Del HTC One ya conoces con todo lujo de detalles su cuerpo de aluminio o la espectacular pantalla SuperLCD que repasamos en profundidad en su análisis. Este terminal llega al mercado en unos días, así que no podíamos dejar sin analizar a fondo la cámara del HTC One tal y como os prometimos que haríamos.
Así que si quieres conocer de qué es capaz la cámara del HTC One, qué tal hace las fotos o los límites y desventajas de su tecnología Ultrapixel, solo debes seguir leyendo.
La tecnología detrás de la cámara del HTC One
Como ya te adelantamos cuando desgranamos la tecnología Ultrapíxel del One, HTC quiere romper la carrera de los megapíxeles en el segmento de los smartphones y prueba de ello es que, para el que tiene que ser su terminal más importante hasta la fecha, arriesga al apostar todo por una cifra: 4 megapíxeles.
Muchos usuarios serán conscientes al comparar el HTC One con otros superteléfonos de que ni mucho menos la calidad de una cámara se resume en la cantidad de megapíxeles, pero para otros tantos, esta es la cifra visible y con la que se quedarán. Queda pues en manos de HTC la difícil tarea de convencer de que más no es siempre mejor.
Bajo esa cifra de 4 megapíxeles HTC ha colocado un arsenal de pequeños detalles que no figuran en las hojas de especificaciones tradicionales pero que son clave para entender la propuesta de la marca.
Para empezar hay que hablar del tamaño del píxel o mejor dicho, de la superficie capaz de recibir luz de cada píxel, que es de 2 micrómetros en el HTC One, muy por encima de sus rivales como vemos en la siguiente tabla:
Esto es posible porque a igualdad de tamaño del sensor, que es de 1/3 de pulgada, hay menos píxeles entre los que repartir ese espacio.
Otros datos del sistema fotográfico del HTC One es el uso de una lente f2.0 y un estabilizador óptico. En ambos casos notaremos su aporte al conjunto cuando la luz empiece a escasear. De sus posibles rivales, solo el Lumia 920 iguala este dato.
Respecto a la distancia focal de la cámara principal, es de 3.82 mm, que es equivalente a 28 mm, por lo que podemos considerarlo como un angular. A priori, esa distancia y que el sensor no sea más grande puede dar lugar a aberraciones cromáticas que hemos notado en algunas tomas con mucha luz, pero nada que empañe demasiado el resultado final. De eso pasamos a hablar a continuación.
Con luz, el número de píxeles cuenta
Con luz, hoy en día, casi cualquier cámara de los mejores smartphones obtiene buenas imágenes. Hay matices como la reproducción del color, cómo aciertan con el balances de blanco, así como el rango dinámico, que se ve mermado si manteniendo el tamaño del sensor se aumenta su resolución, algo que estamos viendo que es una apuesta de la mayoría de fabricantes. No debemos además olvidarnos del proceso al que someten todas las marcas sus imágenes, en algunos casos excesivamente agresivo con el afán de reducir el ruido, por ejemplo.
En escenas con buena luz y controlada, diferenciar una imagen del HTC One con la de otro smartphone como el iPhone 5, por ejemplo es complicado. El HTC One trabaja bien el color (a veces demasiado natural para lo que estamos acostumbrados a ver en los smartphones) y en mis pruebas ha sido el que más ha acertado con el balance de blancos automático, aunque no está exento de algún que otro error. También me ha convencido el rango dinámico con el que es capaz de obsequiarnos sin HDR de por medio, lo que se agradece en escenas con mucho contraste oscuro-claro, aunque en algunas tomas peca de sobreexponer zonas y podría mejorar en general.
Dicho esto, veamos las diferencias con el resto de competidores. A favor del HTC One está sin duda alguna su velocidad de funcionamiento. Aquí hay que unir la menor resolución de las imágenes que tiene que procesar el teléfono, y la mejora del chip dedicado ImageChip 2. Pulsar el botón virtual de disparo a veces se traduce en que la imagen ha sido tomada antes de que apreciemos que efectivamente hemos dejado nuestro dedo sobre el cristal de la pantalla.
Lástima pues que HTC no haya pensado en un botón físico para la cámara, el cual creo que habría trasladado al usuario una buena sensación a la hora de tomar fotografías con este HTC One.
La velocidad a la que puede funcionar la cámara del HTC One – y de nuevo la menor resolución de las imágenes – se ve reflejada también en el enfoque, muy veloz (aunque no hay posibilidad de “apagar” el sonido que hace un poco molesto) así como la capacidad de disparar ráfagas de hasta 8 fotos por segundo. Si mantenemos el dedo sobre el botón de disparo la cámara se encarga de hacer hasta un máximo de 99 fotos. De todas ellas podemos escoger a mano la que nos parezca mejor o dejar al sistema que la elija por nosotros.
Hasta aquí tenemos lo positivo de la cámara del HTC One. Ahora toca hablar de lo que nos ha gustado menos.
Con luz, más píxeles en este caso significa más detalle en las imágenes.
Lo más inmediato es hablar del detalle en las imágenes. Aquí el pixel es irremisiblemente protagonista, y aunque a simple vista no se nota diferencia, a poco que comparemos imágenes tomadas con el HTC One y otros smartphones con sensor de más resolución, las diferencias ya son considerables.
Contra esto poco puede hacer por ahora HTC. Sus cuatro megapíxeles quedan en evidencia cuando observamos de cerca la imagen frente a equipos como el iPhone 5 (las imágenes que toma el HTC One son de 2688×1520 píxeles). El caso es que si “igualamos” resoluciones ya cuesta más apreciar diferencias.
En estas dos imágenes, ambas cámaras cumplen correctamente, y apenas podríamos apreciar diferencias a nivel de “pantalla”. El color que consigue el HTC One es más natural y fiel a la realidad de la escena, aunque menos impactante a la vista.
Cojamos ahora una imagen similar y ampliemos a tamaño completo. Recortamos y comprobamos que en detalles, el HTC One no alcanza al iPhone 5. Mientras en el segundo el teléfono del piso en venta se identifica perfectamente, en el caso de la imagen que ha tomado el HCT One, no hay manera de discernir los números.
Aquí ya depende de cada usuario valorar si las fotografías que tomará con su smartphone van a traspasar la ventana digital en forma de impresiones mayores de 10×15 o formar parte de ampliaciones en pantalla que dejen en evidencia que con luz, más píxeles en este caso significa más detalle en las imágenes. Siempre que el resto de componentes del sistema óptico acompañe, claro.
Por otro lado, el sensor del HTC One tiene formato 16:9, con lo que si queremos imágenes en 4:3, por ejemplo, habrá que recortarla por los lados y eso supone una nueva pérdida de píxeles hasta quedar en poco más de 3 millones. Y esa cifra ya es demasiado baja.
La pregunta sería: ¿Cuántos usuarios potenciales de este HTC One o cualquier otro smartphone amplían la imagen al máximo para fijarse en estos detalles? O formulada de otra forma: ¿quién está dispuesto a sacrificar resolución en favor de poder tomar fotografías de mucha calidad en condiciones de luz desfavorables? Yo sí, pero es algo personal.
Otro problema pero que debería solucionarse por software, es el de fotos aleatorias parcialmente desenfocadas, como puedes ver en la imagen de ejemplo de abajo. En la parte inferior de la toma, el enfoque no existe. Nos ha ocurrido solamente en dos fotos de más de 100 que hemos tomado para esta prueba.
Por último, para algunos usuarios, en ciertas fotografías, el tratamiento que HTC hace a las imágenes puede parecer demasiado agresivo, especialmente en busca de la nitidez, por lo que es recomendable si notas que algunas de tus fotos presentan bordes poco naturales, que toques el control de nitidez y lo dejes en -1 o -2, dependiendo de tu gusto. Jugar con estas opciones siempre es una buena idea porque no hay que presuponer que con el modo automático salen las mejores fotos.
Pero cuando llega la oscuridad, marca diferencias
Pero de repente se va la luz, las condiciones para hacer una foto no son las ideales y llegan los problemas para los smartphones. ¿Para todos? No, hay una pequeña aldea en el imperio de los smartphones en la que resisten dos especímenes que quieren cambiar las reglas del juego: Nokia Lumia 920 y ahora, el HTC One.
Ambos terminales son los únicos del mercado – dentro de la gama más alta de smartphones – con los que hacer fotos de noche es factible sin grandes problemas. Siempre con las limitaciones que sabemos que tiene todavía las cámaras de los smartphones.
Sinceramente, no son casos en los que crea que sea importante la cámara de un smartphone. Pero si nos vamos a escenas nocturnas o con poca luz, que cada vez son más habituales que recordemos – o queramos hacerlo – con nuestro teléfono, el HTC One logra que el detalle de la imagen sea mucho mayor. Abajo tienes la diferencia entre el Xperia Z y el HTC One:
El HTC One permite ajustar el ISO cuando hacemos una fotografía, pero salvo que queramos hacerlo con algo en concreto, el mejor rendimiento se obtiene sin duda con el modo Noche. En ese caso, la cámara no fija una velocidad de obturación máxima sino que busca la mejor imagen posible aumentando el tiempo de exposición, algo que se puede permitir esta cámara por la estabilización óptica y también por la apertura f2.0. Exactamente así logra el Lumia 920 sus imágenes nocturnas, pero en su caso, apurando más el tiempo de exposición, con lo que no debe subir la ISO y consigue en general imágenes que parecen con menos ruido. Pero la diferencia entre estos dos terminales es muy reducida y dependerá de cada situación.
El flash cumple su propósito si lo que pretendes es estropear las fotos. Con el rendimiento del HTC One en escenas de poca luz, no tiene sentido usarlo excepto en contadas ocasiones. Lástima que no exista la opción de usarlo como elemento de apoyo para el enfoque automático cuando está casi todo a oscuras, como ocurre con el Nokia Lumia 920.
Opciones muy configurables pero demasiado ocultas
Aunque la tentación de apuntar y disparar es muy grande con los smarptphones, el control sobre la misma y la interfaz fotográfica nativa es importante. Con el HTC One ocurre que hay muchas, muchísimas opciones, pero no son nada accesibles. La interfaz es sencilla, algo que se agradece, pero debería permitir más flexibilidad a la hora de escoger qué accesos directos queremos y organizar un poco todo.
Dicho esto, tienes que saber que las opciones a la hora de trabajar con la cámara del HTC One abruman.
Entre los ajustes fotográficos que podemos activar o desactivar que tenemos están:
- Disparar tocando la pantalla
- Sonido del obturador activo
- Captura automática de sonrisa
- Limitar a 20 fotos la captura continua (que se puede activar o no también)
- Revisar después de la captura
Y para los que quieren sentir que controlan aspectos de forma manual, ahí van unos cuantos:
- Ajuste de ISO (automático o de 100 a 1600 manual)
- Balance de blancos (automático, incandescente, Fluoerscente, Día o nublado)
- Recortar
- Autodisparador de 2, 5 y 10 segundos
- Ajustes de imagen con horquilla de dos por arriba y abajo (Exposición, Contraste, saturación y nitidez)
- Flash (apagado, encendido y auutomático)
Además disponemos de bastantes modos de captura, con noche, HDR y panorámica de barrido (además de retrato, paisaje, retrouluminación, paisaje, texto y macro). Dependiendo del que escojas, tendrás unas u otras opciones manuales para variar, pero nunca todas excepto en el modo “normal”.
La edición de las imágenes así como las posibilidades para compartirlas nos han gustado, aunque nunca está de más tener más aplicaciones y servicios alternativos.
Zoe, una interesante opción para el mundo social en que vivimos
Una de las novedades más interesantes asociadas a la cámara del HTC One, aunque no directamente, es Zoe. Este modo de captura, la cámara permanece siempre alerta para que cuando pulsemos el botón, se haya grabado un segundo de vídeo antes, y continuar con otros tres tras la pulsación. En total, cuatro segundos de vídeo del que podemos obtener fotos fijas sin problema.
Esa idea de fotos en movimiento se mantiene en los álbumes, que muestran una manera curiosa y divertida de movernos por las fotos y vídeos. Me ha parecido especialmente interesantes para momentos concretos como una llegada a meta o una celebración, pues todas las fotos que hagamos y los vídeos que grabemos se van almacenando en “Eventos” cronológicos que podemos compartir de forma sencilla en diferentes servicios.
Una opción es hacerlo con HTC Share, que mete banda sonora a lo que queramos compartir (hasta 10 ítems) y dependiendo del tema y nuestro propósito, no queda nada mal. Luego, a viralizarlo por las redes sociales con ayuda de nuestros amigos.
A continuación algunas imágenes de muestra. Recuerda que tienes más y a tamaño completo en nuestro análisis del HTC One.