Para algunos usuarios y en parte para las compañías que hay detrás de ellos, el Surface Pro 4 y el iPad Pro son unos adelantados a su tiempo y representantes de los equipos informáticos del futuro más cercano. De forma general ambos comparten la aspiración teórica de abarcar más campos de acción, de unir dos mundos diferentes ... buscan confluir en un mismo punto pero lo hacen partiendo de extremos diferentes.
Tras los análisis a fondo tanto del iPad Pro como del Surface Pro 4, en Xataka los hemos enfrentado en un One to One en vídeo donde valorar cómo son, qué hacen y cómo plantean el entretenimiento y trabajo dos equipos que están llamados a representar el frente principal de los convertibles (Surface Pro 4) y los tablets de corte más ambicioso (iPad Pro). ¿Te lo vas a perder?
De portátil convertible a un tablet gigante
Hay muchos ejemplos que reflejan perfectamente que, pese a tener un punto de encuentro (futuro) parecido, los caminos escogidos para llegar a él son diamentralmente opuestos. Uno bastante llamativo es el diseño.
El iPad Pro responde perfectamente a su nombre y es fiel al diseño del tablet de Apple pero mucho más grande. Apple ha realizado una excelente tarea en peso (pesa lo mismo que el iPad original) y especialmente grosor, pero se ha quedado ahí, sin aporte alguno para un formato de dispositivo muy grande para manejar tal cual como tablet.
Microsoft por su parte inicia el camino como si se hubiera cogido la pantalla de un portátil y se le hubiera retirado el teclado. En diseño creemos que está un nivel por encima, resulta más cómodo en mano pese a que tiene prácticamente el mismo peso que el modelo de Apple, y las posibilidades a nivel de expansión gracias a los puertos son evidentes.
Pero es que además se ha pensado en que vamos a querer usarlo apoyado en la mesa (lógico en estas diagonales superiores a las 12 pulgadas) y se la ha dado un apoyo trasero regulable que está siendo imitado por todo el que quiere un equipo en formato tablet pero con uso de sobremesa.
Quizás el único punto en que tanto el iPad Pro como el Surface Pro 4 coinciden en planteamiento es la pantalla. Aquí no ha habido concesiones por ninguna de las partes y ambos paneles son espectaculares. Tanto en resolución como en brillo o precisión táctil. Usar cualquiera de las dos para ver contenido, ya sea texto o multimedia, es una gozada y en ello encontramos uno de los principales valores de estos productos cuando actúan como tablets gigantes en casa. Fuera de ella ya no es tan inmediata ni la comodidad ni la utilidad.
Potencia y sistemas operativos: cada uno por su lado
Más allá de conceptos o si son alguno de ellos el futuro de la informática, algo está claro: la idea de sistema operativo y tecnología de procesadores es completamente opuesta en Microsoft y Apple.
El Surface Pro 4 aboga por ser todo un portátil por dentro, con su SSD de gran capacidad y a años luz de la que ofrece Apple en su iPad Pro, sus procesadores Intel Core y cómo no, un sistema operativo completo de escritorio que cuenta con la ventaja de llevarse muy bien con tablets cuando escojemos ese modo de funcionamiento. La mala noticia es que en ese modo el ecosistema es muy limitado.
No hay pues inconvenientes con el rendimiento de esta combinación que se ha aderezado bien cargada de memoria RAM, pero sí que emite más calor y tiene otros inconvenientes asociados a incluir tal tecnología en un espacio tan reducido.
En el extremo contrario está Apple con su solución bajo ARM y sistema operativo móvil 100%. A nivel de rendimiento, y cada uno con su sistema operativo, hay máxima igualdad (cada uno en su campo) y en todos los casos hay fluidez total.
A nivel de sistema operativo en el iPad Pro, por ahora y más allá de la pantalla dividida, no hay mucho aprovechamiento de la superficie extra de pantalla pero el ecosistema de aplicaciones en modo tablet es abrumador y algunas soluciones incluso compiten en potencia con las de escritorio de Windows.
El uso de procesadores ARM le otorga al iPad Pro una ventaja importante en autonomía, superando las 10-11 horas que no tiene a su alcance el Surface Pro 4, lo que resulta un inconveniente .
De teclados, stylus y "otras hierbas"
Como hemos estado viendo en este One to One, Surface Pro 4 y iPad Pro tienen puntos de tensión entre ellos en casi todos los apartados en que pensemos excepto en la calidad y dimensiones de la pantalla. Así que compararlos o pensar en ponerlos como rivales tiene más que ver con la concepción que cada cual tenga de estos equipos que en las características técnicas en bruto. Si piensas en ponerle un teclado, es probable que sí que sean productos con un fin parecido.
Ambos equipos suelen salir en las fotos acompados de un inseparable teclado. En el caso de Surface Pro 4 es complicado pensar en el dispositivo sin su funda con teclado. Microsoft ha invertido tiempo, dinero y unas cuantas generaciones hasta lograr uno de suficiente calidad para considerarlo seriamente como teclado sólido y real para su Surface.
Apple también tiene su teclado exclusivo para el iPad Pro y aunque no lo asocia de forma tan descarada como Microsoft, es extraño que muchos consumidores vean al tablet gigante de Apple como un producto al que sacar partido sin ese accesorio. Aquí recomendamos especialmente el modelo de Logitech, más aparatoso que el de Apple pero a años luz en calidad de teclado si necesitas usarlo con continuidad.
La ambición de Microsoft porque usemos su Surface Pro 4 como sustituto del portátil es clara cuando introduce en el teclado un touchpad, que hay que decir que ha mejorado mucho en esta generación aunque se mantiene todavía a distancia del de un buen portátil.
Al usar el iPad Pro y pese a las diferencias a nivel de sistema operativo, sí que echamos en falta que en los teclados compatibles no haya una zona a modo de touchpad para movernos por la interfaz sin tener que levantar demasiado las manos del teclado. Es algo que, hasta que pase alguna generación, tenemos asociado de forma instintiva. Y no es fácil superarlo para cierta parte de la sociedad.
Dicho esto, tirón de orejas para Apple y Microsoft al dejar fuera del precio de sus equipos la funda con teclado. Si en el iPad Pro todavía se puede entender, con Surface no entendemos que se incluya de serie y haya que pensar en un precio final más alto del que marca el dispositivo principal. Y ojo porque tamnbién entiendo que haya quien prefiera soluciones de terceros o incluso recurrir a un teclado inalámbrico que nada tenga que ver directamente con estos productos.
Otro accesorio importante al hablar de estos dos equipos es el stylus. Y aquí tampoco se han puesto muy de acuerdo Microsoft y Apple. Ambos sirven perfectamente para dibujar y crear sobre la pantalla, con precisión prácticamente idéntica, pero el Pencil de Apple cuenta con la ventaja clara de todo un ecosistema de aplicaciones muy buenas para usar su lápiz.
En todo lo demás el modelo del Surface Pro le gana. Es más compacto (el de Apple nos parece ligeramente largo), tiene sitio para ser colocado de forma más o menos segura (al menos más que el de Apple) en el lateral del tablet, y cuenta con botones físicos que facilitar cierta interacción con el sistema operativo y algunas aplicaciones. En este caso además va de serie con el Surface mientras que Apple hace que te lo compres aparte, y eso que o considera un accesorio muy importante para su iPad Pro.
Dicho esto, ahora os toca a vosotros, ¿qué equipo es mejor ahora? ¿Y para el futuro?