Huawei Mate 20 tras un mes de uso: ser el del medio le sienta de lujo
En 2018 vimos a Huawei cambiando la estrategia con la gama Mate. Optó por un modelo “Pro” que ha hecho que este Mate 20 pase más desapercibido que en años anteriores, aun siendo una opción más que interesante.
Tras el análisis del Huawei Mate 20 hemos pasado un mes con este Mate 20:
Un gran cuerpo para una gran pantalla
Huawei decidió dar el salto de los 16:9 a los 18,7:9 en el formato de pantalla de su gama Mate, algo que le permitió optimizar el ratio del panel respecto al tamaño del teléfono, y se nota. La pantalla es lo que más destaca cada vez que usas el móvil, por lo bien optimizados que están los bordes. Por supuesto, si tienes manos pequeñas, su uso no será fácil, y, claro, si es tu caso, olvídate de poder usarlo con una sola mano.
Los materiales de cristal tintado mediante alta temperatura (misma solución que en el Mate 10) para poder hacerlo más redondeado en su parte trasera, hacen que el tacto no sea tan parecido al cristal por defecto que vimos durante todo el 2018 en la gama alta, siendo incluso menos resbaladizo que lo visto anteriormente.
Aun así, no me acaba de convencer en cuanto a ergonomía. Además de que cuesta usarlo si no tienes una mano relativamente grande o estás acostumbrado al uso de móviles de este tamaño, también es un dispositivo pesado (188 gramos). Sus dimensiones se notan en momentos en los que consumes multimedia o, en general, después de un uso continuado, haciendo que se te canse la mano con facilidad. Esto hace que, a la larga, la experiencia de uso se ensucie y no podamos disfrutar tanto del buen panel de este Mate 20.
Y es que la pantalla es uno de los puntos fuertes de este terminal, hablamos de un panel LCD RGBW de 6,53 pulgadas FullHD+ con ratio 18.7:9 que, junto a su compatibilidad con la tecnología HDR, hacen que la experiencia multimedia sea excelente. Al no ser OLED, tiene de una interpretación de los colores no tan profunda, pero sí muy realista, que, a su vez, impresiona a cualquier usuario que empieza a utilizar el móvil.
Rinde muy bien en exteriores, con un nivel de brillo más que correcto que nos permitirá el uso sin problema en cualquier situación, incluso con el sol de frente.
Eso sí, seguimos teniendo un “notch”, que por mínimo que sea, sigue estando ahí, y si no estás acostumbrado, puede que te choque los primeros días, sensación que desaparece al poco tiempo de uso. Su único propósito es hacer un hueco para la cámara delantera, que hará las funciones de desbloqueo facial y que yo, personalmente, acabé quitando, ya que no funciona tan bien como en otros terminales. Con buena luz es rápido y eficaz, pero a la mínima que baja la luminosidad de la escena tiene muchos problemas para reconocer el rostro.
Las aplicaciones se adaptan bien al notch, ya sea extendiendo la propia aplicación hasta el borde de la pantalla, o recortando debajo de la muesca y rellenando la barra de notificaciones del mismo color que la aplicación.
Batería y potencia como bandera
La familia Mate siempre se ha caracterizado por tener una gran batería y este Mate 20 no se queda corto. Recordamos que tiene 4000mAh junto a la carga rápida de Huawei, capaz de cargar la batería completa en, más o menos, hora y media. Esto se traduce en que te acabas despreocupando de la batería.
En general uso mucho el móvil a diario, con bluetooth activado, Netflix, YouTube, juegos, cámara, lecturas… y no he tenido ningún problema en llegar al final del día con el 20% de la batería disponible. En cuanto a números, el Mate 20 me ha rondado las 6h de pantalla y, como digo, con mucho uso de multimedia.
Respecto a potencia, la otra seña de identidad de la familia Mate, también la hereda el Mate 20. He jugado a multitud de juegos y nunca se me ha colgado ni he tenido ningún problema de latencia. Incluso en multitarea con más de un juego activo siempre se ha comportado genial.
Puede que a alguno los 4GB de RAM que incluye le parezcan pocos, pero no, sigue siendo una cifra más que solvente en todos los móviles que he puesto a prueba, incluido este Mate 20. El Kirin 980 es un gran procesador, y con el Mate 20 te das rápidamente cuenta de ello.
Una experiencia multimedia que da "la talla"
Como ya he comentado, la pantalla destaca y es algo que aporta mucho al apartado multimedia. Por supuesto, el simple hecho de tener una pantalla grande ayuda mucho.
Además de la calidad y buen desempeño del panel, el audio no se queda atrás. El sonido es envolvente, fuerte, de buena calidad y la pantalla reluce muy bien, tanto por su representación de los colores como por la compatibilidad con el HDR. Es un móvil con el que se disfruta el consumo de series o películas, que además, por su tamaño, ha sido capaz de sustituir a mi tablet.
Un detalle que me gusta mucho en este Mate 20 es la inclusión del Jack 3.5mm, algo que, desde mi punto de vista, aporta mucho valor en este apartado, ya que me permite usar cualquier auricular que pueda encontrar por casa, sin preocuparme por el conector que tenga.
Lo único que lastra en cierto punto esta experiencia multimedia es el peso, que repito, en sesiones largas de uso se hace demasiado.
Cámaras todoterreno
Las cámaras de este Mate 20 son muy parecidas a las de su hermano mayor, el Mate 20 Pro, algo que va muy a favor de este terminal, y es que hablamos de una configuración que me ha permitido una versatilidad brutal.
El gran angular es algo que he acabado sintiendo fundamental en cualquier teléfono, te da una visión diferente, te ayuda a encuadrar y, en este caso, funciona genial, es la lente más divertida y diferencial.
El zoom te permite encuadrar sin perder calidad, algo que ya veíamos con el P20 Pro, pero en este caso solo hasta los dos aumentos, y la lente principal derrocha calidad.
Y no solo se queda en fotos de calidad con buena luz y de día. El Mate 20 es uno de los pocos teléfonos capaces de sacar, realmente, buenas fotos nocturnas. Mantiene el detalle de la fotografía sin meter ruido, e interpreta muy bien las luces de la escena nocturna, sin escapes de luz ni predominantes de ningún color, algo que sí me ha pasado con otros teléfonos.
Lo que sí se nota es el procesado de la fotografía, que es bastante agresivo. Tiende mucho a contrastar y saturar las imágenes, sobre todo con la IA activada, funcionalidad que he acabado desactivando. Aunque en un principio el "efecto IA" llama la atención, por su capacidad de hacer las fotos “más llamativas”, al final acaba cansando por su capacidad de hacer, también, fotos muy parecidas.
La aplicación de cámara es el único aspecto fotográfico que me deja un sabor agridulce. Es muy completa, con modos interesantes como el de “pintar con luz” para hacer fotos de light painting o “cámara AR” para funciones de realidad aumentada, además del modo “profesional”, para sacar fotos en modo manual, que, viniendo del Pixel 3XL, he agradecido mucho. Pero, por otro lado, el diseño me parece anticuado, con mucha información acumulada y pocas explicaciones, que acaba por cansarme cuando voy a sacar fotos.
Personalmente fui usuario del P20 Pro y me encantó la configuración de cámaras, pero creo que el Mate 20 lo ha superado, y es que yo es lo que busco en la cámara de un smartphone, que sea versátil y de calidad.
EMUI sigue teniendo aspectos que mejorar
EMUI sigue sin convencerme. He seguido de cerca la evolución de Huawei siendo usuario habitual, y su evolución ha sido espectacular, pero sigo pensando lo mismo que el primer día: EMUI necesita pulirse aún más, y ya no solo por la falta del clásico cajón de aplicaciones de Android puro, también sigue teniendo mucho bloatware que no veo necesario, aplicación de espejo, aplicación de linterna (teniendo ya linterna en los accesos de la barra de notificaciones), etc.. Aplicaciones que no se pueden desinstalar y probablemente, nunca llegues a utilizar.
Sin duda el aspecto en el que más me ha decepcionado este Mate 20, ha sido en la mala gestión de notificaciones con EMUI. He habilitado siempre todas las notificaciones, he mirado exhaustivamente que no este el modo ahorro de batería en automático, pero sigo teniendo muchas notificaciones que no llegan.
Pero no todo iba a ser malo. EMUI es un software rápido y que tiene también puntos muy positivos, como la navegación por gestos bien conseguida, disponibilidad de personalización total y, sobre todo, está actualizado a Android P, siendo uno de las primeros en actualizar a esta versión, cosa que se agradece.
¿Y bien?
La experiencia de este mes con el Mate 20 me ha malacostumbrado: ahora veo completamente necesaria una configuración de cámara que me dé la opción de gran angular, telefoto y cámara estándar. Veo imprescindible una gran batería (no tanto un móvil pesado), y creo que ya es hora de olvidarnos del “notch”, y de dar el salto al diseño “todo pantalla”, algo a lo que se acerca mucho este móvil.
Sigo pensando que a EMUI le hace falta pulir algunas cosas, pero avanza, y una vez que Huawei consiga un software que convenza del todo, será irresistible. Aun así veo como una de las grandes opciones en su rango de precios, y es que lo podemos encontrar por menos de 600 euros.
Puede que este Mate 20 se haya visto algo eclipsado por su “hermano mayor”, el modelo Pro, pero no debería ser así, es un terminal muy bueno en el que los aspectos positivos superan, sin duda, a los negativos.