aplicaciones asociada al mercado local.

Interfaz Ingles

Como ocurría hace no mucho con los terminales Xiaomi, ha tocado buscarse las mañas para poder tener teclado adaptado así como los servicios de Google y la tienda Android funcionando.

Una vez logrado nos hemos encontrado un sistema ya actualizado a Android 9 y con la capa MIUI 10 a los mandos. La experiencia ha sido buena a nivel de estabilidad, y aunque no es mi capa favorita, la apariencia cada vez más cercada a Android en elementos como las notificaciones me gusta. Aunque todo ello con las peculiaridades a las que los usuarios de MIUI están ya de sobra acostumbrados.

MIUI 10 mantiene mucho nivel de bloatware, trae la AI de la propia Xiaomi y algunas ayudas bienvenidas como los gestos, lo que nos permite controlar la interfaz con bastante acierto renunciando a los botones clásicos y con ello ganando todavía más espacio de pantalla útil.

Nos lo temíamos: 3200 mAh no son suficientes para la batería

Quizás para que sus terminales de gama alta no pesen en exceso, Xiaomi está optando en casi todos ellos por una capacidad de batería que sobre el papel se presenta como corta para la diagonal de pantalla y pretensiones del terminal.

Ocurre de manera especial en este Xiaomi Mi Mix 3, terminal que pese a su pantalla de casi 6,5 pulgadas, no pasa de los 3200 mAh de capacidad de batería. Esas cifras se traducen en una autonomía muy justa para llegar al final del día con solvencia y sin tener que recurrir al cargador.

El punto débil del Xiaomi Mi Mix 3 está en un elemento demasiado importante: la batería. No más de 4 horas de pantalla no nos garantiza llegar al final del día si somos usuarios intensivos del terminal

En las jornadas en que más le hemos exigido no hemos podido evitar tener que cargar su batería antes de llegar a la noche, con una media de no mucho más de 4 horas de pantalla en ningún caso.

General

La única buena noticia alrededor de la batería del Xiaomi Mi 3 está en el exterior. Concretamente en el cargador inalámbrico que trae de serie, compacto y de 10W para acelerar la habitual baja velocidad de carga de este tipo de tecnología.

La cámara del Xiaomi Mi Mix 3

Con un interior asimilado de los otros gama alta de Xiaomi de este 2018, la parte de la cámara también mantiene una combinación muy conocida y usada por el fabricante chino en este 2018: doble cámara trasera (12 megapíxeles gran angular f/1.8 con estabilización óptica de imagen y 12 MP Tele con apertura f/2.4) pero con la novedad de inclui también un doble sensor en la frontal (24 MP con apoyo de un segundo sensor de 2 MP)

Para controlar ese sistema de cuatro cámaras Xiaomi nos ofrece si clásica interfaz, una de las que mejor equilibra opciones y simplicidad de uso. Los modos se cambian deslizando, incluyendo uno manual, y entre las opciones más a mano no faltan a un solo toque los modos HDR, la AI, el flash o los filtros, y a solo dos toques, otras opciones como el temporizador y la configuración general. Muy bien aquí por parte de Xiaomi.

Screenshot 2018 11 29 06 12 40 836 Com Android Camera

Las fotos que podemos conseguir con el Xiaomi Mi Mix 3 no sorprenden. Si no hay complicados escenarios de luz, los resultados convencen si no necesitamos un detalle muy fino. También pecan algo de saturación excesiva en algunos casos, y ahí la AI no aporta apenas nada.

Ejemplo 1

Estamos acostumbrados a que los sistemas AI aplicados a la cámara detenten la escena y suelo simplemente saturen de forma burda la imagen. En el caso del Xiaomi Mi Mix 3 nos alegramos de que apenas haya un extra muchas veces inapreciable porque la escena se estropearía completamente.

Modo Ai Derecha Sin A la derecha, la imagen modificada por la AI de Xiaomi. Justo, inapreciable.

Otro modo que necesita algo más de trabajo para resultar consistente es el HDR. No debes fiarte de la elección que hace la cámara por defecto siempre, así que hay que armarse de paciencia y trabajar muchas veces con ensayo-error hasta conseguir el resultado deseado.

Por el contrario, un modo que nos ha gustado bastante es el nocturno. Con él conseguimos fotografías con más información en zonas oscuras reduciendo además el ruido, aunque perdemos algo de nitidez y, según el caso, la imagen se torna en algo más artificial si nos acercamos mucho.

Modo Noche Interior Derefcha Modo noche a la derecha

Funciona bastante bien tanto en interiores como en exteriores, pero el disparo tarda unos dos segundos en resultar efectivo, por lo que hay que tenerlo en cuenta.

Modo Noche Exterior Derecha Modo noche a la derecha

El Xiaomi Mi Mix 3 cuenta con un modo retrato que, como ha pasado en las cámaras de Xiaomi este año, cumple sin más. Lo hace mejor en entornos muy iluminados y peor cuando la luz escasea. En ambos casos el funcionamiento no acaba de convencernos porque lejos de adptarse el modo retrato a nuestro encuadre, tenemos que jugar nosotros con la distancia para conseguir buenos resultados, algo que con objetos resulta algo complicado. Mucho mejor tirar de enfoque cercano y profundidad de campo natural gracias a la apertura de la lente principal.

Si optamos por el modo retrato clásico, en nuestras pruebas el recorte lo realiza en general bien, con algún pequeño desliz, pero el desenfoque nos parece algo desnaturalizado según el escenario.

Modo Retrato

Este Mi MIx 3 estrena en el modo retrato la funcionalidad de luz de estudio. Es a priori similar a que ofrece Apple, pero en este caso los efectos apenas cambian la luz sino que se asemejan más a efectos curiosos y que, con paciencia, nos dejará retratos resultones.

Modo Iluminacion El modo iluminación elimina el fondo de la imagen y le añade uno neutro al que aplica curiosos efectos de luz

En cuanto a la cámara secundaria, el Mi MIx 3 cuenta con dos sensores. El principal, de 24 MP, permite obtener selfies con un nivel de detalle alto, incluyendo además un modo retrato con los mismos defectos que en la cámara principal. Trabajo pendiente de software una vez más.

Modo Retrato Y Desenfoque A la derecha, selfie con modo desenfoque sutil aplicado

El Xiaomi Mi Mix 3 nos ha sorprendido muy positivamente con la grabación de vídeo. En los modos 4K y 1080p a 60 fps en ambos casos, el nivel de detalle es alto, el colorido muy acertado y la estabilización ayuda a que podamos movernos con bastante libertad.

Xiaomi Mi Mix 3, la opinión y nota de Xataka

Con un precio no tan ajustado como otros terminales de Xiaomi incluso en la gama alta, el Mi Mix 3 vuelve a repetir estrategia en el catálogo de la marca china. La exclusividad en esta ocasión llega de la mano de los números (10 GB de RAM en la mejor versión) y sobre todo en un sistema deslizante que mantiene ocultas las cámaras secundarias bajo la pantalla.

Pese a las dudas que me genera este sistema y su utilidad real, así como la escasa autonomía a esta alturas, el principal problema del Xiaomi Mi Mix 3 está dentro de su propia casa, donde el Mi 8 y Mi 8 Pro, incluso el PocoPhone F1 por la parte de abajo de su catálogo, son ahora mismo mejores opciones salvo que quieras exclusividad y lógicamente pagar por ello.

8,5

Diseño8,5
Pantalla9
Rendimiento9,5
Software8
Cámara8,25
Autonomía7,75

A favor

  • Pantalla de calidad que de verdad es "todo pantalla"
  • Excelente rendimiento
  • Lector de huellas trasero muy rápido

En contra

  • La cámara sigue estando por debajo de la gama alta de referencia
  • Autonomía insuficiente por mucho que venga con cargador inalámbrico de 10W
  • El sistema de pantalla deslizante no nos convence. Sigue siendo un teléfono que se escapa de las manos sin funda


¿Cuál es el mejor smartphone en fotografía de 2018? Os dejamos elegirlo... A ciegas [actualizado]

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¿Cuál es el mejor smartphone en fotografía de 2018? Os dejamos elegirlo... A ciegas [actualizado]

Hemos corregido un error por el que no se mostraba el cuestionario para el apartado de fotografía nocturna, ahora ya podéis votar. Disculpad el error y muchas gracias a los que nos lo habéis notificado.

Ahora que hace unos días de la publicación de nuestra comparativa fotográfica con ocho de los mejores móviles de 2018 ha llegado el momento de que nos digáis vosotros qué smartphone hace las mejores fotografías. Aunque, como solemos hacer, os lo proponemos en forma de juego y sin que sepáis cuál es cuál en cada caso.

Así, os vamos a mostrar fotografías en varios escenarios hechas con los móviles que ya comparamos pero sin indicar de qué móvil se trata. Tras cada muestra habrá un pequeño formulario para que votéis tras comparar a ciegas cada resultado, y posteriormente publicaremos el resultado de vuestras votaciones y cuál es vuestro podio.

Os recordamos los candidatos que estamos comparando de nuevo, que como hemos dicho son los mismos que enfrentamos en la última comparativa. No están todos los que son, pero son todos los que están, es decir, ocho buques insignia que forman parte de las propuestas para las gamas altas y super altas de los principales fabricantes.

(Os mostraremos en cada una primera foto de control tomada con una cámara que indicaremos en cada caso. Recordad que abriendo cada imagen en una pestaña nueva podréis verlas con mayor detalle, haciendo clic con el botón secundario/tap* mantenido y seleccionando la opción "Abrir en nueva pestaña".)*

Escena general de día

Una de las situaciones más sencillas para las cámaras y sus procesados al haber luz abundante, aunque ya es una buena prueba de cuál hace un mejor trabajo en el detalle de fondo (donde suelen flojear). Nos puede valer para valorar la colorimetría, el balance de blancos, la nitidez, y siempre habrá alguna cuya saturación y resultado general nos guste más.

Control escena día
Fotografía tomada con la cámara Sony DSC-RX10.

A continuación, las fotografías de los smartphones y el formulario para que indiquéis cuál de todas os parece mejor.

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Detalle y colorido

Una fotografía también realizada de día, pero en un plano más corto para que examinéis el detalle y la colorimetría. También podemos ver que el balance de blancos es variable según cada caso, en algunos más cálido que en otro.

Control

Ahora las fotografías de los móviles y el formulario para que indiquéis cuál de todas os parece mejor en este caso.

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Zoom

Entre los móviles que hemos probado hay algunos que disponen de lentes con zoom óptico y otros que no. El Pixel 3 XL, el Sony Xperia XZ3 y el LG G7 ThinQ no lo tienen, pero hemos tirado del digital en el mismo número de aumentos (2x), a ver cuál os parece mejor (y a ver si hay sorpresas).

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Escena interior con luz artificial

Un entorno más complicado y en el que ya suele aparecer el ruido y la pérdida de nitidez. Nos vale también para ver cuál guarda mejor el detalle en cada caso, notando que hay diferencias en el balance de blancos y que unos controlan mejor la exposición y el contraste que otros.

Control

A continuación las fotos hechas con los ocho móviles y el formulario de encuesta para que elijáis la que os parece mejor.

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Escena nocturna en exteriores

La noche pone aún más en jaque a las cámaras de los móviles. Algunos de éstos que hemos probado disponen de modo noche, los cuales ya vimos que sacan instantáneas con más luz sin tirar de ISO exageradas, pero hemos comparado disparos en automático (como los anteriores) para que hubiese igualdad de condiciones.

Control

A continuación las fotografías con los móviles y tras éstas el formulario.

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Retrato

No podía faltar al menos un test del modo retrato, siendo una de las tendencias más marcadas en la fotografía móvil el último año esparciéndose a cámaras frontales y a gamas inferiores. Actualmente ya todos lo de la comparativa disponen de él, más o menos directamente, así que hemos podido ponerlos frente a frente.

Control

Ahora las fotos con los ocho móviles y el formulario para que indiquéis qué fotografía consideráis más acertada.

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¿Habéis votado ya? Si es así os lo agradecemos y ya sólo queda esperar a que publiquemos en unos días los resultados de las votaciones. ¿Habrá ganado el que consideráis de momento el mejor smartphone en fotografía de 2018? En breve saldremos de dudas.

Samsung Galaxy A7 (2018), análisis: la llegada de las tres cámaras a la gama media tiene nubes y claros

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Samsung Galaxy A7 (2018), análisis: la llegada de las tres cámaras a la gama media tiene nubes y claros

Los buques insignia suelen abanderar también muchas de las innovaciones que con el tiempo (y el abaratamiento) pasan al resto de gamas, pero lo de las triples cámaras ha tardado menos de lo previsto y Samsung ya la integra en sus terminales de gama media. El primero, éste que ahora pasa por nuestras manos, os lo mostramos en el análisis del Samsung Galaxy A7 (2018).

Un móvil que supone una renovación total de lo que veíamos el año pasado con el Samsung Galaxy A7 (2017), actualizándose en diseño y diciendo adiós a un frontal que nos llevaba a una Samsung antigua. Sin botón frontal y con tres cámaras traseras, el A7 (2028) representa una de las propuestas para la gama media más llamativas sobre el papel, veamos pues qué tal resulta la experiencia con él y sus ópticas.

Ficha técnica del Samsung Galaxy A7 (2018)

Samsung Galaxy A7 (2018)
Pantalla 6 pulgadas FHD+ super AMOLED
Dimensiones 159,8 x 76,8 x 7.5 milímetros, 168 gramos
Procesador Octa Core 2.2 GHz
RAM 4 / 6 GB
Almacenamiento 64 / 128 GB
Cámara frontal 24 megapixeles FF (f/2.0)
Cámara trasera Lente triple: 24 megapíxeles AF (F1.7) + 8 megapíxeles Ultra Wide (F2.4) + 5 megapíxeles 120° (F2.2)
Sistema operativo Android Oreo 8.0
Batería 3.300 mAh
Conectividad LTE Cat.6, 2CA, Wi-Fi 802.11 a/b/g/n/ac, BT 5.0, NFC
Otros Lector de huellas en el lateral
Precio 349 euros en la web oficial260 euros en Amazon

Samsung Galaxy A7 (2018), review en vídeo

Diseño: la gama media de Samsung ya está por completo en 2018

El cambio con respecto al anterior modelo es tan radical como necesario en cierto modo. Observar el frontal del Samsung Galaxy A7 (2017) era un un intenso déjà vu hacia el Samsung Galaxy S3 (2012), y el A7 (2018) rompe y con mucho de eso: adiós botón físico frontal, hola lector de huellas lateral y hola triple cámara a un lado.

Comparativa A7 2017

Las consecuencias de trasladar el botón al borde lateral a lo Sony (algo que ya vimos en el Samsung Galaxy J6+) son un cambio en la interacción (que comentaremos al hablar de biometría) y lo más visual: que la pantalla aproveche más la superficie. El Samsung Galaxy A7 (2018) tiene un 74,4% de frontal aprovechado por la pantalla, que no es una cifra que destaque especialmente pero resulta una ligera mejora con respecto al 73,6% del A7 del año pasado.

Comparacion Rivales

Así, tenemos la simetría horizontal y vertical que caracteriza (al menos por el momento) a los smartphones de Samsung, no llegando a los finísimos marcos del los Galaxy S y Note, pero actualizando algo más esta serie de gama inferior. El resto de superficies se encuadra en las tendencias que estamos viendo en cuanto a materiales y a acabados, con metal para los marcos y cristal para la trasera, todo reflectante y especialmente llamativo en el modelo azul eléctrico, teniendo un aire quizás algo más juvenil.

El borde es un semicírculo coronado en la parte frontal por el cristal de la pantalla, sin mantener la continuidad que sí guarda con la trasera, bastante más delgada. Ésta es un potente imán de huellas, algo de lo que sólo se libran algunas capas oleofóbicas que logran mantenerse relativamente limpias, como la del iPhone XR.

Samsung Galaxy A7 2018

Otro contra de estos materiales y acabados es que suelen resbalar, y el A7 (2018) no escapa a esto. Sin llegar a lo que nos ocurría con el Sony Xperia XZ3, el Galaxy A7 (2018) es algo resbaladizo sobre todo en sus partes de cristal. Ahí quizás convendría poner más ADN Note en el próximo modelo, porque su primo mayor el Samsung Galaxy Note 9 no nos resbalaba (siendo además más voluminoso).

Al ser más fino que el A7 anterior, logra recortar algo de volumen y pese a lo delgado es cómodo al agarre, pero algo resbaladizo

Hablando de volumen, al ser más fino que el A7 anterior logra recortar algo de volumen. Pese a lo delgado es cómodo al agarre, aunque quizás con este adelgazamiento se haya tenido que recortar en batería integrando una algo más pequeña (hablaremos de ello en el apartado de autonomía).

Samsung Galaxy A7 2018

Para el tamaño que tiene no es pesado y la curvatura de los bordes hace que sea cómodo al sostenerse tanto con dos manos como con una. Además, los materiales transmiten sensación de calidad y de resistir a pequeños golpes y arañazos, hablando tanto de bordes como de frontal y trasera.

Samsung Galaxy A7 2018

Lo que puede que no nos resulte del todo cómodo al principio es la ubicación del lector de huellas si nuestra intención es desbloquearlo cuando sujetamos el móvil co una sola mano. Hablaremos de las particularidades y trucos de este sensor más adelante, pero cierto es que puede implicar que tengamos que adoptar una posición algo menos natural para facilitar la lectura, lo cual no nos pasaba con los Sony que presentaban esta ubicación como el Sony Xperia XZ1 Compact (quizás por ser bordes más amplios).

Samsung Galaxy A7 2018

El borde inferior no es apto para todos los públicos y es un viaje a lo que ya en otras gamas es un pasado reciente: tenemos jack de 3,5 milímetros, microUSB y un altavoz cuyo sonido no sale por varias rendijas sino por una sola hendidura. El minijack es algo irreverente y no queda en el medio del borde como el microUSB, por lo que no hay simetría de ningún tipo en este lado.

Que haya minijack no es quizás la moda pero se entiende menos que la presencia del microUSB. En Motorola dijeron ante nuestra pregunta de por qué el Moto G6 Play integra microUSB y no USB tipo C que aún había un mayor público con la conexión antigua y que les parecía pronto saltar ya en la gama media, pero el Samsung Galaxy A7 (2017) ya introdujo el USB tipo C, así que de algún modo Samsung se lo ha repensado.

Samsung Galaxy A7 2018

A nivel de diseño esto influye poco, a nivel de comodidad algo más. Se entiende la decisión en cuanto a que sea la conexión más popular como dijimos al hablar de todas las clases de cable USB tipo C que hay, pero también es poner en cierto modo el freno a una evolución que parece inminente.

Pantalla: más pulgadas y menos marcos, pero aún queda trabajo por hacer

El AMOLED es inherente a Samsung desde sus inicios y en este móvil no encontramos otra cosa. Una pantalla de 6 pulgadas de diagonal con un prudente y suficiente FullHD+, concretamente de 1.080 x 2.220 píxeles.

Samsung Galaxy A7 2018

El nivel de detalle es aceptable para un móvil de esta gama, siendo la misma que el A9 (2018) y el Samsung Galaxy A6+. Aunque otros móviles rivales tienen una mayor densidad de píxeles con resolución casi equivalente, como el Xiaomi Mi A2.

Samsung Experience ofrece opciones para que podamos ajustar a nivel de temperatura, contraste y saturación un panel que viene bastante bien calibrado

Como buen súper AMOLED de saturación va bien, colores vivos sobre todo si elegimos el perfil Adaptative dentro de los disponibles en los ajustes de pantalla. Samsung Experience ofrece opciones para que podamos ajustar a nivel de temperatura, contraste y saturación un panel que viene bastante bien calibrado, aunque lo que más podremos adaptar es la temperatura y el matiz, ya que la saturación y el contraste vienen preestablecidos con los modos y éstos resultan demasiado cálidos.

Samsung Galaxy A7 2018

En nuestro caso hemos estado cómodos con el Adaptative, que promete una adaptación automática según cambian las condiciones (aunque esto es inapreciable, la temperatura se mantiene equilibrada siempre). Ligeramente sobresaturado, pero no molesta ni desvirtúa y sigue siendo mejor que los blancos casi ocre de los otros perfiles.

En cuanto a opciones de software, comentar que Samsung sigue apostando por su versión de la pantalla ambiente, lo que llaman Always-On. Aplicar el software propio tiene la ventaja de poder ampliar mucho más las fronteras de la personalización, pero no vemos ninguna progresión en este sentido y Always-On sigue siendo "always on" (no podemos hacer que se active al levantar o con un toque) y los widgets siguen siendo los mismos.

Samsung Galaxy A7 2018

El doble toque para activar pantalla es concretamente un doble toque al botón central virtual, tampoco hay evolución aquí (pudiendo extenderlo a toda la pantalla. Ni tenemos la posibilidad de levantar pantalla para activarla y así no tener que despertarla con el botón virtual o el físico para que se inicie el reconocimiento facial.

Eso sí, la calidad del panel es bastante inferior a otros de resolución y tamaño similar. Nos recuerda mucho al del A6+ por manifestar esos degradados multicolor al ladear o inclinar la pantalla; rosas y verdes tiñen el panel si el ángulo de visión se abre un poco.

Samsung Galaxy A7 2018

Con el brillo también tenemos aspectos positivos y otros que no tanto. El nivel de brillo máximo es suficiente para cuando hay mayor incidencia de luz y no hemos tenido ningún problema para visualizar los elementos en el panel, pero el brillo automático necesita entrenamiento urgente: tiene un comportamiento bastante irregular, variando sin siquiera tocar el móvil mientras vemos vídeos o hacemos fotos, compensando de manera lenta y poco acertada en los cambios de iluminación (sobre todo cuando pasamos a un entorno menos iluminado).

Bien en cuanto a sensibilidad táctil y con bordes que logran menguar con respecto a su antecesor, no queda mal en aprovechamiento del frontal sin llegar a destacar. Una lástima los degradados y el brillo automático ya que podría dar una mejor experiencia, sobre todo si de algún modo pudiésemos evitar que bajase tanto al llegar a cierto porcentaje de batería (sin que haya activado ningún protocolo de ahorro=.

Samsung Galaxy A7 2018

Rendimiento: una potencia suficiente pero algo enmascarada

Como hemos recordado con la ficha técnica al inicio del artículo, aquí tenemos una de las propuestas de Samsung para la gama media, para la cual encontramos distintas opciones a nivel de procesador. Este A7 integra un Exynos 7885 respaldado de 4 GB de RAM, procesador de la casa con la memoria más habitual en la actual gama media.

Es un procesador de ocho núcleos (seis a 2,2 gigahercios y dos a 1,6) que no tiene sobre el papel mucho que envidiar a los Snapdragon equivalentes, pero no todo son números, ni frecuencia, ni CPUs. La potencia es suficiente para mover las apps habituales y hemos podido jugar con normalidad, pero hay algunas salvedades en la experiencia.

Salvedades que probablemente se deban a un software demasiado exigente (o demasiado poco pulido). Mientras no hemos visto retrasos en la carga de apps pesadas, sí los vemos continuamente al cargar la cámara o Bixby Home. El hecho de encontrarlo en cargas puntuales y en usos que implican casi únicamente al software de fábrica hacen pensar que esto es un factor a mejorar, y no tanto el hardware.

Samsung Galaxy A7 2018

Parte de ello lo vemos si echamos un ojo a los números de los benchmarks. Éstas no son prueba infalibles, pero pueden servir como una referencia de que la combinación de componentes de Samsung para el Galaxy A7 (2018) en principio debería de funcionar de manera similar a otros equipos con software distinto (propio o Android One).

Samsung Galaxy A7 (2018)

Xiaomi Mi A2

Nokia 7 plus

Motorola One

BQ Aquaris X2 Pro

Nokia 7 Plus

OPPO R15 Pro

Procesador

Exynos 7885

Snapdragon 660

Snapdragon 660

Snapdragon 625

Snapdragon 660

Snapdragon 660

Snapdragon 660>

RAM

4 GB

4 GB

4 GB

6 GB

4 GB

4 GB

4 GB

AnTuTu

121.712

127.610

141.522

81.147

141.550

141.522

130.779

GeekBench (Single/multi)

1.524 / 4.415

1.626 / 4.286

1.645 / 5.909

1.524 / 4.415

1.642 / 5.763

1.645 / 5.909

1.272 / 3.830

3D Mark (Icestorm Unlimited)

15.242

22.461

26.348

15.242

26.415

26.348

27.345

PCMark (Work 2.0)

5.410

6.332

6.177

5.410

6.064

6.177

8.440

Así, aunque hablaremos más en detalle del software en el siguiente apartado, podemos comentar aquí que hay algo de lag puntual en la carga de apps propias como las que hemos comentado (cámara, Spotify, Bixby Home, etc.) y también en la acción de los botones y el teclado (no es cuestión de sensibilidad del panel). Al volteo de pantalla a vertical u horizontal también le cuesta un poco, por lo que es posible que Samsung Experience pueda pulirse un poco más y que la experiencia que da un buque insignia de Samsung tampoco quede tan necesariamente lejana.

Software: nada nuevo bajo el sol de Corea del Sur

Tablets, smartwatches y móviles. Nada sale de las fábricas de Samsung con un software que no sea el suyo y aquí en el Galaxy A7 (2018) encontramos Samsung Experience en su versión 9.0 sobre Android Oreo 8.0. Aunque no es una capa nueva y la hemos repasado en análisis previos, no vamos a perder las costumbres y repasaremos un poco su estética, sus apps y sus funciones.

Samsung Galaxy A7 2018 Justo antes de iniciar el sistema por primera vez, el software nos deja elegir qué apps propias de Samsung deseamos instalar (las de Google aparecerán sí o sí).
Samsung Galaxy A7 2018 El escritorio y el cajón de apps, tal cual aparecen tras el pre-load del sistema.

Es una de las capas que también ha reducido las apps propias que ofrece o que instalar, aunque seguimos encontramos alguna como la tienda de apps propias y nos sugerirá instalar y usar Samsung Health. También los servicios que Google aún obliga a poner, aunque como ocurre con algunas de las de Samsung podremos borrarlas.

De terceros hay bien pocas y, aunque no vamos a poder elegir si instalarlas o no, posteriormente podremos borrarlas. Al final no hay mucho bloatware y si las apps preinsataldas que ofrece no nos apañan no cuesta mucho personalizarlo desinstalándolas o desactivándolas.

Samsung Galaxy A7 2018

Los ajustes son algo distintos a los que muestra Android en su versión “pura”, pero son relativamente intuitivos. Aquí encontramos opciones para personalizar la pantalla que hemos comentado en su correspondiente apartado, así como una sección que engloba las herramientas para mantenimiento que incluye la información sobre la autonomía y el consumo energético.

Samsung Galaxy A7 2018

Estas apps propias ayudan a que el usuario tenga una noción más exacta de lo que se está ejecutando, de qué está siendo más responsable de que baje el porcentaje de batería disponible y de qué mantiene más ocupada a la RAM o al almacenamiento. Hay botones para liberar la memoria o bien evitar segundos planos, siendo en realidad vías rápidas para cerrarlo casi todo (así que mejor pensarlo antes de pulsar).

Samsung Galaxy A7 2018

Las apps pueden distribuirse en cajón de apps o bien en un escritorio único, teniendo opcional la pestaña de Bixby Home (o lo que viene a ser el Google Now de Samsung). No hay Bixby per se para lo que queda fuera de lo Galaxy S o Note, así que en este terminal tendremos Bixby Home y Bixby Vision, sin el asistente.

Bixby Vision tiene una utilidad relativa y si nos acostumbramos puede sernos cómodo obtener así información o traducir textos. Bixby Home es la típica pestaña resumen, personalizable hasta cierto punto, que puede ser una vía para conocer de un vistazo nuestra agenda, la actualidad o tener accesos rápidos a la galería o Spotify, aunque como hemos dicho la carga suele ser lenta (sea cual sea el tipo de conexión).

Samsung Galaxy A7 2018 Bixby Home.

Así, Samsung Experience es una capa bastante completa, aunque hay algunos detalles que se echan en falta con respecto las de otros fabricantes. Always On (lo que sería la pantalla ambiente) sigue ofreciendo poco (por ejemplo, no podemos configurarla para que se active con el movimiento, ha de estar permanentemente o no estar) y no hay opciones avanzadas de sonido, aunque lo preocupante es ese lag que asoma de vez en cuando (pero ya demasiado).

Tampoco hay gestos para que la navegación pueda no depender de la barra de botones, de modo que se aprovecharía mejor la pantalla. Pero sí podemos ocultarla y sacarla con un swipe corto (aunque si lo hacemos con una app tipo timeline probablemente demos también un empujón a ésta).

Samsung Galaxy A7 2018

Biometría

El A7 (2018) evoluciona un grado a nivel de desbloqueo con respecto al del año pasado al incorporar desbloqueo facial. Mantiene la lectura de huellas, pero cambiando la forma y ubicación del sensor, y esto puede no ser una mejora al 100% en la práctica.

¿Por qué? Por el diseño y la sensibilidad. El registro de la huella ya nos anticipa que probablemente tengamos que posar la huella bien colocada, es decir, nada de ponerla parcialmente o cubriendo gran parte de la superficie.

Samsung Galaxy A7 2018

Y así es, en la práctica tendremos que cubrir todo el lector, aunque si registramos bien la huella no importará si colocamos el dedo en vertical u horizontal. Esto, no obstante, hará que a veces la lectura no sea eficaz si lo intentamos con el índice que cae de manera natural ahí al sostener el móvil con la mano izquierda (sobre todo si nuestros dedos son cortos), y tengamos que colocar bien éste u otro dedo.

Cabe remarcar que la lectura y desbloqueo se produce sin necesidad de activar la pantalla y sólo posando el dedo; si pulsamos el botón (el clic) lo que haremos es volver a bloquear el terminal y puede que nos sumerjamos en un bucle de desbloqueos y bloqueos. Si ante un primer intento no exitoso, lo práctico es intentarlo con otro (a ser posible de la mano que no sujeta el teléfono).

Samsung Galaxy A7 2018

Así, ante esto la opción "rápida" quizás parezca la lectura de rostro, pero ésta también tiene bastante margen de mejora. Nos reconoce aunque añadamos gafas, pero sí necesita activación de pantalla (no vale con levantar o con el Always On activo), no es especialmente rápida y en baja luz no suele hacer una lectura eficaz.

Fotografía

Parece que aquella guerra por los megapíxeles en la fotografía móvil ha vuelto en cierto modo amoldada a la del número de cámaras que parecemos estar presenciando. De tal modo que este Samsung Galaxy A7 (2018) trae la triple cámara trasera a la gama media, junto con las cuatro de su hermano el A9 (2018).

En este caso tenemos una lente de 24 megapíxeles con apertura f/1.7, otra de 8 megapíxeles gran angular con apertura f/2.4 y una tercera de 5 megapíxeles con 120 grados de ángulo y apertura f/2.2. La de 8 megapíxeles tendrá su protagonismo al proporcionar fotografías con encuadres de mayor ángulo y las otras dos se ocupan del modo retrato (además de la fotografía general en caso de la principal), en teoría también de mejorar las fotos de baja luz (en caso de la de 5 megapíxeles).

Samsung Galaxy A7 2018

También hay supuesta participación de la inteligencia artificial en la fotografía de este móvil, aparentemente centrada en la identificación de escenas que tiene su propia pestaña en la app. Aunque para ello mejor que nos demos nuestro habitual paseo por ella, echando un vistazo a sus posibilidades.

App de cámara

Samsung mantiene la app que llevamos viendo unos años de la mano de Samsung Experience y que comparte interfaz y muchas de las pestañas con la de los móviles más potentes de la marca. Tenemos pues navegación por secciones a modo de pestañas con swipes a un lado y a otro, pudiendo pasar del modo automático al de identificación de escenas, al pro, el modo de enfoque selectivo, panorámica, belleza y los de vídeo.

Samsung Galaxy A7 2018

El HDR se encuentra como de costumbre en los ajustes, teniendo que ir hasta éstos para activarlo o dejarlo automático. Se encuentran dentro de la app de cámara y se abren en una sección u otra directamente según desde qué cámara los abramos.

Sería bastante más cómodo que esta opción tuviese su acceso rápido desde la interfaz principal. ya que como veremos a continuación el disparo con alto rango dinámico puede ser bastante agresivo (para bien y para mal), cambiando de manera notable el resultado de la fotografía. El modo manual también es algo limitado con respecto a otros smartphones de gama mayor, ya que no dispone de enfoque manual y sólo podremos cambiar ISO, balance de blancos y exposición (aunque mantiene la opción de elegir medición matricial, central o puntual).

Samsung Galaxy A7 2018

Como hemos comentado en los apartados anteriores, presenta algo de lag en la apertura y un poco al cambiar de pestañas, pero no llega a ser molesto y tampoco hay muestras de inestabilidad ni otros problemas que empobrezcan la experiencia. Es bastante intuitiva y los modos de cámara lenta y demás son fáciles de usar.

Cámaras traseras

Eñ notorio semáforo trasero de lentes que integra el A7 (2018) promete una experiencia distinta, no tanto en posibilidades sino también en calidad. El gran angular ha sido quizás la opción que menos se había popularizado a la hora de combinar con la cámara principal, pero este año hemos visto cierto auge y más fabricantes que han optado por ello en vez de/además de por un teleobjetivo.

Es lo que tenemos en este A7, con su botón directo a lo LG, y esto permite que tengamos fácilmente fotografías con gran angular. La calidad de éstas es algo menor que las que hacemos con la lente principal, presentando menos detalle, aunque en cuanto a exposición y balance de blancos no experimentan variación.

Samsung Galaxy A7 2018 Fotografía en modo automático

Así, con iluminación favorable tenemos tomas aceptables, bien defendidas a nivel de colorimetría y nitidez en primeros planos y ya con algo de pérdida de detalle en fondos y planos más generales. Los objetos alejados presentan cierto exceso de contornos y menor nitidez, quedando ese efecto "dibujo" sobre todo si la luz es menor.

Samsung Galaxy A7 2018 Foto en modo automático.

El HDR es, como decíamos, bastante agresivo. En espacios abiertos y con abundancia de luz el efecto es demasiado exagerado aunque efectivamente recupere más información de las luces. Esto hace que la toma quede más expuesta, pero que se eche en falta parte de la sombra que la escena tiene y que "corrige" sin que esto sea en realidad subexposición.

Samsung Galaxy A7 2018

Mejor resultado en interiores, donde la combinación de disparos del HDR ayuda a definir mejor los contornos gracias a equilibrar mejor las sombras y las iluminaciones. Conviene pues jugar con la activación manual más que confiar en el HDR automático, dado que en algunos contraluces diurnos se activaría y probablemente no nos compensase.

Samsung Galaxy A7 2018

Una de las cámaras secundarias está centrada según el fabricante en el disparo a baja luz, pero no vemos una mejora notable. No hay ningún modo noche en este caso, pero probando per se la fotografía nocturna vemos que se llega a defender si hay luz abundante, pero que de otro modo la falta de detalle es bastante notable y el disparo se enlentece considerablemente (hay que ser algo más pacientes a la hora de mantener quieta la cámara).

Samsung Galaxy A7 2018
Samsung Galaxy A7 2018

Si de noche esta tercera cámara no brilla, ¿lo hace con el modo retrato? En realidad no demasiado. Lo mejor es ir practicando con la selección de desenfoque manual que dispone la app, siendo recomendable no abusar para que quede un resultado más equilibrado (ya que sin optamos por el máximo desenfoque obtendremos tomas con demasiadas aberraciones y contornos completamente diluidos).

Samsung Galaxy A7 2018 Modo retrato.

Mucho mejor resultado con mejor iluminación siempre. Cuando nos encontramos en interiores, aunque no estén mal iluminados, la falta de detalle es considerable y en ocasiones el primer plano ya tiene demasiadas acuarelas.

Samsung Galaxy A7 2018 Modo retrato.

No obstante, es bastante versátil y salvo de noche se activa en todo tipo de escenas. Hay que respetar la distancia que nos indica en pantalla, aunque podemos ir probando enfocando manualmente y variando el encuadre y la inclinación para que nos acepte una toma. Y el desenfoque podrá editarse a posteriori, así como la curvatura de la lente en las fotos con gran angular.

Aunque no se trate de algo relacionado con la calidad fotográfica, cabe al menos comentar qué tal funciona Bixby Vision en este smartphone. El análogo a Google Lens de Samsung nos sirve para que la cámara sea una especie de mirada "inteligente", proporcionando algo de información sobre lo que estamos enfocando y sirviendo para leer códigos QR, identificar texto o traducirlo a tiempo real, y funciona bastante bien y rápido.

Samsung Galaxy A7 2018

Cámara frontal

El gran angular también llega a la cámara frontal a su manera, con selfies panorámicas que podremos hacer ladeando el terminal. Aquí también conviene comprobar primero el procedimiento, sobre todo si queremos obtener autofotos centradas (y mirando a cámara).

Suelen ser fotografías con una exposición algo menos compensada que la fotografía en automático y menor detalle, pero que dan ese efecto de cámara gran angular o de acción y sin fotos algo distintas. Hablando del modo automático, las tomas se defienden de manera aceptable a nivel de detalle si la luz abunda, con cierto exceso de contraste en interiores.

Samsung Galaxy A7 2018 Disparo en modo automático.

También hay modo retrato, esta vez sin ayuda de una óptica secundaria, pero que suele funcionar en gran variedad de resultados. También de noche, aunque en este caso la calidad es muy baja y compensa no usarlo.

En general es una cámara que tiene un resultado aceptable, aunque podría mejorar bastante en cuanto a guardar el detalle. De noche es más lenta y este problema es obviamente mayor, pero tampoco vemos un resultado por debajo de lo esperado.

Vídeo

Como hemos comentado, el A7 (2018) tiene varios modos de vídeo, pudiendo grabar como máximo con resolución FullHD. Dispone de estabilización de imagen electrónica que estará disponible salvo que se grabe en 18,5:9 y 1:1.

La calidad del vídeo es buena, con colores fieles a la realidad y una buena compensación de la exposición ante los cambios de encuadre y entorno. El rango dinámico es bajo y los cielos podrán salir algo quemados en el caso de la cámara frontal, pero salvo contraluces y escenas complicadas en la cámara trasera se defiende bien.

El enfoque automático falla bastante en interiores y tendremos que ayudar con nuestros taps. Aquí subexpone ligeramente, pero aún así son tomas que se salvan, con mas ruido y menor detalle pero dentro de lo esperado.

La estabilización es bastante agresiva y deja un efecto bastante postizo, así que tratándose de estabilización electrónica podría corregirse para que fuese más fluida y suave o que al menos se pudiese desactivar en cualquier formato. La captura de audio es buena, sin problemas en ninguna situación.

La cámara superlenta graba con un máximo de 720p y podemos hacer clips de unos segundos. No hay opción manual para la captura, de modo que al pulsar grabar se realizará un vídeo que finalizará automáticamente, con la posibilidad de editar y añadir música desde la app propia.

La cámara frontal, como hemos dicho, tiene peor rango dinámico. No obstante, da buen resultado en variedad de escenarios, defendiéndose bien a nivel de detalle y manteniendo el ruido a raya en exteriores y entornos bien iluminados, no tanto en interiores y de noche.

Autonomía: aprobando pese a haberse reducido

Del modelo del año pasado al de éste hay bastantes cambios y entre ellos el de la batería. El Samsung Galaxy A7 (2017) integraba una pila de 3.600 miliamperios/hora mientras que en esta edición vemos una batería de 3.300 mAh. Veamos cómo sienta este pequeño descenso en capacidad sobre el papel.

Samsung Galaxy A7 2018

Como solemos recordar, la autonomía no depende sólo de esta característica física de la batería, sino que influyen otros muchos factores como el propio uso o qué conexión usemos. También el software del terminal o el rendimiento del hardware restante, con lo que se puede optimizar algo más si la electrónica es austera en este sentido y si el software está optimizado para no consumir más de la cuenta.

Con todo esto sumando la experiencia a nivel de autonomía en el Samsung Galaxy A7 (2018) es buena, sin sobresalir. Suele llegarnos a durar la jornada entera, llegando con un 15% más o menos al finalizarla según el uso que hayamos dado (o teniendo que cargar ya si éste ha sido muy intenso).

Samsung Galaxy A7 2018

De media nos da unas 23 horas de autonomía, con unas cinco horas de pantalla. Como decimos, no es un rendimiento llamativo, pero no supone tampoco que dependamos del enchufe o de cargadores externos y una carga nos da para aguantar bien el día.

La carga se completa en unas dos horas y 20 minutos con el cargador que se entrega (de 0 a 100% con el móvil apagado), y como hemos ya comentado se trata de microUSB estándar. Sería interesante que soportase carga rápida, aunque tampoco se trata de un tiempo de carga excesivo teniendo en cuenta la capacidad.

Samsung Galaxy A7 2018

Sonido: sacando partido al minijack

No hay aún restricción a nivel de conexión en este gama media de Samsung y si tenemos nuestros auriculares con minijack de 3,5 milímetros podremos seguir utilizándolos en el Galaxy A7 (2018). Si tiramos de salida externa tendremos un único altavoz en la ubicación que hemos mostrado antes, justo al lado del USB.

La calidad es aceptable en general, hablando de música, radio o conversación telefónica (por el auricular). Hay bastante margen de mejora en rango dinámico y se echan en falta bajos, y siempre será mejor que no lo dejemos al máximo de volumen porque la calidad se compromete.

Samsung Galaxy A7 2018

Hay muchas más opciones de mejora a nivel de software para auriculares, tanto conectados físicamente como inalámbricos. Podemos activar el Dolby Atmos para un sonido más envolvente, aunque puede que no nos guste ese efecto casi más de reverberación que de envoltura que al final experimentamos con él.

Para quienes dominen algo más estos aspectos hay un ecualizador, básico o avanzado, que permite ajustar a la carta el sonido. Si no también hay algunas opciones más, como el amplificador de tubo simulado o el efecto auditorio, así como la posibilidad de personalizar el perfil de sonido.

El amplificador de tubo Pro simula el efecto que haría uno real, lo cual se traduce a algo más de intensidad sin que haya carraspeos o pérdida de calidad (y casi conviene tenerlo activado). El efecto auditorio es cuestión de gustos, y será una opción a considerar si nos gusta tener un extra de reverberación y eco.

Samsung Galaxy A7 2018

El sonido adaptado logra dar una mejor experiencia con respecto al ajuste automático. Se trata de un test con pitidos, de modo que hemos de ir respondiendo si lo oímos o no y esto le da pistas al software para que sepa qué compensar en cada oído.

Samsung Galaxy A7 (2018), la opinión de Xataka

La diferenciación es quizás el fin primero en la gama media, donde la competición se ha puesto mucho más difícil con la llegada de POCOPHONE y su precio de gama media con alguna característica de la alta, sumándose a la tradicional oferta de Honor que siempre ha jugado esta carta de acercar lo de las ligas mayores a precios más ajustados.

Samsung Galaxy A7 2018

La gama media de Samsung en su familia A ha ido a por esta diferenciación tirando de cámaras traseras: que las tres cámaras no sean propias sólo de ciertos buques insignias, adelantándose a los suyos propios. Aunque al final la experiencia tampoco ha sido lo espectacular que esperábamos, siendo aceptable y con algunos añadidos interesantes.

Es un móvil muy cómodo y ligero pese a no ser pequeño, con un aspecto quizás algo más desenfadado y juvenil al menos hablando de este color azul eléctrico. Los materiales son resistentes y tiene un bonito juego con las luces en su reflejo, aunque es una lástima que el cristal sea un imán de huellas continuo y que esto en la práctica tampoco acabe de lucir.

Samsung Galaxy A7 2018

Samsung Experience aporta unos extras que salpimentan la experiencia que tendríamos con el software de Google sin añadidos, pero da la impresión de que aún pesa demasiado para esta combinación de hardware y de que habría más trabajo que hacer en cuanto a optimización y pulir rendimiento. Al menos disponemos de 4 GB de RAM, lo cual es en cierto modo el mínimo de memoria que se espera actualmente en un gama media competente.

Samsung Galaxy A7 2018

Es pues una propuesta interesante a nivel de fotografía y estética, aunque no queda la sensación de que aquí pueden lucirse algo más puliendo el software para que las ópticas den un resultado no sólo a la altura de lo esperado, sino que logre diferenciarse más con la competencia. Veremos si los futuros A7 mantienen esta triple cámara trasera, se suben a las cuatro del A9 o vuelven a las dos cámaras que ahora ya parecen el pasado.

8.2

Diseño8,5
Pantalla8
Rendimiento8,75
Cámara8
Software8
Autonomía8

A favor

  • Muy cómodo y ligero. Los materiales son resistentes y está bien construido.
  • Con 4 GB de RAM los componentes dan un rendimiento suficiente para cualquier tarea.
  • Samsung Experience da opciones interesantes a nivel de personalización que complementan lo que daría solamente el software de Google.

En contra

  • La propuesta de las tres cámaras es atractiva, pero el resultado queda por debajo de las expectativas.
  • El sonido por altavoz tiene bastante margen de mejora.
  • Hay algo de "lag" puntual, no es continuo pero está presente lo suficiente como para que no nos olvidemos de él.

iPhone XS Max, análisis tras un mes de uso: convence como usuario pero no como cliente

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iPhone XS Max, análisis tras un mes de uso: convence como usuario pero no como cliente

El iPhone nunca deja indiferente, para algunos es siempre el mejor terminal de cada año mientras que para otros una opción sobrevalorada. Durante treinta días he estado usando el iPhone XS Max, en su configuración más cara, y soy incapaz de posicionarme en uno u otro bando.

Porque desde el iPhone original y hasta el iPhone 6 he usado los teléfonos de Apple como terminal principal. Y ahora mismo, tras probar varios terminales Android como el Huawei P10 estoy usando un Oneplus 5T como dispositivo principal. Pero vayamos por partes y al final os cuento mi opinión sobre el iPhone XS Max.

Diseño: un smartphone contundente

Iphone Xs Max Mes De Uso 4

El iPhone XS Max parte de la misma base de diseño vista en el iPhone X. Lo cual puede no gustar a quienes quieren una renovación constante en diseño pero hay que ser coherentes, a estas alturas es muy complicado seguir sacando punta a un producto que en esencia es sólo un rectángulo. Y menos ahora donde los frontales todo pantalla disminuyen aún más las opciones.

Con un buen diseño lo que más me ha costado ha sido adaptarme al peso del iPhone XS Max. Si tuviese que elegir preferiría el modelo pequeño

El iPhone XS Max es un teléfono contundente. Lo noté el primer día que lo tuve en la mano, durante los treinta siguientes y más aún cuando he vuelto a mi smartphone habitual. Por construcción, materiales y ensamblado no se le pueden poner pegas. Al menos no hasta que llegamos a las dimensiones y peso, especialmente a ese último apartado.

El tema dimensiones es muy personal. Yo admito que me gusta mucho más el XS a secas pero acostumbrado a otro terminales Android de similar diagonal no me resulta problemático. Lo que sí me ha molestado más ha sido el peso. Te adaptas pero cuando lo usas o llevas en el bolsillo del pantalón puede llegar a ser algo incómodo.

Y eso que lo he usado sin funda, porque con ella sentía que tamaño y peso aumentaban demasiado. Claro que para no aumentarlos me arriesgaba a que por una caída o golpe fortuito pudiese llegar a sufrir un daño peor. Lo cual con el precio que tiene el terminal sería un problema.

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Son los inconvenientes del cristal como material de construcción. El peso y esa fragilidad, dos detalles que me incomodan más allá del problema huellas. Aunque también tiene ventajas como la carga inalámbrica.

Me gustan las ventajas del cristal pero sigo prefiriendo las traseras de metal

De todos modos, si aceptamos el uso de funda, si el peso no nos preocupa y sus dimensiones nos cuadran -con el beneficio de una pantalla con mayor diagonal- el iPhone XS Max en temas de diseño un terminal muy premium y capaz de justificar en parte el precio de venta que tiene.

Rendimiento a otro nivel

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Lo de Apple y sus procesadores es otra historia. Su capacidad de fabricar procesadores con un rendimiento tan alto es para aplaudir. Y ojo, el A12 Bionic ya no es el más potente, ese título lo sustenta el nuevo A12X Bionic del iPad Pro. Pero con el A12 es muy complicado encontrar smartphone más potente que este iPhone en términos generales.

El rendimiento del iPhone XS Max es lo único que no genera dudas: es increíble

Pero la pregunta es, ¿realmente se aprecia en el día a día? Tengo que decir que sí pero en situaciones muy concretas. Con juegos cuyos gráficos son exigentes, en apps que aplican efectos en tiempo real o en tareas como la exportación de vídeo despunta. La sensación de poderío es abrumadora y eso gusta.

No obstante en las tareas habituales del día a día admito que no he sentido una experiencia de uso exageradamente superior respecto a terminales como el Huawei Mate 20 Pro, Pixel 3 o incluso algunas propuestas de gama media -ojo que esto hay que matizarlo-.

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En aplicaciones como Twitter, Instagram, VSCO, Lightroom… el rendimiento es muy bueno pero no he sentido una gran diferencia con cómo funciona en terminales Android con procesador Snapdragon 845, Kirin 980 o incluso alguno de gama media con el 660 o 760.

Lo que afecta es la optimización que los desarrolladores son capaces de hacer para mejorar el rendimiento o añadir funciones exclusivas gracias al sistema operativo. Pero por lo general la gran ventaja de este Apple A12 es que es una inversión de futuro. Eso y que está más preparado para usos de realidad aumentada y ese extra de poder de cálculo que se aprovecha en temas de inteligencia artificial (recordemos su motor neuronal) que agilizan tareas como la detección de rostros a través de Face ID.

En este apartado de FaceID y la mayor potencia de cálculo del motor neuronal incluido en el Apple A12 hacen que el sistema de reconocimiento facial sea más rápido y efectivo de lo que ya era en el iPhone X. Lo cual es importante. También para otras tareas de IA que se ejecutan en local aunque como ocurre con otros es un apartado difícil de apreciar por el usuario.

No obstante, en resumen, por rendimiento el iPhone XS Max está en lo más alto del sector. Un terminal con el que no vamos a tener problemas en el corto y medio plazo. Otra cosa es si en el futuro la RAM sea algo que se quede corto a pesar de cómo gestiona iOS la memoria.

De iOS a Android y viceversa

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Probar un iPhone es sinónimo de probar iOS. El sistema de Apple es, al igual que con ocurre con los Mac y macOS, el principal atractivo y motivo de elección de muchos usuarios. A mí iOS siempre me gustó más, con sus limitaciones incluso, porque me siento más cómodo en el día a día. Pero ya no es motivo principal a la hora de elegir dispositivo.

iOS sigue siendo uno de los motivos principales para apostar por el iPhone, aunque el nivel de importancia dependerá de cada usuario.

Cada sistema tiene sus cosas buena y malas, yo durante este mes eché en falta opciones y formas de hacer las cosas en Android que me resultan más rápidas y sencillas que con iOS. Pero tras cuatro semanas dejar iOS para volver a Android también hace que eches cosas en falta, especialmente AirDrop y otras que potencian la integración entre iOS y macOS.

No obstante, lo mejor de iOS siguen siendo las apps exclusivas y ese esfuerzo de los desarrolladores por optimizar sus propuestas o incluir funciones que tardan más en llegar a Android. Pero durante este mes de uso me queda claro que todo se reduce a una cuestión de preferencias y adaptación. Si eres capaz de aceptar las carencias y abrazar las bondades de cada sistema disfrutarás de cualquiera de ellas.

iOS 12 y el chip Apple A12 hacen que se disfrute mucho de la experiencia pero no es mejor que Android, simplemente diferente

Si iOS es un motivo de peso en tu elección de smartphone has de saber que aquí, en este iPhone XS Max, es cómo más se disfruta por toda esa potencia que ofrece el dispositivo con el chip Apple A12. Aún así, igual habría que preguntarse si compensa pagar más por iOS. Yo respondo a esa pregunta al final.

La experiencia multimedia

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Cuando la pantalla de tu smartphone se ve mejor que tu televisor podemos decir que tenemos un problema. Y eso es lo que me ha ocurrido. Es cierto que el televisor que tengo en casa, a pesar de ser 4K, no es un modelo gama alta como muchos de los analizados aquí (Sony AF9, LG OLED C8 o Samsung QF9 entre otros) . Pero salvando las distancias por cómo se disfruta el contenido en una pantalla grande frente a una de apenas 6 pulgadas, lo del panel del iPhone XS Max es muy llamativo.

La pantalla del iPhone se ve mejor que muchos televisores y eso es tan bueno como malo, ahora no me gusta mi televisor

Los paneles OLED usados por Apple están a un gran nivel y ver todo tipo de contenidos es muy gratificante. Con material HDR especialmente hay momentos en los que admito preferir verlo en el iPhone antes que en el televisor. Pero no sólo para consumir contenido me parece una gran pantalla, también para generar contenido como fotos o vídeo.

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Cuando editas fotos en el iPhone XS Max tienes la seguridad de que vas a poder hacer correcciones de color, aplicar efectos o modificar aspectos de la imagen de forma bastante fiel a la realidad. También es una buena pantalla para ver contenido que haces en un Mac o PC y tener una referencia con la que valorar la edición.

Es una pantalla espectacular en todos los sentidos, desde contraste hasta brillo, ángulos de visión o color. Y aunque no sea la mejor -si no lo es está muy cerca- eso es lo de menos a estos niveles. A este panel te acostumbras rápido. Tanto que cuando luego ves pantallas de gamas inferiores aprecias más sus virtudes y detalles como el True Tone.

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Claro que si la imagen es importante el sonido también. Y aquí nuevamente está a un gran nivel. Los altavoces suenan muy bien, ahí no tengo pegas pero si con el tema jack de auriculares.

No incluir el adaptador de Lightning a jack me sigue pareciendo un error

Acepto y me gusta la idea de Apple o de cualquier otra compañía hacia un mundo sin cables, al menos con los mínimos posibles y con un conector común como el USB C a través del cual podamos conectar todo lo que queramos. Pero sigo sin entender que en un producto de este valor no incluyan el adaptador Lightning a jack de 3,5mm.

Como usuario de auriculares con cable, que pasa mucho tiempo editando, cuando he querido aprovechar mis Audio Technica o incluso los propios EarPods para escuchar algo en el iPhone me molestaba la idea de no poder hacerlo si antes no pasaba por caja y pagaba los nueve euros que cuesta.

Autonomía: punto clave

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En un smartphone o cualquier otro dispositivo móvil la batería siempre es algo clave. En el iPhone XS Max durante este mes de uso no he tenido grandes problemas. La eficiencia y optimización energética del Apple A12 es notable y aguanta muy bien las jornadas de uso. Hay que exprimirlo para llegar justos al final del día o necesitar una carga a mitad de la tarde.

Sólo al grabar vídeo de forma intensiva durante mucho tiempo, hacemos fotos de forma continuada o jugando a títulos exigentes es cuando notamos un descenso de batería más rápido. Y ahí habrá que pasar por el enchufe o bien aprovechar la carga inalámbrica.

Una carga que para mí siempre ha sido de conveniencia y perfecta para salir siempre de casa con el mayor porcentaje de batería posible mientras tenemos el teléfono sin usar sobre la mesa. Lo único, que necesitaremos cargadores inalámbricos aunque viendo los precios de propuestas como las de IKEA o similares que tienen un buen precio no es un gran problema.

Con una buena autonomía, la experiencia queda deslucida por el adaptador de corriente incluido

Pero nuevamente aquí viene otro punto que no me gustó: el cargador de serie. El mismo cargador que venía con el iPhone de 2007 y ese se traduce en una carga muy lenta. Si quieres carga rápida en el iPhone XS Max, algo posible, has de pasar por caja y adquirir el cargador con más vatios de potencia. Un gasto extra que considero no debería hacer el usuario teniendo en cuenta el precio del dispositivo.

Y vale, con este cargador la batería sufre menos pero comparado con la experiencia con los sistemas de carga rápida implementados en otros smartphones ese supuesto mayor desgaste no debería ser un problema real.

Una de las experiencias fotográficas más completas

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El iPhone dejó de tener la mejor cámara del mercado hace ya algunas generaciones. Esto es un problema si consideramos el precio, aunque no sólo la cámara afecta al valor de venta. Aunque para mí lo mejor durante este mes ha sido la experiencia general que ofrece. Y en ese sentido la del iPhone XS Max es de las más completas.

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Ya no será la mejor cámara pero sí ofrece una de las experiencias más completas en todo tipo de situaciones

Por cómo expone, interpreta los colores, por el nuevo modo Smart HDR, el modo retrato, su zoom 2X o el mayor rango dinámico -al que se le saca especial partido en la grabación de vídeo- me ha gustado mucho usar sus cámaras durante este mes.

Como digo no creo que sea la mejor. Si nos ponemos a compararla con la del Mate 20 Pro, Pixel 3, Galaxy S9… resulta complicado dictaminar cual es la mejor. Como ocurre con el sistema, la valoración depende mucho de los gustos y preferencias de cada uno. A mí me convence la imagen que captura.

Me parecen imágenes muy naturales, con unos colores bastante fieles y aunque sean poco “importantes” a nivel de saturación es algo que siempre puedes solucionar en edición mientras que al contrario no. Si no te gusta ese trabajo posterior pues igual no.

Aunque donde más flojea es el fotos nocturnas. Es capaz de lograr buenos resultados pero es que la competencia lo está haciendo tan bien que se hace más evidente que perdieron esa posición privilegiada que tenían. Si quieres cámaras muy capaces para fotos con poca luz el Pixel 3 o Mate 20 Pro me parecen mejores opciones.

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Con el iPhone XS Max lo que he tenido durante este mes es una cámara capaz de comportarse muy bien en la mayoría de situaciones, con un listado de aplicaciones disponibles que potencian todo aquello que la app de cámara oficial no permite y con unas capacidades de vídeo que en mi caso marcan diferencias. Sí, no es la mejor cámara pero por experiencia y en conjunto sigue siendo de las más completas y eso no es poco.

30 días después con el iPhone XS Max

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El iPhone XS Max me convence como usuario pero no como cliente

Después de treinta días con el iPhone XS Max mi experiencia se podría resumir en: me convence como usuario pero no como cliente. Es un gran dispositivo, por todo lo que ofrece y también por su elevado precio. iOS y su forma de hacer las cosas me gustan, las apps disponibles, la integración con macOS, su rendimiento, cámaras,… todo eso hace que como usuario me atraiga y den ganas de tener uno.

El problema viene cuando miro como cliente y lo primero que se me viene a la mente es el precio. El iPhone ya no es para muchos el mejor terminal, el que tiene la mejor pantalla, las mejores cámaras, audio, sistema de carga o autonomía. Incluso teniendo el mejor rendimiento tampoco es una gran diferencia frente a lo que otras propuestas ofrecen.

Por tanto, ¿qué hace que te decidas por él antes que por otro? Pues iOS y el que esté en la primera posición de tu lista de prioridades. O que simplemente gastar lo que cuesta no sea un problema. Pero si iOS no es imprescindible para ti igual es hora de mirar otras propuestas.

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Para mí el iPhone ya no es una prioridad, he probado y sigo probando terminales que me ofrecen mucho y cuestan menos. Con esto no digo que el iPhone no valga lo que cuesta (desde 1149 euros) pero, puestos a invertir tal cantidad de dinero, tengo otras prioridades o gadgets que en mi día a día me aportarían más. Aún así, si tú decides a apostar por él creo que ya habrás visto que te llevas un gran producto. Un smartphone que te entregará una de las mejores experiencias de uso y que disfrutarás.

Huawei Watch GT, análisis: quiere que nos fijemos en él por su diseño y su precio, pero su mejor baza es su sorprendente autonomía

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Huawei Watch GT, análisis: quiere que nos fijemos en él por su diseño y su precio, pero su mejor baza es su sorprendente autonomía

Aunque lo que ha provocado que hablemos de Huawei durante los últimos meses ha sido, sobre todo, la llegada al mercado de sus últimos smartphones, especialmente el P20 Pro y el Mate 20 Pro, estos no son los únicos productos interesantes que la marca china ha lanzado recientemente. El nuevo Watch GT, el smartwatch del que vamos a hablaros en este análisis, llegó hace pocas semanas junto al Mate 20 y el Mate 20 Pro.

Aunque ha hecho menos ruido que estos móviles, tiene varias características interesantes que han provocado que nos fijemos en él y decidamos analizarlo a fondo en este artículo. Su diseño y sobriedad recuerdan a los de un reloj tradicional, lo que provoca que parezca indicado para acompañarnos en nuestro día a día. Y sí, lo podemos utilizar de esta forma sin ningún problema, pero si nos ceñimos a este escenario de uso estaremos desaprovechando el 80% de su potencial. Y es que este reloj inteligente tiene una vocación deportiva muy marcada. Y, a priori, atractiva. Os propongo que descubramos juntos por qué.

Huawei Watch GT: especificaciones técnicas

Uno de los primeros componentes en los que los usuarios solemos fijarnos cuando nos hablan de un nuevo smartwatch es su pantalla, así que puede ser un buen punto de partida para este análisis. La que incorpora este Watch GT recurre a un panel AMOLED de 1,39 pulgadas con una resolución de 454 x 454 puntos (es mayor que la de algunos de sus competidores) y una densidad de 326 ppp. No es un elemento diferenciador porque es una pantalla similar a la que incorporan otros muchos relojes inteligentes, así que profundizaremos en ella un poco más adelante.

Si echáis un vistazo a la tabla de especificaciones (la tenéis unos párrafos más abajo) comprobaréis que nada en este modelo parece salirse de la tónica habitual en los relojes inteligentes que han llegado al mercado durante los últimos meses. Una característica interesante en la que merece la pena que nos detengamos es que, a diferencia de los anteriores modelos de la familia Watch, la lógica de geoposicionamiento de este reloj es capaz de acceder, además de a las habituales redes GPS y GLONASS, a Galileo, que es el programa europeo de posicionamiento mediante satélites.

Pero lo que hace realmente diferente a esta propuesta no es su habilidad a la hora de resolver la geolocalización. Los dos elementos rupturistas de este reloj inteligente son su microprocesador y su sistema operativo. El primero es un chip ARM Cortex M4 cuya procedencia desconocemos (al parecer no ha sido fabricado por HiSilicon, que es la división de Huawei especializada en la fabricación de semiconductores), pero que tiene una característica muy peculiar: en realidad no es un único microprocesador, sino dos.

El SoC de este reloj inteligente incorpora dos unidades de proceso bien diferenciadas. La que ejecuta los procesos básicos consume muy poco, y la otra es más potente y consume más, pero solo funciona cuando es estrictamente necesario

Poner a punto un SoC con estas características diseñado para gobernar un smartwatch tiene sentido porque sus dos unidades no son idénticas. Una de ellas se responsabiliza de la ejecución de los procesos básicos, tiene relativamente poca potencia y consume muy poco. Y la otra unidad es más ambiciosa y consume más, pero solo entra en acción cuando las condiciones de uso requieren una mayor capacidad de proceso. Una vez que tenemos sobre la mesa esta información podemos intuir con claridad que esta estrategia de Huawei persigue que este reloj inteligente nos ofrezca una autonomía lo más dilatada posible. Más adelante comprobaremos si esta arquitectura realmente cumple su cometido en un escenario de uso real.

Huaweiwatchpulso

El otro elemento rupturista de este smartwatch es Lite OS, su sistema operativo. La compañía china ha desarrollado este software con el mismo objetivo que ha perseguido al elegir el SoC de este reloj inteligente: incrementar la autonomía tanto como sea posible. La reducida capacidad tanto de la memoria principal (16 MB) como del sistema de almacenamiento secundario de este Watch GT (128 MB) nos permite formarnos una idea bastante precisa acerca de lo ligero que debe ser este sistema operativo en términos de complejidad y los moderados recursos que debe exigir para correr correctamente.

Esta estrategia a priori pinta bien, pero creo que llegados a este punto debo anticiparos que, en realidad, es una moneda con dos caras. Una de ellas, la amable, es que, efectivamente, esa «ligereza» contribuye a dilatar la autonomía de este reloj inteligente. Y la otra, la menos atractiva, es que la combinación de este SoC y este sistema operativo pone en nuestras manos una flexibilidad y un rendimiento inferiores a los que nos ofrecen las últimas versiones de Wear OS y Tizen. A lo largo de este análisis averiguaremos si el precio a pagar para conseguir una autonomía notable compensa o no. Y también en qué perfil de uso encaja mejor un reloj inteligente como este.

HUAWEI WATCH GT Características
PANTALLA AMOLED táctil de 1,39 pulgadas (454 x 454 puntos / 326 ppp)
MICROPROCESADOR ARM Cortex M4 con dos MPU (una de ellas de bajo consumo)
MEMORIA PRINCIPAL 16 MB
ALMACENAMIENTO SECUNDARIO 128 MB
CONECTIVIDAD INALÁMBRICA Bluetooth 4.2, BLE
SISTEMA OPERATIVO Lite OS
CAJA Fabricada en metal, plástico y cerámica
CORREA Fabricada en piel con sujeción estándar
GEOPOSICIONAMIENTO Sí, mediante GPS, GLONASS y Galileo
SENSORES Acelerómetro, giroscopio, magnetómetro, sensor óptico para medición del ritmo cardiaco, medición de luz ambiental y barómetro
BOTONES Encendido y función
RESISTENCIA AL AGUA Hasta 5 atmósferas
REQUISITOS Smartphones con Android 4.4 o superior, o iOS 9.0 o posterior
BATERÍA 420 mAh
TIEMPO DE CARGA <= 2 horas (a menos de 25 grados según fabricante)
PUERTO DE CARGA Base magnética de carga
DIMENSIONES 46,5 x 46,5 x 10,6 mm
RANGO DE COBERTURA DE LA MUÑECA De 14 a 21 cm
PESO 46 g (sin la correa)
PRECIO 199 euros

Su diseño es refinado y elegante, pero su vocación es decididamente deportiva

El trabajo que ha realizado Huawei con este smartwatch en materia de diseño me parece acertado. En las fotografías que ilustran este artículo podéis ver que su caja tiene un estilo clásico bastante refinado. De hecho, es más estilizada que la del Watch 2 que la marca china colocó en el mercado el año pasado. Y su mecanizado es impecable, así que en este apartado no tengo nada que objetar.

La caja combina tres materiales: cerámica, metal y plástico. Este último, que es claramente el más delicado, solo ha sido utilizado por Huawei en la base de la caja, que es la parte que queda en contacto con nuestra muñeca, y que, por tanto, no permanece expuesta y es poco propensa a recibir golpes. Por otro lado, como podéis ver en la siguiente fotografía, solo tenemos dos botones de interacción con este reloj inteligente, además de la pantalla táctil, por supuesto. Este Watch GT no cuenta con una corona giratoria como la que incorpora, entre otros, el reciente Galaxy Watch de Samsung.

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La caja de este reloj inteligente combina cerámica, metal y plástico. La correa de la versión que hemos probado es de silicona y piel, pero también la hay solo de silicona

El estilo clásico tan marcado de la caja de este reloj y la presencia de una correa de piel nos invitan a pensar que este modelo es, ante todo, un smartwatch de propósito general pensado para acompañarnos durante nuestra jornada. Y sí, como os anticipé en los primeros párrafos de este análisis, podemos utilizarlo para recibir las notificaciones de las apps que tenemos instaladas en nuestro smartphone, entre otras tareas. En este terreno resuelve bastante bien la funcionalidad básica que los usuarios esperamos de un reloj inteligente de última hornada, aunque está condicionado por varias limitaciones importantes en las que profundizaremos en breve.

No obstante, antes de indagar en sus carencias me parece importante apuntar algo que puede ayudarnos a identificar este reloj inteligente como lo que realmente es: una propuesta con una vocación deportiva muy marcada. Su aspecto no parece reflejarlo, pero basta indagar unos minutos en su sistema operativo para darse cuenta de que buena parte de sus funciones están asociadas de forma directa a la actividad deportiva y la salud.

De hecho, el botón inferior sirve exclusivamente para poner en marcha alguna de las múltiples rutinas deportivas que nos propone este reloj (podéis ver este menú en la siguiente fotografía). Los ejercicios son similares a los que podemos encontrar en otros smartwatches con espíritu deportivo (correr con guía, carrera al aire libre, correr en interiores, caminar, etc.), pero, dado que tengo un familiar muy cercano con formación específica en actividades físicas y deportivas me pareció buena idea preguntarle qué le parecen las rutinas de entrenamiento que nos propone este Watch GT.

Cuando me devolvió el reloj, después de utilizarlo para hacer deporte con cierta intensidad durante un par de días, me confirmó que sus rutinas en general están bien planteadas. Obviamente, son ejercicios genéricos, y, como tales, pueden no adaptarse a las necesidades específicas que puede tener un deportista en particular. Aun así, mi familiar me aseguró que están lo suficientemente bien pensadas para ayudar a cualquier persona a combatir una rutina sedentaria, mantener una forma física adecuada y llevar un estilo de vida saludable. Al fin y al cabo es lo que todos buscamos cuando nos hacemos con una pulsera cuantificadora o un reloj deportivo.

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Inevitablemente cuando nos adentramos en este terreno tropezamos con una característica un poco «bipolar» de la versión de este reloj que he tenido la oportunidad de analizar, por describirla de una manera lo más certera posible. Su correa de piel nos anima a llevarlo al trabajo, a utilizarlo durante una cita o en cualquier otro contexto en el que usaríamos un reloj de propósito general, pero también plantea algunos interrogantes. ¿Soportará los rigores de la actividad física intensa? ¿Y la exposición a nuestro sudor?

Aunque lo he probado de forma intensa durante todo un mes no es un periodo de tiempo lo suficientemente prolongado para comprobar si la correa se deteriora más rápido que las típicas correas de plástico o silicona de los relojes deportivos, pero me parece razonable pensar que debe ser así. Un punto a su favor en este terreno es que este Watch GT utiliza un anclaje estándar de 22 mm, por lo que la correa puede ser reemplazada con facilidad por otra similar, o bien por uno de los muchos modelos de plástico, acero inoxidable o silicona que podemos encontrar tanto en las relojerías como en las tiendas on-line. De hecho, la propia Huawei también vende este modelo con una correa de silicona, que es más apropiada para hacer ejercicio con él.

Su marcada vocación deportiva se ve enfatizada también por el sellado de la caja y su capacidad de soportar una presión máxima de 5 atmósferas, siempre según Huawei. Sí, podemos nadar con él, ducharnos, e, incluso, bucear. Yo no lo he usado para esta última actividad, pero me he duchado a diario con él colocado en mi muñeca, y, hasta ahora, exponerlo al contacto directo con el agua no ha planteado ningún problema. La correa tampoco parece haberse resentido, pero intuyo que mojarla con tanta frecuencia acortará su vida útil sensiblemente.

La correa de este smartwatch utiliza un anclaje estándar de 22 mm, por lo que puede ser reemplazada con facilidad por un modelo de plástico, acero inoxidable o silicona

Un apunte que no tiene demasiada importancia pero que me ha llamado la atención, y que, como la curiosidad que es, me parece buena idea compartir con vosotros, es que Huawei indica mal en las especificaciones de este smartwatch la profundidad a la que podemos someterlo. Según la marca china podemos sumergirnos con él a una profundidad máxima de 50 metros, pero, en realidad, si soporta una presión absoluta de 5 atmósferas no deberíamos sumergirnos más allá de los primeros 40 metros.

Cada 10 metros de profundidad incrementan la presión hidrostática en una atmósfera, pero también tenemos que contabilizar la presión atmosférica media que hay al nivel del mar, que también es de una atmósfera debido al peso que ejerce el aire sobre nosotros, por lo que alcanzaremos la presión absoluta de 5 atmósferas cuando nos sumerjamos a 40 metros de profundidad, y no a 50 metros. A esta última profundidad la presión absoluta será de 6 atmósferas, y la caja del reloj podría no sobrevivir en estas condiciones, aunque esto solo debería preocuparos si sois buceadores expertos y decidís utilizarlo durante vuestras inmersiones.

Os propongo que vayamos ahora con la que sin duda es una de las características más interesantes de este Watch GT: su sensor de medición del ritmo cardiaco. Muchos otros relojes inteligentes y deportivos cuentan con esta prestación, por lo que a priori no parece una característica que pueda marcar la diferencia. Sin embargo, la tecnología que ha puesto a punto Huawei para conseguir que la medición se lleve a cabo con precisión merece que le dediquemos unas líneas.

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La tecnología TruSeen 3.0, que es el nombre que recibe la tercera iteración del sensor de medición del ritmo cardiaco de Huawei, pretende reducir la distancia que separa a la medición que llevan a cabo los pulsómetros de cinta para el pecho, que suelen ser más precisos, de los pulsómetros de muñeca, tradicionalmente más imprecisos. A diferencia del Watch 2 de la propia Huawei, que cuenta con tres emisores LED, este Watch GT incorpora un sensor de medición de la frecuencia cardiaca que recurre a cuatro emisores LED con un propósito: recabar más información acerca de nuestro pulso.

Hemos comparado el sensor de medición del ritmo cardiaco de este reloj con la lectura realizada por un monitor de presión arterial electrónico

Los datos recogidos por los emisores LED y los diodos receptores del reloj inteligente son procesados en tiempo real por un algoritmo que aspira a contabilizar nuestra frecuencia cardiaca con precisión. Para averiguar si esta tecnología es o no fiable comparé la medición que lleva a cabo el reloj con la que me ofrece un monitor de presión arterial electrónico que lleva a cabo la lectura mediante un manguito que se coloca en el brazo, a la altura del bíceps, y que, según OMRON, que es el fabricante de este dispositivo, ofrece una precisión muy alta porque consigue realizar la medición en todo el perímetro del brazo.

Este tensiómetro no es un dispositivo profesional de lectura de la frecuencia cardiaca, pero se le presupone una precisión más alta que la que nos ofrecen soluciones en principio más rudimentarias, como son las bandas para pecho o los pulsómetros de muñeca. Y, curiosamente, el sensor de lectura integrado en el Watch GT ha salido bastante bien parado de mis pruebas.

De hecho, durante el 80% del tiempo las lecturas del reloj y el tensiómetro estaban en perfecta sintonía, y durante el 20% restante la diferencia oscilaba en el rango de 2 a 5 pulsaciones, que es una variación asumible. Por este motivo me parece justo concluir esta sección afirmando que, efectivamente, el sensor de medición de la frecuencia cardiaca de este smartwatch es razonablemente preciso.

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La app Huawei Health, que es la que debemos instalar en nuestro smartphone para administrar este reloj inteligente y sacarle el máximo partido, ahonda claramente en su vocación de complemento deportivo. Esta herramienta está disponible para iOS y Android, y no solo podemos recurrir a ella para actualizar el firmware del reloj y gestionar las notificaciones, sino también para planificar nuestra actividad física. De hecho, incorpora planes de entrenamiento que se comportan como una extensión de los que podemos encontrar en el propio smartwatch.

La información que nos ofrece esta app acerca de nuestra condición física y nuestro rendimiento es aún más completa que la que recoge el reloj. Consultándola podemos conocer con bastante exactitud el tiempo durante el que hemos llevado a cabo algún tipo de actividad física que implique desplazamientos durante toda una jornada, nuestro promedio de pasos diario, lo cerca o lejos que nos quedamos de nuestro objetivo de actividad diaria y otras estadísticas que pueden resultar útiles si queremos conocer con precisión la envergadura de nuestra actividad física.

Al igual que otros dispositivos cuantificadores, este reloj inteligente también incorpora un monitor de sueño que contabiliza el tiempo que invertimos en el descanso y registra nuestra frecuencia cardiaca para ofrecernos consejos que, en teoría, pueden ayudarnos a tener un sueño más reparador y saludable. Según Huawei el algoritmo que han desarrollado utiliza los datos recogidos por los sensores del reloj para identificar las características de nuestro sueño y ofrecernos consejos personalizados. Al parecer la compañía china ha desarrollado esta tecnología con la colaboración de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard. Suena bien, por lo que quizás estos consejos puedan resultar útiles a las personas que sufren algún tipo de trastorno del sueño.

Huaweicapturas

Hasta ahora hemos indagado sobre todo en el escenario de uso en el que este reloj se siente más cómodo, que es el derivado de la cuantificación de nuestra actividad física y la planificación de programas de entrenamiento. Pero si dejamos estas prestaciones a un lado este Watch GT está claramente más limitado que otros relojes inteligentes tanto de la propia Huawei como de la competencia. Si, por ejemplo, comparamos su conectividad con la del Watch 2 de la marca china comprobaremos que sus posibilidades son mucho más reducidas porque carece de WiFi y NFC, con todo lo que esto implica. Tampoco tiene una ranura para tarjetas nano-SIM, por lo que la conectividad LTE queda descartada.

Otro peaje que nos interesa considerar es el reducido margen de interacción que tenemos una vez que recibimos una notificación. Desde el reloj podemos leer las de las apps que tengamos habilitadas, pero no podemos llevar a cabo ninguna otra acción. No podemos responder a los mensajes de WhatsApp o Telegram. Tampoco podemos recibir llamadas en el reloj. Y mucho menos realizarlas (aunque sí podemos colgar). Y, como su sistema operativo no es Wear OS, tampoco tenemos a nuestra disposición la tienda de aplicaciones de Google. En esencia esta propuesta nos obliga a darnos por satisfechos con las herramientas que incorpora, por lo que su funcionalidad está claramente acotada.

Llegados a este punto es evidente que este smartwatch ha sido concebido como una extensión de nuestro teléfono móvil, al que complementa y al que necesita para rendir al máximo, y no como un dispositivo autónomo. Estas limitaciones están impuestas en gran medida por el SoC y el sistema operativo elegidos por Huawei para este reloj, pero estos componentes también son los responsables de la que sin duda es la cualidad más impactante de este Watch GT. Os propongo que profundicemos en ella en el siguiente epígrafe.

Dos bazas para medirse con sus competidores: su pantalla y su autonomía

La experiencia que nos ofrece el panel AMOLED de este reloj inteligente si nos ceñimos a sus prestaciones es estupenda. Un dispositivo con la funcionalidad de este Watch GT no requiere grandes alardes en lo que concierne a la calidad de imagen para resultar convincente, pero su luminosidad y la ausencia de reflejos en la pantalla son cruciales cuando lo utilizamos en espacios con mucha luz ambiental.

La pantalla AMOLED de este smartwatch tiene una densidad de 326 ppp, un brillo bastante alto y apenas adolece de reflejos

En este terreno este reloj convence porque su luminosidad es suficiente para que podamos ver la pantalla sin esfuerzo aunque la luz incida directamente sobre ella. Y, además, apenas adolece de reflejos. Por otro lado su densidad de puntos por pulgada es alta (326 ppp), por lo que el diseño de las esferas luce de maravilla. Elijamos la que elijamos. La saturación con la que el panel AMOLED restituye los colores y la profundidad del negro contribuyen a ese acabado estético tan atractivo, pero esta es una cualidad que este reloj comparte con otros modelos que también apuestan por la tecnología OLED. Y no son pocos.

La última versión del firmware disponible para este reloj incorpora 11 esferas con un estilo bastante diferente (clásico, minimalista, deportivo, explorador, inspirada en el parte meteorológico, etc.), pero quizá en el futuro Huawei nos sorprenda añadiendo algunos diseños adicionales. Sería lo deseable.

Huaweiwatchbarometro

Y, por fin, ha llegado el momento de que hablemos de la característica de este reloj inteligente que para muchos usuarios puede marcar la diferencia: su autonomía. Si mi memoria no me traiciona esta es la primera vez que he comprobado que la cifra de autonomía anunciada por un fabricante de electrónica de consumo refleja escrupulosamente la capacidad real del dispositivo.

Durante mis pruebas la autonomía de este smartwatch se ha dilatado durante 13 días completos (Huawei habla de dos semanas), con la monitorización de la frecuencia cardiaca activada constantemente y al menos una hora de actividad física diaria. Ni siquiera lo he apagado por las noches. Y durante algunas de ellas, que no todas, me lo he dejado puesto para activar el monitor de sueño. En estas condiciones una autonomía real de 13 días es bastante espectacular. Pero esto no es todo.

Si vaciamos la batería completamente tardaremos menos de dos horas (una hora y 47 minutos durante mis pruebas) en tenerla cargada de nuevo al 100%. No obstante, es preferible ni descargarla completamente ni cargarla al 100%. Al menos de forma habitual. Como cualquier otro dispositivo con batería de iones de litio lo ideal si queremos maximizar su vida útil es mantenerla, en la medida de lo posible, con un nivel de carga que oscile entre el 40% y el 80%.

Huaweiwatchcorrea

Huawei Watch GT: la opinión y nota de Xataka

Las cartas están sobre la mesa. Este reloj inteligente tiene unas cualidades tan rotundas, y también unas limitaciones tan evidentes, que cuesta poco identificar el perfil de los usuarios a los que les gustará. Pero antes de que hablemos de ellos puede venirnos bien resumir brevemente sus pros y contras a modo de colofón. A su favor tiene, sobre todo, su sorprendente autonomía de casi dos semanas completas, y también la elevada calidad de su pantalla, su bonito diseño, su cuidado acabado y la elevada precisión de su tecnología de monitorización de la frecuencia cardiaca. ¡Ah! Y también su razonable precio (no es difícil encontrarlo por debajo de la barrera de los 200 euros).

En el otro lado de la balanza, en el «debe», tiene, como hemos visto, una conectividad limitada, un margen de interacción muy reducido cuando recibimos una notificación o una llamada, una capacidad de «expansión» mediante nuevas apps poco clara dado el reducido recorrido que tiene a día de hoy el sistema operativo Lite OS y la ausencia de una tienda de apps, y, por último, una respuesta a la interacción del usuario un poco más lenta que la que nos ofrecen otros relojes inteligentes que cuentan con un procesador más ambicioso.

Huaweiwatchesfera

Esta propuesta de Huawei no es el mejor reloj deportivo con el que podemos hacernos. Y tampoco el smartwatch de propósito general más conseguido. Pero, curiosamente, esto no representa una desventaja. De hecho, este Watch GT se siente como pez en el agua entre estos dos mundos, aunando el diseño y la funcionalidad básica de un reloj inteligente de propósito general y buena parte de las prestaciones de un dispositivo con una vocación deportiva pura. Además, su autonomía de casi dos semanas compensa en cierta medida las limitaciones impuestas por el moderado rendimiento de su microprocesador, su sistema operativo y su conectividad.

En definitiva, ¿a qué usuarios puede gustarles este Watch GT? Sencillamente, a aquellos que buscan un reloj deportivo que encaje bien en su día a día y en contextos más «serios», como el trabajo o los compromisos sociales, y no están buscando un dispositivo completamente autónomo. Esta propuesta de Huawei, por tanto, es una opción todoterreno que nos ayuda a huir de la necesidad de tener dos relojes inteligentes: uno «serio» para el día a día y otro para hacer deporte. Además, su precio es más goloso que el de buena parte de sus competidores. Si este perfil os atrae os animo a tenerlo en cuenta. Podría ser la opción que estáis buscando.

8,3

Diseño8,75
Pantalla9
Software7
Autonomía9,75
Interfaz7

A favor

  • Su autonomía de casi dos semanas es excelente
  • La calidad de su pantalla AMOLED es alta
  • Su diseño y su acabado están bastante cuidados
  • Su sensor de medición de la frecuencia cardiaca es razonablemente preciso
  • Tiene un precio bastante atractivo

En contra

  • Carece de WiFi, NFC y LTE
  • Nos ofrece un margen de interacción reducido cuando recibimos una notificación o una llamada
  • Lite OS de momento no nos ofrece la posibilidad de instalar apps adicionales
  • Su respuesta a la interacción del usuario es más lenta que la de otros smartwatches con un SoC más potente

Este producto ha sido cedido para la prueba por parte de Huawei. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.

Más información | Huawei

Xiaomi Mi Laser Projector, análisis: el producto más caro de Xiaomi no lo es tanto si lo comparamos con otros proyectores láser

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Xiaomi Mi Laser Projector, análisis: el producto más caro de Xiaomi no lo es tanto si lo comparamos con otros proyectores láser

Xiaomi nació en 2010 para competir en el mercado de los smartphones, y solo un año más tarde lanzó su primer teléfono móvil, el Xiaomi Mi A1. Hoy, ocho años después, esta compañía china no es solo una marca de móviles a la que parece irle realmente bien (dependiendo del informe que consultemos se posiciona como el cuarto o el quinto fabricante que más terminales vende en el mundo): es una empresa de Internet.

Así es al menos como la definen sus portavoces. De hecho, la marca Mi procede de la denominación «Mobile Internet», que nos permite intuir con bastante claridad que esto no va solo de smartphones. Y así es. Su catálogo aglutina actualmente cientos de productos desarrollados por más de dos centenares de empresas y startups, que son las que sostienen la trastienda de Xiaomi. Una de ellas es, precisamente, la responsable del diseño y la fabricación del proyector láser al que vamos a dedicar este análisis, un producto innovador que sorprende por su precio, que es más alto que el que acostumbran a tener los productos de esta marca. Os propongo que descubramos juntos qué nos ofrece y si este coste está justificado.

Xiaomi Mi Laser Projector: especificaciones técnicas

El corazón de este proyector es un chip DMD (Digital Micromirror Device), un pequeño dispositivo electromecánico utilizado en los proyectores DLP (Digital Light Processing) que, en su versión Full HD, que es la que utiliza este producto de Xiaomi, contiene una matriz con más de dos millones de diminutos espejos de aluminio. Texas Instruments desarrolló esta tecnología a finales de los años 80, pero no se popularizó en las instalaciones domésticas hasta principios de la década pasada, coincidiendo con el pleno apogeo del cine en casa.

El propósito de este artículo no es detallar las peculiaridades de la tecnología DLP, pero no está de más que recordemos brevemente sus propiedades más llamativas porque pueden ayudarnos a intuir qué podemos esperar de este proyector de Xiaomi. Hace ya tiempo que las tecnologías LCD, DLP y LCOS, que son las más utilizadas en los proyectores domésticos, alcanzaron su madurez, lo que ha provocado que todas ellas, cuando están bien implementadas, consigan ofrecernos una calidad de imagen global muy alta.

En cualquier caso, las características de la matriz DMD de la que os he hablado en el primer párrafo de esta sección contribuyen a dar a los proyectores que apuestan por ellas un brillo alto (siempre y cuando la fuente de luz acompañe) y un contraste nativo bastante notable. Por otro lado, la prestación más controvertida de los proyectores DLP deriva de la rueda de color a la que recurren los modelos con una sola matriz DMD para restituir el color. Y es que este componente puede provocar que algunas personas vean un defecto en la imagen, conocido como «efecto arco iris», que puede resultar bastante molesto.

Las tecnologías DLP, LCD y LCOS, esta última bajo la forma de las variantes SXRD de Sony y D-ILA de JVC, nos ofrecen una calidad de imagen muy alta cuando están bien implementadas

Afortunadamente, la mayor parte de los fabricantes de proyectores DLP ha conseguido subsanar los problemas asociados a la rueda de color con bastante eficacia actuando tanto sobre el diseño de la propia rueda como sobre su velocidad de giro y sincronización. Aunque un poco más adelante profundizaremos en la calidad de imagen que nos ofrece este proyector de Xiaomi me parece oportuno adelantaros que en lo que concierne a la reproducción del color ha superado mis pruebas con buena nota.

Xiaomiprojector

El otro componente clave de este proyector es su fuente de luz. A diferencia de la mayor parte de las soluciones domésticas que podemos encontrar en el mercado, que utilizan una lámpara de vapor de mercurio, una fuente LED o una lámpara de xenón si es un modelo de gama alta, este proyector de Xiaomi incorpora una fuente de iluminación láser ALPD (Advanced Laser Phosphor Display) de tercera generación fabricada por la empresa china Appotronics.

Esta última tecnología no recurre a un gas sometido a una presión muy alta, que es la técnica utilizada en las lámparas de vapor de mercurio y xenón; apuesta por un haz láser azul no muy diferente al usado, por ejemplo, en las mecánicas de transporte de los reproductores de Blu-ray Disc. La fuente de luz láser ALPD tiene varias ventajas importantes frente a las lámparas de alta presión convencionales, como son una mayor capacidad de entrega de luz, una vida útil más larga, contaminan menos y contribuyen a una restitución del color más precisa. Eso sí, también es notablemente más cara que las lámparas de alta presión y las fuentes LED.

Otra característica importante de este proyector es que, además de los componentes necesarios para generar las imágenes sobre la superficie de proyección, cuenta con un procesador ARM Cortex-A53 de cuatro núcleos y 2 GB de memoria de tipo DDR4 que le permiten ejecutar Android 8.1. No es un proyector «pasivo» tradicional; es un dispositivo relativamente ‘inteligente’ con el que podemos llevar a cabo muchas de las funciones que ponen a nuestra disposición actualmente los Smart TV.

Xiaomiprojectorsmart

En la imagen que tenéis encima de estas líneas podéis ver que su interfaz no es muy diferente de la que nos ofrecen los televisores con Android TV actualmente. Tenemos acceso a YouTube, a conferencias TED o al catálogo de películas en venta y alquiler de Google Play, entre otras opciones, pero podemos instalar otras apps desde la tienda de aplicaciones de Google. Las que decidamos instalar irán a parar a la memoria flash eMMC de 16 GB preinstalada en este proyector.

Este proyector utiliza una rueda de color de cinco segmentos que le permite reproducir, según Xiaomi, el 85% del espacio de color NTSC

En lo que concierne a la conectividad este dispositivo está bastante bien dotado. Tiene tres entradas HDMI 2.0 (aunque solo una de ellas, la 3, es compatible con el canal de retorno de audio ARC), un puerto Ethernet, WiFi, Bluetooth 4.0, dos puertos USB, etc. Como veis, la conectividad básica está bien resuelta si tenemos presente que es un proyector para cine en casa doméstico y que normalmente estos dispositivos cuentan con dos entradas HDMI, y no con tres. Esa entrada adicional puede marcar la diferencia en un posible escenario de uso en el que, además de un reproductor de Blu-ray Disc y un sintonizador DVB-T podríamos necesitar conectar, por ejemplo, una consola de videojuegos. Y todo ello sin necesidad de recurrir a un selector HDMI.

Un último apunte interesante: este proyector también reproduce el sonido de nuestras películas. Cuenta con dos tweeters y dos altavoces de gama completa atacados por electrónica de amplificación que trabaja en clase D, que es la habitual en los dispositivos en los que es importante ocupar el mínimo espacio posible y consumir poco. Profundizaremos en su calidad de sonido un poco más adelante, pero me parece interesante adelantaros este dato porque refleja con bastante claridad que este proyector aspira a ocupar la posición que reservamos actualmente al televisor del salón, que, como todos sabemos, es el que suele ejercer como eje central de los equipos de cine en casa.

XIAOMI MI LASER PROJECTOR Características
TECNOLOGÍA DE IMAGEN DLP con chip DMD de Texas Instruments de 0,47 pulgadas
RESOLUCIÓN Full HD (1.920 x 1.080 puntos)
FUENTE DE ILUMINACIÓN ALPD 3.0 (láser)
BRILLO 5.000 lúmenes
VALOR UNIFORME DE BRILLO JBMA > 80%
ESPACIO DE COLOR 80 a 85% de NTSC
TASA CENTRAL DE CONTRASTE 2.500:1 a 3.500:1
RATIO DE PROYECCIÓN 0,233:1
TAMAÑO DE LA PANTALLA De 80 a 150 pulgadas
PROCESADOR T962X Cortex-A53 4 núcleos 1,5 GHz
RAM 2 GB DDR4
ALMACENAMIENTO INTERNO Memoria flash de alta velocidad 16 GB eMMC
SISTEMA OPERATIVO Android 8.1
CONECTIVIDAD INALÁMBRICA WiFi IEEE 802.11ac
BLUETOOTH 4.0 / BLE de baja potencia
HDR
KEYSTONE Corrección keystone 4 y 8
ENFOQUE Eléctrico
SONIDO Dolby
ALTAVOCES 2 tweeters + 2 de gama completa
CONECTIVIDAD 3 x HDMI 2.0 / 1 x S/PDIF / 1 x RJ-45 / 1 x salida de audio jack 3,5 mm / 1 x entrada AV y 2 x USB
PROTECCIÓN PARA LOS OJOS Sensor contra la visión directa
ETIQUETA ENERGÉTICA Clase C
NIVEL DE EMISIÓN DE RUIDO Modo estándar con temperatura de 25 ℃ < 32 dB
CONSUMO ENERGÉTICO 250 vatios (máximo)
CERTIFICADO DE SEGURIDAD LÁSER CLASS 1
DIMENSIONES 410 x 291 x 88 mm
PESO 7 kg
PRECIO 1.895,83 euros

Estas son las ventajas que nos proponen los proyectores láser

En buena parte de las fotografías que ilustran este análisis podéis ver que este proyector de Xiaomi es de tiro ultracorto. Esto significa, sencillamente, que a diferencia de los proyectores convencionales, que requieren estar colocados a una distancia relativamente importante de la pantalla de proyección para que sean capaces de generar una imagen amplia, este Mi Laser Projector puede estar literalmente pegado a la pared. De hecho, a una distancia de solo 50 cm es capaz de recrear una imagen de 150 pulgadas.

Alpd

El mérito de esta prestación recae en gran parte en la óptica del proyector porque consigue expandir la imagen restituida por el chip DMD, del que hemos hablado antes, introduciendo una distorsión asumible y en gran medida subsanable a través de las opciones de ajuste contempladas por Xiaomi en el menú del proyector. Sin duda, esta es una característica importante porque facilita mucho la ubicación de este dispositivo, pero la especificación que lo hace realmente interesante es su fuente de luz láser. Hay otros proyectores láser en el mercado, por supuesto, pero suelen ser mucho más caros.

Sony y JVC, por citar dos fabricantes de proyectores de cine en casa bien afianzados en este mercado, reservan la fuente de luz láser para sus propuestas de gama más alta. El VPL-VW760ES es uno de los proyectores con esta tecnología de Sony, y el DLA-Z1 es la opción láser dentro del porfolio de JVC. Ambos son dispositivos 4K nativos con un precio que los aleja de la mayor parte de los usuarios (el primero cuesta 15.000 euros y el segundo la friolera de 35.000 euros). Sí, este proyector de Xiaomi es Full HD y no 4K, pero es fácil encontrarlo por debajo de la barrera de los 2.000 euros. La diferencia de precio, como veis, es abismal.

Este proyector de tiro ultracorto puede estar literalmente pegado a la superficie de proyección. A solo 50 cm de distancia es capaz de recrear una imagen de 150 pulgadas

La adopción de una fuente de luz láser conlleva ventajas importantes que permiten a los proyectores que las utilizan aventajar a los dispositivos que recurren a las lámparas de vapor de mercurio, que es la opción más frecuente por su menor precio. Estas son las bazas más llamativas que nos ofrecen los proyectores láser:

  • La vida útil de la fuente de luz láser es muy larga. Xiaomi anuncia un tiempo de vida de más de 25.000 horas, y no es para nada una cifra descabellada porque algunas fuentes de luz láser ALPD tienen una vida útil de hasta 60.000 horas. Las lámparas de vapor de mercurio raramente consiguen superar, en el mejor de los casos, las 6.000 horas de uso al activar el modo de bajo consumo.
  • Su puesta en marcha es más rápida que la de los proyectores con lámpara de vapor de mercurio. Estas últimas fuentes necesitan que el gas que contienen alcance una temperatura elevada para poder emitir luz, y este proceso de calentamiento suele requerir cierto tiempo. Algunas lámparas tardan más de un minuto en rendir al máximo. El encendido de los proyectores láser, sin embargo, es mucho más rápido porque la fuente de luz está disponible en pocos segundos. De hecho, en este proyector de Xiaomi es considerablemente más lento el arranque del sistema operativo que la inicialización del láser.
  • La capacidad de entrega de luz que tiene una fuente láser es sensiblemente mayor que la de una lámpara de vapor de mercurio. El nivel de brillo de estas últimas suele oscilar entre 2.000 y 2.500 lúmenes, una cifra notablemente inferior a los 5.000 lúmenes que nos entrega la fuente de luz láser de este proyector de Xiaomi. Esta mayor capacidad de entrega de luz nos permite utilizar el dispositivo en espacios con más luz ambiental. Y, además, tiene un impacto claro en la calidad del HDR porque puede contribuir a recuperar más información en las zonas más iluminadas siempre y cuando, eso sí, el manejo del brillo sea el adecuado.
  • La calidad de la luz entregada por las fuentes láser prácticamente no se degrada a lo largo de su vida útil. Sin embargo, la luz emitida por las lámparas de vapor de mercurio se degrada sensiblemente. Una vez rebasado el 80% de su vida útil la capacidad de entrega de luminosidad de estas últimas lámparas se reduce claramente, lo que puede tener un impacto importante en nuestra experiencia.
  • Una consecuencia directa de la larga vida útil de las fuentes de luz láser es que los proyectores que las utilizan apenas requieren mantenimiento. En este contexto no son muy diferentes de los televisores. Basta que nos preocupemos, sencillamente, de mantener limpias las ranuras de ventilación para permitir que el aire caliente del interior del proyector se renueve correctamente con aire frío procedente del exterior.

Así rinde este proyector con películas

Antes de indagar en la experiencia que nos ofrece este dispositivo cuando lo utilizamos para reproducir películas me parece importante repasar brevemente qué ajustes podemos introducir para cerciorarnos de que nos entrega la máxima calidad de imagen posible. Podemos manipular el nivel de luminosidad que necesitamos para adecuarlo o no a la presencia de luz ambiental, el contraste, la saturación, el tono, la temperatura de color, el impacto del algoritmo de reducción digital del ruido, el enfoque, etc. Este último parámetro se ajusta electrónicamente y no utilizando una rosca mecánica, como cabe esperar de un proyector del nivel que tiene este Xiaomi.

El único ajuste que no me ha dejado completamente satisfecho es la corrección trapezoidal porque, por más que lo he intentado, no he conseguido corregir completamente la deformación introducida por la proximidad del proyector a la base de la superficie de proyección. El margen de maniobra que nos ofrece este parámetro de corrección no está mal, pero los intervalos de ajuste me parecen excesivos y pueden impedirnos que la geometría de la imagen proyectada sea perfecta. En cualquier caso, no es en absoluto nada grave. Durante mis pruebas el desajuste fue lo suficientemente reducido como para apenas percibirlo durante la proyección.

Xiaomiprojectorcalibracion

Me parece una buena idea comenzar esta sección del análisis abordando la que sin duda es una de las cualidades más impactantes de este proyector: su capacidad de entrega de luz. Las fotografías que tenéis a continuación no hacen justicia a la calidad de imagen de este dispositivo porque necesitamos permitir que hubiese algo de luz ambiental para poder mostraros el espacio en el que llevamos a cabo la prueba. Aun así, son interesantes porque pueden ayudarnos a ilustrar la experiencia que nos propone este proyector de Xiaomi.

El contraste nativo de este proyector, que es 3.000:1, es muy respetable, pero es inferior al que nos ofrecen los mejores dispositivos SXRD y D-ILA de Sony y JVC

La consecuencia más evidente de su alto nivel de brillo es que es posible utilizarlo en espacios con bastante luz ambiental. El mejor resultado si buscamos unos colores vivos y un contraste potente lo obtendremos en un espacio completamente oscuro, pero en aquellas circunstancias en las que estas condiciones no son posibles también podemos disfrutar este proyector. Otra consecuencia en la que merece la pena que reparemos de la utilización de una fuente de luz láser es el convincente HDR de este proyector. Algunas secuencias de películas como 'La llegada' o 'El renacido' lucen de maravilla gracias a esta tecnología, sobre todo debido a la intensidad que tienen las zonas más iluminadas de cada fotograma.

Aunque el resultado que nos ofrece en este contexto es muy convincente, no es de referencia. Y, en mi opinión, no lo es porque su contraste nativo (3.000:1) es más bajo que el que nos ofrecen, por ejemplo, los proyectores D-ILA de JVC, que son mi actual referencia si nos ceñimos al contraste nativo. Sus propuestas suelen moverse en el rango que va de 40.000:1 a 160.000:1 en los modelos más avanzados. Estas cifras son sorprendentes cuando describen el contraste nativo, y no el dinámico. JVC las consigue combinando su implementación de la tecnología LCOS, un nuevo polarizador de rejilla y una lámpara de alta intensidad.

En la práctica esto significa, sencillamente, que el proyector de Xiaomi es capaz de recuperar una cantidad de información importante en las zonas oscuras, y también de ofrecernos unos negros convincentes, pero no son los mejores que he visto. Muchos de los proyectores SXRD de Sony y D-ILA de JVC, incluso los más económicos, lo hacen mejor en este ámbito. Aunque, eso sí, es justo tener presente que suelen ser más caros y tienen un diseño tradicional (no son de tiro ultracorto como este de Xiaomi), con todo lo que esto conlleva.

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En lo que concierne a la restitución del color el resultado que nos ofrece este proyector es también muy satisfactorio. Aunque, de nuevo, no alcanza un nivel de referencia. Una de las películas que utilizo actualmente para evaluar este parámetro es 'Blade Runner 2049', tanto la edición en Blu-ray Disc como en Blu-ray 4K. De hecho, aprovecho esta mención para apuntar un dato importante: este proyector admite señales de entrada con resolución 4K UHD. Eso sí, las procesa y «comprime» la imagen para poder recrearla a 1080p, que es la resolución que puede manejar la matriz DMD integrada en este proyector DLP.

El buen resultado alcanzado por Xiaomi en lo que concierne a la colorimetría posiblemente se apoya en la utilización de una rueda de color de cinco segmentos que incrementa la tasa de emisión de luz roja, según Xiaomi, hasta alcanzar el 18%. En la práctica esto se percibe bajo la forma de unos colores intensos y un rojo vivo que da a algunas de las secuencias de la película dirigida por Denis Villeneuve una estética muy similar a la que pudimos disfrutar en las salas de cine.

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No puedo concluir esta sección del análisis sin prestar atención a una de las características de este proyector que más me ha sorprendido: su sonido. Se nota que los ingenieros de Xiaomi se han esmerado porque este es, sin lugar a dudas, el proyector con mejor sonido de cuantos he analizado hasta ahora. Lógicamente, no puede rivalizar con un equipo de audio multicanal dedicado, pero suena mejor no solo que muchos otros proyectores, sino también que muchos televisores.

Para lograr este resultado los ingenieros de Xiaomi han dedicado una parte importante del recinto del proyector a los cuatro altavoces que se responsabilizan de la reproducción de todo el espectro de frecuencias audible. Su punto débil, como cabe esperar, son los graves, que tienen poca resolución y un impacto comedido. Pero los agudos y los medios no están pero que nada mal. Y, además, los amplificadores en clase D que se encargan de excitar estos altavoces consiguen un nivel de presión sonora suficiente para llenar una habitación de más de 40 metros cuadrados como la que utilicé para llevar a cabo este análisis.

También se siente cómodo con juegos

Todo lo que he descrito en la sección anterior aplicado a la reproducción de películas es válido también cuando utilizamos este proyector para disfrutar nuestros videojuegos favoritos. Para probarlo utilicé la Xbox One X habitual en nuestras pruebas y recurrí a varios juegos para esta plataforma, como el estupendo 'Forza Motorsport 4', 'Gears of War 4' y 'Halo 5 Guardians'. ¿El resultado? Fantástico.

Disfrutar estos títulos en una pantalla de 130 pulgadas como la que pude recrear durante las pruebas es una experiencia difícil de olvidar. La calidad de imagen global de este proyector con juegos es muy satisfactoria, a pesar, como expliqué unos párrafos más arriba, de que su contraste no llega a ser sobresaliente. Pero en lo que tiene que ver con los juegos la calidad de imagen y sonido no es lo único que importa. La latencia de entrada puede condicionar seriamente nuestra experiencia porque refleja el tiempo que transcurre desde que llevamos a cabo una acción con el mando de control de la consola hasta que esta tiene efecto en la imagen.

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No soy un jugador profesional, pero me encantan los videojuegos y les dedico una parte de mi tiempo libre, por lo que estoy acostumbrado a identificar una latencia de entrada excesiva cuando aparece. Y la de este proyector no es alta. De hecho, mi experiencia con los títulos de acción en primera persona fue muy similar a la que me han ofrecido durante mis pruebas algunos televisores LCD y OLED de gama alta al activar el modo juego. Así que no tengo nada que reprocharle a este proyector en este terreno.

Cabe la posibilidad de que un jugador más avanzado acostumbrado a hilar muy fino con los juegos de acción en primera persona y los títulos de lucha perciba una leve demora al ejecutar algunas maniobras o combos, pero estoy convencido de que la mayor parte de los jugones estará satisfecha con el rendimiento de este proyector. Este comportamiento refleja que el procesado que lleva a cabo es ligero y provoca un desfase en la restitución de la señal de entrada reducido, por lo que lo único que puedo concluir es que sí, este proyector nos ofrece una experiencia muy apetecible con videojuegos.

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Xiaomi Mi Laser Projector: la opinión de Xataka

Este producto de Xiaomi no es solo una alternativa muy sólida a cualquier otro proyector doméstico de su rango de precio; también representa una alternativa interesante a un televisor de gran formato. Esta última opción adquiere consistencia gracias a su alta luminosidad, que permite utilizarlo con bastante luz ambiental, y también debido a la dilatada vida útil de su fuente de iluminación láser. De hecho, como defiende la marca china, podemos utilizarlo para reproducir 10.000 películas de dos horas de duración, por lo que es mucho más probable que dejemos de utilizarlo en el futuro por obsolescencia que por agotamiento de la vida útil de la fuente de luz láser.

La larga vida útil de su fuente de luz láser nos permite disfrutar 10.000 películas de dos horas de duración, y la calidad de la luz apenas se verá degradada

Su precio, aunque no lo parezca, también juega a su favor. No estamos acostumbrados a ver productos de Xiaomi con un precio cercano a los 2.000 euros, pero si tenemos presente que los proyectores láser suelen ser bastante más caros, el panorama cambia. Además, como hemos visto, podemos utilizarlo para recrear pantallas de 80 pulgadas en adelante, por lo que su relación tamaño de imagen/precio es más favorable que la que nos ofrecen los televisores LCD LED y OLED con paneles de 75 pulgadas o más. En lo que concierne a su calidad de imagen global hemos visto que no es sobresaliente, pero sí merece un notable alto, por lo que en este ámbito también sale bien parado. Y, de propina, tiene un sonido resultón.

¿Pegas? Pocas, pero hay alguna que a los usuarios nos interesa tener presente. Por un lado, la fluidez con la que podemos movernos a través de la interfaz es mejorable, y el tiempo que requiere el inicio de las apps denota cierta pesadez, algo que este proyector comparte con muchos televisores Android TV. En lo que concierne a la calidad de imagen, como hemos visto, la capacidad que tiene de recuperar información en las zonas en sombra está un paso por debajo de su solvencia en otros frentes, como son la entrega de brillo o la colorimetría.

Y, por último, no puedo pasar por alto que la corrección trapezoidal pone a nuestra disposición un margen de maniobra algo limitado que, en mi caso, no me ha permitido dejar la geometría de la pantalla perfecta. Aun así, el margen de mejora que tiene este proyector en estos apartados no empaña su buen hacer en los otros frentes que he descrito. Sin duda, es un producto interesante tanto para los aficionados al cine en casa como para los jugones. Y está disponible a un precio realmente atractivo si tenemos presente que incorpora una fuente de luz láser. ¿Mi valoración final? Yo lo incluiría en mi lista de deseos, siempre y cuando, eso sí, encajase en mi presupuesto.

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