El año pasado llegaron de puntillas, pero este 2013 las opciones para llevar un cuantificador personal puesto en la muñeca, su sitio ideal en mi opinión, son más.
Una de las novedades de este año en España es la Jawbone Up, que llega en su segunda versión, la de verdad, pues la primera no era más que una prueba que tuvieron que modificar rápidamente.
A continuación el análisis de Xataka de la Jawbone Up.
Jawbone UP, análisis en vídeo
Arrancamos como es habitual con nuestro análisis en vídeo de la Jawbone Up:
La pulsera cuantificadora con mejor diseño
La Jawbone Up es el ejemplo más claro de que, sin un precio desorbitado, se puede dar un excelente diseño y acabado a una pulsera cuantificadora.
La JawBone Up no es un trozo de plástico más, sino que ha sido bien pensada y es la única de las tres grandes (Flex y Fuelband son las otras dos) que puedes lucir con orgullo. O al menos con un poco más que en los otros casos. Además, hay diferentes colores para elegir y es resistente al agua.
Ese diseño y acabado premium no afecta al peso, grosor ni comodidad. Si aciertas con la talla (hay tres y una guía para ver cuál es la más adecuada para tu muñeca), no notarás que la llevas puesta. Y eso es muy bueno. Además, al no tener cierre fijo sino adaptarse a la muñeca, no se mueve ni baila en la misma.
Los elementos “activos” de la pulsera están en los bordes. En uno de ellos encontramos una capucha con el nombre del producto y que descubre el conector de 3.5 mm que no sirve para escuchar música sino para sincronizar la pulsera con la aplicación, así como para cargar la pulsera mediante un adaptador incluido. La batería, usando la alarma por vibración a diario, nos ha aguantado una media de 8 días, y se carga bastante rápido (unos 90 minutos).
La Jawbone Up no nos da información ni la hora, todo pasa por su aplicación.
El otro extremo es un pequeño interruptor para cambiar entre modo de día y de noche. Luego explicaremos para qué sirve cada uno y cómo se usan.
De lo que ocurre con la pulsera solo te puedes enterar por los dos LEDs junto al botón, que indican cuando está en modo de funcionamiento normal o en nocturno, momento en que empieza a medir la calidad de nuestro sueño.
Así que nada de datos sobre los pasos que llevamos o el tiempo de actividad, ni mucho menos la hora, algo que por ahora, en cuantificadores con formato de pulsera, solo incluye la Fuelband de Nike. La Fitbit Flex, sin posibilidad de mostrar la hora, al menos te indica de forma visual (mediante más o menos luces LEDs iluminadas) cómo llevas de activo el día.
Ausencia de conectividad bluetooth, su gran “pero”
A la ausencia de pantalla, hay que sumar como punto negativo la nula conectividad inalámbrica de esta JawBone Up. No lleva bluetooth (el 4.0 sería lo ideal), así que cuando queremos pasar los datos a nuestra cuenta, hay que descapuchar la pulsera y conectarla al puerto jack de 3.5 mm de nuestro smartphone.
No es que sea un gesto que complique mucho la vida, pero no es tan despreocupado como el bluetooth. Además, hay que estar quitándose y poniéndose la pulsera cada vez y aunque parece que aguantará el ajetreo, uno nunca puede descartar que acabe fallando algo. O que perdamos la capucha.
Solo se sincroniza en teléfonos móviles, nada de ordenador. Así que si unimos que no hay panel web y que no se puede sincronizar sin conectarla físicamente a un smartphone, ya tenemos la combinación negativa de esta pulsera. Y es prácticamente la única que le hemos encontrado.
Yo me cuantifico con estilo
La pulsera Up mide básicamente los pasos que damos durante el día. Para conseguirlo emplea la tecnología Motion X, la misma que su rival Fuelband.
En base a esos datos de pasos, la pulsera Up nos determina también información sobre distancia recorrida, calorías quemadas, tiempo total activo, periodos más largos activos/inactivos, así como calorías estimadas quemadas en reposo.
La Jawbone Up “cuantifica” lo que nos movemos, cómo dormimos e incluso qué comemos
Si activamos el modo noche, lo cual se hace maniendo el interruptor pulsado un par de segundos hasta que la pulsera vibre y nos nuestra una luna iluminada, la Jawbone Up comenzará a monitorizar cómo dormimos. Los datos que nos proporciona son el tiempo que hemos dormido, tiempo en la cama, tiempo que tardamos en dormirnos, tiempo que estuvimos despiertos, veces que nos despertamos, así como las fases de sueño ligero y profundo por las que pasamos.
De esos datos la pulsera, o mejor dicho, la aplicación, llega un registro continuo que podemos visualizar en gráficas bastante interesantes. Aquí es cuando más se echa de manos un panel web en condiciones. Con pocos datos la aplicación nos puede servir, pero cuando tengamos mucha información registrada y queramos “disfrutar” analizando nuestra actividad completa (un gustazo con la llamada línea de vida que registra todo lo que hacemos), la pantalla de un móvil se queda muy corta. Además, la aplicación solo es para móviles, nada de tablets.
A mano o mediante en enlace con aplicaciones específicas como RunKeeper o WiThings, podemos introducir actividades concretas que van apareciendo en nuestra línea de vida o historial cuantificado. Para facilitarnos la tarea contamos con un cronómetro.
En la página principal de la aplicación (disponible para iOS y Android) podemos encontrar una gráfica sobre nuestro progreso en ese día, con el tanto por ciento respecto a la meta (la cual podemos configurar tanto en horas de sueño como en pasos al día)
A nivel social la Fuelband y la Fitbit me parecen más completas, y echo de menos, aunque parezca una tontería, recompensas y trofeos por los logros que vamos alcanzando.
Alarmas inteligentes incluso para las siestas
Aunque no nos da la hora, el uso como despertador de la pulsera Jawbone Up es un punto a su favor. Como la Fitbit Flex, lo hace mediante vibración. Es eficaz y ahorra que con quien estemos durmiendo se acabe despertando también.
La alarma por vibración intentará despertarnos en el momento más adecuado según nuestro patrón de sueño
La alarma-despertador (podemos activar hasta cuatro) funciona con un margen de unos 30 minutos respecto a la hora en que queremos levantarnos. En ese periodo, la pulsera, en base a nuestro sueño (profundo o ligero) decide si nos levanta a la hora exacta que le hemos indicado o adelanta dentro de ese margen la vibración. El objetivo es que nos despierte en el momento más adecuado.
Algo similar es la función siesta. En este caso, basándose en nuestro historial de sueño, hay un modo de siesta óptimo (aunque también podemos indicarle nosotros duración) tras el cual nos despierta con la alarma por vibración. Podemos indicarle el tiempo máximo que queremos dormir o estar en fase descanso de sobremesa.
Un registro exhaustivo de lo que comemos
La Jawbone Up no solo quiere cuantificar nuestro sueño y movimientos, sino que también se ofrece a ser nuestra consciencia a la hora de comer.
Mediante un sistema que es el mejor que hemos probado en este tipo de dispositivos, podemos indicar qué comemos y bebemos en cada momento. Esa información aparece en nuestra línea de vida y también nuestro timelime para los contactos, aunque como en todo lo que registra la Up, podemos marcar la privacidad como total.
Me ha gustado especialmente la función para introducir información sobre lo que comemos mediante el escaneo del código de barras del alimento. La información es siempre acertada ya que el lector de la aplicación tiene soporte para códigos EAN, un estándar internacional que genera códigos de barras según tipología y otros datos como pesos del paquete, numero de unidades por paquetes …
Pero lo mejor de la función de registro de lo que comemos de la JawBone Up (aunque en este caso es algo de la aplicación y no de la pulsera, aunque no podemos usar una sin la otra) es que no se limita a darnos información de calorías consumidas sino toda una hoja completa de datos nutricionales, incluido lo que podemos comer, lo que tenemos que ingerir con moderación y por supuesto lo que hay que evitar.
Jawbone Up, la opinión de Xataka
No va a hacer que por arte de magia salgamos a andar, comamos mejor o nos conciencemos de que hay que descansar mejor. Pero las pulseras cuantificadoras son un buen aliado para los obsesos de la información sobre sí mismos.
La JawBone Up es un modelo que tiene en su aplicación su valor más destacado junto con el diseño. Si no te importa la conectividad, que no aporte información visual por sí misma y dependa exclusivamente de una aplicación móvil, sus 130 euros serán una buena inversión para conocerte mejor. Si es que te atreves a hacerlo.
A favor
- Diseño y acabado
- Su completa aplicación
- Registro de comidas
En contra
- Sin conectividad bluetooth
- Ninguna información visual en la pulsera
- Sin panel web