Ciertos productos de Lidl levantan pasiones y no, no hablamos del chocolate. Se forman colas cuando la cadena alemana de supermercados lanza su Thermomix low cost, la Monsieur Cuisine Connect, su panificadora o su máquina de coser. La receta del éxito de estos productos desconocidos pasa por una alta relación entre prestaciones y coste. Después, el boca a boca hace el resto. Probamos el monitor de actividad de Silvercrest, otro aspirante a bestseller con pantalla a color de menos de 20 euros capaz de rivalizar en calidad precio con la popular Mi Band de Xiaomi.
Monitor de actividad Silvercrest de Lidl
Monitor de actividad Silvercrest (Lidl) |
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DIMENSIONES Y PESO |
4,27 x 2,04 x 1,3 cm; 23 g. |
PANTALLA |
TFT a color |
SENSORES |
Sensor óptico para medir la frecuencia cardiaca y el pulso. |
RESISTENCIA AL AGUA |
IP67 |
AUTONOMÍA |
Batería de polímero de litio para hasta 15 días de funcionamiento en modo de espera(según el fabricante) |
CONECTIVIDAD |
Bluetooth |
COMPATIBILIDAD |
iOS y Android |
OTROS |
Función de recordatorio de toma de medicamentos Se carga directamente a través de una conexión USB integrada Control remoto para hacer fotos |
PRECIO |
Un diseño resultón con una pantalla que hace aguas bajo el sol
Al abrir la caja del monitor de actividad de Silvercrest nos sorprende encontrarnos el manual (bueno, esto es esperable), la pastilla que constituye el wearable en sí y las dos partes de la correa. Ya no es que no haya adaptador de corriente – esperado – sino es que tampoco hay cable. Silvercrest soluciona el asunto de la carga con ingenioso mecanismo en una de las extremidades de la pastilla que, además de servir para sujetar la correa, es un puerto USB como el de la Huawei Band 4. Habrá que ver cómo soporta el desgaste de sacar y meter para la carga, pero inicialmente la fijación es firme y sin holguras.
Una vez montado, ajustaremos la correa con el habitual sistema de los relojes. Su correa es fina y resistente y en su conjunto resulta cómoda. Estamos ante un dispositivo de batalla, tanto por apariencia como por materiales. Está fabricado de acero inoxidable y materiales como policarbonato, poliuretano (TPU) y ABS, una combinación habitual en dispositivos por sus buenas propiedades mecánicas y bajo coste.
En la pastilla encontramos la pantalla, enmarcada exteriormente por un borde plateado y en el interior por unos generosos bordes. No es que el panel en sí sea más pequeño que otros modelos populares, pero el aprovechamiento de las dimensiones podría ser mejor. En todo caso, no es algo traumático. En la parte inferior de la pantalla está el botón que usaremos para manejarla.
Pese a su bajo precio, el monitor de actividad de Silvercrest cuenta con un panel a color, algo que ayuda a verla y entenderla mejor, lo que agradeceremos especialmente si no vemos bien – pensad en vuestro padre o abuelo cuando se alejan y escudriñan la mirada para ver qué pone – o cuando estamos en un entorno de alta luminosidad. Y es que la visión del panel TFT del dispositivo de Lidl es bastante deficiente en plena luz del día y no podremos hacer nada para remediarlo, ya que no se puede ajustar el brillo.
Convincente en actividad, pobre en deportes
Si la queremos para mejorar la actividad y cuidar nuestra salud, el monitor de actividad Silvercrest ofrece una propuesta sencilla como convincente para usuarios básicos. Así, nos avisa cada media hora de nuestra inactividad (si es que detecta que estamos parados) y de la necesidad de hidratarnos.
Además podremos comprobar simplemente echando un vistazo a su pantalla los pasos que llevamos, la distancia recorrida (eso sí, al carecer de GPS si nos dejamos el móvil en casa este dato no se va a corresponder con la realidad), una estimación de calorías quemadas, horas de sueño y ritmo cardiaco, en este último caso solo si pulsamos para la toma de este dato.
Si bien es cierto que Silvercrest únicamente detalla el sensor óptico para la frecuencia cardíaca, de la captación de los datos anteriores previsiblemente se encargarán un acelerómetro y giroscopio. Unas métricas básicas para quien busque conocer cómo de activo es sin demasiada complicación, si bien hay modelos dentro de la gama de entrada que además ofrecen datos sobre la saturación de oxígeno.
Aunque carecía de un dispositivo para medir los pasos con exactitud, sí que he notado que la métrica de pasos dados era más alta de lo que suele ser habitual en mi día a día, algo que he constatado durante la prueba llevando mi Apple Watch en la muñeca derecha y el wearable de Lidl en la izquierda durante varios días.
En lo que respecta a los registros de actividades deportivas, encontramos cuatro: caminar, correr, ciclismo y excursionismo, ofreciendo en todos los casos datos de tiempo de realización de actividad, un dato a elegir entre calorías consumidas/pulsaciones y la distancia recorrida, para lo que de nuevo vuelve a ser esencial llevar el móvil encima. Aunque podemos ir viendo sobre la marcha datos de actividad o de estas disciplinas deportivas, resulta más cómodo y completo acudir a la aplicación.
Interfaz y aplicación
Como anticipábamos en el apartado de diseño, el manejo de la pulsera corre a cargo de un botón no físico integrado en el frontal de la pastilla, jugando con la pulsación para diferentes acciones. Así, si queremos pasar de una pantalla a otra, bastará con un toque. Para confirmar será necesaria una pulsación de un par de segundos. Este recurso está bastante extendido entre las pulseras de actividad, si bien servidora prefiere la efectividad y sencillez de un botón físico en el lateral. Además, si estáis acostumbrados a manejar pantallas táctiles y gadgets, notaréis que la sensibilidad del botón es más bien baja.
La interfaz muestra nueve pantallas que pasamos a listar por orden de aparición: la principal, pasos, distancia recorrida, calorías quemadas, horas de sueño, pulso, deportes, mensajes y "mas", donde entre otras cosas podremos encontrar nuestro teléfono o apagarla. Un sistema bastante común y resultón para navegar reforzado con la claridad de los gráficos, sus colores y la sencillez de la información aportada. Si queremos más detalles, mejor acudir a la app instalada en el móvil.
¿Y cómo es la app? Pues a la altura del dispositivo: fácil de entender, con buen funcionamiento pero sin grandes alardes en diseño. De hecho, estéticamente recuerda a aplicaciones de hace unos años.
En ella vamos a encontrar cuatro pestañas: menú, actividad, alarma y ajustes, desde las que operar.
En hoy visulizaremos nuestra actividad de forma detallada y muy visual gracias a sus gráficos y colores.
En actividad están están registrados nuestros entrenamientos, de modo que podamos comprobar de un vistazo el historial de nuestra práctica deportiva.
Sin sorpresas en Alarma, donde podremos configurar una alarma para que vibre y nos avise.
Desde Ajustes veremos la batería, nuestro perfil, podremos fijar metas, configurar qué notificaciones nos llegan del móvil, encontrar el reloj, reiniciar, actualizar, entre otros.
La verdad es que la cantidad de información que puede lograrse desde la aplicación es sorprendente para la sencillez de este wearable, con sorpresas agradables como poder ver el tiempo, disparar la cámara del móvil a distancia o recibir avisos cada cierto tiempo para levantarnos o beber agua
Autonomía
De acuerdo con las especificaciones, el monitor de actividad de Silvercrest aguanta hasta 15 días en funcionamiento en modo espera, unas cifras que nos pueden llevar a pecar de optimistas sobre su autonomía.
Para cuantificar la duración de su batería he dejado la configuración por defecto, algo que suele hacer mucha gente – y más si tenemos en cuenta que este wearable se enfoca a usuarios poco tecnológicos –, esto es: con todas las notificaciones de las aplicaciones del móvil activadas y avisos cada media hora para hidratarnos y movernos y el modo de activar pantalla al levantar la muñeca.
En este escenario de uso, la duración de la batería ha superado ligeramente tres días. Este dato constituye una aproximación de autonomía en la práctica para mi caso concreto que obviamente diferirá para otros usuarios más sedentarios, que usen menos el teléfono (y por tanto, reciban menos notificaciones) o simplemente que optimicen la configuración para maximizar la vida de la batería.
Tanto si exprimís la batería como yo como si la estiráis algo más, la verdad es que tirar de la correa para liberar el puerto USB de carga resulta cómodo y fácil y en cuestión de 3 - 4 horas la tendréis de nuevo lista para la acción.
Monitor de actividad Silvercrest de Lidl, la opinión de Xataka
Terminamos nuestros días de prueba del monitor de actividad Silvercrest moderadamente contentos. Por menos de 20 euros este wearable es resistente, fácil de usar y ofrece unas métricas básicas para ser conscientes de lo activos que somos. Hasta aquí, la propuesta de Lidl es impecable.
Por diseño y prestaciones estamos ante una pulsera extremadamente sencilla y eso se nota a simple vista. Estéticamente no desentona demasiado frente a otros modelos baratos, pero su pantalla, aunque a color, se ve regular a la luz del día. Una buena prueba de ello lo tenemos en las propias fotos tomadas para el análisis: hemos "sufrido" a la hora de hacerlas cuando estábamos en exteriores, encontrando en la tenue iluminación de un teatro el escenario perfecto para tomarlas. Asimismo, ni la autonomía ni la exactitud de las métricas son para echar cohetes.
Si tenemos claro lo anterior y estamos dispuestos a hacer esas concesiones, algo perfectamente plausible por ejemplo para el típico perfil de persona de cierta edad no muy tecnológica que solo quiere conocer lo que se mueve, este monitor de actividad Silvercrest nos dejará satisfechos. Eso sí, merece la pena tener en cuenta que por poco dinero más hay modelos más completos como la veterana Xiaomi Mi Band 4 (23 euros) o la Honor Band 5 (30,99 euros)