Estamos ante la actualización de un producto que ya existe, el Bebop, que vuelve para posicionarse con más fuerza en un escalón de mercado que consideramos que tiene mucho por crecer - si las leyes no oprimen demasiado -. Al Parrot Bebop 2 no lo podemos colocar en la categoría que se mueven los nuevos productos comerciales de DJI u otras soluciones que ofrecen capacidades profesionales, pero tampoco es un juguete, como podréis comprobar por sus habilidades de vuelo, grabación, y precio.
El cuadricóptero de la firma francesa está preparado para volar, lo sacas de la caja y en cinco minutos estamos descubriendo muchas de sus posibilidades. A su facilidad de montaje, le sumamos la sencillez de sus controles, y lo ligero que es. Tenemos un drone ideal para llevar encima: cabe en una mochila y se controla con el móvil.
Repito, y sin miedo a parecer pesado, es un gadget que hay que utilizar con cabeza, hay mucha responsabilidad a la hora de echarlo a volar. Nuestras pruebas han sido realizadas en un recinto cerrado, preparado para estos menesteres, con la ayuda de pilotos certificados.
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Volviendo al análisis, antes de ir conociendo qué tal se porta el dron en cada uno de los apartados importantes en este tipo de gadgets, y al margen de una valoración final, hay muy poca competencia en el rango de los 500 euros, que grabe decentemente y vuele con garantías.
Bebop 2 es un dron con el que volamos en cinco minutos, graba contenidos a buena calidad y tiene un precio aceptable para muchos
Parrot es una compañía con mucha experiencia en este campo, a diferentes niveles, y ciertamente es algo que se nota en la familia de dispositivos Bebop, a pesar de su aparente simplicidad.
Con este Bebop 2 no revolucionan el mercado, ni mejoran una barbaridad el anterior, pero sí pulen errores y crean un producto más redondo. Antes de avanzar más en el análisis, decir que la principal mejora la tenemos en la autonomía de vuelo.
Parrot Bebop 2 en vídeo
Bebop 2, especificaciones
Sistema de rotores | Cuatro rotores, tres hojas por cada hélice - 5 centímetros de diámetro -. Son de plástico flexible, bastante resistentes y fácilmente reemplazables |
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Velocidad máxima horizontal | 18m/s. Tarda unos 14 segundos en conseguir su máxima velocidad, sin oposición de viento |
Velocidad de ascenso máxima | 6m/s. En condiciones favorables llega a una altura de 100 metros en 20 segundos |
Alcance de señal | 300 metros. Con el WiFi de un OnePlus 2 me movía en unos 150 metros |
Autonomía | La batería es de 2.700 mAh, Li-ion. Nos da una autonomía, según Parrot de 25 minutos de vuelo, algo inferior en nuestras pruebas |
Memoria | 8GB de memoria interna, accesible vía microUSB |
Cámara | Cámara de 14 megapíxeles, graba vídeo en formato 1080p a 30 imágenes por segundo. Cuenta con estabilización de imagen. No hay gimbal pero podemos hacer un desplazamiento de 180 grados |
Métodos de control | Dos métodos: teléfono móvil (iOS/Android) y mando SkyController |
Vuelo autónomo | Cierta autonomía con la aplicación “Plan de vuelo” (20 euros) |
Peso y dimensiones | Tiene unas dimensiones de 33 x 30 x 10 centímetros, y pesa 480 gramos |
Precio | 549 euros |
¿Un juguete? No, está muy bien diseñado
Parrot ha querido que el Bebop 2 apenas tenga partes móviles, algo que solo queda para las hélices. No hay nada colgando, de hecho la cámara está incluida en el cuerpo, en la posición del pico de la ‘aeronave’. A pesar de su gran angular, no le molestan las hélices en las grabaciones.
Ligero y pequeño, lo podemos transportar con facilidad. Es mucho más resistente de lo que parece
Con respecto a versiones del anterior modelo destacamos la ausencia de defensas en los laterales, las hélices si chocan contra algo, no hay nada que las detenga. En ambos hay mucho plástico, material que le permite ser resistente y ligero.
Para mi gusto el diseño ha quedado mucho más limpio y bonito, y conforme lo vamos conociendo mejor entendemos que todo está bastante bien ideado - hay bastante trabajo de túnel de viento -. Yo vivo en una zona en la que el viento es bastante fuerte, y los días que lo he sacado a volar a campo abierto, he tenido ocasión de valorar la buena aerodinámica que presenta, además de ser bastante eficiente en el vuelo.
Su aerodinámica y potencia se las apañan bien con el viento. En las pruebas gaditanas que hemos realizado se ha comido buenas rachas de viento, y el pequeñín se ajustaba bien a su posición. Según las especificaciones, se puede volar con vientos de hasta 60 kilómetros por hora
Hablando de ligereza, en los 480 gramos de peso que tenemos, gran parte son de la nueva batería: 192 gramos. La nueva unidad dobla la capacidad del primer Bebop, llegado a los 2.700mAh. Se queda enganchada al cuerpo del dron con una click, y hay que hacer fuerza para poder sacarla, algo que creemos bien pensado de cara a los impactos.
Volando el Bebop 2
Montar el drone es muy fácil, solo hay que colocarle baterías y las cuatro hélices en la posición que nos describe el manual: el sistema de hélices va por colores, también hay unos agujeros que nos determinan su posición, y a la hora de anclarlos, no hace falta que usemos herramientas (aunque viene una para facilitar las cosas).
Una vez montado, descargamos la aplicación FreeFlight, damos de alta el dron, lo calibramos, y a volar. La comunicación entre ambos es vía WiFi, en las bandas 2,4 y 5GHz.
Bebop 2 es muy divertido de volar, fácil a todos los niveles. Si somos profesionales podemos sacar cosas bastante interesantes con él
Para conseguir sacar el máximo rendimiento del dron he volado en un lugar habilitado, un club de aeromodelismo, con la ayuda de la gente de ICOdrones, que son pilotos autorizados en todo tipo de vehículos voladores no tripulados. Las primeras conclusiones que podemos sacar, es que es muy estable y capaz, incluso en situaciones de mucho viento, como es típico en Cádiz.
El drone es rápido en sus movimientos, bastante configurable con opciones como velocidad de giro, velocidad máxima, distancia o altitud.
Especialmente interesante es el funcionamiento de modo “Home”: si el drone pierde la conexión con el mando, se pueden elegir los segundos a los que quiere que obedezca su vuelta, es decir, le decimos que a los 5 segundos vuelva a casa. Si ha perdido la conexión, vuelve al punto inicial basándose en la posición GPS que realizó el despegue.
No llegamos a los 300 metros que nos dice Parrot, pero la realidad es que la conexión es bastante mejor que con el primer Bebop, sin problemas nos movemos en los cien metros - a partir de ahí el vídeo falla -. Esto también depende bastante de las capacidades de nuestro teléfono móvil, yo lo he estado usando con OnePlus 2 sin mucho problema, al cambiar a un Xperia de gama baja, las condiciones fueron significativamente peores.
Terminamos este apartado comentando que hay una serie de acrobacias predefinidas - son giros o flips en cada dirección posible - que se pueden realizar de forma automática, tanto en movimiento como parado en el aire.
Bueno en vídeo, peor en foto
No esperábamos otra cosa que algo tirando a ojo de pez en la lente, y así es: 170 grados de visión que no interfieren con otros elementos del dron. Pero realmente no utiliza tal campo de visión para grabar vídeo, y es que al utilizar la estabilización de imagen, se recorta parte del formato completo. La apertura máxima de la lente es f/2,3.
Muy bueno en fluidez y estabilización, lo podéis comprobar en las muestras que compartimos. También es muy agradable en colorido, pero no podemos tirar cohetes en líneas generales, ya que especialmente en definición, no es brillante. También sufre de algunos destellos o un rango dinámico limitado.
En cuanto subimos al ordenador y vemos el vídeo en una pantalla con buena resolución, se nota la falta de detalle, pero dicho esto, podemos valorar la grabación como notable. No vamos a hacer producciones de calidad con ella, pero sí lo vamos a pasar muy bien con lo que es capaz de registrar.
El encargado de realizar este trabajo es un sensor de 14 megapíxeles, la misma cantidad que tenía el primer Bebop. Es capaz de registrar vídeo en formato 1080p a 30 imágenes por segundo.
Muy efectivo en estabilización y fluidez, no tanto en definición. La cámara graba vídeo de forma notable
No tiene un ‘gimball' con el que podamos estabilizar más o cambiar la cámara en todas las direcciones, aquí nos contentamos con una muy buena estabilización digital, y un desplazamiento en 180 grados de la cámara (se maneja de forma táctil, en un menú diferente). Así podemos apuntar hacia abajo y crear tomas - como un mapa - muy atractivas desde las alturas.
Volviendo a la estabilización, decir que la zona de la cámara está anclada a la parte drone con cuatro amortiguadores esféricos que absorben muy bien las vibraciones.
Sobre la calidad de las fotos, pues justitas, no están mal si las condiciones de iluminación acompañan, y su aspecto panorámico le dan un toque atractivo a las imágenes. Valoramos el hecho de que las muestras se pueden grabar en RAW(DNG), por si necesitamos sacar algo más de esas tomas.
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Los fotos y vídeos son grabados en una memoria interna de 8GB, pero no podemos acceder a ella, ni hay forma de ampliarla. La forma de conseguir los contenidos es a través de la aplicación FreeFlight, o con un cable microUSB.
¿Cuánto cabe en esa memoria? Pues unos 50 minutos de vídeo, en formato MP4 (H264). Yo esperaría a recoger los contenidos al momento en que tengamos alimentación, ya que es una tontería comerte las baterías del drone en esta operación.
Más de 20 minutos en el aire
Con 2.700mAh de batería, el nuevo Bebop consigue mejores cifras de autonomía, también un peso mayor (100 gramos más). Afortunadamente ahora es incluso más cómodo de meter en cualquier bolsa, y gracias a que se usa con un teléfono, un cacharro ideal para volar por ahí unos 23 minutos. Es posible subir esa cantidad, pero con un uso moderado y poca resistencia por parte del aire.
Mayor autonomía significa más tiempo de diversión, también más tiempo de grabación
El peor aspecto del primer Bebop era claramente la batería, tenía complicaciones para superar los 11 minutos de vuelo. Una cifra que el nuevo modelo duplica sin muchas dificultades, y pone al dron en cifras de modelos más caros y con mayores ambiciones (DJI, Yunnec). Realmente hay pocos drones comerciales que jueguen con más minutos en el aire.
¿Cuánto tarda en cargar la batería? Pues en unos 70 minutos las tendremos cargadas. Esto nos hace pensar lo importante que es tener varias unidades - alrededor de 60 euros - si queremos echar un día fuera con el dron y olvidarnos de cargas. Tienen un conector diferente que en el Bebop original, así que nos olvidamos de usarlas en él.
Los siete sensores
El punto central es una cámara que apunta hacia abajo, a su derecha el sensor de ultrasonidos
Las informaciones necesarias para analizar las situaciones de vuelo llegan desde siete sensores. Para tratarla y calcular con rapidez, tenemos un procesador de doble núcleo. ¿Cuáles son esos sistemas?
- La estabilización vertical la consigue gracias a que la cámara hace una toma cada 16 milisegundos, que compara con las anteriores para determinar posición y velocidad del Bebop 2.
- Un sensor de ultrasonidos en la zona inferior del drone, mide la altura del suelo en un rango de 5 metros.
- El sensor anterior se ve acompañado por un sensor de presión que le determina la altura cuando subimos de esa franja.
- Un giroscopio de 3 ejes para determinar el ángulo en el que se encuentra el dron.
- También hay un acelerómetro que ayuda con la posición y velocidad lineal de vuelo.
- Una brújula digital posiciona al dron en el espacio.
- Cuenta con con sistema GPS y GLONASS para geolocalizar el equipo.
FreeFlight 3, pilotando con el móvil
No me gusta el accionamiento táctil para manejar un dron, pero debemos reconocer que la curva de aprendizaje de la aplicación es muy buena
Lo bueno del Bebop 2 ya lo hemos repetido varias veces, y es que lo podemos usar sin apenas aprendizaje, desde un dispositivo móvil. Para eso hace falta una aplicación móvil llamada FreeFlight 3.
No me gusta demasiado el accionamiento táctil, esto pide a gritos un control físico - sería mucho más divertido -, pero al menos funciona y nos acostumbramos a hacer casi todo sin demasiado problema.
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El móvil tiene su parte buena y mala. Es positivo tener un mando encima, menos cosas que cargar para poder volar, pero también condiciona mucho el móvil que tengamos: no es lo mismo un teléfono potente con buenas antenas y una buena pantalla, que un dispositivo sencillo al que le cueste mover la aplicación y ofrezca menos potencia en la conectividad.
Skycontroller, el mando de control
No he tenido ocasión de probar esta opción, espero poder hacerlo pronto. Con el Skycontroller Black mejoramos la conectividad y rango de acción de forma importante, llegando hasta unos teóricos dos kilómetros.
Con el mando físico se puede controlar el drone sin perderlo de vista, mirando a la pantalla no podemos decir lo mismo
Si usas el Skycontroller, hay una conexión WiFi con el mando y otra con el teléfono móvil o tablet que estemos utilizando. Los joysticks son mucho más cómodos que el accionamiento táctil de las pantallas, a algunos incluso le gustan más que los que usan los drones de DJI o Yuneec.
El Skycontroller nos abre las puertas a interesantes funcionalidades, ya que podemos conectar unas gafas a través del puerto HDMI. También hay un USB que nos permite conectarlo a un ordenador y controlarlo desde allí gracias al ARDRoneSDK del kit de desarrollo.
Cuesta alrededor de 500 euros y nos vale para el primer y segundo Bebop. Es fácil encontrarlo en packs con el dron, y la jugada nos sale a mejor precio. El problema es que se mete ya en un rango de precios en los que actúa DJI.
¿Vuelo autónomo? Plan de vuelo
Plan de vuelo es el nombre que Parrot le ha puesto a una aplicación extra que ha creado para Bebop 2. ¿Qué nos permite hacer? Pues nos introduce en un plan de vuelo autónomo. En el lado negativo, se paga aparte y son 20 euros.
Con ella podemos hacer que el Bebop 2 cumpla una trayectoria marcada por coordenadas GPS, de punto a punto. En ellos es posible decirles que haga fotos o vídeos, jugando con lo que hace la cámara en cada momento. Cuando está en funcionamiento lo podemos parar en cualquier momento y tomar el control.
¿Se puede reparar?
Me gusta la idea de que nos compremos un cacharro y podamos repararlo, accediendo con facilidad a piezas. En la web de Parrot están todas las que conforman el drone, desde las patas hasta la cámara, y algunos accesorios más.
No son especialmente baratos, pero es fácil de cambiar y reparar. No están en la misma liga que DJI, pero al menos no nos arruinan con los cambios de piezas.
Parrot Bebop 2, conclusiones
Lo franceses proponen un dron bien diseñado, fácil de volar, también de transportar, al que le falta algo de calidad en la cámara para ser una solución ideal
No estamos ante un juguete, tampoco es barato - 549 euros -, pero sí es bastante más asequible que otros drones que están empezando a sonar fuerte en el mercado. Si queremos una experiencia completa, con mando y todas las aplicaciones, el precio nos sube considerablemente, 949 euros.
En ese caso ya me pensaría bastante en comprar otra solución que grabe mejor vídeo, pero claro, cada uno tiene sus necesidades, si la prioridad es volar, este Bebop es fantástico por sus capacidades, facilidad de uso y transporte.
Un punto fuerte del dron es su autonomía, superar con holgura los 20 minutos de vuelo es un dato llamativo en este mundillo, parece poco, pero la competencia no consigue más. Además, las baterías no son caras y podremos hacernos con unas cuantas.
A favor
- Excelente autonomía para un drone
- Podemos usarlo con el móvil
- Fácilmente transportable
- Todas las piezas son reemplazables
- Estabilidad y fluidez del vídeo
En contra
- El control táctil no da la misma sensibilidad
- El Skycontroller es demasiado caro
- La calidad de las fotos podría ser mejor
- La memoria es fija, estaría bien una ranura para tarjetas
El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Parrot. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
En la realización del vídeo tenemos a Pedro Santamaría.
Para el pilotaje, asesoramiento de vuelo y acceso a campo de vuelo tenemos a la empresa ICO Drones.