Cuando hablamos de drones uno de los principales fabricantes comerciales es Parrot. Los franceses llevan ya unos cuantos años lanzando cuadrúpedos aéreos y con la tercera generación de Bebop Drone se plantearon mejorar la experiencia de vuelo y dar más protagonismo a la cámara con un sistema de estabilización de imagen muy potente.
Dan mucho de que hablar pero ¿son un gadget al que merece la pena echar un ojo? Parrot sigue apostando fuerte por la categoría con modelos asequibles pero ahora lo analizamos para comprobar si siguen estando a la altura. Lo ponemos nuestra mesa de análisis para que eche a volar.
Parrot Bebop Drone, análisis en vídeo
Antes de comenzar a hablaros del Bebop Drone de Parrot, os lo enseñamos en vídeo para que veáis qué es capaz de hacer y la calidad que ofrece su cámara. Si no estáis muy familiarizados con la categoría, es una buena forma de conocerla a través de este vídeo.
Diseño robusto a pesar de su apariencia
A simple vista Parrot Bebop Drone puede dar una sensación equivocada. Parece frágil pero las apariencias engañan. El cuerpo es robusto y las piezas de plástico que sujetan los protectores de las hélices cumplen muy bien su trabajo. Cuando lo echamos a volar y golpea el suelo por primera vez comprobamos que, efectivamente, este drone es duro.
Ligero, el peso se concentra en el cuerpo donde va la batería y la cámara. Las piezas desmontables son fáciles de manipular por lo que volver a ponerlas en su lugar o cambiarlas nos llevarán poco tiempo. Configurarlo es muy sencillo y ponerlo en funcionamiento por primera vez nos llevará muy poco tiempo.
El sistema que usa para sujetar la correa es simple pero muy efectivo. Una pieza de velcro alrededor del cuerpo del drone se encarga de sujetarla al chásis del vehículo. Un conector físico, escondido ligeramente en la carcasa para evitar daños, se encarga de que la energía llegue al sistema central. La batería se retira en un instante, aunque luego nos tenemos que cerciorar de que está bien atado para que no se mueva.
El drone viene con hélices de repuesto en caso de que éstas se rompan cuando estamos volando. En el tiempo que lo hemos estado probando, no ha sido necesario sustituirlas a pesar de los muchos golpes que se ha llevado durante el análisis. Con los protectores en su sitio, Bebop Drone demuestra ser un drone robusto que aguanta bien las caídas.
Cuando el drone está encendido y lleva unos minutos en funcionamiento, hay que tener cuidado cuando lo recogemos del suelo y lo cogemos del cuerpo. Tiende a calentarse mucho, lo suficientemente para notarlo y que moleste en mano pero no tanto como para abrasarse. Salvo que sea estrictamente necesario lo mejor es dejarlo siempre apagarlo y dejarlo reposar un momento.
En lo que respecta al diseño pocas pegas se les puede sacar. Es un drone sencillo, ligero pero sólido y que a la hora de usarlo no ofrece ningún problema durante la experiencia. Las piezas se colocan rápido y su facilidad de uso anima a que cualquiera, al margen de su habilidad, quiera utilizarlo.
Rendimiento justo, como la batería
Para poder usar el Bebop Drone de Parrot tenemos dos opciones, o bien manejarlo con controles virtuales en nuestro dispositivo móvil o bien con un mando físico que se vende en la edición avanzada que ha sacado Parrot. En nuestro caso, hemos analizado el modelo más básico y hemos controlado el drone desde un teléfono móvil.
Para la sincronización Parrot cuenta con una aplicación móvil que además de encargarse de la comunicación entre el vehículo y nuestro dispositivo a través de una red WiFi, también sirve como guía para aprender a utilizarlo, acceder a lecciones para aprender a volar y ver el contenido multimedia que hemos ido registrando.
La aplicación funciona bien y la conexión es inmediata. De hecho, si lo hacemos de forma manual (a través del menú de Ajustes de redes inalámbricas) tardamos menos que si dejamos que la app de Parrot se encargue de hacer el trabajo. Una vez lo tenemos sincronizado, tan solo tenemos que darle al botón de despegar para que se levante del suelo.
En este punto tenemos tres controles que van desde uno básico a uno avanzado pasando por un intermedio. Cada uno ofrece una forma diferente de mover el drone y es aquí donde debemos tener un poco de paciencia ya que la interfaz no es del todo intuitiva y nos llevará un momento entender bien cómo funciona y qué debemos hacer para llevar al Bebop Drone.
Por defecto, nos encontraremos con una serie de limitaciones de velocidad y de altura pero podemos modificarlas para que vaya algo más rápido y alcance una altura de hasta 50 metros. En principio, es legal usar el drone en España pero tened cuidado para evitar problemas.
Los controles pueden terminar siendo frustrantes si no tenemos paciencia, el mando físico es una opción más útil pero encarece bastante el precio del drone. Otro de los problemas a la hora de usarlo es lo poca que dura la batería. Cada carga son 11 minutos de uso (aproximadamente), por fortuna viene con una adicional pero si queremos echar el día jugando con él ya sabéis que no podréis hacerlo durante más de 20 minutos en total.
La cámara de 14 megapíxeles que incorpora no solo nos permite ver a través de él sino grabar imágenes para posteriormente verlas. La calidad que ofrece no es excepcional y es parecida a la que ofrecen algunas cámaras de acción como la Sony Action Cam. Eso sí, anda algo por detrás de GoPro por ejemplo.
El gran acierto en este aspecto es la estabilización de imagen. No importa si giramos o hacemos piruetas con el drone, la cámara hace un gran trabajo con la estabilización de imagen. Eso sí, si esperáis resultados profesionales, quizá os interesa mirar otros drones que hay en el mercado.
La cámara ofrece buenos resultados con mucha luz pero la imagen suele tener mucho ruido, algo frustrante si intentamos hacer algo elaborado. Puede a que muchos les valga pero con el precio que tiene la calidad que ofrece es muy justa.
Un drone para unos pocos, la opinión de Xataka
No cabe dudas de que los drones son una categoría muy atractiva, invita a jugar con ella y que la probemos pero ¿están justificados los 600 euros en la versión barata? Es una barrera de entrada muy grande si solo nos apetece curiosear con él e introducirnos en la categoría. Si vamos a darle un uso exhaustivo, dentro de las limitaciones que tiene la batería, es una buena opción.
Sin embargo, si tu interés se limita a experimentar con el producto y ver qué puede ofrecer, quizá te interese más realizar una inversión más pequeña y saciar tu curiosidad. Parrot tiene un buen producto pero está en un punto intermedio que deja un poco frío: muy caro para quienes quieran aficionarse, y poco ambicioso si buscamos algo con mayores pretensiones.