Hace menos de un mes, Huawei anunciaba en China el que sería su quinto teléfono plegable: el Huawei mate Xs 2. Cinco, que se dice pronto La compañía iniciaba su andadura en esto de los dispositivos plegables en febrero de 2019 con el Huawei Mate X y su llamativo diseño con una única pantalla que se encuentra en el exterior y no el interior del dispositivo. Desde entonces, han explorado otros formatos como el de tipo concha del Huawei P50 Pocket o uno más estilo 'Fold' con el Huawei Mate X2, pero la idea de la pantalla exterior es la que más ha calado.
La propuesta fue muy innovadora a nivel diseño y, tres años después, Huawei sigue exprimiéndola con el Huawei Mate Xs 2, su último teléfono plegable que acaba de llegar a Europa por el no demasiado módico precio de 1.999 euros. Mucho han cambiado las cosas desde el primer lanzamiento. Ahora el terminal llega sin servicios de Google, sin 5G y con un procesador desfasado, cortesía del bloqueo por parte de Estados Unidos. Hemos tenido ocasión de pasar un rato probándolo y os traemos nuestras primeras impresiones.
Un diseño demasiado familiar, ahora más ligero que nunca
Como decíamos al principio, Huawei sigue exprimiendo el concepto de diseño que estrenaron en 2019 con su primer plegable. A diferencia del resto de propuestas del mercado, el Huawei Mate Xs 2 tiene una única pantalla que envuelve el dispositivo por fuera en lugar de por dentro. Cerrado, tenemos un dispositivo con un formato clásico. Al desplegarlo, se activa la pantalla al completo dando paso a una superficie de 7,8 pulgadas que se asemeja más a una mini tableta con formato cuadrado.
A diferencia de otros plegables como los Galaxy Fold de Samsung, el Huawei Mate Xs 2 tiene una sola pantalla y gracias a esto no resulta tan grueso cuando está plegado. Concretamente, plegado tiene un grosor de 11,1 milímetros, frente a los 14,4 mm del Samsung Galaxy Z Fold3.
La sensación al sujetarlo es la de un móvil un poco más grueso de lo normal. Lo único que delata que estamos ante un plegable es que no tenemos marco izquierdo, sino que la pantalla se dobla y ocupa casi toda la trasera. No es incómodo, pero sí nos despierta bastantes dudas acerca de su durabilidad. ¿Qué pasará si se nos cae y se golpea ese lateral? No quisimos descubrirlo, pero no da demasiada tranquilidad que la pantalla esté tan expuesta. Lo que sí comprobamos es que atrae muchísimo las huellas y, por su diseño, es imposible no tocar esta pantalla, así que está siempre sucio. Maniáticos de la limpieza, haceos con una gamuza de las buenas.
En la trasera tenemos más pantalla y el módulo donde se encuentran las cámaras, el cual ocupa toda la altura del dispositivo. ¿Y cómo abrimos el móvil? Aquí no podemos abrir el móvil manualmente, sino que tenemos que usar el botón físico que se sitúa en el módulo trasero. Al presionarlo, el móvil se abre casi como si fuera un resorte. Es un gesto cómodo en el sentido de que el botón está bien situado y no es fácil pulsarlo sin querer, pero resulta un poco brusco como se abre la pantalla. Para cerrarlo también tenemos que hacer algo de fuerza hasta que se escucha el clic. Esto no tiene porqué ser malo, de hecho el sistema transmite sensación de robustez, aunque personalmente agradecería un poco más de suavidad en la bisagra en general.
Con el móvil abierto, el grosor del terminal disminuye y se hace más cómodo de sostener. Además, como el módulo de cámara queda en el lateral derecho, casi lo podemos usar como una especie de empuñadura que lo hace aún más cómodo. Además, la trasera tiene un acabado con textura que mejora el agarre. Muy bien aquí.
Huawei sigue exprimiendo la misma fórmula de diseño de su primer plegable, pero la ha mejorado y en esta generación el peso se ha reducido considerablemente. Para que os hagáis una idea, el Huawei Mate X pesaba 295 gramos y esta generación se queda en 255 gramos. Con un cuarto de kilo, no podemos decir que sea un móvil ligero, pero teniendo en cuenta su tamaño desplegado, la sensación en mano es más que razonable.
El plegable de pantalla única. Y qué pantalla
Tener una única pantalla es probablemente una de las características diferenciales del Huawei Mate Xs 2. El mismo panel hace las veces de móvil "normal" y de tablet. Como ya hemos visto, esto ayuda a que el móvil no sea tan grueso y también hace que la experiencia de pasar de una pantalla a otra sea más fluida y consistente.
En cuanto a calidad, tenemos una densidad de 424 puntos por pulgada, más que suficiente para darnos imágenes nítidas. Los colores vienen un poco saturados de fábrica, pero se puede ajustar desde la configuración. Muy bien a nivel de contraste y brillo, aunque este último punto no pudimos ponerlo a prueba en condiciones más complejas como en un día soleado. La sensación es de que el brillo es bastante alto, pero la facilidad para atrapar las huellas pueden ser un problema que dificulte la visibilidad.
Y hablemos de un punto crítico en los móviles plegables: el pliegue del panel. Aquí el diseño envolvente por el exterior vuelve a jugar a su favor. En móviles como el Huawei P50 Pocket o los Galaxy Fold, la pantalla se pliega casi totalmente, dejando una pequeña marca en el panel. No es un drama, pero se nota al tacto y a veces también a la vista. Como la pantalla del Huawei Mate Xs 2 está en el exterior, el radio del pliegue es mucho mayor y se evita esa marca por completo. No se nota ni al tacto ni a la vista porque directamente no está.
La pantalla responde de forma ágil cuando lo abrimos y viceversa, ajustando el contenido al nuevo formato. Por buscarle una pega a tener la pantalla en el exterior es que solamente vamos a poder usar la parte frontal cuando está cerrado, la trasera que queda al lado de las cámaras se mantendrá apagada todo el tiempo excepto cuando abramos la cámara para hacernos un selfie.
Un hardware algo desfasado y un software lastrado por la eterna sombra del bloqueo
Como ya sabíamos, el Huawei Mate Xs 2 llega con el Snapdragon 888, un procesador del año pasado y sin 5G. Hablamos del chip que fue el flagship de Qualcomm en 2021, por lo que la fluidez está garantizada, pero no deja de ser una gran desventaja frente a su competencia, sobre todo si tenemos en cuenta su precio. Durante el tiempo que lo probamos no tuvimos ningún problema en cuanto a rendimiento, aunque sí notamos que se calentaba un poco más de la cuenta tras un uso prolongado, pero habrá que esperar a la review para ver si es algo preocupante o puntual (en la zona de demos los móviles siempre están encendidos).
Y hablemos de software, que por cierto es Harmony OS 2.0. Por lo que pudimos ver, la versión es indistinguible de la capa EMUI 13 que tenemos en móviles Huawei actuales, la duda surge con cómo serán las actualizaciones. Versiones a parte, Huawei ha nutrido a su nuevo plegable con funciones de multitarea para que podamos tener varias apps abiertas, bien en pantalla dividida o en ventanas flotantes. Por lo que pudimos probar, la multitarea funciona bien, pero tiene tantas opciones que requiere de cierto aprendizaje. De hecho, la primera vez que intentamos usarla, nos salta un minitutorial con todas las opciones disponibles.
Sobre apps disponibles, nos tenemos que limitar a lo que tenemos en App Gallery. Siguen llegando nuevas apps a la tienda, pero sigue habiendo grandes ausencias que lastran mucho la experiencia. Eso sí, en Huawei quisieron presumir de variedad y los móviles de la zona de demos venían bien cargados de apps. Algunos hasta tenían Tinder instalado.
Cámara triple con un zoom menos ambicioso, pero versátil
Sobre las cámaras, aunque pudimos hacer alguna foto en la zona de demos, no fue posible obtener las muestras para enseñarlas en estas primeras impresiones. Lo que sí os podemos adelantar es que la nitidez nos sorprendió para bien, incluyendo el sensor gran angular que suele ser el que más sufre en situaciones complicadas.
Habrá que esperar a la review para conocer más en detalle las capacidades fotográficas del nuevo plegable de Huawei, aunque sí hay una novedad que merece ser comentada y es que cuenta con una cámara selfie situada en la esquina superior derecha de la pantalla. El anterior modelo no tenía cámara selfie y nos obligaba a usar la cámara principal siempre. Podemos seguir haciéndolo, pero con la nueva cámara frontal será mucho más cómodo hacer videollamadas.
El mejor plegable en diseño, el peor en todo lo demás
Hace un tiempo tuve oportunidad de probar el Samsung Galaxy Z Fold3 durante un mes. Con el Huawei Mate Xs 2 he podido estar mucho menos tiempo, pero ha sido suficiente para darme cuenta de que esta solución de diseño es mucho mejor para un plegable de los de tipo "móvil que se convierte en tablet".
Tener una única pantalla lo hace más fino y no se le queda pliegue marcado. La principal duda es que la pantalla está demasiado expuesta y no tenemos claro cómo aguantaría una caída, pero por lo demás resulta mucho más cómodo. Que Huawei siga exprimiendo el mismo diseño podría verse como un punto negativo, pero si algo funciona no lo cambies. Perfecciónalo, eso sí. Y lo han hecho.
El problema del Huawei Mate Xs 2 es que tiene varios problemas. Y de los graves. Sin 5G, con un procesador del año pasado, sin apps de Google y con un precio de casi 2.000 euros no se nos ocurren muchos argumentos a su favor. Si un plegable ya no es un dispositivo para todo el mundo, en este caso la cosa se complica aún más. En China puede que tenga una oportunidad, pero aquí lo va a tener muy complicado.