El iPhone XS Max es la vuelta al pasado de Apple pero con toda la actualidad de un diseño sin marcos y con panel OLED.
Pese a que la proporción del iPhone X en cuanto a dimensiones y pantalla parecía muy adecuada y definitiva por unos cuantos años, el iPhone XS Max pone de nuevo a Apple en la senda de los terminales de enorme e inabarcable pantalla. En Xataka ya lo hemos probado a fondo para poder contaros qué trae de bueno y de malo el nuevo iPhone XS Max, modelo que pilota plenamente en una diagonal de 6,5 pulgadas y la polémica de su alto precio.
iPhone XS Max: vuelve el iPhone de gran pantalla
El año pasado Apple introdujo la mayor novedad a nivel de diseño en su iPhone desde su lanzamiento. Fue algo simbólico al celebrarse los 10 años de la presentación del primer iPhone, y supuso la pérdida por fin de unos marcos que penalizaban sobremanera al terminal de Apple desde hace años, la llegada de Face ID y la interacción con el terminal basándose solo en gestos sobre la pantalla.
En ese iPhone X, único, la pantalla se reducía hasta las 5,8 pulgadas. Se perdía parcialmente el modelo Plus (seguía existiendo en la familia iPhone 8), que entre otras mejoras, ofrecía una pantalla más grande.
El regreso este año del modelo de más pantalla llega con una excelente noticia: más pantalla no significa también mejores prestaciones en la cámara. Así, elegir entre el iPhone XS y XS Max ya es solo una cuestión de preferir una pantalla de más o menos pulgadas.
iPhone XS Max | |
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Dimensiones físicas | 157,5 x 77,4 x 7,7 milímetros, 208 gramos |
Pantalla | OLED 6,5 pulgadas Super Retina HD |
Resolución | Resolución de 2.688 x 1.242 píxeles, 458 ppp |
Procesador | Chip A12 Bionic con arquitectura de 64 bits y 7 nm, Neural Engine |
Núcleos | Hexa-core |
Gráfica | GPU Apple de 4 núcleos |
RAM | 4 GB |
Memoria | 64/256/512 GB (no ampliables con microSD) |
Versión software | iOS 12 |
Conectividad | LTE, Wi‑Fi 802.11ac con MIMO, Bluetooth 5.0, NFC con modo de lectura |
Cámaras traseras | 12 + 12 megapíxeles gran angular y teleobjetivo (f/1.8 y f/2.4), doble OIS zoom óptico, grabación 4K@24/30/60fps, flash 4 LED |
Cámara delantera | 7 megapíxeles, f/2.2, grabación 1080pRetina flash, vídeo 1080p |
Otros | FaceID, resistencia al agua IP68, 3D TouchGLONASS, Galileo y QZSS |
Batería | 3.174 mAh |
Precio | Desde 1259 euros (64 GB) |
En 2018 el iPhone de más pantalla regresa a lo grande en todos los sentidos: más potente, con más pantalla, mejor cámara y también un precio más alto. También acoge el iPhone XS Max el sistema Dual SIM, aunque de manera híbrida.
Apple estrena en su teléfono la eSIM o SIM virtual para complementar a la nanoSIM física, pudiendo contar con dos líneas móviles diferentes y activas al mismo tiempo. Esa segunda línea se puede configurar simplemente escaneando un código QR que nos proporciona la operadora.
Apple ha modificado aspectos de iOS 12 para que el usuario pueda gestionar esa doble línea, pudiendo elegir en los contactos con qué número realizar las llamadas por defecto, identificar la línea a la que llega la llamada entrante o activar/desactivar las líneas por separado cuando el usuario desee.
Las dudas surgen alrededor de la implementación de esta funcionalidad en aplicaciones de terceros, donde serán ellos los que decidan cuándo y cómo estará disponible esta posibilidad.
Todo cristal y pantalla OLED
Si no fuera por sus dimensiones físicas sería imposible detectar al nuevo iPhone XS Max entre varios iPhone X. El exterior es idéntico salvo por el detalle del color oro que ahora está disponible y pequeños cambios en las antenas.
Sobre el iPhone XS Max en color oro, hay que olvidarse de pensar en ello como algo estrambótico. Es un tono muy agradable a la vista, discreto y a la vez diferente.
El iPhone XS Max tiene unas dimensiones casi clavadas a las del iPhone Plus de generaciones anteriores. Es prácticamente igual de alto, apenas más ancho y pesado (208 gramos) pero un poco más delgado.
Si atendemos a estos datos y nuestra experiencia en esta semana de uso, el iPhone XS Max es un terminal enorme que no podemos usar de manera discreta ni tampoco llevar cómodamente en un bolsillo. Sí que me ha resultado cómodo en mano y nada pesado pese a sus más de 200 gramos por la buena distribución del peso en todas sus dimensiones, así como por las líneas suaves y exquisitamente rematadas en todos sus puntos.
Aunque el cristal de la parte trasera no es nada resbaladizo (en realidad se agarra a la mano de manera asombrosa), la anchura del iPhone XS Max lo hace algo incómodo de manejar con una sola mano.
El nivel de construcción no deja lugar a dudas sobre la gama en la que queda situado. Según Apple el cristal de protección, tanto de la parte trasera como de la pantalla, ha sido modificado para aumentar al tiempo la resistencia a caídas/golpes y a arañazos. Habrá que ir comparándolo respecto al iPhone X del año pasado, en cuya pantalla sí que se podía apreciar el paso del tiempo tras un uso bastante intensivo. En un terminal del más alto precio del mercado de consumo, uno espera lo máximo siempre.
El módulo de cámara sigue sobresaliendo del perfil, por lo que colocado sobre la mesa y según dónde apoyes los dedos, el iPhone XS Max se balancea ligeramente. Aquí, basándonos en la experiencia de un año de uso del iPhone X, no hay que temer en todo caso por la resistencia de la protección de la cámara por mucho tiempo que pase sobre la mesa. Ojalá esa protección de zafiro para el resto del terminal.
Otra novedad del diseño está en la resistencia al agua y polvo. Se pasa de una certificación IP67 a una IP68, lo que traducido a lenguaje común significa que el derrame de líquidos, incluso los que no son agua, no supone un problema. La teoría dice que con esa protección podríamos sumergir el iPhone XS Max a dos metros de profundidad durante media hora.
OLED de primer nivel
Si alguien quería un iPhone con pantalla de más de 6 pulgadas sin que por tamaño pareciera un tablet, el iPhone XS Max responde a esa petición. La diagonal crece de las 5,5 a las 6,5 pulgadas (21% más superficie que en los modelos Plus), con proporción alargada de 19,5:9, y sin que le falte el notch, el cual ocupa menos del 2% de la superficie total del panel.
La pantalla tiene una resolución de 2688x1242 píxeles, lo que se traduce en una densidad de 458 ppp, la misma que el modelo iPhone XS.
Aunque con más de 450 ppp de densidad de píxeles no hay mucho margen de mejora en cuanto a nitidez a la distancia típica de uso del smartphone, nos hemos quedado con las ganas de disfrutar de una resolución mayor que nos dejara más contenido en esa gran diagonal.
Sería ése un buen argumento a favor de este tamaño de pantalla (y de terminal), y no solo lo que supone ahora mismo, que se reduce básicamente a mismos contenidos que en el modelo XS a secas pero con mayor tamaño. Para lo único que lo agradecemos es para tener un teclado de mayor tamaño con el que resulte más cómodo teclear, para disfrutar de contenidos multimedia y apenas algún detalle de selectas aplicaciones que usan el modo apaisado para optimizar el uso del terminal.
Uno de los puntos fuertes de la pantalla OLED del iPhone XS Max es la reproducción y fidelidad de color, ajustada en todo momento según los espacios sRGB y DCI-P3. No faltan los modos Night Shift y True Tone, así como el soporte HDR (HDR10 y Dolby Vision).
Otro dato destacado de la pantalla del iPhone XS Max es el nivel de brillo, que según DisplayMate supera incluso los 700 nits, lo que unido al contraste típico de la tecnología OLED, hace que que en exteriores tenga una visibilidad excelente, además con pocos reflejos. Eso sí, a menudo seremos nosotros los que subamos el brillo al máximo de manera manual.
En cuanto a los ángulos de visión, son muy altos, aunque en los extremos ya podemos apreciar un enfriamiento del tono de la pantalla cuando el fondo es blanco o muy claro. En todo caso, como en otras pantallas OLED de máximo nivel, es un defecto apenas apreciable, sin casi diferencias a ojos del consumidor entre las mejores pantallas OLED del mercado y del que es fácil olvidarse en el día a día.
El apartado multimedia de este iPhone XS Max se completa con el sonido estéreo mejorado a través de los altavoces. La potencia total y efecto estéreo es más pronunciada que en la generación anterior, por lo que podemos usarlos sin miedo, aunque sin la referencia que supondría disponer de esos altavoces completos en la parte frontal de la pantalla.
A12 Bionic: potencia gráfica y aprendizaje máquina
Apple suma y sigue en su carrera de fondo dentro del campeonato de diseño y construcción de chips para smartphones. El A12 Bionic es su último retoño. Es el primer que nace bajo fabricación de 7 nm, y cuenta con seis núcleos. Dos de ellos están dedicados al rendimiento mientas que los otros cuatro se centran más en ofrecer eficiencia.
Como ocurre con cada nueva generación de los chips de Apple, hay un avance en rendimiento que se traduce en mejores cifras en benchmarks, aunque no hay un salto a nivel de potencia bruta tan destacado como entre generaciones anteriores. La teoría nos dice que Apple se ha centrado más en la eficiencia y en los resultados del apartado gráfico (ahora con cuatro núcleos para la GPU también diseñada por Apple) y de aprendizaje máquina.
Como es recurrente de iPhone a iPhone, el chip del año pasado creo que hubiera seguido siendo válido para este nuevo iPhone, pero tanto por cuestiones mediáticas como comerciales, tocaba nuevo chip.
En el día a día no hay posibilidad de apreciar una mejora del rendimiento más allá de la que marcan los números en los benchmarks, donde Apple vuelve a presumir de un músculo tremendo.
¿Y para qué tanta potencia bruta si no hay diferencias en fluidez del sistema? Es una pregunta que desde hace dos años llevamos haciéndonos en muchas reviews de smartphones de gama alta. La guerra abierta entre los fabricantes de smartphones para que la AI y el aprendizaje máquina den valor a sus terminales y plataformas es la respuesta.
En el caso del iPhone XS Max, como vamos a ver, esa mejora de rendimiento se aplica para tareas de realidad aumentada, que en el nuevo terminal va muy fluida, así como en Face ID y cómo no, la cámara de fotos.
Dos rostros para FaceID, pero no es suficiente
El apartado más mejorado en el A12 Bionic respecto a los procesadores de la generación anterior está en el motor neuronal, ahora con 8 núcleos y una capacidad de procesamiento mucho mayor. Esa parte es la encargada de las tareas de aprendizaje máquina que cada vez demandan ese extra de procesamiento en tiempo real.
Siri, que presenta las novedades de Atajos en iOS 12, es una de las grandes beneficiadas, aunque Apple sigue avanzando a un ritmo menor que el de sus rivales en el competido y expectante mundo de los asistentes virtuales.
Otra funcionalidad o servicio de uso diario en el iPhone XS Max y que debería sacar partido a ese A12 Bionic es FaceID. El nuevo A12 Bionic mejora el sistema de reconocimiento, aunque en la práctica no he notado un cambio de velocidad ni tampoco de mejor funcionamiento. Al menos en las situaciones en que ya la generación anterior me había dado problemas. Hablo por ejemplo de la identificación cuando tienes el terminal muy cerca de la cara o tumbado, que es mi problema número uno con el sistema de rostros de Apple.
Por el contrario sí que he notado más efectividad cuando miras al terminal y éste está sobre una mesa, incluso algo ladeado. También al sacar el terminal del bolsillo o levantarlo de la mesa y acercarlo a la cara ha ganado en acierto y velocidad.
Otra novedad que llega a FaceID de la mano del nuevo A12 Bionic es la posibilidad de registrar hasta dos rostros. Apple permite que estos sean de diferentes personas, pero nos advierten de que si lo hacemos así, además de ser algo más lento, el sistema pierde del orden de un 50% de seguridad.
El doble registro de FaceID ha sido pensado, según Apple, para aquellos usuarios que por trabajo o circunstancias variables/personales, pueden tener dos rostros algo diferentes en determinadas situaciones. Registrar ambos ayuda a que el sistema falle menos y sea más rápido en la identificación en cualquier situación.
Un extra de batería que pide otro cargador
Aunque Apple no da cifras oficiales de capacidad de sus baterías, la del iPhone XS Max parece ofrece unos mAh extra con los que compensar el aumento de diagonal y resolución de la pantalla. Sobre el papel, el iPhone XS Max ofrece una hora extra de autonomía respecto al modelo no Max.
En nuestras pruebas de uso real e intensivo, la batería del iPhone XS Max ha aguantado sin problema más allá del día de uso, quedándonos al final del día más del 20% de batería de media (eso sí, tendrás que mirarlo en el centro de control obligatoriamente). Con un uso más moderado sería fácil superar el día y medio. Estamos hablando de más de 6 horas de uso según nuestras pruebas.
Con iOS 12 la gestión de la batería en el iPhone XS Max es muy completa. Más que en modos de ahorro (hay uno que reduce la actividad en segundo plano de las aplicaciones), Apple se ha centrado en proporcionar al usuario un detallado informe de cómo, cuándo y dónde se consume la batería.
En la opción Batería de iOS 12 tenemos datos de uso de las últimas 24 horas o 7 días. Además podemos filtrar por días e incluso horas, y de ahí obtener cifras de uso de pantalla y actividad por aplicaciones, tanto en segundo plano como en pantalla.
El iPhone XS Max, con su trasera de cristal, mantiene la carga inalámbrica, la cual ha mejorado tanto en velocidad como en eficacia. Sin embargo, al menos con el iPhone XS Max y la base de carga Belkin, seguimos necesitando que la trasera quede bastante alineada en el centro, admitiendo tan solo variación lateral pero no hacia arriba o abajo, momento en que deja de cargar.
Del sistema de carga del iPhone XS Max, aunque sería aplicable a cualquier iPhone, no podemos dejar de hablar del cargador que viene de serie. Podemos admitir que, por cuestiones medioambientales se haya dejado de lado el adaptador lighting para auriculares con cable, pero es incomprensible a todos los efectos que en un terminal con esta capacidad de batería y sobre todo precio, el cargador de serie sea un ridículo modelo de 5W que tarda más de 180 minutos en completar la carga, más incluso que usando un cargador inalámbrico.
Si necesitamos cargar con velocidad el iPhone XS Max hay que optar por cargadores de más vatios y que aprovechen la carga rápida que Apple le coloca y que, de serie, es casi de pago al necesitar un cargador mejor que el que viene en la caja. Con un modelo de 29 W sí que podemos conseguir ese 50% en media hora, contando con unos 90 minutos para la carga completa.
iOS 12 sin exclusividad para una gran pantalla
El iPhone XS Max se estrena en el mercado con la nueva versión de iOS, la 12. Como con los nuevos teléfonos, esta versión presenta mejoras menores respecto a iOS 11 si nos referimos a los iPhone XS y XS Max. Se centran básicamente en la seguridad y mayor información para el usuario.
A nivel de interfaz siguen los gestos como la manera de moverse por el sistema, y las novedades las encontramos en las notificaciones, que se pueden agrupar y gestionar en bloque de manera más sencilla. Siri también admite ahora más integración con aplicaciones de terceros, en busca de un uso del teléfono donde tocar sea cada vez menos necesario.
Ahí tenemos por ejemplo los Atajos, el renombrado que ha hecho Apple de la aplicación Workflow, una de las más interesantes del ecosistema iOS. Con ella podemos crear flujos de trabajo complejos y personalizables, a modo de acciones que requieran de un toque y listo. Se trata de la primera generación, y aunque funciona bastante bien, presenta una curva de aprendizaje que no creemos que sea válida para cualquier usuario.
De las novedades que más nos han gustado está la integración de gestores de contraseñas como 1Password dentro del flujo del sistema, pudiendo elegir entre ella (u otras de terceros) y el llavero propio de Apple. También el modo No Molestar admite más opciones de configuración, algunas basadas en el uso de hacemos del teléfono y de las que el propio terminal se encargará de gestionar por nosotros.
El resto de avances están del lado de la información que tiene el usuario de iPhone sobre su teléfono. Hay más detalles en batería, pero también en tiempo de uso y un control parental de los más completos que hemos visto integrados en un sistema.
Como particularidad de iOS 12 en el iPhone XS Max hay que advertir que no hay apenas ventajas por tener una mayor pantalla y espacio para contenido. Por ahora apenas algunas aplicaciones propias de Apple, como Mensajes, adoptan algún extra cuando tenemos el terminal en modo apaisado. Una verdadera pena porque supone dejar en manos de terceros que quieran sacar partido de las 6,5 pulgadas.
Otro detalle que tiene margen de mejora es el modo Fácil alcance. Con él activado (está en Accesibilidad), en teoría bastaría con deslizar la parte inferior de la pantalla para que la superior quedara a nuestro alcance. Es una situación de uso deseable si queremos manejar el terminal con una sola mano. En mi caso apenas me ha funcionado, y uno acaba desechando esa opción que, con la desaparición de Touch ID y la llegada de los gestos sobre la pantalla, requiere de una pericia que seguramente yo no tenga.
Más apuntar y disparar, incluso en el modo retrato
Una de las cuentas pendientes de Apple para con su nuevo iPhone XS Max estaba en la cámara. Tenía carencias en los dos apartados clave de la misma: físico y computacional. Y ha tomado cartas en el asunto.
La primera decisión, necesaria desde hace un par de generaciones, es acertada. Apple ha aumentado el tamaño del sensor principal de su cámara y lo iguala así a la mayoría de rivales. Sin embargo, a nivel físico el rey del año es el Huawei P20 Pro con sus tres estupendas cámaras.
Ese mayor tamaño del sensor permite a la cámara del iPhone XS Max recibir más luz al hacer fotos, lo que se traduce en una mejora directa en escenas de interior, nocturnas o en general con poca luz. El iPhone XS Max es capaz de disparar con una ISO mayor, lo que permite reducir el tiempo de exposición para evitar trepidaciones al tiempo que necesita menos procesado agresivo con el ruido generado, y con ello preserva más detalles.
Donde Apple sigue manteniendo firmeza es en el modo de apuntar y disparar en en situaciones de luz controlada. En esos casos la cámara del iPhone XS Max muestra una exposición y reproducción del color correctísima, así como un nivel de detalle adecuado y sin exagerar. Es además una cámara rapidísima y con una interfaz más sencilla imposible.
El resto del apartado físico de la cámara del iPhone XS Max se mantiene inalterable. Seguimos contando con dos cámaras, la segunda actuando como objetivo tele para conseguir un zoom de 2 aumentos y aprovechar esa distancia focal para el modo retrato.
Un detalle que nos chirría es que Apple mantiene la exclusividad del modo retrato para la segunda cámara, de menos tamaño y con menor capacidad de captar luz que la principal, por lo que pese a que en el iPhone XR han demostrado que con una sola cámara se podría conseguir ese efecto retrato, aquí por ahora estamos atrapados y sin aprovechar la mayor calidad que el sensor principal podría ofrecernos en situaciones en que la escasez de luz hace tropezar al modo retrato en el iPhone XS Max.
Modo retrato con desenfoque regulable
Hablando del modo retrato, el del iPhone XS Max recibe mejoras de la mano del A12 Bionic y el nuevo ISP con mayor capacidad de procesamiento y aprendizaje máquina. Ya en las primeras betas de iOS 12 se podría apreciar algo de mejora en este modo retrato, especialmente en los bordes.
En nuestra experiencia con el iPhone XS Max, el modo retrato mejora ligeramente, especialmente en la calidad del desenfoque de fondo. Mantiene una reproducción del tono de piel que nos parece la más fiel del mercado pero por otro lado seguimos echando de menos una nitidez que haga justicia al nivel que debería exigirle a un terminal que pretende ser el mejor del mercado, empezando por el precio.
Lo que es nuevo en el modo retrato del iPhone XS Max es el desenfoque selectivo ajustable tras la toma de la fotografía. Esta opción se añade a la que ya existía para cambiar el tipo de iluminación, función que por cierto ha quedado algo estancada y con resultados solo aceptables en determinadas y escasas situaciones.
El desenfoque selectivo del modo retrato admite variar la profundidad desde un ficticio f1,4 hasta un f16. En el primer caso apenas quedaría dentro de foco el centro de la cara, y su resultado es bastante extremo.
Si el sujeto ha permanecido quieto y el enfoque inicial ha sido acertado en su rostro, el desenfoque que se consigue es bastante consistente y el bokeh muy atractivo cuando el fondo da juego, como por la noche con luces.
Ese modo retrato con desenfoque variable aplica también a la cámara secundaria. Junto con los modos de luz nos dejan una serie bastante completa para mejorar o al menos personalizar selfies donde hemos quedado muy contentos tanto con la nitidez como con la reproducción de los tonos de piel, completamente fieles a la realidad.
Modo Smart HDR
Uno de los apartados renovados en el iPhone XS Max es el modo HDR. Bajo iOS 12 recibe el apellido Smart con el claro objetivo de mejorar de manera automática las fotografías en momentos complicados de alto contraste de la escena. Aquí hablamos de Apple, así que no hay manera de controlar ese efecto, todo queda del lado del IPS, sin posibilidad de activar o desactivar a demanda en tiempo real.
El lado positivo de esta decisión de Apple es que el iPhone XS Max refuerza la idea de cámara para apuntar y disparar en la que hay un altísimo porcentaje de obtener una excelente imagen. En atardeceres y amaneceres, así como con el sol en pleno apogeo, la cámara del iPhone XS Max se comporta de manera excelente en muchas situaciones, habiendo superado definitivamente problemas con la sobreexposición. Las luces, en general, están ya bajo control.
Sin embargo, en situaciones de muy alto contraste, especialmente con naturaleza, el énfasis de Apple por recuperar las zonas más oscuras provoca un efecto HDR nada natural que me ha resultado desesperante en algunas situaciones.
Lo mejor es que en las opciones de la cámara, si no nos gusta el resultado, desactivemos el modo Smart HDR (viene activado por defecto), pudiendo también dejar la opción de “Conservar foto normal” activada. Esas opciones deberían contar con un acceso directo en la interfaz de cámara para mi gusto, pero por ahora tenemos que conformarnos con activar o no el HDR, opción que aparece cuando desactivamos en la configuración la opción Smart HDR.
Vídeo 4K mejor estabilizado
Apple siempre se ha caracterizado por ofrecer un modo de grabación de vídeo de alta calidad. En este iPhone XS Max contamos con los modos esperados, situándose en los extremos el vídeo 4K hasta 60 fps y modo cámara lenta a 240 fps y 1080p de calidad.
Las mejoras de rendimiento vistas ya en el modo de fotografía y referentes a las situaciones por poca luz y alto contraste se trasladan también a la experiencia en modo vídeo.
Sin embargo, hay dos aspectos que elevan el listón del vídeo con el iPhone XS Max: el sonido estéreo, más limpio y potente, y sobre todo la estabilización de vídeo. En éste último caso los resultados en mano solo con el teléfono, sin gadget externo para estabilizar, son muy buenos.
iPhone XS Max, la opinión y nota de Xataka
El regreso del iPhone de pantalla más grande no ha dejado a nadie indiferente. Sin más diferencias con el XS normal que la diagonal de pantalla, con un asombroso panel OLED de 6,5 pulgadas, su elección responde más que nunca a la idea de terminal grande para disfrutar de contenido pese a que quede penalizado su uso con una sola mano, así como el transporte.
En su interior hemos encontrado las mejoras de toda versión S del iPhone: mejor procesador y cámara. En éste último caso Apple ha solucionado en parte dos de los puntos que habían quedado más atrás respecto a la competencia. En esos elementos, como con el diseño, pantalla y hasta autonomía, el iPhone XS Max no presenta incógnitas. Tampoco en la memoria interna de 512 GB de la versión que hemos podido probar.
Los peros llegan del lado de la excelencia que uno espera de un smartphone con precio nunca más abajo de los 1259 euros, y que no vemos ni en el cargador de serie, la cámara en puntos concretos o detalles como FaceID o el aprovechamiento de una diagonal tan grande.
9,2
A favor
- Calidad global de la pantalla tanto en interiores como en exteriores
- El teléfono más potente del mercado con diferencia
- La mejor cámara para apuntar y disparar en todas las situaciones
En contra
- FaceID todavía presenta situaciones de uso a mejorar
- En un terminal de los más caros del mercado se espera la mejor cámara en todos los apartados
- Las pulgadas extra no se aprovechan más allá de que todo sea más grande