Si obviamos los lectores de tiendas, el único fabricante que por modelos, tecnología y tienda aspira a plantar cara al rey Amazon es Kobo. Hemos probamos el nuevo Aura One, un lector de libros electrónicos diferente y que hemos analizado tanto desde el punto de vista del producto tecnológico como desde el puramente lector.
Más grande y resistente al agua
¿Un nuevo libro electrónico de Kobo? El fabricante en manos del gigante Rakuten lleva un par de años ampliando generosamente su catálogo de lectores de libros electrónicos, sí, pero este Kobo One no es como cualquier otro. Al igual que Amazon con su Oasis, Kobo no ofrece este nuevo dispositivo como un lector para cualquiera sino para quien realmente sacará provecho de sus peculiaridades a un alto precio. En el caso del Kobo Aura One es de 229 euros.
El diseño del Kobo Aura One es sobrio pero seguro. Resulta robusto en apariencia y en la realidad. La trasera tiene textura rugosa bastante agradable y hace muy difícil que el lector se deslice accidentalmente de la mano incluso estando mojado. ¿Mojado? Sí, pero eso os lo explicamos más adelante.
En el diseño del Kobo Aura One no hay controles físicos más que el botón de encendido, colocado en la parte trasera y bien visible por su color azul. Diferenciar con este tono un botón de encendido no queda mal y aporta bastante de usabilidad en el dispositivo.
La ausencia de controles físicos hace que toda la interacción con el libro sea mediante la pantalla. Una vez que aprendes dónde hay que tocar y cómo tienes que hacerlo, manejarse con el Kobo es sencillo. Depender de la pantalla para ciertas tareas como pasar página o movernos por menús nos parece de lo más acertado, pero para volver al menú de inicio o acceder a opciones de cambio de letra o tamaño de la misma sigo creyendo que un botón físico es una mejor solución. Y eso no signifique que tocar el lado izquierdo superior del Kobo Aura One no nos lleve siempre a la pantalla de inicio de las opciones.
Una característica en la que Kobo ha sido pionero y referencia es la resistencia al agua de sus lectores de libros electrónicos. Puede parecer algo accesorio pero tiene mucho sentido.
En el día a día nos permite ser menos cuidadosos con cómo y dónde cogemos o dejamos el lector, pero en verano es algo que se puede convertir en imprescindible. Playa o piscina son lugares donde habitualmente no hay problema para llevar un libro electrónico y disfrutar de una de las actividades reinas de las vacaciones y tiempo de esparcimiento.
Con el Kobo Aura One podemos ir más allá y pasar de protecciones extras, despreocuparnos de descuidos en la arena (tras el día de playa podremos lavar el libro bajo el agua) e incluso poder estar dentro de la piscina al tiempo que leyendo en el Kobo Aura One. Su perfil de resistencia al agua permite incluso sumergirlo.
Una pantalla mayor con modo nocturno
La mayor diferenciación a nivel técnico del Kobo Aura One es su pantalla. Empezamos por el tamaño, aquí no están las seis pulgadas de rigor que se han quedado como el estándar en la industria sino que subimos la apuesta hasta unas muy interesantes 7,8 pulgadas.
La diferencia en cifras puede parecer reducida pero el libro electrónico de Kobo es generoso en mano pero lo excelente de la propuesta de Kobo es que su lector sigue siendo manejable (aunque ya no podemos llevarlo casi en el bolsillo). Su poco peso y grosor (solo 230 gramos y 6.9 mm) no lo hace incómodo ni problemático para sujetarlo con una sola mano. Hemos realizado sesiones de lectura de más de una hora incluso en la cama, cuando más crítico es el peso y tamaño de un lector, y sin quejas. Es como usar un modelo de 6-7 pulgadas.
También pedimos a una usuaria intensiva de libros de 6 pulgadas que nos dijera su impresión y aunque al principio resultaba escéptica sobre la comodidad de su pantalla más grande, finalmente acabó acostumbrándose a los pocos días y el tamaño no era ya un problema. Agradeció principalmente el espacio extra para poder leer más contenido por página.
El aumento de tamaño de la pantalla del Kobo Aura se acompaña de una mejor resolución: 1404x1872 píxeles. Esto nos da unos 300 ppp de densidad, lo que hace que obtengamos una nitidez como la del papel impreso a la distancia habitual de lectura.
El sistema de iluminación de apoyo es equilibrado, regulable (tanto de forma manual como automática gracias a un sensor) y cómodo. Las luces LED de los marcos se distribuyen de forma completamente uniforme. Aquí hay que mencionar que además de los LEDs blancos habituales en estos sistemas de iluminación de apoyo a la lectura, el Kobo Aura One incluye algunos de tipo RGB.
Como otros fabricantes de dispositivos electrónicos con pantalla, Kobo ha instaurado en su nuevo dispositivo un modo de lectura nocturno, el cual vuelve mucho más cálida la pantalla a demanda o a partir de una determinada hora que podemos fijar en su configuración. Cuesta acostumbrarse al principio a ella porque el cambio es grande y nos parece que el color se torna a demasiado cálido, pero como nos ha pasado con smartphones o tablets, al final uno acaba apreciando ese modo, al menos en comparación con la luz blanca habitual hasta ahora.
Casi un mes sin cargar el libro
El nuevo lector de Kobo es potente, con una velocidad de funcionamiento correcta para un libro electrónico. El lag y esperas en la respuesta táctil de la pantalla está asociada a la propia tecnología de tinta electrónica. Hay retraso desde que pulsas hasta que aplica el cambio y refresca la pantalla, pero que no supone impedimento para las tareas habituales en que lo necesitarás, como puede ser introducir contraseñas o la configuración inicial. Otra cosa es que tuviéramos que convivir con esta experiencia de forma continuada.
Esa desesperación ocurre fácilmente cuando usamos el navegador en fase beta. Es imposible navegar libremente sin molestias porque la pantalla requiere de su tiempo para actualizar toda la información de la web, así que su uso debería ser muy esporádico.
El procesador encargado de dar fluidez a todo el sistema de Kobo es de 1 Ghz, acompañado de 512 GB de RAM y con memoria interna de 8 GB, la cual no podemos ampliar de forma externa. En un libro electrónico estamos convencidos de que no es un problema del que haya en absoluto que preocuparse.
Tampoco la autonomía es algo de lo que uno quiera estar atento cuando habla de un lector de libros electrónicos “nativo”. Y con este Kobo Aura One la máxima se cumple. Con un tiempo de carga de menos de una hora, la batería del nuevo modelo de Kobo es capaz de aguantar más de tres semanas seguidas con Wifi, brillo automático y alrededor de 45-60 minutos de lectura diaria. Y esa carga se realiza con un simple cable microUSB.
Bien de interfaz, a rebufo en tienda y compras
Amazon tiene un dominio importante en el mundo del libro electrónico tanto a nivel de cuota de mercado en dispositivo físicos como en su enorme tienda Kindle. Quizás por eso Kobo haya quedado algo rezagado a pesar de que, salvo por el potencial de su tienda de libros, su interfaz y posibilidades dentro del libro electrónico me parecen superiores.
La pantalla de inicio es el gran logro de un lector de Kobo. Allí tenemos varios de los libros que tenemos en ciernes con su portada y el porcentaje del mismo que llevamos leídos. Las incorporaciones de nuestra biblioteca, novedades de la tienda o listas de más vendidos se van actualizando continuamente. Y hay zona para extras como el navegador, Pocket (hay lectores como yo que pueden decidir su compra entre marcas solo por esta opción de los libros Kobo) o estadísticas de lectura, lo cual puede servir para animarte a superar tus propios cifras.
En la parte superior disponemos de accesos directos a funciones de configuración o el menú principal, y en la inferior, bloques de lectura (libros, colecciones y artículos de Pocket), una búsqueda o datos de nuestra actividad con el libro.
En la lista de libros de nuestra biblioteca, que puede incluir PDFs o ePub que hayamos sincronizado desde un PC (además de las descargas y compras en su tienda), hay filtros según lo que estamos leyendo, sin leer o comprado, así como por frecuencia de uso.
Uno de los grandes atractivos del Kobo Aura One desde el punto de vista del lector es el soporte para Overdrive. Esta plataforma, no disponible en demasiados mercados, permite el préstamo de libros digitales directamente en el dispositivo desde bibliotecas públicas, de universidades o privadas.
Otro de los puntos a favor de los lectores Kobo es la libertad que dejan al lector. Poder cargar nuestras propias fuentes para los libros o la amplitud de formatos admitidos, entre ellos los más habituales para cómics (CBR y CBZ), se colocan en un lado de la balanza, aunque queda claramente desnivelada cuando al otro lado colocamos la experiencia de uso e integración en el sistema de Amazon frente a la de Kobo. Es su gran asignatura pendiente porque a nivel de precio, y ponemos el ejemplo del último título de Harry Potter, no hay grandes diferencias (14,99 euros en ambos sitios)
Kobo Aura One visto por un lector
El lector de libros electrónicos me parece una gran idea. La experiencia con los lectores que he tenido ha sido estupenda, me gusta la sencillez que desprende el concepto de libro electrónico: tinta electrónica, navegación por una cantidad ingente de libros que puede llegar a almacenar, poder cambiar tipografía y tamaño de letra... Tampoco le pido mucho más: un lector es para leer y ya. Y, como me gusta probar cosas nuevas, allí estaba esperándome el Kobo Aura.
El Kobo Aura cayó en mis manos como cualquier otra cosa nueva pero familiar. Una parte de mí se quedó diseccionando el aparato pensando en mis experiencias previas y consiguientes expectativas. Es más ligero, más pequeño y mucho más luminoso (aunque soy de poco brillo) que mi Kindle Paperwhite. No soy tech, y por tanto no sabría hacer un gran análisis sobre los aspectos técnicos del lector (taitantos dpi para mí son taitantos npi, y para eso está Penalva). Así que voy a hablar de mi experiencia usando este instrumento.
Abro la caja, obedezco a eso de la carga (no tenía especial prisa) y enciendo la pantalla. Ya empezamos con el dichoso proceso de configuración. Soy, lo que se dice en el Europass, un usuario independiente –aunque a veces algo “paleto”– en lo que se refiere a gadgets por lo que no me supone demasiado problema. Pero allí ya empiezo a ver los primeros engorros: el teclado no va demasiado fino y al poner el usuario de Kobo (ya sea iniciando sesión o registrando) el navegador va a ratos.
Una vez configurado, el Kobo se presenta como un lector bastante completo
De hecho, el proceso de registro lo tuve que completar en la página web de Kobo porque había llegado a un nivel de tortura, con la pantalla refrescándose a cada carácter introducido. Una vez completado todo este paso de configuración tocaba lo que realmente me interesa: leer. Navegar por la tienda desde el lector es poco práctico si quieres explorar más allá de novedades y destacados (y el buscador tarda también un pelín).
No sé cómo topé con un título que me interesaba: 'Modern Romance', el imprescindible ensayo en el que Aziz Ansari ('Master of None') se adentra en las claves del ligue y el amor en la generación que nos toca vivir con las redes sociales omnipresentes. El proceso de compra fue rápido e indoloro (bueno, tenía la tarjeta un poco vacía en ese momento). Ahora sí que tocaba leer.
Soy un lector bastante ávido. Acabo de mirar mis estadísticas en Goodreads y, si excluyo los cómics, más o menos voy a un ritmo de dos o tres libros al mes. Leer me gusta mucho y soy de los que encuentra cualquier rato para compaginarlo con mi otra pasión: las series. Aunque la “piratería” existe en este sector, el lector de libros es mayoritariamente un lector de papel según un reciente estudio de hábitos de lectura entre los internautas. El 63% de los lectores habituales prefiere el formato físico al electrónico a la hora de leer y a la hora de comprar sigue ganando el que compra exclusivamente papel (53%) frente al 12% que compra de todo.
La falta de espacio fue mi razón para empezar a usar un eReader
Actualmente me encuentro entre las dos aguas. Me gusta mucho el papel, creo que la sensación que da el formato físico es algo difícil de imitar por lo electrónico. Pero en mi casa no tengo espacio. Así que desde hace un par de años decidí empezar a leer en digital. Primero con el móvil, pero lo del brillo de la pantalla no terminó de cuajar, así que decidí coger un lector de libros electrónicos de gama baja para, con el tiempo, sustituirlo por el célebre Kindle Paperwhite y allí fue un salto cualitativo y cuantitativo en mi relación con la literatura digitalizada.
Todo esto lo cuento porque yo, como lector, busco sencillez y manejabilidad a la hora de leer ya sea un libro físico o uno electrónico. El Kobo lo tiene, pero también la mayoría de eReaders del mercado con las ventajas que le suponen (luz, subrayados, anotaciones sin "estropear" el papel...) y con algo con lo que jamás podrán sustituir (al menos en la actualidad) al libro físico: el hojear, pasar adelante y atrás las páginas buscando rápidamente esos pasajes que se te han podido pasar por alto en una lectura rápida.
Para mí poder ir de adelante a atrás en un libro es importante y aquí es donde creo que el Kobo Aura tiene su principal baza: una barra de progreso en el que poder mover el punto de lectura al que quieres ir (o regresar) es una de las mejores soluciones a este problema. Otra cosa es el tema de la navegación con resaltados y anotaciones, que va de todo menos fino... sobre todo a la hora de hacer el subrayado: más de una vez he tenido que repetir el gesto de subrayar no se ejecutaba bien.
Lo que sí que falla más es la hora de ir a las notas al pie: las ventanas emergentes fallan (de un par de libros con más de un centenar de notas entre los dos, solo un par de ellas aparecieron en este formato) y la navegación entre notas está mal delimitada, es engorrosa. Si en otros aspectos no sabría del todo si decantarme por un Kobo o por un Kindle, aquí el aparato de Amazon gana por goleada. Por eso y porque este último tiene Wikipedia, lo que me ha permitido saber qué diantres es la "corvea".
Por otro lado la gran ventaja del Aura es poder usar cualquier formato de libro electrónico, lo cual es una baza teniendo en cuenta la omnipresencia del ePub, incompatible con el Kindle. Enchufar al ordenador y pasar libros sin necesidad de convertirlos a Mobi. Aquí he echado de menos un correo electrónico proporcionado por Kobo para transferir libros vía Calibre sin necesidad de usar el USB, como sí puedo hacer con el Paperwhite.
Decía un amigo mío que el Kobo y el Kindle son, respectivamente, como Windows y OS. Al igual que los de la manzana se sienten frustrados en cuanto tocan un PC, la sensación que he tenido al probar el Kobo Aura viniendo de un Kindle Paperwhite es similar. Objetivamente ambos son buenos productos, pero el Aura necesita refinarse en un par de aspectos para convencerme de darle mejor vida a mi fiel Paperwhite.