Los últimos tres o cuatro años han sido muy interesantes para todos los usuarios que disfrutamos haciendo fotografías con nuestro smartphone. Los fabricantes de estos dispositivos son conscientes de que buena parte de los compradores de móviles da mucha importancia a la calidad y la versatilidad de la cámara principal. Tanta que, en muchas ocasiones, este factor puede decantar la compra en beneficio de un teléfono en particular. Esta realidad ha provocado que los fabricantes se vean obligados a hacer los deberes.
Actualmente el mercado pone a nuestra disposición smartphones capaces de tomar fotografías de una calidad impensable no hace mucho en un dispositivo de este tipo. El Galaxy S9+ de Samsung, el Pixel 2 XL de Google, el iPhone X de Apple, el V30S de LG y el Mate 10 de Huawei son cinco de los terminales más interesantes si nos ceñimos a este escenario de uso. Pero acaba de salirles un nuevo contendiente, que, además, llega equipado con una innovación que quizás indique el camino a seguir por otras marcas en el futuro: el P20 Pro de Huawei, que, por ahora, es el único smartphone con triple cámara trasera.
La principal seña de identidad del nuevo P20 Pro de Huawei es, sin lugar a dudas, su triple cámara trasera
El objetivo de este análisis es revisar a fondo qué nos ofrece esa triple cámara principal con un propósito muy claro: descubrir si realmente esta innovación aporta valor a lo que ya ponen a nuestra disposición los móviles fotográficos más avanzados del mercado. Si quieres averiguarlo solo tienes que seguir leyendo. Aunque, eso sí, dada la importancia que tienen las fotografías que ilustran el artículo me parece oportuno adelantaros que al final del texto, justo antes del apartado que recoge nuestra valoración del P20 Pro, tenéis una galería que aglutina todas las imágenes del análisis, y algunas más, con su calidad y tamaño originales.
Huawei P20 Pro: especificaciones técnicas
Como podéis ver en la tabla que publicamos debajo de estas líneas, las especificaciones del P20 Pro lo sitúan claramente en la misma liga en la que se debaten los «buque insignia» que buena parte de los competidores de Huawei ha colocado recientemente en el mercado. Algunas de sus características más llamativas son su panel OLED de 6,1 pulgadas, su microprocesador Kirin 970, sus 6 GB de memoria principal, su chasis de aluminio de calidad aeronáutica y su batería de 4.000 mAh. Un gama alta en toda regla.
La triple cámara trasera cuenta con estos tres sensores: dos RGB de 40 y 8 Megapíxeles, y uno monocromo de 20 Megapíxeles
Y, si nos ceñimos al apartado fotográfico, que es el que realmente nos interesa en este artículo, el P20 Pro es aún más llamativo gracias a esa tercera cámara trasera con la que, por el momento, no cuenta ninguno de sus competidores. La óptica de las tres cámaras está firmada por Leica, algo que ya vimos hace unos meses en el Mate 10, y que, sobre el papel, debería hacer imperceptibles los defectos que las lentes más sencillas que montan otros smartphones suelen introducir en las imágenes que capturamos, especialmente las aberraciones cromáticas.
Vamos ahora con los sensores. Uno de ellos es de tipo RGB y tiene una resolución de 40 Megapíxeles, aunque incorpora una tecnología, de la que hablaremos más adelante, que permite reducir la resolución para agrupar sus fotorreceptores en grupos de cuatro, y, así, incrementar su capacidad de recoger luz. La óptica asociada a este captador tiene una apertura f/1.8. La segunda cámara incorpora un sensor monocromático de 20 Megapíxeles y una óptica con apertura f/1.6. Y la tercera, la que interviene en las capturas en modo teleobjetivo, cuenta con un sensor de 8 Megapíxeles y una apertura de f/2.4.
Huawei P20 Pro | |
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Pantalla | OLED Fullview de 6,1 pulgadas con resolución 2.240 x 1.080 puntos y relación de aspecto 18,7:9 |
Procesador | HiSilicon Kirin 970 + NPU |
Lógica gráfica | Mali G72MP12 |
Memoria principal | 6 GB RAM |
Almacenamiento secundario | 128 GB |
Triple cámara trasera | Óptica Leica Vario-Summilux. Sensor RGB de 40 Megapíxeles con tecnología Light Fusion y apertura f/1.8. Sensor monocromo de 20 Megapíxeles y apertura f/1.6. Teleobjetivo de 8 Megapíxeles y apertura f/2.4. Zoom híbrido 5x. Enfoque predictivo. Grabación de vídeo slow motion a 960 FPS y 720p |
Cámara frontal | 24 Megapíxeles f/2.0 |
Sonido | Altavoces estéreo. Procesado Dolby Atmos. Bluetooth AptX HD, LDAC y LHD |
Conectividad inalámbrica | 4x4 MIMO cat. 18 hasta 1,2 Gbps, Bluetooth 4.2 y WiFi 802.11ac |
Sistema operativo | Android 8.1 |
Interfaz | EMUI 8.1 |
Batería | 4.000 mAh y súper carga a 4,5V/5A |
Chasis | Unibody de cristal y aluminio. Protección IP67 |
Colores | Negro, azul, rosa y verde/lila (twilight) |
Precio | 899 euros (con cámara Huawei EnVizion 360 incluida) |
Llegados a este punto, y después de haber repasado sus especificaciones, no cabe ninguna duda de que este smartphone ha nacido con la vocación de alzarse como mejor terminal fotográfico de la actual generación. Sus características, como acabamos de ver, son interesantes, pero para conseguir su objetivo debe ser capaz de doblegar a otros móviles que se sienten muy cómodos en este escenario de uso, como son el Galaxy S9+ de Samsung, el Pixel 2 XL de Google o el iPhone X de Apple, entre otros. Confío en que al final del análisis podamos dilucidar si realmente el nuevo P20 Pro puede medirse de tú a tú con estos rivales tan «duros de pelar».
Sí, es evidente que el P20 Pro ha sido diseñado para alzarse como el mejor smartphone fotográfico de la actual generación, pero para conseguirlo deberá doblegar a varios rivales muy «duros de pelar»
Así es la interfaz de las cámaras del P20 Pro
La interfaz de usuario a la que podemos recurrir para sacar el máximo partido a las capacidades fotográficas de este smartphone sigue la estela de lo que ya hemos visto en otros terminales de Huawei, como la familia P10 o el Mate 10. Aunque hay algunas diferencias. Es necesario dedicarle un poco de tiempo al principio para familiarizarse con la ubicación de algunos parámetros, pero lo cierto es que, tras este esfuerzo inicial, la interfaz del P20 Pro no plantea ningún problema.
La interfaz de usuario requiere un pequeño esfuerzo inicial, pero una vez que nos familiarizamos con ella todo es «pan comido»
El menú etiquetado como «Profesional» nos permite acceder de forma inmediata al ajuste de la sensibilidad, la velocidad de obturación, la compensación de la exposición, el enfoque y el balance de blancos. Como veis, recoge la mayor parte de los parámetros que necesitamos manipular para tener un control prácticamente total de nuestras capturas. La apertura tiene un menú para ella sola, algo que no me parece en absoluto mal porque es uno de los parámetros utilizados con mayor frecuencia, por lo que tenerlo a mano siempre es apetecible.
Y, por supuesto, el menú etiquetado como «Más» recoge buena parte de los modos de disparo predefinidos que más tirón tienen hoy en día, como son las tomas nocturnas, la captura de panorámicas, la pintura con luz, la aplicación del HDR y la activación de filtros, entre otras opciones. Un apunte interesante: los aficionados a la fotografía artística tenemos en este menú el que sin duda es uno de los valores diferenciales de este móvil, y que no es otro que la toma de instantáneas en blanco y negro. Un poco más adelante comprobaremos cómo rinde al capturar este tipo de fotografías.
En la sección «Ajustes» encontraremos los parámetros de captura y configuración que normalmente no utilizamos en el día a día, como la activación de la ubicación mediante el GPS, la inserción de marcas de agua, el temporizador o la visualización de los puntos de enfoque asociados a los objetos en movimiento, entre otras opciones. Si os fijáis en la captura del extremo derecho debajo de estas líneas, la que revela las resoluciones disponibles, podéis ver que tenemos a nuestra disposición cuatro modos de 40 (4:3), 10 (4:3), 7 (1:1) y 7 (18:9) Megapíxeles. El segundo de estos modos, el de 10 Mpx, es precisamente el que habilita la tecnología Light Fusion de la que os he hablado al principio del análisis.
Esta innovación ha sido implementada por primera vez por Huawei en este smartphone con el objetivo de mejorar su rendimiento en tomas en las que la luz ambiental escasea. En estas condiciones habitualmente es necesario incrementar la sensibilidad, lo que suele provocar un aumento importante del ruido. Para evitarlo, Light Fusion combina los fotodiodos del captador en grupos de cuatro para recrear algo que podemos imaginar como un «píxel virtual» de mayor tamaño (1,55 micrómetros). Esta agrupación provoca que los 40 Megapíxeles originales del sensor queden reducidos a 10 Megapíxeles, pero, sobre el papel, incrementa su capacidad de captación de luz. Un poco más adelante comprobaremos si esta innovación realmente funciona.
Empezamos con el zoom híbrido 5x
Como he mencionado al principio del análisis, la razón de ser de la tercera cámara de este smartphone es, ante todo, el zoom híbrido de cinco aumentos implementado por Huawei en colaboración con Leica. De hecho, la óptica de este terminal es una Vario-Summilux-H 1:1.6-2.4/27-80 ASPH. Podemos llegar hasta los diez aumentos si la situación lo requiere, pero la máxima calidad de imagen la obtendremos siempre que no excedamos esos primeros cinco aumentos porque son los que recurren al zoom híbrido, que combina el zoom óptico con el procesado digital. De ahí en adelante este smartphone recurre al zoom puramente digital, lo que casi siempre provocará una reducción sensible de la calidad de imagen.
La fotografía que tenéis debajo de estas líneas ha sido tomada sin utilizar el zoom, con una apertura f/1.8 y un valor de sensibilidad ISO 50. Como podéis ver, el nivel de detalle es alto y el tratamiento del color, fidedigno, lo que nos permite intuir que en circunstancias propicias, cuando la luz ambiental no escasea, el P20 Pro nos ofrece capturas correctamente balanceadas y con una colorimetría muy realista.
La siguiente imagen ha sido tomada desde la misma posición de la fotografía anterior, pero esta vez utilizando el zoom de cinco aumentos. Al no exceder la distancia focal que nos sacaría del zoom híbrido el procesado que realiza el smartphone no es en absoluto agresivo, por lo que no hay un realce de contornos apreciable, ni está presente el ruido que suele hacer acto de presencia cuando entra en acción el zoom digital. Sin duda, es una buena noticia. Además, el nivel de detalle es muy alto. Esta imagen ha sido tomada con una apertura f/2.4 y un valor de sensibilidad ISO 50.
La siguiente imagen nos permite apreciar el buen trabajo que lleva a cabo este teléfono en términos de gama dinámica. Como podéis ver, no satura las altas luces y el nivel de detalle cuando la luz ambiental acompaña sigue siendo alto. Tan solo aprecio una ligera saturación de algunos tonos, como el rojo del autocar que aparece en la fotografía, que es un poco más intenso que el color original del vehículo. Pero es algo que apenas afecta a la calidad global de la instantánea, que sigue siendo satisfactoria. Ha sido tomada con un valor de apertura f/1.8 y una sensibilidad ISO 50.
Llegamos a una captura muy interesante. Esta imagen ha sido tomada desde la misma posición de la fotografía anterior, pero utilizando el zoom máximo, el de 10 aumentos, y a pulso, lo que ha obligado a actuar al sistema de estabilización del P20 Pro. La lente asociada al sensor de 8 Megapíxeles, que es la que entra en acción en el modo teleobjetivo, al incrementar la longitud focal, incorpora estabilización óptica, pero las otras dos cámaras no. En cualquier caso, al utilizar la máxima distancia focal el procesado que lleva a cabo el smartphone es necesariamente más complejo y agresivo. Y, aun así, el resultado obtenido en estas circunstancias es muy bueno.
Como podéis ver, el nivel de detalle y la nitidez de la imagen, aunque no son tan altos como en las fotografías anteriores, siguen siendo buenos. Se pierde un poco de información en las zonas con menos contraste, como son los relieves alojados a la izquierda y bajo el letrero que da nombre al edificio, pero el acabado de la imagen es convincente. Y esto es muy meritorio si tenemos en cuenta que la longitud focal equivalente en 35 mm es de nada menos que 270 mm. El valor de apertura de esta fotografía es f/2.4, y la sensibilidad ISO 50.
Concluimos esta sección poniéndoselo difícil al P20 Pro. Y es que en la siguiente fotografía hemos dejado atrás el zoom híbrido, metiéndonos de lleno en el dominio del zoom digital. La dificultad de esta captura reside en mantener el nivel de detalle en la arena cuando la fotografía se toma a pulso, y en estas circunstancias este smartphone lo ha pasado mal. Si os fijáis en la zona marcada en rojo veréis que la arena aparece difusa, cuando debería estar perfectamente enfocada.
De hecho, hay otras zonas poco definidas en esta imagen que deberían aparecer bien enfocadas, lo que denota que el procesado llevado a cabo en estas circunstancias, que son claramente desfavorables, es más agresivo que el efectuado con las otras capturas. Un apunte curioso es que al tomar este tipo de fotografías el software de la cámara pide al usuario que, después de efectuar el disparo, mantenga el móvil fijo durante unos segundos para poder seguir recabando información que será utilizada por el algoritmo de procesado para reconstruir la imagen.
Calidad de imagen global
La siguiente imagen nos permite corroborar algo que hemos podido apreciar en las fotografías que hemos analizado hasta ahora: el tratamiento del color que lleva a cabo el P20 Pro es muy satisfactorio. En esta captura en particular la gama de tonos verdes es amplia y realmente fidedigna, lo que en este terreno deja a este smartphone en muy buen lugar, a pesar de esa leve tendencia a saturar algunos tonos que hemos apreciado en una de las anteriores fotografías. Esta imagen ha sido tomada con un valor de apertura f/1.8 y de sensibilidad ISO 64.
Entramos ahora de lleno en uno de los escenarios de uso en los que este smartphone aporta valor: la fotografía artística. Y es que, como podéis ver en la siguiente captura, el nivel de detalle en las zonas oscuras es alto, y la información que recupera el sensor monocromo en las áreas mejor iluminadas es cuantiosa, confiriendo a la imagen un acabado bastante espectacular. Así que sí, la fotografía en blanco y negro es uno de los valores diferenciales de este teléfono móvil si de cuando en cuando preferimos prescindir del realismo que nos ofrece el color en beneficio de la carga emotiva del blanco y negro. Esta imagen ha sido tomada con un valor de apertura f/1.6 y de sensibilidad ISO 50.
La siguiente fotografía nos permite comprobar lo bien que resuelve este smartphone las altas luces. Esta captura ha sido tomada con el HDR desactivado, a diferencia de la siguiente imagen, y podéis ver lo suave que es el degradado del tono azul del cielo en la zona marcada en rojo. Bien por el P20 Pro.
Esta fotografía es idéntica a la anterior en todo lo concerniente a la composición y los parámetros de captura, excepto en uno de ellos: el HDR. Y es que en esta ocasión sí estaba activado. Si os fijáis en la zona marcada en rojo veréis que el degradado del azul no es tan rico ni tan suave como en la imagen sin HDR, lo que nos recuerda que esta técnica resulta casi siempre efectista, pero en ocasiones deviene en una ligera pérdida de naturalidad al lidiar con el tratamiento del color. Esta fotografía ha sido tomada con un valor de apertura f/1.8 y de sensibilidad ISO 50.
Las cuatro imágenes que podéis ver a continuación han sido tomadas en modo ráfaga, y demuestran lo hábil que es el P20 Pro cuando se ve obligado a llevar a cabo el procesado a toda velocidad de las capturas. Tanto es así que este terminal es capaz de permitirnos tomar decenas de instantáneas e ir liberando el buffer con un ritmo endiablado, una cualidad que puede resultar muy útil en fotografía deportiva y de naturaleza. Además, como podéis ver, su nivel de detalle es muy convincente, por lo que no me lo pensaría dos veces a la hora de usar este modo de disparo, si la situación lo requiere.
Eso sí, no debemos olvidar el buen trabajo que realiza el enfoque predictivo implementado en este smartphone por Huawei, que, asistido por el algoritmo de inteligencia artificial, consigue mantener bien enfocado el objeto fotografiado aunque esté en movimiento. Estas imágenes han sido tomadas con un valor de apertura f/2.4, un tiempo de exposición de 1/799 s y un valor de sensibilidad ISO 50.
Vamos ahora con las fotografías nocturnas. En este escenario de uso la tecnología Light Fusion implementada por Huawei en el sensor RGB de 40 Megapíxeles (que se reducen a 10 Mpx efectivos al activarla) ya apunta buenas maneras. De esta captura destacaría dos cosas: el prácticamente inapreciable nivel de ruido existente en las zonas más conflictivas, especialmente en el suelo, y también el alto nivel de detalle del cielo, que era mucho más oscuro que el de la fotografía, lo que demuestra que este smartphone es capaz de recuperar mucha información allá donde la luz ambiental escasea. Esta captura ha sido tomada con un valor de apertura f/1.8, un tiempo de exposición de 4 s (a pulso) y un valor de sensibilidad ISO 1.000.
La siguiente fotografía, al igual que la anterior, ha sido tomada en un entorno con muy poca luz ambiental disponible, aunque esta vez se trataba de un interior. Los parámetros de captura son un valor de apertura f/1.8, un tiempo de exposición de 3 s y un valor de sensibilidad ISO 400. De nuevo podemos comprobar la eficacia de la estabilización de este smartphone, que incluso con una velocidad de obturación tan lenta y disparando «a pulso» nos permite obtener imágenes nítidas. Además, el nivel de ruido es prácticamente inexistente a pesar de que ya no estamos trabajando con un valor de sensibilidad mínimo. Aun así, en el siguiente apartado del análisis profundizaremos en la capacidad de lidiar con el ruido que tiene este smartphone.
Y concluimos esta sección haciendo un pequeño hueco a la cámara frontal del P20 Pro, que, como hemos reflejado en la tabla de especificaciones, cuenta con un sensor de 24 Megapíxeles. El nivel de detalle y la colorimetría de esta cámara tienen un buen nivel, dos cualidades que sin duda interesarán a los entusiastas de las autofotos. Pero lo que a mí más me ha llamado la atención es la elevada calidad del desenfoque de fondo (bokeh), que rivaliza por su suavidad con el que nos ofrecen las cámaras traseras de otros teléfonos de alta gama. Tan solo puedo achacarle una ligera pérdida de nitidez en los contornos más irregulares, como el pelo, que, por otra parte, es lo habitual en prácticamente todos los smartphones.
Análisis del ruido a alta ISO
Entramos de lleno en uno de los apartados más interesantes de este análisis. Y es que esta nueva propuesta de Huawei pretende, sobre el papel, posicionarse como uno de los teléfonos móviles más hábiles a la hora de capturar instantáneas en entornos con muy baja luminosidad ambiental. Y para lograrlo es crucial mantener el ruido bajo control, incluso al recurrir a valores de sensibilidad elevados. La siguiente fotografía ha sido tomada en una habitación en la que la única fuente de luz era la vela que aparece en la imagen, utilizando un valor de apertura f/1.8, un tiempo de exposición de 4 s y un valor de sensibilidad ISO 1.250.
Como podéis ver, el panorama se pone cada vez más interesante. La siguiente fotografía ha sido tomada utilizando un valor de apertura f/1.8, con una velocidad de obturación de 4 s y un valor de sensibilidad ISO 3.200. Si os fijáis en la sombra proyectada por la vela veréis que en esta área hay un ligero ruido, que se materializa en un grano algo más grueso que el del resto de la imagen. Pero, desde luego, no afea la fotografía. Este valor de sensibilidad en otros smartphones es completamente inutilizable, pero no en el P20 Pro. Si la situación lo requiere podemos incrementar la sensibilidad con la confianza que da saber que este teléfono consigue mantener el ruido bajo control.
Las cuatro imágenes que tenéis debajo de estas líneas no hacen otra cosa que refrendar lo que hemos observado en las capturas anteriores: el nivel de ruido del P20 Pro es muy bajo incluso al utilizar valores de sensibilidad elevados. Como podéis ver, ni siquiera ISO 1.600 e ISO 3.200 provocan que el ruido haga acto de presencia de una forma notable, por lo que, en la práctica, es perfectamente asumible recurrir a estos valores de sensibilidad si las condiciones de captura lo exigen.
Calidad del desenfoque de fondo
La autofoto que hemos analizado unos párrafos más arriba nos ha permitido comprobar el buen trabajo que hace el P20 Pro con el bokeh. La buena noticia es que las cámaras traseras, como cabe esperar, nos ofrecen un acabado aún mejor en este escenario de uso. Como podéis observar, el desenfoque de fondo es muy suave, por lo que desde un punto de vista estético su acabado es muy «resultón». Además, el contorno del sujeto en primer plano está bien definido. Incluso el contorno del pelo luce bien, algo que suele fallar en muchos smartphones con aspiraciones fotográficas. Este retrato ha sido tomado utilizando un valor de apertura f/2 y una sensibilidad ISO 200.
Esta fotografía, además de ayudarnos a valorar una vez más lo convincente que es el desenfoque de fondo del P20 Pro gracias a su suavidad y uniformidad, resulta útil para analizar la habilidad del enfoque predictivo con el que cuenta este smartphone. Y es que durante la toma había un viento muy intenso que agitaba la flor que podemos observar en primer plano con una violencia considerable. Aun así, este teléfono fue capaz de mantenerla permanentemente enfocada. Un nuevo punto a su favor. Esta captura fue tomada con un valor de apertura f/0.95, un tiempo de exposición de 1/1.235 s y una sensibilidad ISO 50.
Galería de fotografías
[[gallery: fotografias-tomadas-con-el-smartphone-huawei-p20-pro]]
Huawei P20 Pro y su triple cámara: la valoración de Xataka
Ha llegado el momento de que retomemos la pregunta que planteábamos en los primeros párrafos del análisis: ¿realmente este nuevo smartphone de Huawei puede medirse de tú a tú con los mejores terminales con vocación fotográfica que podemos encontrar actualmente en el mercado? Teniendo muy presente cómo se ha comportado en nuestro banco de pruebas, la única respuesta posible es sí. Este P20 Pro rivaliza globalmente con lo que nos ofrecen sus competidores más avanzados, como son el Pixel 2 XL de Google, el Galaxy S9+ de Samsung o el iPhone X de Apple, por ejemplo.
No obstante, cuenta con dos características que para algunos entusiastas de la fotografía pueden marcar la diferencia: su habilidad a la hora de tomar capturas en blanco y negro, y, sobre todo, las posibilidades que pone a nuestra disposición un zoom híbrido de cinco aumentos al que podemos recurrir «a discreción» sin temor a que la calidad de nuestras fotografías se vea deteriorada. Sin duda, el trabajo realizado por Huawei en estos dos frentes en particular ha sido realmente bueno.
Tomando como referencia los resultados de nuestras pruebas los únicos puntos en los que este smartphone tiene margen de mejora son, como hemos visto, la agresividad del procesado cuando entra en acción el zoom digital, esa leve saturación de algunos tonos en determinadas circunstancias y un ligero realce de contornos que también suele estar asociado a las tomas en las que el móvil se ha visto obligado a llevar a cabo un procesado agresivo.
En cualquier caso, nuestro balance global acerca de las capacidades fotográficas de este smartphone es decididamente positivo. Sí, es uno de los candidatos claros a mejor teléfono móvil fotográfico de 2018. Y sí, merece la pena tenerlo en cuenta si encaja en nuestro presupuesto y buscamos un móvil de gama alta que nos permita tomar instantáneas de calidad. Durante los próximos meses seguiremos enfrentándolo a los rivales que ya están, y a los que llegarán, para averiguar cuál de ellos consigue afianzarse como el mejor de esta generación en el ámbito de la fotografía. Prometido.
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