Algunos ejes de la competencia en telefonía móvil están muy claros: puedes competir en diseño, en precio, en sistema operativo / ecosistema / personalización, en servicios añadidos y nube, en especificaciones hardware (sobre todo pantalla y micro), por aspectos especiales (cámara fotográfica, resistencia, autonomía) y reconocimiento de marca.
Desde hace años la carrera por diferenciarse la han jugado las marcas moviéndose dentro de esas variables: si uno tiene peores características hardware o su marca es poco conocida, más le vale apretar en precio; si la plataforma en la que estamos es menos competitiva en aplicaciones o le faltan servicios, más vale mejorar en lo demás y ofrecer algo diferencial; si muchos competidores se están concentrando en un segmento, puedo intentar moverme a otro o crearlo (véase Samsung con los phablets).
En este escenario los últimos años había un posicionamiento que la inmensa mayoría de fabricantes ha venido evitando, ofrecer un terminal de gama alta en el mismo tamaño que iPhone. Eso hasta que Sony ha anunciado el Xperia Z1 Compact, que no hace sino poner fin a un tabú compartido por los principales fabricantes con Android, acercarse al entorno de las cuatro pulgadas con un móvil al que no recortan nada respecto a las especificaciones del franquicia de la marca.
¿Una anomalía histórica?
Es probable que este esfuerzo por evitar las cuatro pulgadas tiene que ver con quien fue el primer terminal que para muchos empezó a aventajar a iPhone, que no es otro que el Galaxy S2 de Samsung. Era 2011, el año en que Apple sacó el iPhone 4s, que se mantenía en las 3.5 pulgadas. ¿La conclusión que sacaron Samsung y resto de fabricantes? Habían dado con una de los ejes en que podían diferenciarse y, a ojo de muchos consumidores, mejorar lo que ofrecía iPhone.
Desde ese momento el tamaño de las pantallas de los terminales franquicia de cada marca no ha hecho sino aumentar acompañado, en muchas ocasiones, por la capacidad de los usuarios de acostumbrarse. Las 4.2 del Galaxy S2 eran grandes para su época, pero a la semana de utilizarlo muchos no queríamos volver atrás, proceso que se ha ido repitiendo hasta la barrera de las 5 – 5.2 pulgadas en la que estamos ahora.
Sí hay quienes han intentado ir de frente a la gama alta con tamaños comedidos para el estándar en su momento. Ahí tenemos por ejemplo el Lumia 800 con el que Nokia nos traía Windows Phone en 2011 con 3.7 pulgadas, una historia similar a la de Blackberry con Z10 en 2013 apuntando a la gama alta con 4.2 pulgadas.
El escaso éxito en el mercado de ambos terminales debió escamar todavía más a los fabricantes con la idea de acercarse al tamaño de iPhone en cada momento en la gama alta. El caso es que es discutible que su no éxito se debiera tan sólo a la variable del tamaño de pantalla y tuviese que ver mucho más con el estreno de plataformas nuevas, con marcas que habían sufrido una amplia erosión los últimos años y con limitaciones en otros aspectos hardware.
¿Por qué los fabricantes de Android hasta ahora lo han venido evitando en su gran mayoría y han optado por versiones “mini” que encajan en la gama media o con otros terminales para la baja? Hace tres o cuatro años se podría discutir la superioridad de iOs o que la marca Apple / iPhone pesaba mucho como lo “aspiracional en telefonía”, pero tanto Google con Android como los propios fabricantes se han dedicado con ahínco a inyectar competencia en el sector.
La propuesta de Sony Xperia Compact
Sobre el nuevo teléfono de Sony tenemos primeras impresiones, además de una comparativa con sus competidores actuales en el entorno de las cuatro pulgadas. Para entender bien el potencial del terminal nos va muy bien repasar el análisis del Z1, con el que mantiene una continuidad casi completa, en la que sólo hay un cambio de pantalla (menos tamaño pues que se va a 4.3, claro, pero también menos resolución y paso a IPS). Un punto adicional, desde Sony nos aseguran que “será más barato que los franquicias de cinco pulgadas”.
Creo que todos nos vamos a alegrar del movimiento en el mercado de Sony. Tanto los que nos hemos acostumbrados a dispositivos de mayor tamaño como los que, deseando algo más “amigable para manejar con una sola mano” se sentían desatendidos por todos los fabricantes… menos por Apple.
En realidad es previsible que el lanzamiento del Sony Xperia Compact no sea sino el primer síntoma de que con el tamaño del dispositivo vamos a ver muchas propuestas diferentes este año. Si uno lleva considerando iPhone como una opción penalizada por el escaso tamaño de pantalla es probable que esto pueda dar un vuelco si Apple se anima con añadir diversidad en sus teléfonos. De igual manera no dudo de que en sus quinielas hay más de uno que está pensando en hacer el camino contrario, “a lo Sony”.
Este Mobile World Congress es probable que veamos propuestas en esa dirección, algo que ayudará a despejar la duda original del sector desde que el S2 nos sorprendiera a todos. ¿A igualdad de pantalla y en gama alta cómo de competitivo resultan los franquicias de los fabricantes con Android respecto a iPhone?