Este monitor se sale de lo común en muchos sentidos. De hecho, todo aquello que lo hace poco corriente es lo que nos ha animado a preparar este análisis. Es evidente que un monitor curvo de 49 pulgadas con relación de aspecto 32:9 no encaja con las preferencias de todos los usuarios.
Sin embargo, es probable que quien esté buscando una pantalla que le permita sumergirse al máximo en sus juegos, y esté dispuesto a invertir en ella los 2200 euros que nos pide Samsung por este monitor, se enamore de este Odyssey Neo G9.
Esta no es la primera pantalla de esta marca con un tamaño superlativo. Precisamente hace justo un año, en noviembre de 2020, analizamos a fondo su predecesora, la también ambiciosa Odyssey G9 a secas, sin el apellido 'Neo'.
Ambos monitores tienen el mismo tamaño, un diseño calcado y una vocación indudable de afianzarse como un dispositivo prémium para juegos, pero la revisión que estamos a punto de analizar incorpora varias mejoras que, sobre el papel, le permiten superar con claridad a su predecesora.
Una de sus bazas más contundentes es su retroiluminación miniLED. Y es que gracias a esta tecnología, que está derivada de la retroiluminación implementada por Samsung en sus televisores Neo QLED, la relación de contraste estática de este monitor es 1 000 000:1.
Pero esto no es todo. Además, los dos puertos HDMI que incorpora implementan la norma 2.1, lo que lo coloca a la última en el ámbito de la conectividad. En cualquier caso, por muy atractivas que sean sus especificaciones lo que lo hace casi único es la experiencia que nos promete. Ella es la auténtica protagonista de este artículo.
Samsung Odyssey Neo G9 49" DQHD: especificaciones técnicas
El corazón de este monitor es un panel LCD de tipo VA con relación de aspecto 32:9 y curvatura 1000R. Su resolución (5120 x 1440 puntos) encaja bien con sus muy generosas 49 pulgadas, pero sería injusto atribuir su calidad de imagen únicamente a su panel inorgánico.
El sistema de retroiluminación miniLED del que he hablado brevemente en los párrafos anteriores asume la responsabilidad, o, sobre el papel, debería hacerlo, de entregarnos unos negros muy profundos y un nivel de detalle en las regiones en sombra muy alto. Cómo no, lo comprobaremos en la sección en la que indagaremos en la calidad de imagen de este Odyssey Neo G9.
La matriz de diodos LED está organizada en 2048 zonas de atenuación local independientes, una cifra que hace palidecer a los sistemas de retroiluminación local que emplean muchos televisores LCD LED de última hornada y gama alta.No obstante, la calidad de imagen global de una pantalla con este tipo de retroiluminación no depende únicamente del número de diodos LED que incorpora la matriz y de las zonas en las que están agrupados; también es crucial que el software que se encarga de administrar el funcionamiento de la matriz esté bien resuelto.
Más características interesantes de este monitor que merece la pena que no pasemos por alto. Su frecuencia de refresco máxima es 240 Hz, tiene una capacidad de entrega de brillo típica de 420 nits (el valor máximo de pico asciende a unos en absoluto despreciables 2000 nits), tiene un tiempo de respuesta de 1 ms (GtG) y es compatible con contenidos HDR10+.
Estas cifras, unidas a su compatibilidad con las tecnologías de refresco adaptativo G-SYNC de NVIDIA y FreeSync Premium Pro de AMD, reflejan con claridad que Samsung ha diseñado este monitor para que rinda al máximo con juegos. De todas formas, según esta marca consigue cubrir el 95% del espacio de color DCI-P3, por lo que sobre el papel también es una opción interesante para creación de contenidos.
|
características |
---|---|
PANEL |
LCD VA de 49 pulgadas curvo Dual QHD con retroiluminación miniLED y relación de aspecto 32:9 |
RESOLUCIÓN |
5120 x 1440 puntos |
FRECUENCIA DE REFRESCO MÁXIMA |
240 Hz |
CURVATURA |
1000R |
BRILLO TÍPICO |
420 cd/㎡ (brillo mínimo de 300 cd/㎡ y máximo de 2000 cd/㎡) |
CONTRASTE estático |
1 000 000:1 |
TIEMPO DE RESPUESTA |
1 ms (GtG) |
HDR |
HDR10+ |
ÁNGULOS DE VISIÓN |
178°(H)/178°(V) |
COBERTURA DE COLOR DCI-P3 |
95% |
AMD FREESYNC |
Sí |
NVIDIA G-SYNC |
Sí |
CONECTIVIDAD |
2 x HDMI 2.1, 1 x DisplayPort 1.4, 2 x USB, 1 x concentrador USB y jack de 3,5 mm |
CONSUMO TÍPICO |
55 vatios |
ETIQUETA ENERGÉTICA |
Clase G |
DIMENSIONES |
1149,5 x 537,2 x 418,3 mm (con peana) |
PESO |
14,5 kg (con peana) |
PRECIO |
Samsung LC49G93TSSUXEN Odyssey G9 - Monitor curvo de 49'' DQHD (5120 x 1440p, 1 ms, 240 Hz, GSync, FreeSync Premium Pro, LED, HDR1000, 32:9, 420 cd/m², 1000R, HDMI, PBP, PIP) Blanco
Su acabado convence, aunque no impresiona; y su diseño no deja indiferente
Este monitor está bien construido. El policarbonato que ha utilizado Samsung en el marco y el panel trasero es de buena calidad y transmite la sensación de que estamos ante un producto prémium que tiene un acabado cuidado.
Aun así, su elevadísimo precio nos invita a ser exigentes, y, aunque no puedo poner ninguna pega importante ni a su diseño ni a su acabado, lo cierto es que echo de menos algún detalle que refleje que esta marca ha puesto un mimo especial en esta pantalla.
Posiblemente habría sido una buena idea, entre otras opciones factibles, que el panel trasero fuese de aluminio. De esta forma el calor disipado por la matriz de diodos LED sería evacuado hacia el exterior mediante convección con más eficacia.
Y, además, el monitor desprendería un sabor a producto de lujo que estaría alineado con su precio. También echo de menos unos marcos más finos, aunque los que tiene este Odyssey Neo G9 son lo suficientemente estilizados para que a los usuarios no nos cueste pasar por alto que otros monitores más baratos tienen unos marcos más estrechos.
Como podéis ver en la siguiente fotografía, por detrás este monitor es bastante espectacular. De hecho, encajaría a las mil maravillas en la cabina de la nave Enterprise (seguro que el capitán James T. Kirk lo habría aprobado). El 'ojo' central en el que se inserta la peana le da un aspecto sofisticado, aunque es evidente que si lo colocamos cerca de una pared este panel trasero tan resultón pasará en gran medida desapercibido.
Para fijar la peana a la parte trasera del monitor es necesario apretar con firmeza, pero sin excesos, cuatro tornillos de tipo Phillips. El peso del recinto que contiene el panel es considerable (pesa alrededor de 12,5 kg), por lo que es imprescindible que la fijación de la peana sea sólida. Y sí, lo es.
Además, la longitud de las dos alas de la peana da al monitor una estabilidad notable, por lo que a pesar de su tamaño es poco probable que se desequilibre si le damos un empujón accidental. Un apunte importante: esta peana nos permite ajustar la altura, el giro y la inclinación de la pantalla con mucha libertad.
Samsung ha resuelto bastante bien la conectividad de este monitor. Como he mencionado más arriba, las dos entradas HDMI implementan la norma 2.1 (habría sido un error enorme que fuesen 2.0). También incorpora una entrada DisplayPort 1.4 y un concentrador USB con dos conectores de tipo A, así como una toma en formato jack de 3,5 mm a la que podemos conectar nuestros auriculares (este monitor no incorpora altavoces).
Yo echo de menos una segunda entrada DisplayPort, sobre todo si tenemos en cuenta el precio que tiene este monitor, pero, honestamente, no me parece una carencia imperdonable.
Así le ha ido en nuestras pruebas de calidad de imagen
Para analizar la calidad de imagen de este monitor recurrí a Eizo Monitor Test, una herramienta gratuita muy útil no solo para comprobar cómo resuelve un dispositivo de visualización el color, sino también cuáles son sus ángulos de visión, si su nitidez está a la altura, si la retroiluminación es completamente homogénea o si tiene algún píxel defectuoso, entre otras prestaciones.
La primera sorpresa agradable que me llevé al empezar las pruebas tanto con esta aplicación como con la reproducción de juegos y vídeo fue que este monitor viene muy bien calibrado de fábrica. Quien necesite utilizarlo para creación de contenidos y quiera afinar aún más la forma en que reproduce el color tendrá que recurrir a una herramienta de calibración profesional. No cabe duda de que es una gran noticia que los fabricantes de televisores y monitores se tomen poco a poco más en serio la calibración de fábrica que nos proponen sus dispositivos.
Una de las secciones de esta herramienta de análisis es muy útil para identificar si la matriz de retroiluminación consigue distribuir la luz por toda la superficie del panel de una manera uniforme. Al tomar esta fotografía me esforcé para que refleje de la forma más fidedigna posible el comportamiento de este monitor, y, como podéis intuir en la imagen, los márgenes del panel están ligeramente menos iluminados que la región central de la pantalla. No es nada grave; de hecho, para identificarlo es necesario recurrir a una imagen completamente plana, pero esta leve falta de homogeneidad está presente en la unidad que hemos analizado.
El siguiente test expone el panel a un patrón uniforme de color gris, y confirma lo que hemos observado en la prueba anterior: los márgenes del panel están ligeramente menos iluminados que la región central de la pantalla. La diferencia es sutil, pero está ahí. No obstante, es importante que tengamos en cuenta que el comportamiento de la matriz responsable de la retroiluminación puede variar levemente de una unidad a otra, por lo que cabe la posibilidad de que este efecto en otro monitor Odyssey Neo G9 apenas sea perceptible. Y también es posible que esté más acusado.
En la siguiente prueba de Eizo Monitor Test podemos ver que el degradado estático es uniforme y suave, lo que refleja que la matriz miniLED de retroiluminación resuelve con precisión las transiciones que requieren que algunas de las 2048 zonas de atenuación local independientes entreguen una cantidad de luz ligeramente diferente a las zonas adyacentes.
Los negros de este monitor son fabulosos. Muy profundos. Casi abisales. Y al mismo tiempo es capaz de entregar en algunas regiones del panel picos de brillo cercanos, según Samsung, a los 2000 nits, lo que le permite sentirse muy cómodo con los contenidos de alto rango dinámico. Como he mencionado más arriba, puede lidiar con contenidos HDR10+ (por el momento Samsung sigue sin apostar por la compatibilidad con Dolby Vision).
La siguiente herramienta de Eizo Monitor Test es muy útil para poner a prueba el tiempo de respuesta del panel y la habilidad con la que la retroiluminación se adapta a los objetos que se desplazan con rapidez por todo él. La combinación de una frecuencia de refresco alta (este monitor puede alcanzar una tasa de refresco de 240 Hz) y un tiempo de respuesta bajo (según Samsung nos entrega 1 ms GtG) debería conseguir que el desenfoque de movimiento apenas sea perceptible. Y, efectivamente, en esta prueba los dos rectángulos que barren la pantalla aparecen bien definidos incluso cuando se desplazan horizontalmente a una velocidad muy alta.
Según Samsung el consumo típico de este monitor es 55 vatios, un valor que coincide con mucha exactitud con el que nosotros hemos medido mientras llevábamos a cabo las pruebas. De hecho, el pico de consumo más alto que hemos identificado apenas superó los 54 vatios (se produjo mientras ejecutábamos un juego a la resolución nativa del panel y con el HDR activado).
Los juegos corren por sus venas, pero nos propone una gran experiencia al trabajar
El tamaño y, sobre todo, el precio de este monitor, representan una barrera insalvable para buena parte de los usuarios, pero quien pueda permitírselo conseguirá sacarle mucho partido más allá de los videojuegos con los que está destinado a convivir. Como hemos comprobado, su mínimo tiempo de respuesta, su alta frecuencia de refresco, y, como veremos a continuación, su mínima latencia de entrada, lo delatan.
Este monitor nos permite mantener en primer plano hasta 4 o 5 ventanas sin necesidad de que utilicemos las barras de desplazamiento horizontal
Aun así, trabajar con una pantalla de 49 pulgadas con relación de aspecto 32:9 es una delicia para cualquier persona que necesite tener expuestas simultáneamente varias ventanas. De hecho, utilizándolo a la resolución nativa y ajustando bien los márgenes nos permite mantener en primer plano hasta 4 o 5 ventanas sin necesidad de que utilicemos las barras de desplazamiento horizontal.
Y esta opción es una gozada cuando te dedicas a programar, editas textos mientras mantienes varias fuentes de consulta abiertas simultáneamente o trabajas con varias hojas de cálculo a la vez, entre muchos otros posibles escenarios de uso. Yo no edito ni vídeo ni audio, pero intuyo que debe de ser una maravilla tener delante de ti una línea de tiempo kilométrica como la que pone en nuestras manos este monitor.
Si queremos que este monitor esté en su salsa y nos entregue todo su potencial lo único que tenemos que hacer es lanzar algún juego que encaje bien con su relación de aspecto. No todos lo hacen, pero disfrutar aquellos que resuelven correctamente esta proporción es una experiencia impactante. Su calidad de imagen global es muy alta gracias a la riqueza con la que reproduce el color, su elevada relación de contraste nativo y la precisión de su retroiluminación, pero estas cualidades también las tienen otros monitores para juegos.
Su atractivo reside, sobre todo, en la capacidad de inmersión que nos propone. La experiencia que nos ofrecen con juegos los monitores con relación de aspecto 16:9 puede ser muy satisfactoria, pero la inmersión que planta delante de nosotros una pantalla 32:9 queda fuera de su alcance. A la distancia a la que solemos utilizar un monitor de PC en un escritorio convencional el panel de esta pantalla ocupa buena parte de nuestro campo visual, por lo que, inevitablemente, te sientes como si realmente formases parte del juego.
Eso sí, antes de comprar un monitor con una resolución tan alta es crucial que nos cercioremos de que nuestra tarjeta gráfica va a ser capaz de mover los juegos con fluidez siempre que decidamos utilizarla. Nosotros hemos recurrido a una tarjeta TUF Gaming con GPU GeForce RTX 3060 de NVIDIA ensamblada por ASUS aprovechando que acabamos de analizarla y la teníamos instalada en nuestra plataforma de pruebas. Esta solución gráfica no se siente del todo cómoda a la resolución nativa de este monitor si nuestras exigencias son muy altas, pero sí lo suficiente para averiguar hasta dónde es capaz de llegar este Odyssey Neo G9.
Y llega lejos. Muy lejos. La experiencia que nos propone con títulos como 'DiRT 5' o 'Doom Eternal' es fantástica, sobre todo, como he explicado unos párrafos más arriba, gracias a su tremenda capacidad de inmersión. Además, cuando activamos el modo de baja latencia que implementa esta pantalla la respuesta a nuestras órdenes es prácticamente instantánea. Según Samsung este monitor tiene una latencia de entrada de 2 ms, una cifra que encaja con las sensaciones que he tenido al utilizarlo con los títulos que requieren un control muy preciso.
Samsung Odyssey Neo G9 49" DQHD: la opinión de Xataka
Es una lástima que este monitor tenga un precio tan alto. No cabe duda de que su coste representa una barrera infranqueable para la mayor parte de los usuarios, y, como hemos comprobado a lo largo de este análisis, es lo suficientemente atractivo para afianzarse como una opción que merece la pena tener en cuenta no solo para videojuegos; también en otros escenarios de uso que pueden beneficiarse de su inusual relación de aspecto.
Este monitor tiene muchas cualidades, pero entre todas ellas brilla con luz propia la inmersión que nos propone con los juegos
Si nos ceñimos a su calidad de imagen sus bazas son numerosas. Reproduce el color con precisión y una gran riqueza, tiene unos negros muy profundos, recupera mucha información en las regiones en sombra, tiene una capacidad de entrega de brillo notable, y, de propina, sale de fábrica muy bien calibrado. Además, su tiempo de respuesta y su latencia de entrada son bajísimos, y es compatible con las tecnologías de refresco adaptativo más populares.
No obstante, como hemos comprobado, no es perfecto. En mi opinión a su acabado le falta un pequeño empujón para transmitir esa sensación de producto de lujo que debe ir alineada con el desembolso que Samsung nos pide por él. Además, echo de menos una entrada DisplayPort adicional, y si nos ceñimos a su calidad de imagen, como hemos comprobado en la sección dedicada a nuestras pruebas, su retroiluminación adolece de una ligera falta de homogeneidad que se acentúa en los márgenes del panel. Aun así es una opción apetecible que merece la pena tener en cuenta siempre que su precio encaje con la cifra que estamos dispuestos a gastarnos en un monitor.
Samsung LC49G93TSSUXEN Odyssey G9 - Monitor curvo de 49'' DQHD (5120 x 1440p, 1 ms, 240 Hz, GSync, FreeSync Premium Pro, LED, HDR1000, 32:9, 420 cd/m², 1000R, HDMI, PBP, PIP) Blanco
Este monitor ha sido cedido para este análisis por Samsung. Puedes consultar nuestra política de relaciones con las empresas.
Más información | Samsung