Este televisor es el modelo insignia de Samsung para 2021, y, como tal, soporta una carga pesada sobre sus circuitos. Y es que no solo debe proponernos las mejores prestaciones que podemos encontrar actualmente en el catálogo de este fabricante; también debe medirse de tú a tú con los televisores más sofisticados de sus competidores, por lo que forzosamente se verá obligado a rivalizar con la crème de la crème de los modelos con panel OLED.
Sobre el papel sus armas son poderosas. Una de ellas, a priori la que debería ayudarle a competir en el segmento prémium con garantías, es la puesta a punto de un sistema de retroiluminación FALD (Full Array Local Dimming) con tecnología MiniLED dotado de nada menos que 1344 zonas de atenuación independientes.
Pero esto no es todo. También tiene un diseño extremadamente estilizado; implementa la norma 2.1 en sus cuatro conectores HDMI y se apoya en la última revisión de Tizen OS, el sistema operativo que Samsung integra en sus televisores. A lo largo de este artículo comprobaremos si estas bazas le bastan para imponerse a los televisores OLED más avanzados. O no.
Samsung Neo QLED QN900A 8K: especificaciones técnicas
Aunque no es en absoluto la única novedad que esta marca ha introducido en este televisor si lo comparamos con el modelo insignia del año pasado, el también ambicioso Q950TS QLED 8K, la retroiluminación MiniLED es sin duda la innovación más interesante desde un punto de vista técnico. Por esta razón os propongo que comencemos el análisis indagando tanto en ella como en el panel con el que está destinada a trabajar codo con codo.
Los paneles LCD VA destacan por su alta relación de contraste nativo y reducidas fugas de luz, pero también tienen un talón de Aquiles: sus ángulos de visión típicos
Samsung ha optado por integrar en sus modelos de las gamas alta y prémium paneles LCD de tipo VA, y este modelo respeta a pies juntillas esta estrategia. Estas matrices destacan por su alta relación de contraste nativo y reducidas fugas de luz, pero también tienen un talón de Aquiles: sus ángulos de visión típicos son más reducidos que los de los televisores con panel LCD IPS y OLED. Más adelante, en la sección que dedicaremos a su calidad de imagen, comprobaremos cómo rinde en este terreno, aunque os anticipo que nos esperan varias sorpresas.
Un esquema de retroiluminación bien implementado debe ser capaz de potenciar las cualidades del panel LCD, y, al mismo tiempo, de minimizar sus carencias. Este televisor se apoya en una matriz de diodos LED mucho más pequeños que los que utiliza un modelo LCD LED convencional, lo que ha permitido a Samsung introducir muchos más, y, además, que estén más juntos. Esta es, grosso modo, la estrategia de la retroiluminación MiniLED.
Sobre el papel este enfoque permite que la atenuación de la retroiluminación pueda llevarse a cabo con más precisión, consiguiendo que la luz de cada diodo LED llegue únicamente a aquellos píxeles a los que debe llegar. En la práctica lo que podemos esperar de esta innovación es una relación de contraste más alta, unos negros más profundos, menos blooming y una mayor capacidad de recuperación de detalle en las zonas en sombra y las más iluminadas. En la sección en la que analizaremos la calidad de imagen de este televisor comprobaremos si está a la altura de las expectativas.
Los diodos LED de este televisor utilizan un nuevo encapsulado que reduce la dispersión de la luz
Un detalle importante que nos interesa conocer acerca de los diodos LED que Samsung utiliza en sus televisores con retroiluminación MiniLED es que no solo son más pequeños que los diodos convencionales; su encapsulado también es distinto. Y es que los ingenieros de esta compañía han reemplazado el empaquetado de sus anteriores diodos por un nuevo encapsulado que incorpora una película de un material que, según Samsung, reduce la dispersión de la luz. De esta manera la que emite cada diodo solo actúa sobre los píxeles adecuados, y no sobre los píxeles contiguos.
No obstante, administrar en tiempo real las 1344 zonas de atenuación independientes con las que cuenta este televisor conlleva un esfuerzo de procesado importante. Para resolver este reto los ingenieros de esta marca han desarrollado nuevos algoritmos de gestión de la retroiluminación, así como un nuevo motor de procesado y un procesador más potente diseñado para lidiar con el enorme esfuerzo de cálculo que representan la gestión de la retroiluminación y el procesado de las imágenes.
SAMSUNG NEO QLED QN900A 8K 65" | Características |
---|---|
PANEL | LCD VA 8K Neo QLED de 65 pulgadas, 120 Hz y relación de aspecto 16:9 |
RESOLUCIÓN | 7680 x 4320 puntos |
RETROILUMINACIÓN | MiniLED con 1344 zonas de atenuación |
HDR | HDR10+, HDR10 y HLG |
PROCESADOR DE IMAGEN | Neo QLED 8K con IA |
CAPACIDAD DE ENTREGA DE BRILLO MÁXIMA | 3000 nits |
SISTEMA OPERATIVO | Tizen OS 6.0 |
SONIDO | 6.2.2 canales Procesado Dolby Digital Plus y Dolby 5.1 Potencia total (RMS): 80 vatios Tecnologías OTS Pro y Q-Symphony |
CONECTIVIDAD | 4 x HDMI 2.1, 3 x USB 2.0, 1 x Gigabit Ethernet, 1 x salida audio digital óptica, 1 x CI y 1 x entrada de antena |
CONECTIVIDAD INALÁMBRICA | Wi-Fi 6 y Bluetooth 5.2 |
MODO CINEASTA (FILMMAKER) | Sí |
TECNOLOGÍAS PARA JUEGOS | ALLM, VRR y AMD FreeSync Premium Pro |
SINTONIZADOR DIGITAL | 2 x DVB-T2CS2 |
SENSOR ECO | Sí |
ETIQUETA ENERGÉTICA | Clase G |
CONSUMO MEDIO | 255 vatios |
DIMENSIONES | 1433,1 x 892 x 300,5 mm (con peana) |
PESO | 30,1 kg (con peana) |
PRECIO | 4250 euros |
TV QLED 163 cm (65") Samsung QE65QN900A Procesador Neo QLED 8K con Inteligencia Artificial, Smart TV
Diseñado y acabado para competir en la primera división
El diseño de este televisor es esencialmente calcado al del modelo insignia de Samsung de 2020. Y continúa funcionando realmente bien debido a que consigue desmarcarse de la mayor parte de sus competidores gracias, sobre todo, a unos marcos estilizadísimos. Y es que los marcos superior y laterales miden solo 2 mm, por lo que a una distancia de visionado de 2,5 m o más pasan casi completamente inadvertidos. El marco inferior es un poco más grueso, pero sus muy comedidos 9 mm no desentonan y contribuyen a afianzar este televisor como uno de los más estilizados que podemos encontrar actualmente en las tiendas.
Además, su acabado está al mismo nivel que su diseño. Como podéis ver en la siguiente fotografía de detalle, el perfil lateral del recinto del televisor es de aluminio y está impecablemente mecanizado. Los pequeños orificios que Samsung ha practicado en él facilitan la evacuación del aire cálido que ha absorbido por convección una parte de la energía térmica disipada por el panel y la matriz de diodos LED que se responsabiliza de entregarle la luz. La parte trasera del televisor es de plástico, pero utiliza un policarbonato de buena calidad y tiene un acabado cepillado que le da un tacto muy agradable.
En la siguiente fotografía podemos ver que la superficie trasera de este televisor es totalmente homogénea. No tiene ninguna protuberancia y su grosor es de solo 17 mm gracias en gran medida a que la electrónica no reside en el mismo recinto que ejerce como soporte del panel y la retroiluminación; la circuitería de procesado y los conectores están alojados en el módulo One Connect externo que Samsung utiliza en sus televisores de gama alta desde hace varias generaciones. No obstante, como veremos más adelante, el módulo externo de este televisor es muy diferente al de años anteriores con el propósito de permitirnos colocarlo con más flexibilidad.
Al igual que el modelo insignia del año pasado, este televisor confía la estabilidad del panel a una peana central de aluminio que tiene un grosor y una solidez muy respetables. Se instala de una forma sencilla, algo que se agradece, y transmite una sensación de robustez muy marcada, por lo que no puedo ponerle ninguna pega a pesar de que en los televisores de más de 55 pulgadas prefiero los pies laterales debido a que suelen entregar al panel más estabilidad.
Si observamos por detrás la pieza de policarbonato rígido que une la base de la peana y el recinto del televisor veremos que, curiosamente, incorpora un hueco de grandes dimensiones practicado para que podamos instalar en él el módulo One Connect. Esta es una de las novedades más interesantes de este televisor debido a que pone en nuestras manos la posibilidad de colocar aquí este módulo externo, de manera que no ocupe espacio adicional. No obstante, por supuesto, también es posible colocarlo relativamente alejado del televisor, al igual que los anteriores módulos One Connect.
En la siguiente fotografía podéis ver cómo queda el módulo Slim One Connect, que es como Samsung lo llama para remarcar que es más estilizado y compacto que sus predecesores, cuando lo instalamos en la peana. Un detalle que refleja el mimo con el que esta marca ha repensado su modelo insignia este año consiste en que este televisor incorpora dos cables con distinta longitud para transportar la alimentación y las señales de audio y vídeo desde el módulo externo hasta el panel. El más corto mide solo 20 cm, que es la longitud idónea para que no sobre cable cuando colocamos el módulo externo en la peana. Y el más largo mide 240 cm, por lo que nos permite colocarlo relativamente alejado del televisor si nos viene bien que no estén próximos por razones prácticas.
Sus rivales han mejorado, pero Tizen OS 6.0 sigue siendo una apuesta segura
Si funciona, no lo toques. O tócalo lo imprescindible para refinarlo un poco más. Estoy seguro de que esto es lo que deben pensar los ingenieros de Samsung cuando año tras año se enfrentan al desafío de poner a punto una nueva hornada de televisores. Y es que Tizen, el sistema operativo que utilizan, nos propone una experiencia muy satisfactoria desde hace varias generaciones. La iteración 6.0 de esta plataforma, que es la que incorpora este televisor, es rápida, intuitiva y atractiva desde un punto de vista estético.
Este televisor se enciende y se apaga con mucha más agilidad que el modelo insignia de Samsung de 2020
Nos permite ejecutar las aplicaciones y desplazarnos a través de los menús con una latencia mínima. Además, este televisor se enciende y se apaga con mucha más agilidad que el modelo insignia de Samsung de 2020. Aquí tenéis la prueba: los 30 s que tardaba en encenderse el modelo Q950TS QLED 8K se reducen a poco más de 3 s en este Neo QLED QN900A 8K. Y se agradece. Mucho.
Cambiando de tercio, la calibración de fábrica que nos propone Samsung en este televisor está cuidada, pero objetivamente no es perfecta. Muchas personas no verán la necesidad de tocarla porque les parecerá muy disfrutable tal y como lo han sacado de la caja, pero a quien quiera afinarlo al máximo siguiendo, por ejemplo, el procedimiento que os proponemos en nuestra guía de calibración, le sugeriría que preste mucha atención a la corrección gamma y el balance de blancos porque en mi opinión son los dos parámetros en los que este televisor tiene un mayor margen de mejora. No obstante, lo ideal es que quien pueda permitírselo recurra a un técnico capaz de llevar a cabo una calibración profesional porque un dispositivo tan caro y ambicioso como este lo merece.
En la siguiente fotografía podemos ver con claridad el diseño del nuevo módulo externo Slim One Connect. Es mucho más estilizado que el módulo original debido sobre todo a que su altura es muy inferior, aunque, eso sí, es sensiblemente más profundo que su predecesor. En cualquier caso, es más fácil conseguir que pase desapercibido. Un apunte que nos interesa tener en cuenta: este componente disipa bastante calor debido a que en su interior reside la mayor parte de la electrónica, por lo que es importante que esté colocado en un lugar en el que se pueda refrigerar correctamente. En ningún caso debería quedar enclaustrado en un habitáculo cerrado, como un cajón.
La dotación de conectores que nos propone el módulo Slim One Connect es muy completa (los detallamos en la tabla de especificaciones). Como podéis ver en la siguiente fotografía, tiene todas las conexiones físicas que podemos exigir a un televisor de gama alta actualmente, incluidas las cuatro entradas HDMI que implementan la norma 2.1. Desafortunadamente aún pocos televisores incorporan cuatro conectores HDMI 2.1, pero este es uno de ellos. Un punto a su favor. Samsung también ha resuelto muy bien la conectividad inalámbrica al dotarlo de Wi-Fi 6 y Bluetooth 5.2.
Aparentemente el mando a distancia que nos entrega Samsung con este televisor es idéntico al que esta marca nos ha propuesto en generaciones anteriores junto a sus televisores de gama alta, pero, en realidad, no es así. Los botones y su distribución son muy similares, aunque no idénticos, pero el nuevo mando está fabricado utilizando un 28% de polietileno reciclado en un claro intento de favorecer el respeto por el medio ambiente. Bien hecho, Samsung. No obstante, los cambios no acaban aquí.
Si damos la vuelta al mando a distancia y nos fijamos en su parte posterior veremos que incorpora un pequeño panel fotovoltaico que nos permite cargar la batería utilizando tanto luz solar como luz artificial, aunque también se puede cargar a través del puerto USB-C que integra. Según Samsung la vida útil de la batería de este mando a distancia es de al menos siete años, por lo que coincide con la vida promedio de un televisor actualmente.
Un gama alta con calidad de imagen de gama alta, pero con puntos a mejorar
Para poner a prueba este televisor recurrí a mis películas de referencia habituales, entre las que se encuentran ‘La llegada’, ‘El renacido’, 'Interstellar' o ‘Blade Runner 2049’, todas ellas en Blu-ray 4K y Blu-ray Disc. Y, por último, a contenido de Netflix y YouTube que conozco bien. Para reproducir estas películas recurrí a un lector OPPO UDP-205, un dispositivo que ya está descatalogado, pero que sigue destacando por la gran calidad de su mecánica de transporte y su lógica de procesado de audio y vídeo.
La fotografía que podemos ver debajo de estas líneas la tomé utilizando mi microscopio digital, y en ella podemos apreciar con relativa claridad el patrón de distribución de los subpíxeles RGB que permiten generar las imágenes. La razón por la que no podemos identificar con más claridad el perímetro de cada subpíxel reside en la cobertura utilizada por Samsung para incrementar la difusión de la luz, y, así, corregir los limitados ángulos de visión de los paneles LCD de tipo VA. Y funciona. Este televisor tiene unos ángulos de visión muy buenos, por lo que el color apenas se degrada cuando miramos el panel desde una posición muy escorada.
Samsung asegura que los nanocristales con los que cuenta este televisor le permiten restituir el 100% del espacio de color DCI-P3, y no tengo ninguna razón objetiva que me invite a ponerlo en duda. De hecho, en la siguiente fotografía podéis apreciar que afinando sutilmente su calibración es posible conseguir que reproduzca los tonos de la piel humana, que sin duda es una de las texturas más difíciles de recrear, de una forma fidedigna. Y, además, sin mermar en absoluto la riqueza cromática de las demás porciones de la imagen. Con una calibración bien hecha la colorimetría de este televisor es fabulosa.
Como podéis ver, algunas de las fotografías de esta sección del artículo las he tomado intencionadamente con muy poca luz ambiental para conseguir que reflejen lo que realmente importa: la calidad de imagen de este televisor. Los negros que nos entrega cuando la atenuación local de la retroiluminación se emplea a fondo son muy profundos, y la uniformidad del panel en estas condiciones es muy buena. Sin embargo, si habilitamos la atenuación local en su valor mínimo la uniformidad del panel se resiente ligeramente. No es nada dramático, pero los tests de imagen permiten apreciarlo con cierta claridad.
Como acabo de mencionar, la atenuación local tiene un impacto muy evidente en la profundidad de los negros, que son muy buenos cuando se emplea a fondo. Sin embargo, tiene un precio: acentúa el blooming, que es ese defecto que se manifiesta bajo la forma de un halo que rodea las zonas más iluminadas de cada fotograma, sobre todo si la región colindante es sensiblemente más oscura.
Este efecto puede apreciarse con bastante claridad en los subtítulos, especialmente si se superponen a la banda negra de la región inferior de la pantalla. La siguiente fotografía la tomé ajustando meticulosamente el tiempo de exposición y el valor de apertura de la cámara hasta conseguir que recree con la máxima precisión posible la percepción que tenemos del blooming cuando estamos delante de este televisor en una habitación sin luz ambiental.
Uno de los puntos fuertes de este televisor es su capacidad máxima de entrega de brillo. Al margen de los picos de 3000 nits que declara Samsung en el modelo de 65 pulgadas, que es el que estamos analizando (las versiones de 75 y 85 pulgadas entregan según la marca surcoreana picos de 4000 nits), basta reproducir algún contenido con HDR10 o HDR10+ para percibir la enorme cantidad de luz que es capaz de proyectar hacia nuestros ojos sin que la reproducción del color se degrade lo más mínimo. El rendimiento de este televisor con los contenidos HDR es fabuloso, pero es una lástima que Samsung siga sin apostar por el procesado de contenidos Dolby Vision, especialmente en un televisor tan ambicioso y caro como este.
Si nos ceñimos a la capacidad de recuperar detalle tanto en las regiones en sombra como en altas luces (las zonas de cada fotograma más iluminadas), este televisor sale de nuevo muy bien parado. El nivel de detalle se resiente perceptiblemente en las regiones en las que la entrega de brillo es máxima, como, por ejemplo, en los fotogramas en los que aparece un cielo con un sol muy brillante, pero cuando la luz es moderada, y, sobre todo, en las regiones oscuras, consigue entregarnos muchísima información. El mérito del rendimiento de este televisor en esta área recae en la capacidad de la retroiluminación de entregar el nivel de luz correcto con mucha precisión, y también en su muy capaz procesado de imagen.
En la siguiente prueba los televisores LCD con retroiluminación LED sufren, y esta propuesta de Samsung no lo ha pasado bien a pesar de contar con un esquema de retroiluminación MiniLED muy sofisticado. El círculo blanco que podéis ver en la imagen se desplaza cada vez a más velocidad por todo el panel, forzando a la retroiluminación a encender y apagar con mucha rapidez los diodos de la matriz LED. Cuando la velocidad supera cierto umbral el objeto pierde el tono blanco sólido, de manera que el borde más próximo al lado hacia el que se desplaza se oscurece perceptiblemente debido a que los diodos LED de esa región no tienen tiempo suficiente para alcanzar el nivel de entrega de brillo que requiere esa porción de la imagen.
Los diodos LED de la matriz tardan un cierto tiempo en entregar un nivel de brillo alto, lo que puede provocar que alguna región de los objetos muy luminosos que se desplazan con rapidez pierda la solidez
No es nada dramático debido a que en las condiciones de reproducción típicas este defecto normalmente pasa desapercibido, pero en un escenario de test exigente aparece, y los usuarios debemos conocerlo. No obstante, cabe la posibilidad de que Samsung consiga atenuarlo, o incluso resolverlo completamente, actuando sobre el algoritmo de gestión de la retroiluminación mediante una actualización del firmware del televisor. Al fin y al cabo el esquema de retroiluminación MiniLED de este dispositivo está dando sus primeros pasos.
Los televisores de Samsung tienen desde hace tres o cuatro generaciones una de las mejores coberturas antirreflejos del mercado, y este modelo Neo QLED no es una excepción a esta tradición. En algunas de las fotografías que ilustran este análisis podéis ver que en las regiones más oscuras de los fotogramas aparecen reflejos del entorno, pero en estas mismas condiciones otros televisores con un tratamiento antirreflejos menos trabajado sufren mucho más. En la siguiente fotografía podéis ver con claridad lo bien que maneja los destellos de gran intensidad la cobertura del panel de este televisor, confinándolos a una región muy limitada de la matriz para que no degraden la calidad de imagen.
El consumo típico que anuncia Samsung en las especificaciones de este televisor asciende a 255 vatios, un valor próximo a las medidas que he observado durante mis pruebas. No obstante, en algunos momentos, especialmente cuando la entrega de brillo es alta en una región amplia del panel, se incrementa notablemente. En esos instantes mi consumómetro ha registrado picos de consumo superiores a los 362 vatios.
Este televisor es un titán con los videojuegos
Para evaluar el rendimiento de este televisor con videojuegos recurrí a nuestra Xbox Series X y a varios títulos que son muy sensibles a la latencia, como ‘Mortal Kombat X’, ‘Forza Horizon 4’, ‘Gears 5’ y ‘Ori and the Will of the Wisps’. Una de sus bazas en este escenario de uso consiste en que implementa la norma 2.1 completa en los cuatro conectores HDMI, por lo que en todos ellos tenemos disponibles las tecnologías VRR, ALLM, los 120 FPS, y, de propina, también la sincronización adaptativa FreeSync de AMD.
Un apunte interesante: este televisor incorpora una barra de opciones que nos permite consultar y actuar sobre los parámetros que condicionan nuestra experiencia con los juegos, como la latencia de entrada, el HDR o la sincronización adaptativa.
En la siguiente fotografía podéis ver que nuestra Xbox Series X identificó correctamente que este televisor implementa las tecnologías ALLM (el modo automático de baja latencia) y VRR (la frecuencia de actualización variable). Su única carencia relativamente importante en este ámbito es la ausencia de procesado de contenidos Dolby Vision, sobre todo dado que Microsoft ha confirmado que Xbox Series X y S en el futuro nos propondrán juegos con esta modalidad de HDR.
En combate este televisor va como un tiro. Su calidad de imagen global con los juegos es muy alta, pero si he de destacar algunas de sus cualidades en este escenario de uso me quedaría con su capacidad de recuperar detalle en las regiones oscuras y lo impactante que es su HDR. En cualquier caso, lo que le permite marcar la diferencia es su bajísima latencia de entrada.
Al igual que el modelo Q950TS del año pasado, se mueve en la órbita de los 10 ms a cualquier resolución, un valor mínimo que consigue que los juegos de acción en primera persona o los de lucha, entre otros géneros, se disfruten muchísimo en este televisor. Además, a los entusiastas de los videojuegos nos interesa tener en cuenta que los televisores con panel LCD son esencialmente inmunes a la retención de imágenes.
Su sonido convence tanto con cine como con videojuegos
La dotación de altavoces con la que Samsung ha equipado este televisor es ambiciosa. En la sección inferior del panel trasero residen ocho altavoces, cuatro a cada lado de la peana, que se responsabilizan de la reproducción de las frecuencias medias y el extremo grave. Estos transductores trabajan en tándem con varios altavoces colocados en los márgenes del panel que se encargan de reproducir los medios y, sobre todo, los agudos. Y, por último, de excitarlos se encargan varios amplificadores en clase D que tienen una capacidad de entrega de potencia total de 80 vatios. No está nada mal.
En la sección inferior del panel trasero residen ocho altavoces que se responsabilizan de la reproducción de las frecuencias medias y el extremo grave
La combinación del hardware de audio y el procesado de este televisor le permite trabajar con 6.2.2 canales, y es compatible con contenidos Dolby Digital Plus y Dolby 5.1, pero no procesa sonido DTS ni Dolby Atmos. Los usuarios que quieran trabajar con estos dos formatos de codificación de audio envolvente tendrán que hacerse con una barra de sonido, como alguna de las que nos propone la propia Samsung o cualquier otra marca, o, mejor aún, con un equipo multicanal dedicado, que siempre es la opción que nos ofrece el sonido envolvente de más calidad.
La tecnología OTS Pro (Object Tracking Sound Pro) es un componente clave en las prestaciones sonoras que nos propone este televisor. Esta innovación recurre a un algoritmo que evalúa la posición en la pantalla del objeto que está emitiendo un sonido en particular para determinar por qué altavoces debe ser reproducido para que el usuario tenga la sensación de que realmente procede de ese lugar. De esta tecnología me gusta la tridimensionalidad que da al sonido porque, aunque no siempre te permite ubicar la posición de todas las fuentes sonoras con claridad, consigue que el usuario perciba cómo se desplazan en un campo sonoro amplio.
Samsung Neo QLED QN900A 8K: la opinión y nota de Xataka
Este televisor tiene personalidad. Y se agradece. La misma que podemos encontrar en las propuestas prémium que Samsung ha lanzado durante los últimos años. Su refinado diseño y su cuidada construcción juegan a su favor en este ámbito, pero no descuida unas prestaciones visuales y sonoras de primera división, que es lo que los usuarios podemos exigir a un televisor tan avanzado y caro como este.
Si nos ceñimos a su calidad de imagen me quedaría con su sobresaliente reproducción del color, su capacidad de recuperar detalle en las regiones oscuras, y también con lo bien que resuelve los contenidos HDR gracias, sobre todo, a una capacidad de entrega de brillo monstruosa. Y no puedo pasar por alto lo bien que va Tizen OS 6.0, un sistema operativo ágil, intuitivo y muy disfrutable con el que es fácil familiarizarse en solo unos minutos.
Este televisor es una opción fantástica para los jugones. Por sus cuatro puertos HDMI 2.1. Y también por su bajísima latencia de entrada
Su rendimiento con los videojuegos merece una mención aparte. Tener cuatro puertos que implementan la norma HDMI 2.1 completa es una gozada, y la bajísima latencia de entrada de este televisor provoca que jugar con él sea similar a hacerlo con un monitor. Además, que los paneles LCD sean esencialmente inmunes a la retención sirve para tranquilizar a los usuarios a los que les preocupa que un televisor OLED pudiese verse afectado por este problema.
No obstante, en la balanza de este televisor también hay carencias. En un dispositivo prémium con el precio que tiene este Neo QLED QN900A echo de menos la posibilidad de reproducir contenidos Dolby Vision, y también sonido Dolby Atmos y DTS. Y, como hemos visto en la sección en la que hemos analizado cuidadosamente su calidad de imagen, la retroiluminación MiniLED tiene un gran potencial, pero también tiene margen de mejora.
No me cabe ninguna duda de que esta última innovación es el camino a seguir para continuar desarrollando la tecnología de los televisores con panel LCD, pero confío en que Samsung conseguirá refinarla para que los defectos que hemos identificado en este televisor queden corregidos, si no en este modelo, al menos sí en los que llegarán en el futuro a las tiendas.
9,3
A favor
- Su diseño y su construcción son de primera división
- Tiene una calidad de imagen global alta en la que destacan su colorimetría y su capacidad de entrega de brillo
- Tizen OS se ejecuta con una gran fluidez y nos propone una experiencia muy satisfactoria
- Este televisor es un auténtico titán con videojuegos
- Implementa la norma 2.1 completa en todos los conectores HDMI
- Su sonido está a la altura de lo que podemos exigir a un televisor de gama alta
En contra
- La gestión de la retroiluminación MiniLED tiene margen de mejora
- No procesa contenidos Dolby Vision
- No procesa sonido DTS ni Dolby Atmos
TV QLED 163 cm (65") Samsung QE65QN900A Procesador Neo QLED 8K con Inteligencia Artificial, Smart TV
Este televisor ha sido cedido para la prueba por Samsung. Puedes consultar nuestra política de relaciones con las empresas.
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