Son suficientes apenas cinco minutos, los que hacen falta para conectar, configurar y poner en marcha un nuevo HomePod, para darse cuenta de que lo que nos está proponiendo Apple va un paso más allá de lo que podemos esperar de un altavoz inalámbrico al uso. Sí, es un altavoz con WiFi. Y sí, viene con Siri. Pero, además de las funciones que podemos esperar encontrar en un altavoz conectado «inteligente», este HomePod aspira a transformarse en el centro neurálgico desde el que podemos controlar otros dispositivos de nuestro hogar dentro del ecosistema HomeKit.
Si logra su objetivo o no es algo que descubriremos juntos a lo largo de este artículo. Y es que es razonable que quien decide gastarse 349 euros en un altavoz como este no espere solo que le garantice un buen sonido; también tiene que facilitarnos nuestro día a día y ofrecernos una relación más satisfactoria con los dispositivos con los que es capaz de interactuar y con los servicios que utilizamos. De alguna manera es lo que Apple nos ha prometido desde que dio a conocer su HomePod. Veamos si está a la altura de las expectativas que ha generado la empresa de Cupertino.
Apple HomePod: especificaciones técnicas
El «cerebro» de esta caja acústica es un microprocesador A8, que es exactamente el mismo chip que Apple utilizó por primera vez en los iPhone 6 y 6 Plus lanzados a finales de 2014. Su responsabilidad no es solo ejecutar el sistema operativo que permite el correcto funcionamiento del altavoz y de Siri, sino también procesar en tiempo real el sonido para ecualizar los graves y reducir la distorsión, así como cancelar el ruido de ambiente y el eco para que Siri sea capaz de escucharnos incluso cuando lo invocamos mientras escuchamos música con un volumen muy alto.
En lo que concierne a la conectividad HomePod integra tanto WiFi 802.11ac como Bluetooth 5.0. Y, como cabe esperar, también es compatible con AirPlay 2. De hecho, puede convivir en una misma instalación con los dispositivos de otros fabricantes que incorporan esta última especificación para, por ejemplo, dar forma a una instalación de sonido multihabitación que podremos controlar desde la app Casa. Este software también nos permite administrar todos los elementos compatibles con HomeKit, el ecosistema de domótica de Apple, que tengamos instalados.
Ante todo, y a pesar de la importancia que tienen Siri y su capacidad como centro de control de domótica, HomePod es una caja acústica. Más adelante profundizaremos en su calidad de sonido e indagaremos en su arquitectura desde un punto de vista acústico, pero no está de más que vayamos abriendo boca mencionando que incorpora un altavoz de graves (woofer) cuyo diafragma es capaz de llevar a cabo desplazamientos de hasta 20 mm. Esta cifra es inusualmente elevada en una caja acústica de estas dimensiones y permite a HomePod, sobre el papel, enfrentarse a la reproducción de las bajas frecuencias con suficiencia.
HomePod incorpora conectividad WiFi 802.11ac y Bluetooth 5.0. Al mismo tiempo también puede ser integrado en infraestructuras AirPlay 2
Los otros altavoces que comparten espacio con el woofer en esta caja acústica son los siete tweeters con forma de bocina que están colocados en torno al recinto, y que consiguen proyectar el sonido en todas direcciones, creando, así, un patrón de emisión de 360 grados. Cada uno de ellos es excitado por su propio amplificador. Aunque Apple apenas nos ofrece información acerca de las características de la amplificación que ha utilizado en esta caja acústica podemos estar seguros de que se trata de amplificadores que trabajan en clase D y no en la habitual clase AB. La principal ventaja de la clase D consiste en que nos permite obtener amplificadores más eficientes y compactos que la clase AB, y esta característica es esencial en un producto con unas dimensiones tan contenidas como las que tiene este HomePod.
Antes de seguir adelante me gustaría hacer un inciso para hablaros brevemente de lo fácil que resulta instalar y configurar un HomePod. Lo único que tenemos que hacer es conectarlo a la red eléctrica, habilitar la conectividad Bluetooth en nuestro iPhone o iPad y acercarlo a no más de 5 cm del altavoz. Este último recogerá la configuración inalámbrica del teléfono móvil o la tableta y se conectará a nuestra red inalámbrica sin necesidad de que hagamos nada más. En solo dos o tres minutos lo tendremos integrado en nuestra infraestructura WiFi.
Eso sí, un apunte importante que nos viene bien tener en cuenta es que HomePod solo es compatible con smartphones y tabletas de Apple relativamente modernos. Para poder utilizarlo necesitamos tener un iPhone 5s o posterior, un iPad Pro, un iPad de 5ª generación o posterior, un iPad Air o posterior, un iPad mini 2 o posterior, o, por último, un iPod touch de 6ª generación con iOS 12 o posterior.
APPLE HOMEPOD | Características |
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ALTAVOCES | Altavoz de graves de larga excursión con amplificador a medida Siete altavoces de agudos con forma de bocina y amplificación independiente |
MICRÓFONOS | Seis micrófonos para facilitar la interacción con Siri Micrófono interno para la calibración de bajas frecuencias y corrección automática de graves |
MICROPROCESADOR | Apple A8 |
FORMATOS DE AUDIO | HE-AAC (V1), AAC (de 16 a 320 Kbps), AAC protegido (de iTunes Store), MP3 (de 16 a 320 Kbps), MP3 VBR, Apple Lossless, AIFF, WAV y FLAC |
FUENTES DE AUDIO | Apple Music, iTunes, biblioteca musical de iCloud con una suscripción a Apple Music o iTunes Match, emisiones en directo y a la carta de Beats 1, Apple Podcasts y reproducción de contenidos de iPhone, iPad, iPod touch, Apple TV o Mac mediante AirPlay |
CONECTIVIDAD INALÁMBRICA | WiFi 802.11ac con MIMO Bluetooth 5.0 Acceso directo para invitados Admite altavoces en varias habitaciones con AirPlay 2 |
DIMENSIONES | 17,2 cm de alto 14,2 cm de diámetro |
PESO | 2,5 kg |
COLORES DISPONIBLES | Gris espacial y blanco |
PRECIO | 349 euros |
Diseño y acabado: inequívocamente Apple
Las fotografías que ilustran este análisis reflejan con bastante claridad que el diseño de HomePod sigue a pies juntillas la filosofía que Apple ha materializado en la mayor parte de sus productos. Sus líneas son simples y limpias. De hecho, no tiene botones, tornillos, juntas ni cualquier otro elemento que «manche» la simplicidad que exhibe el recinto de esta caja acústica. No obstante, la ausencia de botones físicos no conlleva que solo podamos interactuar con el altavoz recurriendo a nuestra voz o utilizando un iPhone o un iPad; también podemos llevar a cabo las operaciones más frecuentes asociadas a la reproducción (modificación del volumen, salto a la siguiente pista, detención de la reproducción, etc.) utilizando la interfaz táctil alojada en la parte superior del chasis de la caja acústica.
La malla de tela que envuelve el recinto de HomePod carece de costuras y le da un aspecto cálido
Por otro lado, el acabado de esta caja acústica está a la altura del de cualquier otro producto de Apple. Su recinto cilíndrico acarrea una ventaja clara frente a los tradicionales chasis cúbicos y con paredes paralelas: evita la aparición en su interior de ondas estacionarias, que, cuando se producen, tienen un impacto negativo en la calidad del sonido. Y, además, es más rígido y estable que los recintos tradicionales, lo que permite controlar con cierta eficacia las microvibraciones, minimizando, de esta manera, la coloración del sonido, que no es otra cosa que una forma perjudicial de distorsión.
Este producto es un curioso ejemplo de cómo la forma y la función pueden estar íntimamente ligadas. Y es que este HomePod, por su forma, es bonito. Y, sobre el papel, su forma también debe contribuir a que nos ofrezca un sonido limpio y preciso. No obstante, hay una característica más del recinto en la que merece la pena que reparemos porque es relevante desde un punto de vista estético: está recubierto por una suave malla de tela que carece de costuras. Este componente está disponible, por el momento, en solo dos colores: blanco y gris espacial. Aun así creo que es relativamente fácil decidir qué tono encaja mejor en un determinado espacio desde un punto de vista decorativo.
La malla que envuelve al recinto es transparente desde un punto de vista acústico, según Apple, por lo que no debería tener ningún impacto, ni positivo ni negativo, en la calidad del sonido. Su tacto suave resulta agradable y contribuye con claridad a ofrecernos esa sensación de producto bien acabado que suele estar presente en las propuestas de esta marca. Un último apunte en este ámbito que me parece interesante es que incluso el cable de conexión a la red eléctrica, que no es extraíble, está revestido de una tela suave y tiene el mismo color de la malla que envuelve al recinto, lo que refleja, una vez más, la atención que prestan los diseñadores de Apple a los detalles.
Así aspira HomePod a ser el «centro neurálgico» de nuestro hogar
Una vez que hayamos conectado un nuevo HomePod a nuestra red inalámbrica tendremos que decidir cómo vamos a utilizarlo. Los escenarios de uso más habituales en los que podemos sacarle partido nos permiten colocarlo en una habitación de manera independiente y como una fuente puntual de emisión de música; emparejado con un segundo HomePod para disfrutar nuestra música favorita en riguroso modo estéreo, o bien integrado en una instalación de sonido multihabitación constituida por otras unidades de HomePod ubicadas en otros espacios de la casa, o bien por otros altavoces compatibles con AirPlay 2.
Durante el proceso de instalación tendremos que indicar al asistente por cuál de estas opciones nos decantamos. Y, además, también lo asociaremos a una habitación de nuestra casa (dormitorio principal, cocina, sala de estar, entrada, etc.) con el objetivo de que podamos especificar a qué HomePod queremos enviarle música en un instante determinado si tenemos varios instalados en nuestra casa. No obstante, estas elecciones no son en absoluto inamovibles. Si necesitamos cambiar la ubicación física de un HomePod para llevarlo a otro espacio de la casa, o, por ejemplo, decidimos emparejarlo con una segunda unidad de esta caja acústica para habilitar el modo estéreo de reproducción, lo único que tendremos que hacer es recurrir a la app Casa.
Las capturas que tenéis debajo de estas líneas reflejan con claridad cómo visibiliza este software el rol que hemos asignado a cada uno de nuestros HomePods. Desde esta app no solo podemos emparejarlos, desemparejarlos y cambiar su ubicación física, sino también administrar las notificaciones, activar y desactivar la escucha permanente de Siri, conectarlos a una red inalámbrica con un SSID diferente, y, en definitiva, modificar cualquier parámetro de la configuración de cada caja acústica.
Una vez que lo hemos integrado en nuestra red inalámbrica podemos enviarle música desde cualquiera de las fuentes o los servicios del ecosistema Apple, como iTunes, la emisora Beats 1, Apple Music o Apple Podcasts, entre otras opciones. Y también podemos interactuar con Siri de la misma manera en que utilizamos este asistente en un iPhone o un iPad. Además, si tenemos varios HomePod distribuidos por nuestra casa podremos actuar sobre cada uno de ellos de forma independiente para, por ejemplo, enviar a cada uno una fuente musical diferente, o bien para modificar el volumen de cada uno de ellos de manera individual.
Desde un HomePod podemos controlar cualquier dispositivo de domótica compatible con el ecosistema HomeKit
Durante la reproducción de nuestra música podemos pedir a Siri en cualquier momento que modifique el volumen, que nos busque un tema en particular en nuestra biblioteca o en el catálogo de Apple Music, o, sencillamente, podemos lanzarle cualquier otra petición relacionada o no con la reproducción. Al fin y al cabo las prestaciones de este asistente en un HomePod son esencialmente las mismas que nos ofrece en cualquier otro dispositivo de Apple.
Para que nuestra interacción con Siri sea óptima incluso en los escenarios de uso desfavorables los ingenieros de Apple han decidido integrar en esta caja acústica una dotación de siete micrófonos. Uno de ellos reside en el interior del HomePod y se responsabiliza de la ecualización y el ajuste de la respuesta de los graves. Los otros seis micrófonos, sin embargo, están distribuidos en torno al recinto y se encargan de capturar nuestra voz independientemente de la dirección en la que nos encontremos y aunque estemos a varios metros de distancia de la caja acústica.
Una vez que los micrófonos han capturado nuestra voz mezclada con la música que estemos reproduciendo, y, quizás, también con algo de ruido ambiental, esta información es procesada por el chip A8, que se encarga de cancelar el ruido, eliminar el eco, si existiese, y separar nuestra voz de la música para que Siri pueda interpretar y ejecutar nuestra orden. En la práctica la capacidad de recoger nuestra voz que tiene HomePod incluso cuando escuchamos música con un nivel de presión sonora considerable es sorprendente. Ni siquiera tenemos que gritar o acercarnos a la caja acústica para que nuestra petición sea correctamente interpretada por Siri. Podemos hablar tal y como lo haríamos con una persona situada a nuestro lado. El asistente de Apple nos escuchará y llevará a cabo la acción que le pidamos.
Una característica importante que a los usuarios nos viene bien conocer antes de hacernos con un HomePod es que si queremos sacarle el máximo partido necesitaremos tener una cuenta en Apple Music. Este servicio nos permite acceder al repositorio completo de música de esta compañía, pero también pone a nuestra disposición la posibilidad de pedir al asistente inteligente de la caja acústica que reproduzca un tema de un intérprete concreto, un género en particular, o, sencillamente, otras canciones similares a la que estemos escuchando en un instante determinado. Es evidente que Apple ha diseñado su HomePod con la intención de animar a los usuarios que aún no han apostado por su servicio musical a hacerlo.
Además de para escuchar nuestra música favorita e interactuar con Siri, podemos utilizar un HomePod para controlar los dispositivos de domótica que tengamos en nuestra casa. Aunque, eso sí, siempre y cuando sean compatibles con el ecosistema HomeKit propugnado por la propia Apple. La interacción con la instalación de domótica se efectúa a través de Siri, por lo que podemos actuar utilizando nuestra voz, por ejemplo, sobre la iluminación o cualquier electrodoméstico «inteligente» que sea compatible con HomeKit.
La configuración y administración de todos los elementos de domótica que tengamos instalados en nuestra casa podemos llevarla a cabo desde la app Casa, que reflejará, además, en qué espacio físico está ubicado cada uno de ellos. Hubiera sido una buena idea que HomePod no se ciñese en este ámbito únicamente a los elementos de domótica compatibles con HomeKit, pero todos sabemos que Apple no es muy dada a facilitar la integración de sus productos en ecosistemas de terceros, por lo que parece poco probable que esta restricción vaya a desaparecer en el futuro. Aun así, los usuarios tenemos la posibilidad de integrar componentes que no son compatibles con HomeKit utilizando una pasarela, que es, sencillamente, un «traductor» que permite a un dispositivo externo entender el lenguaje que «habla» el protocolo de Apple.
No es solo una cara bonita: este HomePod suena realmente bien
En los primeros párrafos de este análisis he reflexionado acerca de algo que todos sabemos: ante todo, HomePod es una caja acústica. Y, como tal, debe ofrecernos una calidad de sonido a la altura de lo que podemos esperar de un altavoz que cuesta 350 euros. Una prestación muy interesante de este producto que es en gran medida responsable de su rendimiento sonoro, y de la que ya os he hablado brevemente en este artículo, es su capacidad de ecualizar y ajustar la respuesta de las bajas frecuencias para conseguir que su reproducción se adapte a las características del espacio en el que hemos colocado la caja acústica.
Desde un punto de vista acústico es muy distinto colocar un HomePod sobre una mesa y en el centro de una habitación a hacerlo sobre una estantería que está adosada a una pared. La proximidad de una o varias paredes puede enfatizar la respuesta en bajas frecuencias de la caja acústica y provocar que este rango del espectro se imponga a las frecuencias medias y altas, lo que desequilibraría el sonido de la caja acústica.
El micrófono instalado en el interior del HomePod recoge el sonido emitido por el altavoz de graves para ajustar en tiempo real su respuesta en frecuencia
Para impedir que suceda esto el micrófono instalado en el interior del HomePod recoge el sonido emitido por el altavoz y se lo envía en tiempo real al microprocesador A8. Este chip ejecuta un algoritmo de acondicionamiento de salas que es capaz de ajustar en tiempo real la respuesta en frecuencia de la caja acústica para, sencillamente, conseguir que suene bien independientemente del lugar en el que la coloquemos. Incluso aunque esté pegada a una pared.
Llegamos, por fin, a la pregunta «del millón»: ¿suena realmente bien un HomePod? Sí, lo hace. Su sonido es equilibrado porque, gracias a la tecnología de la que acabo de hablaros, consigue que ningún rango del espectro de frecuencias se imponga. Además, los graves de esta caja acústica tienen pegada y un nivel de detalle bastante convincente. Los agudos, por su parte, son detallados y no molestan ni siquiera en las grabaciones menos afortunadas que provocan que la reproducción de las altas frecuencias en otras cajas acústicas sea desagradable.
Los graves y los agudos de HomePod son convincentes, pero la cualidad de esta caja acústica que a mí más me gusta es la precisión con la que restituye la gama media, y especialmente la voz humana. Y es que es capaz de recuperar mucha microinformación, lo que coloca a este producto de Apple en el mismo nivel desde un punto de vista cualitativo en el que residen las cajas acústicas con un precio similar de otros fabricantes premium, como Bowers & Wilkins o Bang & Olufsen. Aun así, el sonido de HomePod no es perfecto.
Creo que el mejor consejo que puedo ofrecer a cualquier usuario que decida hacerse con un HomePod no es otro que proponerle que sea cuidadoso con la ubicación de la caja acústica. Como acabamos de ver la ecualización de los graves en tiempo real nos permite colocarla donde prefiramos con mucha flexibilidad, pero este no es el problema. El reto, en mi opinión, reside en desacoplar mecanoacústicamente el recinto de la caja acústica para evitar que transfiera las vibraciones a la superficie sobre la que lo coloquemos.
El diafragma del altavoz de graves es capaz de realizar excursiones de hasta 20 mm. Esta capacidad de desplazamiento está muy bien porque permite al altavoz mover mucho aire y entregarnos un grave con mucha pegada. Pero, al mismo tiempo, este movimiento mecánico somete al recinto a una vibración que puede llegar a ser intensa. Los ingenieros de Apple han intentado minimizar las microvibraciones que el recinto transfiere a la superficie sobre la que colocamos el HomePod dotándolo de una base de silicona que, efectivamente, absorbe una parte de esta energía. Sin embargo, cuando el nivel de presión sonora es alto no consigue anular por completo las vibraciones. Y cuando se transfieren a la superficie de la mesa o la estantería en la que lo hemos colocado provocan que emita sonido y enmascare una parte de la información musical que deberíamos ser capaces de escuchar.
En el mundo de las cajas acústicas ya está inventado casi todo, por lo que una forma relativamente sencilla de resolver este problema habría consistido en que Apple incluyese junto a cada HomePod varias puntas de desacoplo similares a las que utilizan la mayor parte de los fabricantes de cajas acústicas para aplicaciones de alta fidelidad. Estas puntas no son otra cosa que unos pequeños pies metálicos terminados en punta que minimizan la superficie de contacto entre el recinto de la caja acústica y la superficie sobre la que la colocamos, reduciendo drásticamente de esta forma la transferencia de vibraciones.
Pero no tenemos estas puntas de desacoplo. ¿Qué podemos hacer si somos exigentes y queremos que nuestro HomePod rinda al máximo? Afortunadamente tenemos otra opción bastante sencilla que puede paliar en gran medida este contratiempo: podemos colocar bajo el HomePod una base de un material con mucha masa, como el granito o el mármol, de manera que su peso evite la propagación de las microvibraciones. No hace falta en absoluto que esta base sea mucho mayor que la superficie de contacto de la caja acústica, que tiene un diámetro de solo 14,2 cm, pero es interesante que tenga varios centímetros de grosor (al menos un par de ellos) para que su masa consiga absorber estas vibraciones que pueden resultar tan molestas. Creo, honestamente, que esta solución es más apetecible si nos importa mucho la calidad de sonido que utilizar una de esas bases de piel o policarbonato para HomePod que se han popularizado durante los últimos meses en Internet.
Apple HomePod: la opinión de Xataka
HomePod es un buen producto. Como acabamos de ver es una caja acústica con un sonido equilibrado que está a la altura de lo que podemos exigir a un altavoz de su nivel de precio. Además, su diseño y su construcción están muy cuidados, como cabe esperar de cualquier propuesta de la compañía de Cupertino. Y todo esto queda rematado por la flexibilidad que pone a nuestra disposición una solución que, además de permitirnos disfrutar de una manera satisfactoria nuestra música favorita, nos permite interactuar con Siri y controlar los elementos de domótica compatibles con HomeKit que tengamos instalados en nuestra casa.
La principal limitación de este producto deriva de algo que todos sabemos: Apple se esfuerza para mantener a sus usuarios confinados dentro de su ecosistema, y HomePod es un nuevo paso en esta dirección. No esperaba algo diferente, pero, aun así, creo que es oportuno que lo mencione porque los usuarios que tienen dispositivos con Android no podrán utilizarlos para enviar música a un HomePod. En el ámbito de la domótica sucede exactamente lo mismo: HomePod solo aceptará convivir con dispositivos compatibles con el ecosistema HomeKit.
Durante mis pruebas el único problema con el que me encontré fue cierta inestabilidad a la hora de usar Siri que impidió al asistente resolver correctamente algunas de mis peticiones. Es probable que este contratiempo esté provocado por cierta inmadurez de la infraestructura que Apple acaba de desplegar para dar soporte a Siri en español bajo HomePod. De ser así podemos confiar en que lo resolverán pronto. En el peor de los casos, si esta no fuese la causa, una actualización del firmware del altavoz debería ser capaz de corregir este comportamiento errático.
En definitiva, y como colofón, me veo en la obligación de reconocer que este producto de Apple no me ha decepcionado en absoluto, pero tampoco me ha sorprendido. Nos ofrece, en mi opinión, el rendimiento que podemos exigir a un altavoz inteligente de su precio. Ni más ni menos. A los fans de la marca les encantará, y posiblemente también llame la atención a muchos usuarios que, sencillamente, buscan una caja acústica con buen sonido y un diseño cuidado. Yo creo que si su precio encaja en nuestro presupuesto merece la pena tenerla en cuenta, pero sin olvidarnos de que Amazon y Google, así como otras marcas de electrónica de consumo, también tienen soluciones similares que pueden resolver bien nuestras necesidades. Y por menos dinero. La elección, en cualquier caso, está en nuestras manos.
Este producto ha sido cedido para la prueba por parte de Apple. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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