El Samsung Galaxy Ring es uno de esos dispositivos que han hecho bastante ruido y que, a título personal, esperaba con ganas. Desde las primeras filtraciones al primer vistazo en exclusiva por parte de Xataka, pasando por nuestras primeras impresiones en París y su lanzamiento en España, el anillo de Samsung ha dado mucho de sí y ha sido el primer pasito de la firma coreana en un segmento de producto totalmente nuevo. Eso siempre es interesante.
Los anillos... ¿inteligentes? son lo último en materia de bienestar a nivel consumo. Oura es el gran exponente a batir, pero hace tiempo que dejó de estar sola. Ultrahuman, Amazfit y otras tantas marcas han puesto sobre la mesa sus propuestas y ahora es el momento de hablar del Samsung Galaxy Ring, un dispositivo que ya hemos podido probar a fondo. Esta ha sido nuestra experiencia con él.
Índice de Contenidos (8)
Ficha técnica del Samsung Galaxy Ring
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samsung galaxy ring |
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dimensiones y peso |
7 x 2,6 milímetros 2,6-3 gramos |
estuche |
48,9 x 48,9 x 24,5 milímetros 61,3 gramos |
conectividad |
Bluetooth 5.4 |
Sistema operativo |
Zephyr RTOS |
almacenamiento |
8 MB |
Sensores |
Acelerómetro Sensor óptico de frecuencia cardiaca Sensor de Temperatura |
resistencia |
IP68 10 ATM |
batería |
17,5-22,5 mAh Estuche: 361 mAh |
COMPATIBILIDAD |
Android 11 o superior RAM: 1,5 GB o más |
PRECIO |
Samsung Galaxy Ring
Cómo elegir tu talla
El camino del Samsung Galaxy Ring comienza escogiendo tu talla de anillo. ¿Qué dedo? La recomendación general es llevarlo en el índice por dos razones. La primera, porque tienes más libertad de movimiento. La segunda, porque si tienes un Galaxy Watch podrás hacer algunas acciones gracias al anillo y unos gestos. Esa es la teoría.
La realidad es que puedes llevarlo en cualquiera de los dedos, aunque lo suyo es que elijas uno de los tres centrales. Vamos, que menos el pulgar y el meñique, el que quieras. Para este análisis yo lo he llevado en el dedo corazón de la mano derecha.
¿Y cómo puedes saber tu talla? Porque no, las tallas no son las mismas que las de un anillo convencional. Pues Samsung pone a disposición de los usuarios un kit de medida gratuito con nueve tallas para que te los pruebes todos y veas cuál es la que mejor se adapta a ti. Lo ideal es que el anillo quede bien sujeto, pero tenga cierto margen de movimiento. Debes poder girarlo, pero no libremente.
Es importante que elijas bien la talla. Cuando un anillo te queda pequeño es un dolor. Si te queda grande, vete preparando para que se deslice en un momento de actividad intensa y vuelvas a casa sin el anillo. Como recomendación personal, lleva el anillo del kit de medida durante un día o dos a ver si te sientes cómodo. Duerme con él, llévalo en el día a día, haz ejercicio... Si no te da problemas, enhorabuena, tienes talla.
En mi caso, tengo una talla siete de Ultrahuman Ring Air y una talla nueve de Samsung Galaxy Ring. Esto habrá que homogeneizarlo en algún momento porque no tiene sentido que para un mismo tipo de dispositivo haya diferentes tallas [Unión Europea intensifies], pero es un melón que no vamos a abrir hoy.
Diseño: es... un anillo
El Ultrahuman Ring Air es un anillo más grande que un anillo al uso. De hecho, a mí me recuerda a los “anillos masculinos”, que suelen ser algo más gordos y gruesos. Es algo que, considero, ha de tenerse en cuenta a la hora de optar por este dispositivo, ya que en un dedo pequeño seguramente quede un pelín exagerado... Uy, me he equivocado y sin querer he copiado el primer párrafo del análisis del Ultrahuman Ring Air.
Bueno, no pasa nada, se podría decir exactamente lo mismo no del Samsung Galaxy Ring, sino de casi todos los anillos inteligentes.
El Galaxy Ring es un dispositivo acabado en titanio de grado cinco y disponible en color negro (precioso), plateado (en las fotos) y dorado (puede verse en las primeras impresiones). Tiene un grosor de siete milímetros y su peso depende de la talla. La más pequeña (cinco) pesa 2,3 gramos y la más grande (13) pesa tres gramos. Es una diferencia que, más allá de en una tabla, no se nota en el día a día.
Del diseño hay que hablar de dos cosas. Uno, que la superficie es ligeramente cóncava, de manera que la zona central está algo por debajo de los bordes. Esto es una buenísima noticia, ya que un anillo va a ser, sí o sí, objeto de golpes, arañazos y todo tipo de calamidades del día a día. Que la superficie sea cóncava ayudará a que los daños no sean tan evidentes.
Dos, que en la parte inferior tiene una marquita con muchísimo sentido: nos indica la posición de los sensores. La marquita tiene que estar siempre en la parte inferior del dedo y que tenga relieve nos ayudará a localizarla fácilmente con el dedo pulgar o con la otra mano.
También ayudará las pequeñas protuberancias que hay sobre los sensores en la parte interior del dispositivo. Estas harán que la fricción de la superficie con nuestra piel sea más alta y evitarán que el anillo se mueva más de la cuenta. Todos estos sensores (PPG, temperatura), así como la batería, están perfectamente aislados del exterior, de manera que el anillo tiene certificación IP68 y resistencia 10 ATM. Yo me he duchado con él durante todos estos días y sin problema.
La parte negativa, y que hemos abordado en otras ocasiones, es la nula reparabilidad. El Samsung Galaxy Ring no se puede reparar, así que, de alguna manera, tiene fecha de caducidad. Cuando la batería se deteriore más de la cuenta y deje de durar lo que dura, algo que ocurrirá en algún momento del futuro, la única opción que habrá será comprar otro.
Por lo demás, solo podemos decir que es un dispositivo cómodo, bonito y resistente. Casi que es el mejor piropo que le puedes decir a un dispositivo con el que, en el día a día, no vamos a interactuar.
Estuche: para quitarse el sombrero
Algo que debo reconocer que me ha encantado del Samsung Galaxy Ring es su estuche. A diferencia de otros anillos, que se cargan situándolos en una especie de base con una columna, el Galaxy Ring tiene su propio estuche que cumple tres funciones: cargar, proteger e informar. Además de transportar, evidentemente.
El estuche es transparente y permite ver el anillo. Cuando lo colocamos en la columna se enciende un LED alrededor del mismo que nos permite, por un lado, saber que lo hemos colocado bien (no hay otra forma, realmente. El anillo solo encaja en una posición) y, por otro lado, conocer el estado de la batería. Para ello, simplemente hay que pulsar el botón.
Un apunte importante: el estuche de carga no es de talla única. Cada talla de anillo tiene un estuche y cada estuche una columna de un determinado grosor. Si se rompiera el estuche no podríamos comprar uno cualquiera, sino el de nuestra talla.
La tapa está ligeramente imantada y hace un delicioso "cloc" cuando se cierra que es música para los oídos. En la parte trasera tenemos el puerto USB tipo C para cargar el estuche y el anillo (porque sí, el estuche es como el de unos auriculares, tiene algo de batería para cargar el anillo sobre la marcha), pero también se puede cargar de forma inalámbrica si tenemos una base.
La ejecución es sobresaliente, punto y final. Si tuviera que ponerle una pega, diría que es demasiado grande para un anillo, pero incluso así es más pequeña que la carcasa de la mayoría de auriculares.
Experiencia: como si no llevaras nada
Llegados a este punto, es posible que más de uno esté pensando "¿Y qué hace el anillo exactamente?". Pues vayamos por partes. En primer lugar, cabe destacar que el Samsung Galaxy Ring solo es compatible con móviles Android. Si tienes un iPhone tocará buscar otras opciones. Lo segundo es que se lleva mejor con los móviles Samsung, por motivos evidentes. Y lo tercero es que gana enteros si lo usamos junto a un Samsung Galaxy Watch.
Hay un par de funciones que son exclusivas de móviles Samsung, y no con todos. Una es el gesto del pellizco para hacer una foto. Eso solo funciona en móviles con One UI 6.1.1. o superior (o lo que es lo mismo, los Z Fold 6 y Flip 6. El Galaxy S24 Ultra que hemos usado para el análisis tiene One UI 6.1, por lo que no funciona). La otra es desactivar la alarma, que lo mismo. No hemos podido probarlas, desgraciadamente.
En cuanto al Galaxy Watch, la idea es que el anillo y el reloj se compenetren entre sí. Es posible delegar funciones en uno u otro para mejorar la precisión y la gestión de la batería. Por ejemplo, si llevamos el reloj y el anillo podemos encargar al reloj que monitorice la frecuencia cardíaca y que el anillo se encargue del sueño. Si el reloj se quedase sin batería, el anillo pasaría a la acción y tomaría un rol más activo. No hemos usado el Galaxy Ring junto a un Galaxy Watch durante este análisis con el fin de ver qué ofrece el anillo como wearable en sí mismo.
Y en ese sentido, el anillo ofrece monitorización de frecuencia cardíaca, control del sueño y estrés (mediante la variabilidad de la frecuencia cardíaca), nivel de oxígeno en sangre y detección automática de pasos, marcha y carrera. Eso es todo. No vibra, no avisa de notificaciones, nada de nada. Es importante destacarlo. Lo relacionado a pasos lo hace mediante el acelerómetro (no tiene GPS), así que podemos esperar una desviación en el recuento.
Las métricas nos han generado sensaciones encontradas. Por un lado, la medición de la frecuencia cardíaca es correcta. No es la más precisa, pero está bien, aunque debemos contar con que hay cierto desvío hacia arriba. En lo personal, cogería la información como algo orientativo y descartaría usarlo para sesiones deportivas, sobre todo si busco la mayor precisión posible en los datos.
El nivel de oxígeno en sangre es muy mejorable. Solo mide el nivel de oxígeno en sangre durante el sueño y no solo es poco preciso, sino que el informe generado por la app no da demasiados detalles. Estamos hablando de unas variaciones en el SpO2 que van desde el 79% hasta el 99% en algunos casos. Lo normal es estar entre el 95% y el 99% y estar por debajo de eso es sinónimo de tener una enfermedad pulmonar crónica o apneas del sueño. No es mi caso. Es, sin duda, uno de los puntos más mejorables del anillo.
El sueño, por su parte, sí me ha parecido interesante. La clave del anillo, y para lo que está realmente pensado, es para llevarlo durante las horas de sueño. Los relojes abultan, son más pesados de llevar por la noche... El anillo pasa completamente desapercibido y aquí Samsung sí ha hecho un trabajo muy bueno.
De nuevo, las métricas relacionadas con el SpO2 hay que cogerlas con pinzas, así como el de las pulsaciones, pero el registro del sueño es preciso, muy detallado y, sobre todo, inteligente. Galaxy AI se encargará de analizar patrones y darnos recomendaciones conforme más usemos el anillo y, de paso, nos dirá qué animal somos. Otro aspecto simpático es que si tenemos el teléfono cerca y cargando durante el sueño, el móvil detectará los ronquidos.
Toda esta información registrada por el anillo se resume en la "Puntuación de energía", una puntuación sobre 100 que nos indica, en términos generales, qué tal estamos. Si hemos dormido bien, nos hemos movido el día anterior, no hemos bebido, no hemos tomado café en los horarios de descanso, etc., la puntuación será más alta.
Batería: siete días de autonomía
Terminamos este análisis repasando todo lo relacionado con la batería. Como decíamos antes, durante este análisis hemos usado el Samsung Galaxy Ring por sí solo, sin un Samsung Galaxy Watch. Esto es importante tenerlo en cuenta, ya que es posible delegar tareas en el reloj para que el anillo aguante más. No ha sido el caso. Hemos usado el Galaxy Ring solo.
Dicho lo cual, el anillo ha aguantado siete días clavados. Lo hemos llevado puesto todo el rato, tanto por el día como por la noche, y ha aguantado exactamente una semana. Un modelo más grande seguramente aguantará algo más y uno más pequeño quizá algo menos, pero en nuestro caso han sido siete días. No está nada, pero que nada mal.
La carga, como decíamos antes, se lleva a cabo mediante el estuche. Se carga por completo en alrededor de hora y media y, con el estuche cargado, podremos cargarlo al 100% una vez y media, más o menos. Es decir, que la batería no es un problema.
Aprovecho este apartado para repetir lo dicho anteriormente: el estuche es sensacional. Samsung ha tenido una idea buenísima y la ejecución no podría ser mejor. No me extrañaría para nada que este tipo de carcasas acaben llegando a la competencia.
Samsung Galaxy Ring, la opinión de Xataka
Llegados a este punto, la conclusión que extraemos es que el Galaxy Ring es un primer paso muy interesante, pero al mismo tiempo con margen de mejora. A nivel de diseño, construcción y ergonomía no le podemos poner ni una sola pega importante. Es un anillo cómodo que sienta bien, que podemos llevar durante todo el día sin problema y que, como dispositivo pasivo que es, pasa totalmente desapercibido.
El problema está en las mediciones. El Galaxy Ring nos ha dejado un poco fríos con las mediciones de las pulsaciones y, sobre todo, del nivel de oxígeno en sangre. Creemos que ahí hay mucho margen de mejora. En lo que al sueño se refiere, lo conseguido en este modelo es el camino a seguir para los modelos venideros, sin ningún tipo de duda.
Como primera aproximación, el Galaxy Ring ha conseguido gustar, pero es un dispositivo del que yo, en este momento y a título personal, no me fiaría a ciegas si buscase la mejor lectura de mis métricas. Estamos hablando de un dispositivo de 449 euros, un precio superior al de un smartwatch. Y un smartwatch, por ahora, ofrece un rendimiento superior en lo que a salud se refiere.
Como primera generación, la aproximación es buena y la ejecución notable, pero el Galaxy Ring no sustituye a un reloj inteligente. No por ahora. El factor forma es buenísimo y el ejercicio de miniaturización de Samsung sobresaliente. Es el camino a seguir, pero eso, hay que seguir.
Samsung Galaxy Ring
Imágenes | Xataka
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Este dispositivo ha sido cedido para prueba por parte de Samsung. Puedes consultar cómo hacemos las reviews en Xataka y nuestra política de relaciones con empresas.