Más esperado que nunca por toda la polémica que rodeó al “no modelo” del año pasado, el Galaxy Note 8 no llega al mercado exento de elementos cuestionables a diferentes niveles, entre ellos su precio de más de 1000 euros. Incluso con los 8 puntos polémicos que comentamos en vídeo, es un modelo de referencia que seguro optará a ser el mejor del año desde ya.
Batería
Con más pantalla, ni más ni menos que 6,3 pulgadas, y cifras más elevadas en todas sus dimensiones, que la capacidad de batería del Galaxy Note 8 (3300 mAh) sea inferior a la del Samsung Galaxy S8+ (3500 mAh) o incluso el modelo del año pasado (Galaxy S7 Edge con sus 3600 mAh) nos deja con la casi certeza de que no será este nuevo Note 8 un modelo de Samsung donde la autonomía vaya a marcar diferencias con otros gama alta del mercado.
Es cierto que hay que tener en cuenta que en este Galaxy Note 8 hay añadidos importantes, desde tecnologías que se incorporan hasta elementos físicos que necesitan su espacio, como el S-Pen o la segunda cámara, pero en este apartado esperábamos más rey de los smartphones productivos, donde tener aguante de sobra es un factor de compra importante.
La historia del Galaxy Note 7
La salida del Galaxy Note 8 en “su” fecha y no mucho antes ha sido todo un logro de Samsung. No precipitarse tras el problema de la batería del Note 7 y no eliminar la marca Note que es toda una referencia en el sector profesional son dos trofeos de los que el Galaxy Note 8 puede presumir con todo el derecho del mundo.
Ahora bien, el tema de la batería del Note 7 fue tan grande que es inevitable que salpique algo al nuevo lanzamiento. Y como hemos comentado, ha empezado muy plausiblemente con el riesgo cero en la capacidad de la del Note 8.
El nuevo Galaxy Note 8 es muy probablemente el terminal más vigilado y controlado a nivel de calidad de los últimos años, sencillamente porque no superaría otro error como el del año pasado, pero la seguridad al 100% no existe en el sector y el Note 8 irremisiblemente tendrá que convivir con ello.
Su sentido en el mercado
¿Puede solamente una diferencia de 0,1 pulgadas de pantalla y el uso del S-Pen separar suficientemente el Note 8 de una bestia como el Galaxy S8+? Es una de las grandes dudas que nos asaltan. Tras el aumento de diagonal del S8+ de este año podíamos pensar que Samsung estaba listo para acabar con la marca Note. Pero este clásico se resiste a desaparecer. No todos pueden presumir de contar con dos elementos de lucha en el mercado.
A favor de Samsung y su Note 8 hay que apuntar que tener dos franquicias reconocidos le da más margen de maniobra a la hora de obtener el foco sobre la marca y también para añadir innovaciones y novedades que no llegaron para el otro terminal. Aquí nos referimos claramente a la doble cámara que sí que tenemos ya en el Samsung Galaxy Note 8. Y ése apunta a otro elemento polémico en este Note 8.
Una doble cámara diferente
Con los sistemas de doble cámara ocupando desde hace tiempo la parte trasera de la la mayoría de terminales de referencia, Samsung era el que se había resistido con más fuerza a incluir esta mejora en su franquicia. En el Galaxy Note 8 llega por fin ese sistema que promete un zoom 2X.
El extra que da el sistema de doble cámara del Galaxy Note 8 está en la estabilización no de una sino de las dos cámaras, una diferencia que veremos si no afecta al rendimiento global de la cámara, con terminales muy arriba en resultados este año. Y también está por ver si la doble cámara llega tarde y centrado por ahora en un terminal menos de consumo que la serie Galaxy S.
Muchos GB de RAM en un smartphone
Si observas la tabla comparativa de los franquicia de Samsung de los últimos dos años, la memoria RAM no ha sido una de sus prioridades. No al menos como otros fabricantes Android que pelean mes a mes por aparecer en la lista de los equipos con más memoria RAM del mercado.
El Samsung Galaxy Note 8 retoma algo la senda de la potencia bruta con 6 GB de RAM. No es el caso más extremo del mercado, ni mucho menos, pero aquí nos surge la duda de si tenerlo como única opción es conveniente pero sobre todo discutiríamos si se trata de una cifra más de cara a la galería que práctica para el presente en bastantes escenarios de uso.
Viendo lo que se puede conseguir gracias a la optimización, esos 6 GB de RAM apuntan más a experiencias complementarias (escritorio, realidad virtual, multitarea potente …) que al día a día del mercado de consumo.
Los sacrificios del S-Pen
Ahora que por tamaño de pantalla no hay diferencia entre el más grande de los Galaxy S8 y la gama Note, el modelo menos de consumo de Samsung deja la diferenciación casi exclusivamente en el uso del S-Pen y la personalización asociada en TouchWiz. ¿Suficiente?
Aquí dependerá del uso real que cada cual haga de este accesorio, importante, práctico pero con el que hay tendencia a acabar olvidándose de él en el día a día. Al menos así nos ha pasado en nuestras pruebas de largo recorrido en Xataka con los Note anteriores.
Lo que está claro es que mantener la idea del S-Pen en el Note 8 ha supuesto sacrificios a nivel de diseño y configuración, con menos batería y una apariencia menos futurista que en el caso del Galaxy S8+.
Material y sensor de huellas
Con terminales cada día más grandes y a los que hay que buscar maneras de destacar, los fabricantes luchan contra sí mismos tanto en materiales y acabado como disposición de elementos clave en la experiencia de uso. En este Samsung Galaxy Note 8 esa duda se ve reflejada en el cristal de la trasera, un imán para huellas al menos en la unidad de preproducción que hemos podido probar, pero también en la disposición del sensor de huellas.
Mientras otros métodos de identificación biométrica buscan su lugar en los smartphones, el hasta ahora rey, el sensor de huellas, está deambulando de lado a lado por culpa de las pantallas cada vez más grandes y sin marcos. En este Galaxy Note 8 y pese a que en el Galaxy S8+ vimos que con esa altura no era cómodo integrarlo en la parte de atrás del terminal, sigue ahí. Probablemente Samsung no ha tenido tiempo de articular una solución mejor pero es cuestión de acostumbrarse.
La barrera de los 1000 euros
A fuerza de comentarlo y con Samsung y en el futuro parece que Apple en la carrera por tener un terminal de salida por encima de los 1.000 euros, va a parecer que un smartphone con precio base por encima de esa psicológica cifra nos va a parecer hasta normal. Lo curioso aquí es que Samsung haya superado esa barrera por muy poco conociendo el efecto disuasivo que puede tener en el consumidor. ¿O quizás buscaba lo contrario?
Que hoy en día un teléfono de gama alta supere los 1000 euros en cierto modo tiene sentido si consideramos al smartphone como el PC o herramienta de ocio/trabajo de estos tiempos. Para muchas personas, cada vez más, lo es ya. Otra cosa diferente es que el fabricante coreano haya incluido suficientes añadidos respecto a la competencia o para justificar lo que pagamos por él.
Al final, en términos globales, en relación calidad-precio el Galaxy Note 8 lo tiene muy difícil para competir, y no será en la liga en la que juegue. Máxime con un Galaxy S8+ que con cada mes que pasa es más atractivo en precio y, como hemos visto, no muy diferente de este Note 8 que llegará en unos días al mercado.