La batalla que están librando este año los televisores OLED «tope de gama» es más encarnizada que nunca. LG, Sony, Panasonic y Philips son algunas de las marcas que han colocado en el mercado modelos sensiblemente más avanzados y mejor afinados que en años anteriores. Más incluso de lo que cabía esperar, lo que nos recuerda que la tecnología OLED aún no ha dicho su última palabra. Y también que goza de muy buena salud.
El televisor que protagoniza este análisis es el modelo OLED más ambicioso de Panasonic, y como tal se apoya en un panel de última generación y el procesado de imagen más avanzado que tiene la marca japonesa. Pero estas no son sus únicas bazas. Además, incorpora la implementación de Dolby Atmos más pulida que hemos probado en un televisor hasta ahora con el objetivo de resolver el auténtico «talón de Aquiles» de buena parte de los dispositivos de gama alta que podemos encontrar actualmente en el mercado: su sonido. Pero esto es solo el principio. Esto es lo que nos propone este claro candidato a mejor televisor de 2019.
Panasonic GZ2000: especificaciones técnicas
Panasonic, al igual que otras marcas como Sony o Philips, compra los paneles OLED que integra en sus televisores a LG Display, la filial de la compañía surcoreana especializada en el diseño y la fabricación de paneles de visualización. Parece razonable pensar que los paneles que LG suministra a estas marcas son iguales, pero, en realidad, no tienen por qué ser idénticos. De hecho, los grandes clientes de LG Display, y las tres compañías que he mencionado en este párrafo lo son, tienen cierto margen de maniobra a la hora de negociar cuáles serán las características de los paneles OLED que incorporarán en sus modelos de gama más alta.
El panel OLED y el procesador de imagen HCX Pro son los elementos responsables de la calidad de imagen global que nos propone este televisor, que, como veremos más adelante, es muy alta
Me ha parecido una buena idea comenzar de esta forma el análisis debido a que el panel OLED que incorpora este televisor no es idéntico al que podemos encontrar en otros modelos de Panasonic. Sí, es un panel OLED con una profundidad de color de 10 bits y resolución 4K UHD (3.840 x 2.160 puntos), pero, curiosamente, en las especificaciones esta marca nos lo «vende» como un panel profesional. Panasonic no nos ofrece más información acerca de las posibles peculiaridades del panel de este televisor, pero habitualmente a los paneles destinados a aplicaciones profesionales se los somete a un control de calidad más estricto para asegurar una reproducción del color precisa y una capacidad de entrega de luz homogénea.
El otro componente de este televisor que rivaliza en importancia con el panel es el procesador de imagen. Este chip es el responsable de ejecutar los algoritmos que se encargan de corregir el color, ajustar el contraste, eliminar el ruido de alta frecuencia e incrementar el nivel de detalle, entre otras tareas, por lo que su impacto en la calidad de imagen es contundente. El procesador con el que cuenta este televisor es el HCX Pro, que actualmente es la solución de este tipo más avanzada que tiene Panasonic, por lo que, sobre el papel, debería ser capaz de reconstruir la señal de la fuente original con el propósito de sacar el máximo partido al panel OLED. Un poco más adelante, en la sección que dedicamos a la calidad de imagen, comprobaremos si realmente es así.
Una característica de este televisor que le permite mirar «por encima del hombro» a la mayor parte de sus competidores es su habilidad a la hora de lidiar con los contenidos HDR. Y es que no solo es compatible con Dolby Vision, HDR10 y HLG, como, por ejemplo, los televisores de Sony y LG, sino también con HDR10+, lo que nos permite como usuarios despreocuparnos completamente del formato en el que está codificado el HDR de nuestros contenidos.
Este televisor es compatible con los formatos HDR más relevantes que podemos encontrar actualmente en nuestros contenidos: Dolby Vision, HDR10+, HDR10 y HLG
Además, y esto es más una curiosidad que otra cosa, los televisores de Panasonic que incorporan esta amplia compatibilidad con los estándares HDR son una plataforma de pruebas perfecta para determinar en qué medida un formato es o no superior a otro. De hecho, gracias a ellos pudimos no hace mucho constatar la superioridad de los metadatos dinámicos de Dolby Vision y HDR10+ frente a los estáticos de HDR10.
PANASONIC OLED TX-65GZ2000 | Características |
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PANEL | OLED de 65 pulgadas 4K UHD de 10 bits con relación de aspecto 16:9 |
RESOLUCIÓN | 3.840 x 2.160 puntos |
HDR | Dolby Vision, HDR10+, HDR10 y HLG |
PROCESADOR DE IMAGEN | HCX Pro |
MODO DE CALIBRACIÓN ISF | Sí |
SISTEMA OPERATIVO | my Home Screen 4.0 |
DOBLE SINTONIZADOR DVB-T | Sí |
SONIDO | 140 W (40 W x 2 y 20 W x 3) |
DOLBY ATMOS | Sí, con altavoz superior para utilizar las reflexiones en el techo |
CONECTIVIDAD | 4 x HDMI 2.0, 1 x USB 3.0, 2 x USB 2.0, 1 x Ethernet, 2 x CI Plus 1.4, 1 x vídeo por componentes/compuesto, 1 x salida digital óptica y 1 x jack de 3,5 mm |
CONECTIVIDAD INALÁMBRICA | WiFi y Bluetooth |
CONSUMO MEDIO | 162 vatios |
ETIQUETA ENERGÉTICA | Clase B |
DIMENSIONES | 1.446 x 907 x 310 mm (con soporte) |
PESO | 40 kg (con soporte) |
PRECIO | 4.499 euros |
Un televisor de los que entran por los ojos
En las fotografías que ilustran este análisis podéis ver que este es un televisor sobrio, de líneas sencillas, bordes angulosos y marcos finos. Ni siquiera la peana, que es completamente rectangular, se desmarca del conjunto. A mí, honestamente, me parece algo positivo porque creo que su sobriedad ayuda a este televisor a encajar bien en un abanico muy amplio de ambientes y decoraciones. Aun así, entiendo que puede haber usuarios que prefieren un diseño un poco más atrevido, con una peana más original y llamativa. Al fin y al cabo en lo que se refiere a la estética todas las preferencias son igualmente respetables.
En lo que se refiere a los materiales utilizados en su fabricación a este televisor no hay forma de «toserle», como cabe esperar de un modelo de alta gama. Tanto la peana como los marcos son de aluminio y están impecablemente mecanizados, mientras que el policarbonato utilizado en el panel posterior tiene un buen grosor y no transmite en absoluto sensación de fragilidad. Puede parecer que esto es lo habitual, pero, desafortunadamente, no lo es. Por mis manos han pasado varios televisores, no muchos, que utilizan plásticos endebles y con una calidad mejorable, aunque lo cierto es que ninguno de ellos era de gama alta. Habitualmente las marcas son conscientes de que en este segmento es imprescindible que «pongan toda la carne en el asador».
La versión de 65 pulgadas de este televisor, que es la que hemos analizado, pesa 33,5 kg y tiene una anchura de casi 145 cm, por lo que es esencial que la peana dé al chasis del dispositivo la estabilidad necesaria para garantizar su integridad incluso si se le da un golpe fortuito. Y lo hace. Soy partidario de apostar en los televisores de 65 pulgadas o más por los pies laterales porque suelen ofrecer una mayor estabilidad que las peanas centrales, pero reconozco que la de este televisor tiene la superficie y la masa necesarias (pesa unos en absoluto despreciables 6,5 kg) para resolver bien su función, así que no puedo ponerle ninguna objeción.
Impecablemente calibrado, pero con un sistema operativo con margen de mejora
La calibración de fábrica de los televisores de Panasonic que he analizado durante los últimos dos años ha estado siempre muy cuidada, pero en este modelo esta marca se ha superado. Después de utilizarlo durante horas con todo tipo de contenidos, con y sin HDR, me veo obligado a reconocer que su calibración está tan afinada que me parece innecesario tocarla, a menos que dispongamos de un colorímetro y una herramienta de ajuste profesional.
Panasonic se ha superado: viene muy bien calibrado de fábrica
De hecho, incorpora un modo de calibración ISF que, afortunadamente, ya es habitual en los televisores de cierto nivel. Si tienes las herramientas adecuadas puede merecer la pena afinarlo para cerciorarte de que el panel te está entregando el 100% de su potencial, pero de lo contrario tal y como sale de su embalaje es perfectamente disfrutable.
En la fotografía que tenéis debajo de estas líneas podéis ver el amplio abanico de modos de imagen que Panasonic ha introducido en este televisor: normal, dinámico, cine, dos modos THX, personalizado, deportes, juego… Aunque no aparece en esta imagen, también incorpora un modo de calibración específica para reproducir los contenidos de Netflix que se activa al iniciar la app de esta plataforma de vídeo bajo demanda siempre que, eso sí, hayamos habilitado previamente la opción ‘Modo de calibración para Netflix’ del menú de ajustes. Este modo pretende que el televisor respete la visión de los creadores al reproducir los contenidos de esta plataforma y cuenta, según Panasonic, con el beneplácito de Netflix, por lo que podemos asumir que nos ofrece la estética visual correcta.
Al igual que las versiones que han precedido a la que incorpora este televisor, My Home Screen 4.0 es ligero y rápido. Este sistema operativo deriva de Firefox OS, y los ingenieros de Panasonic han conseguido preservar su ligereza a pesar de la mayor complejidad que tiene cada nueva revisión. Sin embargo, me reafirmo en lo que he defendido en otros análisis de televisores de Panasonic: esta capa de software es más espartana y menos atractiva desde un punto de vista visual que las interfaces de los televisores de otras marcas, especialmente Tizen, el sistema operativo que usa Samsung, y webOS, el que utiliza LG, que cuentan con una interfaz con un diseño más estilizado y resultón.
Calidad de imagen: con los monitores de referencia profesionales en el punto de mira
Para poner a prueba cómo rinde este televisor recurrí a mis películas de referencia habituales, entre las que se encuentran ‘El renacido’ y ‘La llegada’, ambas en Blu-ray 4K y Blu-ray Disc, así como a las versiones en DVD de ‘Kill Bill volumen 1’ y ‘Salvar al soldado Ryan’, y contenido que conozco bien de Netflix y YouTube. ¿El reproductor? Nuestra infatigable consola Xbox One X. Antes de seguir adelante y describir mis impresiones acerca de su calidad de imagen creo que merece la pena que comparta una anécdota que me parece interesante con vosotros.
Este televisor no iguala el rango dinámico y la riqueza cromática de un monitor de referencia, pero se acerca mucho. Muchísimo
Esta no es la primera vez que veo este televisor de Panasonic en acción, aunque sí es la primera que he podido probarlo con la debida calma. A finales de la pasada primavera fui testigo en dos ocasiones de una comparativa muy interesante en la que este ambicioso televisor se midió de tú a tú, con el mismo contenido, con un monitor de referencia de los utilizados en la masterización profesional de contenido cinematográfico. La primera vez fue en las oficinas de Dolby en Londres, y la segunda en los estudios de postproducción de imagen Deluxe de Madrid. ¿El resultado? Este televisor no iguala el rango dinámico y la riqueza cromática del monitor de referencia, pero se acerca mucho. Muchísimo. Y esto es todo un logro. Durante las pruebas no tuve acceso al monitor porque los responsables prefirieron no revelar de qué dispositivo de referencia se trataba, pero después de hacer algunas averiguaciones descubrí que probablemente en ambas pruebas utilizaron el reputado OLED Trimaster EL 4K BVM-X300 de Sony, que cuesta más de 35.000 euros y tiene solo 30 pulgadas.
¿Qué puedo deciros después de este breve «aperitivo»? Pues que el nivel de detalle en las regiones en sombra y altas luces de este televisor de Panasonic es altísimo, lo que refleja una capacidad de recuperar información en las áreas conflictivas sobresaliente. Y gran parte del mérito es del procesado que han puesto a punto los ingenieros de Panasonic. En lo que se refiere al contraste rinde como cabe esperar de un televisor OLED premium: sus negros tienen una profundidad abismal, por lo que establecen un marco de referencia perfecto para que las regiones más iluminadas destaquen, y también para que los colores tengan una viveza poco usual.
La alianza que establecen su alto nivel de detalle, su rica colorimetría y su contundente negro dota a las imágenes de una profundidad casi equiparable a la del mejor televisor doméstico que he tenido la oportunidad de analizar hasta ahora: el modelo ZG9 de la serie MASTER de Sony, con resolución 8K y un precio mucho más elevado que el de este televisor de Panasonic. Por otro lado, la combinación del mínimo tiempo de respuesta del panel OLED y el algoritmo de procesado del movimiento eliminan prácticamente del todo el desenfoque de movimiento en las secuencias conflictivas, por lo que también sale bien parado en este escenario de prueba.
Su rendimiento con contenido HDR también impresiona. En este terreno no tengo mucho más que añadir a lo que os he explicado cuando os he contado cómo rindió frente al monitor profesional para postproducción cinematográfica: tiene el mejor HDR con el que me he encontrado en un televisor OLED. No iguala la capacidad de entrega de brillo de un televisor LCD LED de alta gama, pero, aun así, resuelve los fotogramas con abundante presencia del color blanco con una suficiencia aplastante. Y, por último, en lo que se refiere a sus ángulos de visión se acerca a los 180 grados sin apenas degradar el color, como cabe esperar de un televisor OLED, así que en este frente no tengo nada que objetar.
Videojuegos: gran calidad de imagen, pero sin VRR y ALLM
Todo lo que he descrito en la anterior sección del análisis en lo que se refiere a la calidad de imagen de este televisor es perfectamente extrapolable a los videojuegos. Durante mis pruebas recurrí, entre otros títulos, a ‘Forza Horizon 4’ y ‘Halo 5: Guardians’, ambos corriendo sobre la consola Xbox One X que utilizo en todos mis análisis. Estos juegos lucen de maravilla en este televisor, pero me temo que en este escenario no sale tan bien parado como durante la reproducción de películas debido a que todos los puertos HDMI que incorpora son 2.0.
No implementa dos prestaciones tan atractivas para juegos como VRR y ALLM
Y, además, no implementa dos prestaciones tan atractivas para los aficionados a los videojuegos como son VRR (frecuencia de actualización variable) y ALLM (modo automático de baja latencia), lo que en este escenario de uso lo coloca detrás de algunos de sus competidores, como los modelos de gama alta de LG y Samsung, que sí cuentan con estas prestaciones.
El tiempo de respuesta de los paneles OLED es muy bajo debido a que la naturaleza de la matriz permite a cada píxel cambiar de estado con mucha rapidez. De hecho, en la mayor parte de los modelos oscila entre 1 y 2 ms, por lo que es comparable al que nos ofrecen los monitores para videojuegos. El panel integrado por Panasonic en este televisor no es una excepción, por lo que el desenfoque de movimiento no representa un problema. Ni siquiera en dos juegos tan exigentes como los que he mencionado en el párrafo anterior.
Como es habitual, si queremos minimizar la latencia de entrada para que nuestra experiencia con los videojuegos sea óptima es necesario habilitar previamente el modo para juegos. Al hacerlo se desactivará la mayor parte del procesado de las imágenes, por lo que la respuesta del televisor a las órdenes que le hacemos llegar a través de nuestro mando de control será mucho más rápida. Y esto en un juego tan exigente como ‘Halo 5: Guardians’ marca la diferencia. La experiencia que nos ofrece este televisor es muy similar a la que nos propone el modelo TX-65FZ950 de Panasonic que analicé hace unos meses, por lo que según mis pruebas su latencia de entrada oscila entre unos muy razonables 20 y 25 ms tanto a 4K UHD como a 1080p.
Calidad de sonido: tiene la mejor implementación de Dolby Atmos que hemos probado
El sonido de este televisor es toda una sorpresa. Y es que está casi al mismo nivel que las imágenes que es capaz de reproducir, lo que en un televisor actual es una baza al alcance de muy pocos dispositivos. De resolverlo se encargan una barra de sonido alojada en la parte inferior del chasis, junto a la base del panel, y un peculiar módulo ubicado en la parte superior de la trasera del televisor del que hablaremos con más profundidad un poco más adelante. Y de restituir el espectro de frecuencias audible se responsabilizan tres altavoces de medios y agudos excitados por otros tantos amplificadores de 20 vatios que trabajan en clase D, y dos woofers atacados por dos amplificadores de 40 vatios, también de clase D.
El sonido de este televisor ha sido ecualizado por los ingenieros de Technics, una empresa que renació con un vigor inusitado en 2014 y que en solo cinco años ha recuperado el prestigio que defendió durante décadas en el mercado de la alta fidelidad gracias a la buena acogida que han tenido algunos de sus productos. El más exitoso de todos ellos es, sin duda, el idolatrado giradiscos SL-1200, cuya última revisión sigue siendo muy codiciada por los aficionados a la alta fidelidad y los melómanos. No sé en qué medida Technics es la responsable del audio de este televisor, pero lo que es evidente es que suena de maravilla. A la altura de una barra de sonido de muy buen nivel, por lo que para mejorar su rendimiento la única opción razonable pasa por recurrir a un equipo de sonido multicanal dedicado.
El módulo que podéis ver en la fotografía que tenéis debajo de este párrafo, que está adosado a la parte superior de la trasera del panel, es en gran medida el responsable del estupendo rendimiento sonoro de este televisor cuando reproduce una banda sonora codificada en Dolby Atmos. Su estrategia es muy eficaz: incorpora varios altavoces orientados hacia arriba que utilizan las reflexiones murales en el techo para generar un espacio sonoro envolvente y darnos sensación de tridimensionalidad. ¿Funciona? Sí, lo hace.
El sonido envolvente de este televisor está mucho más logrado que el de la mayor parte de las barras de sonido compatibles con Atmos que podemos encontrar en el mercado gracias, precisamente, a las reflexiones murales. Los canales de efectos no tienen la presencia que nos proporcionan los altavoces colocados detrás de la posición de escucha, pero, aun así, el campo sonoro es amplio y nos envuelve abarcando las áreas ubicadas delante de nosotros y por encima de nuestras cabezas. Me reafirmo en lo que defendí dos párrafos más arriba: para mejorar el rendimiento sonoro de este televisor la única opción razonable pasa por recurrir a un equipo de sonido multicanal dedicado debido a que por sí mismo rinde mejor que buena parte de las barras de sonido que podemos encontrar en el mercado.
Panasonic GZ2000: la opinión y nota de Xataka
Es muy difícil probar durante horas este televisor y resistirse a su capacidad de seducción. Y es que aglutina todos los avances realizados por Panasonic en imagen y sonido durante los últimos años, lo que lo coloca como uno de los dispositivos OLED más atractivos para aplicaciones de cine en casa. Si introducimos en la ecuación los videojuegos su atractivo se difumina un poco porque carece de dos de las características que sin duda marcarán la diferencia cuando llegue la próxima generación de consolas: la frecuencia de actualización variable y el modo automático de baja latencia. Aunque actualmente los usuarios de Xbox One X ya pueden degustar estas mejoras.
Si nos ceñimos a la reproducción de contenido cinematográfico este televisor es intratable por su enorme calidad
La baza más contundente de este televisor es, sin lugar a dudas, su calidad de imagen global. En este terreno es intratable. Destaca prácticamente en todo: nivel de detalle en regiones en sombra y altas luces, colorimetría, profundidad de los negros, gestión del movimiento… Además, viene impecablemente calibrado de fábrica y no solo es compatible con Dolby Vision, HDR10 y HLG como otros televisores OLED de gama alta con los que compite; también puede lidiar con contenidos HDR10+. Y, de propina, como acabamos de ver, tiene la mejor implementación del sonido Dolby Atmos que hemos probado en un televisor hasta la fecha.
Aun así, no es perfecto. En el terreno de los videojuegos ya he mencionado que no incorpora VRR y ALLM, dos características que pueden marcar la diferencia en este escenario de uso. De hecho, lo ideal sería que incorporase una implementación lo más completa posible de HDMI 2.1 en todos los conectores, una cualidad con la que sí cuentan los modelos OLED de LG con los que va a medirse en el mercado. Y, por último, a my Home Screen 4.0, el sistema operativo de este televisor, le vendría bien tener una interfaz más estilizada que lo coloque a la altura de Tizen y webOS, que son las plataformas usadas por Samsung y LG en sus televisores. No obstante, estas áreas mejorables no empañan el enorme trabajo que lleva a cabo durante la reproducción de contenido cinematográfico. Tiene muchas papeletas para alzarse como mejor televisor de 2019.
9,3
A favor
- Su calidad de imagen global es extraordinaria
- Viene impecablemente calibrado de fábrica
- Tiene la mejor implementación de Dolby Atmos que hemos probado hasta la fecha
- Es compatible con los formatos HDR más relevantes: Dolby Vision, HDR10+, HDR10 y HLG
- Excelente rendimiento con los contenidos HDR
En contra
- Carece de conectividad HDMI 2.1
- La interfaz de my Home Screen 4.0 tiene margen de mejora
- No incorpora el modo automático de baja latencia ni la frecuencia de actualización variable, ambos para juegos
Este producto ha sido cedido para la prueba por parte de Panasonic. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
TV OLED 164 cm (65") Panasonic TX-65GZ2000E UHD 4K HDR, HCX PRO y Smart TV
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