Sin grandes eventos en el horizonte, en Samsung no quisieron esperar más y recién estrenado el año presentaron su nueva gama alta. Una gama alta que, como el año pasado, apuesta por un trío de smartphones, el Samsung Galaxy S21 Ultra en el extremo más avanzado, el Galaxy S21 en el más modesto y en medio el Samsung Galaxy S21+, protagonista de este análisis.
Hasta hace poco, hablar de 'plus' era hablar de buque insignia, pero desde el año pasado Samsung ha quitado peso este apellido con la llegada del 'ultra'. El S21+ no cuenta con la mejor cámara ni la mejor pantalla, pero sigue siendo un gama alta en toda regla. Veamos como se porta en nuestro análisis a fondo.
Ficha técnica del Samsung Galaxy S21+
SAMSUNG GALAXY S21+ | |
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DIMENSIONES Y PESO | 161,5 x 75,6 x 7,8mm |
PANTALLA | 6,7 pulgadas |
PROCESADOR | Exynos 2100 |
MEMORIA RAM | 8 GB |
MEMORIA ROM | 128 GB |
CÁMARA TRASERA | 12 MP |
CÁMARA DELANTERA | 10 MP |
SOFTWARE | Android 11 |
BATERÍA | 4.800mAh |
OTROS | 5G SA/NSA |
PRECIO | 128GB: 1.059 euros 256GB: 1.109 euros |
Diseño: una trasera renovada y el frontal de siempre
A lo largo de los años, los diseños de Samsung han evolucionado mucho, pero la marca ha sido capaz de conservar un estilo reconocible. El Galaxy S21+ conserva ese ADN Samsung, pero introduce algunos cambios con respecto a la generación anterior y su apariencia nos transmite esa sensación de novedad que esperamos en un dispositivo recién lanzado.
En este caso los cambios están en la trasera, la parte donde los fabricantes tienen más margen para jugar. Samsung abandona las traseras brillantes y ahora dan paso a un acabado mate que le sienta genial. El color de nuestra unidad es plateado (Phantom Silver) y, aunque se ensucia menos que una trasera brillante, no es el color que mejor resiste las huellas (el negro mate se lleva el premio en limpieza).
En las primeras impresiones comenté que no me parecieron resbaladizos, pero lo cierto es que el modelo que más probé fue el S21 Ultra en color negro, el cual tiene un acabado un poco distinto (no es tan suave). El Galaxy S21+ me resulta un poco resbaladizo y, como además es un móvil grande, he echado en falta una funda de silicona para tener un mejor agarre. Eso sí, sus bordes y esquinas redondeados ayudan a que el agarre sea cómodo y no se nos clave nada.
Siguiendo con los cambios de la trasera, hay que hablar del módulo de cámara, quizá el punto más diferencial del diseño. Sigue teniendo una forma rectangular y está en la misma posición, pero ahora abarca toda la esquina del móvil y se funde con el marco. Sobresale un poco y hace que el móvil se tambalee al ponerlo en la mesa, pero tampoco es nada exagerado. Comentar también que el acabado de esta parte es más metalizado y el color plateado un poco más claro, haciendo que contraste con el resto de la trasera.
Pasamos al frontal y volvemos a encontrarnos con un ejercicio de compactación sobresaliente. El marco inferior es un poco más ancho que el resto, pero no es apenas perceptible, y el agujero de la cámara frontal no resulta nada intrusivo.
Un aspecto clave aquí es que la pantalla curva desaparece. Este año la curva se reserva solamente para el S21 Ultra, dejando al S21+ y al S21 con pantallas totalmente planas. Quizá a nivel estético la curva pueda resultar más atractiva, pero en el uso diario se agradece el panel plano, sobre todo al hacer gestos desde los bordes.
Volviendo al tema del tamaño, como decía el S21+ es un móvil grande. Vale, no tanto como el Ultra, pero sigue siendo bastante amplio. Con todo, si lo comparamos con terminales con pantalla similar, el S21+ es más ligero que la mayoría, al tiempo que incluye una batería más grande. Aquí hay que volver a destacar el esfuerzo de compactación de Samsung.
SAMSUNG GALAXY S21+ | IPHONE 12 PRO MAX | OPPO FIND X2 PRO | HUAWEI MATE 40 PRO | ONEPLUS 8 PRO | |
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DIMENSIONES | 161,5 x 75,6 x 7,8 mm | 160,8 x 78,1 x 7,4 mm | 165,2 x 74,4 x 8,8 mm | 162,9 x 75,5 x 9,1 mm | 165,3 x 74,4 x 8,5 mm |
PESO | 202 g | 228 g | 217 g | 212 g | 199 g |
TAMAÑO DE PANTALLA | 6,7 pulgadas | 6,7 pulgadas | 6,7 pulgadas | 6,76 pulgadas | 6,78 pulgadas |
PORCENTAJE DE FRONTAL | 88,3% | 87,4% | 90,9% | 94,1% | 90,8% |
BATERÍA | 4.800 mAh | 3.687 mAh | 4.260 mAh | 4.400 mAh | 4.510 mAh |
Datos de porcentaje de frontal: GSMarena
Para cerrar el apartado de diseño, repasemos los elementos que tenemos en los bordes. En el derecho están los botones de volumen y encendido, la pulsación es buena y no detectamos crujidos, aunque quizá están un poco altos y en según qué posición cuesta un poco llegar para subir el volumen. En el borde inferior tenemos el altavoz, el USB-C, la bandeja SIM y el micrófono. Aquí he de decir que la ubicación del micrófono hace muy fácil que lo tapemos con el dedo al sujetar el móvil y me ha pasado varias veces que he grabado stories o enviado audios en los que una parte no se escuchaba porque había tapado el micro sin darme cuenta. Una vez lo detecté estuve pendiente de no repetirlo, pero aun así a veces pasa y resulta bastante molesto.
Pantalla: recortando en resolución, pero no en hercios
Una de las decisiones de la familia S21 que marca la diferencia con los modelos anteriores tiene que ver con la pantalla, concretamente la resolución. Pese a llevar el apellido 'plus', ni éste ni el S21 a secas tienen pantallas QHD+, sino que se quedan con FullHD+. Es la primera vez que Samsung recorta resolución en su gama alta y, aunque la visualización es buena, es un paso atrás.
En el Samsung Galaxy S21+ tenemos una pantalla Dynamic AMOLED 2x de 6,7 pulgadas y resolución FullHD+, o lo que es lo mismo, 2.400 x 1.080 píxeles. Con esta configuración, la densidad se queda en 394 puntos por pulgada. ¿Es suficiente para obtener una buena nitidez? Sin duda, pero está lejos de los 525 ppp de su predecesor. Lo he comparado con un panel QHD y la diferencia se nota sobre todo cuando nos fijamos en detalles en imágenes o ciertos textos. Hay que fijarse mucho, pero a diferencia está ahí y no hay que olvidar que hablamos de un terminal de gama alta y se le puede exigir mucho más.
Sobre la reproducción del color, Samsung nos tiene acostumbrados a cierta saturación, aunque no es excesiva y, si molesta, siempre podemos optar por el modo Natural que ofrece tonos más neutros. También tenemos una opción para ajustar el balance de blancos y el modo Protector de la vista que limita la luz azul cuando se hace de noche.
Como reza el título de esta sección, en lo que Samsung no ha recortado es en la tasa de refresco y aquí los tres integrantes de la gama S21 cuentan con 120Hz de frecuencia máxima. Eso sí, no podemos forzar los 120Hz siempre, sino que tenemos un modo adaptable que lo va regulando en función de las necesidades, algo que viene bien para que el consumo de batería no se dispare. La pantalla se siente muy fluida y la respuesta táctil también es ágil y precisa.
Por último, el brillo máximo nos ha parecido más que suficiente para poder ver el contenido en exteriores sin problema y el brillo automático es bastante obediente y rápido en ajustarse cuando cambiamos de ambiente.
Sonido: un estéreo muy equilibrado
Aunque lo de plus ya no signifique ser el mejor de la familia, en el sonido tenemos una experiencia de nivel. El doble altavoz da un sonido de calidad, con un pico de volumen más que suficiente que no llega a distorsionar y sobre todo un estéreo muy equilibrado.
Tenemos dos altavoces, uno en el borde inferior y otro en la parte superior, integrado entre la pantalla y el marco. Normalmente el volumen suele ser mayor en el altavoz inferior y el superior queda como una especie de apoyo para un sonido más envolvente, pero en el caso del S21+ tenemos prácticamente el mismo volumen en ambas fuentes.
Además, si tapamos accidentalmente el altavoz inferior al jugar o ver un vídeo (no suele pasar si lo sujetamos con el altavoz apuntando a nuestra mano derecha), no tenemos la sensación de quedarnos sin audio porque el otro altavoz lo compensa. No sucede lo mismo con el micrófono, que como ya he comentado es bastante fácil de tapar sobre todo si estamos grabando en vertical o enviando una nota de voz. Por último comentar que ya no hay auriculares incluidos en la caja ni tampoco adaptador minijack a USB-C.
Rendimiento: Exynos pisa el acelerador
Samsung siempre apuesta por lanzar sus gama alta con procesador Exynos en unos mercados (incluido el europeo) y Qualcomm en otros. Lo habitual hasta ahora era que hubiera una diferencia de rendimiento entre ambos, siempre a favor del Snapdragon de turno, que este año es el Snapdragon 888. A falta de probar los primeros dispositivos con el último chip de la firma americana, parece claro que el Exynos 2100 que monta la gama S21 ha dado un salto en potencia y la brecha no va a ser tan amplia como otros años.
Durante la prueba no le puedo poner quejas en lo que a fluidez se refiere. El Exynos 2100 y los 8 GB de RAM son suficiente para ejecutar las tareas habituales del día a día sin lag ni tirones, así como otras más exigentes como juegos tipo Genshin Impact o editar vídeo 8K. En momentos puntuales hemos notado algún tirón dentro de la app de cámara sobre todo y con algunas transiciones, aunque parece más un tema de software que del propio hardware. A continuación os dejamos los resultados de los benchmarks donde se nota una clara mejora sobre el anterior Exynos 990.
SAMSUNG GALAXY S21+ | SAMSUNG GALAXY NOTE 20 ULTRA | XIAOMI MI 10T | IPHONE 12 PRO | HUAWEI P40 PRO | |
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PROCESADOR | Exynos 2100 | Exynos 990 | Snapdragon 865 | Apple A14 Bionic | Kirin 990 |
RAM | 8 GB | 12 GB | 6 GB | 6 GB | 8 GB |
GEEKBENCH 5 | 954/2.715 | 872 / 2.463 | 909 / 3.335 | 1.614 / 4.148 | 943 / 2.527 |
PC MARK (WORK 2.0) | 14.759 | 10.012 | 10.779 | - | 9.476 |
3DMARK (SLING SHOT) | 9.422 | 6.311 | 8.362 | - | 8.726 |
Antes de cerrar este apartado, hablamos brevemente de biometría. En esta generación se mantiene el combo desbloqueo facial 2D + sensor de huellas bajo la pantalla, con la diferencia de que se ha ampliado el área del sensor. El desbloqueo es rápido y ahora parece que hay menos errores ya que, aunque pongamos el dedo un poco desplazado, suele reconocernos gracias a esa mayor área. El desbloqueo facial también es rápido y suele ser la mejor opción si no llevamos mascarilla, aunque es menos seguro.
Autonomía: 4.800 mAh deberían lucir más
El Galaxy S21+ es el modelo que más beneficiado se ve en lo que a batería se refiere con el salto de generación. Sus hermanos conservan baterías de la misma capacidad que los anteriores modelos, pero el Galaxy S21+ sube a 4.800 mAh (el S20+ tiene 4.500 mAh). La experiencia con la autonomía del S21+ es buena, pero la subida de miliamperios (y la bajada de resolución, que eso también cuenta) no suponen una mejora notable sobre lo que ya vimos.
Durante toda la prueba he mantenido la frecuencia adaptable activada. Dependiendo del uso (sobre todo de si estamos conectados a WiFi o usando redes móviles) la duración de una carga completa oscila entre las 20-25 horas, con unas 6 horas de pantalla. Cifras correctas pero algo grises para una batería que se acerca a los 5.000 mAh.
Sobre la carga, tenemos carga rápida, pero ya que no viene cargador en la caja, el tiempo de carga dependerá del adaptador que usemos. En mi caso he usado el cargador del Pixel 4 XL, de 18W, y el tiempo de carga fue de un poco más de hora y media. El S21+ acepta carga de 25W, por lo que podría acortarse ese tiempo si contamos con un cargador compatible.
Software: la profundidad de One UI
Samsung tiene una de las capas más completas del panorama Android, para bien y para mal. En el lado bueno tenemos un ecosistema muy sólido a nivel funciones, muchas de ellas muy prácticas, y uno de los mayores abanicos de opciones de personalización que podemos encontrar. En el lado malo tenemos la consecuencia de una capa bastante cargada, y es que a menudo el lag asoma la patita, incluso en buques insignia. Con el Galaxy Note 20 Ultra la experiencia fue un poco irregular por este motivo, pero en el caso de OneUI 3.2, la versión que trae Galaxy S21+, he notado mejoras en este aspecto y el lag ha sido anecdótico (aunque no ha desaparecido del todo).
Veamos primero qué apps nos encontramos al iniciar el Galaxy S21+. Esta vez no nos hemos encontrado con el menú inicial que nos deja elegir qué apps adicionales queremos instalar y cuales preferimos descartar, sino que lo que viene es lo que hay.
En la pantalla de inicio nos encontramos con la Galaxy Store en puesto destacado, pero también con la Play Store y la carpeta de apps de Google. En una segunda página tenemos otras funciones como Samsung Free (la app de noticias de Samsung), Game Launcher y la carpeta de apps de Microsoft.
Cuando abrimos el cajón de apps tenemos otras apps de terceros como Facebook, Spotify o YouTube Music. Todas ellas se pueden desinstalar, a excepción de OneDrive y la mayoría de apps de la carpeta de Google (sólo nos deja con Drive, Google Fotos y Play Películas). En el caso de apps de Samsung, también vamos a poder desinstalar la mayoría.
Hablando de servicios propios de Samsung, la firma ya no nos "obliga" a usar Bixby con aquel botón dedicado que además (al principio) no podíamos personalizar. Ahora no hay botón adicional, pero en ajustes avanzados sí podemos configurar el botón de inicio para abrir el asistente o la app que queramos si hacemos un doble toque. One UI es una capa con muchas opciones propias y que no nos obligue a usarlas es sin duda un paso adelante.
Sobre la personalización, como decía tenemos un abanico de opciones enorme. Podemos añadir temas, personalizar la cuadrícula de inicio, si queremos cajón de apps o no, usar botones de navegación o gestos y mucho más. También tenemos la barra lateral de Contenidos Edge, la cual podemos personalizar a nuestro gusto para que muestre accesos directos a apps, contactos, herramientas de Smart Select o incluso el parte del tiempo. Ah, y también nos deja desactivarlo totalmente.
En las funciones avanzadas nos encontramos con la conexión a Windows y Samsung Dex. La conexión con el PC funciona bastante bien y me ha resultado especialmente práctica a la hora de gestionar notificaciones directamente en el PC y no tener que estar pendiente del móvil. En el caso de Samsung DeX, destaca la facilidad de conexión (ahora va todo inalámbrico si lo conectamos al PC, si es monitor hay que usar cable) y lo bien que se adapta la interfaz del móvil a la pantalla grande, aunque por el uso que yo le doy me ha sido más práctica la conexión a Windows, que por cierto no pueden funcionar al mismo tiempo.
Los controles parentales, salud digital, Mantenimiento y Game Launcher son otras de las funciones que nos encontramos en el panel de ajustes y que muestran la profundidad de One UI como capa donde no hay prácticamente ninguna carencia y las opciones son tantas que puede llegar a abrumar. Personalmente soy más de Android stock, pero sin duda One UI ofrece una gran experiencia, aunque hay que dedicarle tiempo para dejarlo todo a nuestro gusto, y merece la pena hacerlo.
Cámaras: versatilidad contenida
Samsung renueva su apuesta por la triple cámara, pero este año se dejan el ToF por el camino. El S21+ no cuenta con el sistema de doble teleobjetivo de su hermano mayor, sino que la lente principal va acompañada de un único zoom y un ultra angular. Así quedan las cámaras del Galaxy S21+:
Ultra angular: 12 megapíxeles (1.4µm), enfoque fijo, apertura f/2.2 y ángulo de visión de 120 grados.
Angular: 12 megapíxeles (1.8µm), autoenfoque Dual Pixel, apertura f/1.8, ángulo de visión de 79 grados y estabilizador óptico (OIS).
Teleobjetivo: 64 megapíxeles (0.8µm), autoenfoque por detección de fase, apertura f/2.0, ángulo de visión de 76 grados, zoom óptico 2x y estabilizador óptico (OIS).
Cámara frontal: 10 megapíxeles (1.22µm), autoenfoque, apertura f2.2 y ángulo de visión de 80 grados.
Antes de entrar en materia, comentar que aunque Samsung detalla el zoom como 3 aumentos óptico-híbrido, en las pruebas hemos comprobado que el zoom óptico real es de dos aumentos (ahí es donde salta a la otra lente). Es un punto a tener en cuenta ya que si usamos el botón de zoom que aparece sobre el disparador siempre nos llevará al 3x (luego vemos las diferencias). Si queremos quedarnos en el zoom óptico real tendremos que elegirlo dentro de las opciones de zoom que aparecen al pulsar en cualquiera de estos accesos directos.
La app de cámara mantiene su diseño y estructura habituales. Samsung nos deja elegir los modos que queremos tener en la pantalla principal, que por defecto únicamente incluye Captura única, foto y vídeo. Se agradece poder personalizar este apartado ya que así podemos tener a mano los modos que más usemos y quitar los que no (ejem, captura única).
En la pantalla principal, en la parte superior, tenemos herramientas clásicas como el flash, temporizador, relación de aspecto y resolución, foto animada o filtros. Sin embargo, tenemos que irnos a Ajustes de la cámara para poder activar o desactivar el HDR automático (no, no podemos forzarlo manualmente). También tendremos que abrir ajustes si queremos desactivar la estabilización en el vídeo. Son los dos únicos ajustes que están algo escondidos, por lo demás la app resulta intuitiva y bien organizada.
Cámaras traseras
Con buena luz, la lente principal consigue imágenes detalladas, con un amplio rango dinámico y colores vivos, pero que no llegan a saturar tanto como en el pasado. Como decía, el HDR es automático y no vamos a poder activarlo cuando nosotros queramos, sino que aparecerá cuando la escena lo requiera. Generalmente entra en acción cuando hace falta, aunque no estaría mal poder desactivarlo (o viceversa) a nuestro antojo, sobre todo para ver la diferencia.
La imagen no parece tener debilidades cuando la observamos en su totalidad, incluso en pantallas grandes, pero cuando sacamos la lupa y vamos al detalle nos encontramos con un procesado un poco agresivo, con acuarelas incluso en situaciones favorables como ésta y es algo que empeora si la luz baja un poco, como por ejemplo en días nublados. Hay que insistir en que no es algo que vayamos a notar a simple vista, pero sí si nos ponemos analíticos y vamos al máximo detalle.
El problema se solventa si usamos el modo de 64 megapíxeles, el cual dispara con la lente teleobjetivo y no con el sensor principal. Aquí vemos que el detalle es mucho más marcado en toda la imagen, especialmente en zonas complejas como la estructura de cristal, y al ampliar no encontramos las acuarelas del anterior ejemplo. Lo malo de disparar a máxima resolución es que no vamos a poder hacer zoom ni tampoco usar modos como retrato, noche o pro, pero si queremos el máximo detalle, sin duda es la mejor opción.
Cuando cae la luz, la pérdida de detalle es más acusada y las acuarelas se aprecian casi a simple vista. En el plano general está bien resuelto en términos de colorimetría y balance de blancos pero al ampliar vemos que la definición se pierde sobre todo en los planos alejados.
En planos estáticos y con menos profundidad conserva bastante nitidez pese a que las condiciones de luz no sean favorables. Muy bien resuelta la textura del pelo del gato y el desenfoque de la flor en primer plano.
El modo noche nos va a venir bien para potenciar la nitidez de tomas nocturnas como ésta, en la que hay bastante iluminación pero ya empieza a notarse la pérdida de detalle. No es un cambio brutal, pero se nota. En este caso el disparo fue bastante rápido (unos dos segundos) pero si la escena es más oscura puede tardar hasta seis segundos. En casos en los que hay casi oscuridad total, consigue levantar bastante la exposición aunque el detalle se resiente.
Pasamos a la lente ultra angular, que da mucho juego en fotografía de arquitectura o paisajes y nos da imágenes muy espectaculares como ésta. La colorimetría va muy a la par de lo que consigue el sensor principal, aunque el rango dinámico queda más limitado y el detalle también se resiente, algo que por otro lado es habitual en lentes angulares en las que solemos tener un sensor más pequeño y menor apertura. Además, en este caso el enfoque es fijo y no hay estabilizador óptico como en las otras dos lentes.
Al enfrentarla con la lente principal en una escena tan contrastada como ésta se ve mejor la limitación de rango dinámico. En ambas se activó el HDR, pero la lente angular tiene más dificultades para contener las altas luces y toda la zona del fondo queda algo quemada. También se aprecia menos detalle en general con el angular, algo que lógicamente empeora en escenas de noche o con poca luz.
La tercera lente es el teleobjetivo, que como ya hemos dicho nos da dos aumentos ópticos. De nuevo tenemos un buen resultado en escenas favorables como ésta, con una buena definición incluso al ampliar, colorimetría correcta y buen rango dinámico. El estabilizador óptico parece ayudar bastante en escenarios con poca luz donde es fácil que las fotos salgan trepidadas y en general las imágenes quedan bastante mejor que con el angular.
Como decía más arriba, el botón de acceso directo al teleobjetivo nos lleva a tres aumentos de zoom "óptico-híbrido", lo pongo entre comillas porque a día de hoy seguimos sin tener muy claro como funciona este sistema y Samsung tampoco lo explica, pero veamos cómo quedan las imágenes si vamos a esos tres aumentos.
A nivel detalle no apreciamos mucha diferencia con el zoom óptico, algo normal ya que pasamos de 2 a 3 aumentos solamente. En esta imagen teníamos luz natural abundante y consigue resolver bien todos los detalles de la fachada.
Sin embargo, cuando la luz falla sí vemos diferencias. Con tres aumentos los colores salen más "lavados" y el ruido se aprecia a simple vista. Si ampliamos un recorte vemos que en los dos ejemplos tiene dificultades para procesar bordes y hay ruido, pero es más exagerado en el caso de la imagen de la derecha.
Ya hemos visto el resultado de las tres lentes por separado, pero no está de más ver cómo quedan esas tres vistas que nos ofrece Samsung en los accesos directos del zoom, desde el ultra angular hasta los tres aumentos de zoom por defecto. Aún teniendo en cuenta las debilidades del angular y que el zoom no es en realidad el óptico real, es una propuesta bastante versátil y yo he usado estos accesos a menudo. De día no hay problema en usar el zoom 3x, pero de noche sí recomiendo evitarlo y optar por el 2x para minimizar la pérdida de detalle. El angular tampoco es muy usable de noche, pero aquí el modo noche puede ayudar bastante.
Si queremos podemos ir más allá y hacer zoom hasta 30 aumentos, pero no es muy recomendable si quieres una foto aprovechable. Hasta 4 o 5 aumentos se puede salvar y 10 aumentos no está del todo mal, pero más allá tenemos imágenes muy borrosas a pesar del nuevo sistema de estabilización. Ayuda a encuadrar la parte que queremos sacar, pero no mejora el resultado.
Una de las novedades que llega con esta nueva generación es el modo retrato. Para empezar ya no se llama 'enfoque dinámico', sino modo retrato a secas, y además estrena distintos modos de iluminación muy al estilo de lo que venimos viendo en iPhone hace tiempo.
Aunque también funciona con objetos, parece que se ha priorizado para personas, y no sólo porque estos modos de iluminación sólo funcionan si detectan una cara, sino porque el recorte en objetos suele fallar más a menudo, como en la foto de arriba donde hay partes que han quedado fuera del mapa. Aquí puede ayudar bajar un poco la intensidad del desenfoque para que no se note tanto el borde, ya que por defecto aplica bastante.
En retrato de personas el recorte suele acertar más y, pese a que hay errores lógicos en zonas complejas como el pelo, el resultado es generalmente bueno. La foto de la izquierda fue tomada con el modo desenfoque que viene por defecto y en la de la derecha con el modo estudio que se centra en destacar la cara pero mantiene un look bastante natural.
El resto de opciones son bastante menos naturales. El fondo negro suele ser el que peor queda, pero si elegimos bien el ambiente donde sacar la foto es posible que quede resultón. Aquí era una foto en exteriores y de día, por lo que el fondo blanco luce más, quizá con un fondo oscuro y una luz más dura habría quedado mejor. También hay una opción que aplica una especie de fondo degradado (obviemos los ojos cerrados) y por último un resalte de color que pone todo el fondo en blanco y negro. Se agradece contar con nuevas funciones, pero tras probarlas tengo mis dudas de que las fuera a usar muy a menudo.
Cámara selfie
La cámara selfie rinde sorprendentemente bien y el modo retrato, aunque no tiene un recorte tan preciso, también cumple con nota. El detalle correcto, pero al ampliar echamos falta un punto extra de nitidez en la piel, sobre todo cuando la luz escasea. El modo belleza viene bastante natural por defecto, solamente con un poco de suavizado de la piel, aunque si queremos ir más allá nos deja editar el tono de piel, afinar mandíbula y agrandar los ojos.
Aunque nada más tenemos una cámara, Samsung nos ofrece dos vistas para la cámara delantera. Por defecto siempre nos muestra la vista recortada (derecha), que nos da un ángulo más cerrado y una imagen más pequeña. Personalmente preferiría tener la vista completa por defecto ya que aprovecha todo el sensor y abarca un mayor ángulo, pero desde ajustes no podemos configurar esto.
El rango dinámico suele ser uno de los puntos débiles de las cámaras secundarias y en el caso del S21+ me ha sorprendido para bien. Por ejemplo en estas fotos, en la vista previa el cielo salía muy quemado, pero el trabajo de HDR tras disparar recuperó todo el detalle del fondo e incluso el cielo nublado.
Vídeos
Cerramos el apartado de cámara con los vídeos. La grabación en 8K es uno de los puntos destacados y ahora nos permite hacer zoom hasta seis aumentos. No obstante, aunque la definición es mayor, la estabilización deja bastante que desear y al final es mejor tirar de 4K si vamos a hacer vídeos en movimiento.
Grabando en 4K cámara en mano, tenemos tomas mucho más estables y también podemos hacer uso de un mayor rango de zoom, desde el gran angular hasta 12 aumentos. Eso sí, la calidad cae bastante si lo llevamos al extremo y también se pierde con la lente angular, especialmente si hay poca luz. Otro punto a tener en cuenta es que los saltos de lente se van a notar mucho en las grabaciones.
Al activar el modo superestable tenemos planos mucho más estabilizados, pero a costa de perder bastante calidad, además de que en este modo no vamos a poder hacer zoom de forma gradual, sino que la única opción es saltar entre la lente principal y el teleobjetivo. Otro punto a considerar es que en este modo solamente vamos a poder grabar en FullHD a 30fps, ni 4K ni, por supuesto, 8K.
Para cerrar, tenemos dos modos de grabación en cámara lenta. Con el normal obtenemos clips en resolución FullHD, mientras que en el modo superlenta la calidad baja a HD. El resultado es bastante bueno siempre que tengamos escenas bien iluminadas.
Samsung Galaxy S21+, la opinión y nota de Xataka Android
Mucho ha cambiado desde que Samsung introdujera la familia S20, pero la compañía mantiene firme su apuesta de lanzar un trío de smartphones y el Galaxy S21+ es la opción intermedia, el moderado. Ni muy compacto ni muy grande, ni lo más top ni lo más modesto.
El Galaxy S21+ es un terminal con muchos argumentos a favor; desde la pantalla de 120Hz hasta su rendimiento, pasando por su diseño o un software completísimo. Nos deja algo fríos por detalles como la resolución FullHD, unas cámaras algo erráticas en según que situaciones (sobre todo hablando del angular y el tele) y autonomía que no brilla todo lo que creemos que debería.
Pasa en las mejores familias eso de que el hermano mediano suele pasar más desapercibido y con el S21+ se confirma. Como decía al principio, el apellido 'plus' antaño tan contundente, ha perdido fuerza y al Galaxy S21+ le cuesta destacar estando a la sombra del gigante, el Galaxy S21 Ultra, y la de su hermano pequeño que es un poco más compacto y cambia el cristal por plástico, pero lo iguala en el resto de su hoja técnica. Al Galaxy S21+ le pasa un poco lo que al iPhone 12 Pro, que es un gran teléfono, pero queda en tierra de nadie.
9
A favor
- El nuevo diseño mate le sienta genial y atrae menos huellas.
- El rendimiento del Exynos 2100 ha mejorado con respecto a sus predecesores.
- Los altavoces dan muy buena experiencia de sonido.
En contra
- Bajar la resolución a FullHD es un paso atrás.
- No trae cargador y la mejora de miliamperios no se nota todo lo que debería.
- La propuesta fotográfica queda empañada por un procesado agresivo y un angular bastante mejorable.