Hoy hemos podido comprobar en vivo y en directo el rendimiento de uno de los nuevos routers inalámbricos de D-Link. Se trata del modelo D-Link DIR-868L, el actual tope de una gama que se acaba de renovar con varias propuestas que se caracterizan por el soporte del estándar 802.11ac.
Aunque dicho estándar de conectividad inalámbrica aún no está del todo completo, solo faltan pequeños detalles por pulir, y estos productos ya aprovechan todas las ventajas del mismo. Y por supuesto, la mejor de todas ellas: la capacidad de transferir ficheros de forma inalámbrica a máximos teóricos de 1,3 Gbps.
El D-Link DIR-868L es un router dual band, lo que significa que puede trasmitir datos tanto en redes a 2,4 GHz —la utilizada por las actuales conexiones 802.11n— como en redes que usan la banda de los 5 GHz —la que usa el estándar 802.11ac—.
Ese soporte es esencial porque garantiza la compatibilidad con anteriores dispositivos, pero además también permite trabajar con unos y otros de forma indistinta y al mismo tiempo, lo que facilita la transición gradual al nuevo estándar inalámbrico.
Ventajas técnicas del estándar 802.11ac
El aumento del número de dispositivos inalámbricos y la saturación de la banda de 2.4GHz que utiliza el estándar 802.11n hace que estas redes WiFi se hayan convertido en un cuello de botella ya que la mayor parte de los dispositivos y routers inalámbricos WiFi utilizan la frecuencia de 2,4 GHz.
A la propia saturación del espectro inalámbrico en la banda de 2.4GHz (por ejemplo con los WiFi de los vecinos) hay que añadirle las interferencias provocadas por muchos aparatos domésticos, como los teléfonos inalámbricos y microondas, que también utilizan la misma frecuencia. Cuando estas emisiones no deseadas se interponen penalizan el rendimiento de nuestras transmisiones de datos inalámbricas a lo que hay que sumar la congestión que se produce cuando demasiados dispositivos Wi-Fi acceden al router al mismo tiempo.
Las nuevas redes 802.11ac suponen un enorme salto evolutivo ya que trabajan en exclusiva la banda de frecuencia de 5 GHz, una banda menos común y por lo tanto con menos dispositivos conectados, por lo que experimentará menos interferencias y alcanzará mayores velocidades al utilizarse canales de mayor ancho de banda.
Así, las anteriores normas inalámbricas utilizan anchos de banda de canal de 20 MHz en 2.4GHz, mientras que 802.11ac funciona con anchos de banda de canal de 80 MHz como estándar y 160 MHz en una segunda fase, lo que obviamente multiplica por 4 y 8 respectivamente el ancho de banda asignado a los dispositivos. Además, este estándar utiliza técnicas de gestión inteligente de la señal como beamforming y MU-MIMO de las que hablaremos más adelante, que optimizan la cobertura y la comunicación con cada dispositivo.
La vida con una WiFi a 1,3 Gbps
Las pruebas que pudimos poner en marcha dejaron clara la capacidad de este tipo de redes, que de hecho ni siquiera pudimos explotar al máximo. Aunque el router DIR-868L de D-Link permite trabajar a ese máximo de 1,3 Gbps, el módulo USB con el chip AC para conectarnos desde el portátil de pruebas aún no es capaz de ofrecer esa velocidad máxima, y llega a los 867 Mbps en redes 802.11ac.
De momento esa limitación estará presente en estas llaves USB con conectividad 802.11g debido a dos factores: el chipset WiFi, y el chipset USB. El tamaño necesario para integrar el chipset WiFi que ofrecería transmisión de datos a 1,3 Gbps y para transmitir esos datos al ordenador a través de un puerto USB 3.0 es mayor de lo deseable, de modo que en esta versión del módulo usado, el DWA-182, se hace uso de conexión USB 2.0 y de ese soporte aún no absoluto de la velocidad de transmisión que puede proporcionar el estándar.
Con todo y con eso, las pruebas fueron muy satisfactorias. Al router se le conectó vía el puerto USB 3.0 —este modelo sí integra este tipo de puertos— con varios ficheros de gran tamaño, y éstos ficheros se transfirieron desde esa memoria USB —que actúa como un NAS integrado en el router— al portátil con el módulo WiFi 802.11ac.
Al realizar por ejemplo la transferencia de tres archivos de 500 MB desde el router al portátil, en modo 802.11ac el proceso se completó en 1:38 (15,67 MBps), mientras que en modo 802.11n el mismo proceso tardó más del doble: 3:51 (7,02 MBps). Atención, porque hicimos uso del modo Wifi 802.11n 300 que combina dos flujos en lugar del estándar “convencional” que alcanza máximos teóricos de 150 Mbps.
Esas pruebas, que en este primer escenario se pasaron con el router cerca del portátil, se volvieron a repetir a una distancia de unos 20 metros en nuestras oficinas y con varias paredes de por medio. Al repetirlas se notó la ventaja evidente del estándar 802.11ac y de la tecnología integrada de D-Link.
Así, en el modo 802.11ac los mismos ficheros se transfirieron en 1:41 (15,20 MBps), en el modo 802.11n ni siquiera completamos la prueba tras ver que la velocidad media estaba siendo de 240 KBps, una cifra preocupante que dejó claro cómo las interferencias y la distancia afectan al rendimiento de las redes 802.11n.
Los ingredientes del D-Link DIR-868L
Los excelentes resultados mostrados por este router no solo se deben al uso del estándar 802.11ac, sino a algunas tecnologías propias de D-Link que ayudan a ofrecer los mejores resultados en diversas situaciones. La más interesante de todas ellas es la llamada AC SmartBeam, que ya había sido integrada en productos anteriores del fabricante con conectividad 802.11n y que ahora se ha reforzado especialmente con estos nuevos routers.
La tecnología AC SmartBeam permite “dirigir” en cierta medida la emisión de los datos hacia el dispositivo, evitando radiarla en todas direcciones. Este modo de emisión es mucho más eficiente y permite lograr mayores velocidades de transmisión en todo momento.
A ella se le suma la Multi-User MIMO. La tecnología MIMO divide los datos a transmitir en lo que llamamos “transferencias por fragmentos”, de tal forma que puedan ser enviados de forma simultánea utilizando múltiples antenas (un flujo por antena). Después, en el destino, el paquete se recompone a su forma inicial, lo que optimiza la transferencia. En el modo MU-MIMO se permite que las transferencias por fragmentos puedan ser asignadas a más de un dispositivo al mismo tiempo, algo crucial para garantizar velocidades de transferencia altas incluso con la conexión de varios dispositivos al mismo tiempo.
A estas tecnologías se les suman otras no ya relacionadas con la velocidad o el rendimiento del router, sino con su gestión y prestaciones. La aplicación mydlink Lite permite gestionar el router desde un dispositivo Android o iOS y, por ejemplo ejercer tareas de control parental. Podremos consultar qué páginas se han visitado, qué dispositivos han tenido acceso a nuestra red —pudiendo desactivar cualquiera de ellos— e incluso recibir alertas si, por ejemplo, se detectan accesos a páginas con contenidos no recomendados para nuestros hijos o posibles intrusiones a nuestras redes inalámbricas.
Situación actual y futuro del estándar 802.11ac
Como nos explicaba Anselmo Trejo, responsable marketing y comunicación en D-Link, el desarrollo del estándar 802.11ac ha sido muy rápido gracias a los pilares que ya existían y que precisamente hicieron que la adopción del estándar 802.11n fuera mucho más lenta.
En aquel caso aparecieron más borradores y dificultades con aspectos como los problemas con Bluetooth. En este caso las dificultades han sido mínimas, y solo quedan por resolver pequeñas incompatibilidades con los estándares inalámbricos más antiguos (802.11a y 802.11b). Esas correcciones no modificarán en prácticamente nada el borrador actual, que puede considerarse como prácticamente idéntico a la especificación final, y que se prevé que aparezca definitivamente a lo largo de este año 2013.
Por ahora la adopción del estándar en productos de usuario final es limitada, aunque existen algunos terminales como el Samsung Galaxy S4, y el HTC One o algunos ordenadores como los nuevos MacBook Air que ya ofrecen soporte para dicha conectividad. Por ahora los módulos USB que ofrecen esta conectividad tienen el citado problema del tamaño de los chipsets, por lo que habrá que esperar unos meses a que los portátiles, tablets y smartphones de nueva generación adopten el nuevo estándar.
Las grandes de la industria de los semiconductores como Intel o AMD están ya trabajando en ello, y lo mismo ocurre con el terreno de la movilidad: los Qualcomm Snapdragon 800 integran ese soporte y veremos más y más smartphones y tablets con este poderoso chipset integrado, y todo apunta a que 2014 sea un año de adopción que se consolidará de forma definitiva en 2015, según los expertos.
La nueva gama de D-Link, al completo
Aunque en nuestras pruebas hemos utilizado el Wireless AC1750 Dual-Band Gigabit Cloud Router con AC SmartBeam™ (DIR-868L) —tope de gama, y que soporta esa velocidad máxima de 1,3 Gbps—, este fabricante ha renovado su producto con varios modelos más.
Así, tenemos el router Cloud Gigabit Wireless AC1200 Dual-Band con AC SmartBeam™ (DIR-860L) y el router Cloud Gigabit Dual-Band Wireless AC1200 (DIR-850L), que alcanzan los 867 Mbps, el triple de velocidad que las redes actuales Wireless N300.
Para redondear la familia, el modelo de entrada es el Router Cloud Dual-Band Wireless AC750 (DIR-810L) que ofrece velocidades AC de 433 Mbps a un precio muy competitivo. Si combinamos estos routers con el nuevos adaptador USB D-Link Wireless AC1200 Dual Band (DWA-182) podremos actualizar fácilmente nuestros ordenadores y portátiles para que aprovechen las nuevas redes 802.11ac. En último lugar tenemos el router ADSL (no neutro, como el resto de sus acompañantes) DSL-3580L, que estará disponible en el tercer trimestre del año a un precio sin especificar.
La gama de routers Wireless 802.11ac de D-Link ya está disponible en grandes superficies y tiendas especializadas a un precio PVP con IVA incluido de 209,90 euros para el DIR-868L, 160,90 euros para el DIR-860L, 128,90 euros para el DIR-850L y 99 euros para el DIR-810L, mientras que el adaptador USB DWA-182 se vende por 60,90 euros.
Más información | D-Link Wireless AC